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Sí, me refiero a Maggie, William y James padre, especialmente sus características particulares y la relación entre ellos.

 

Con respecto a Kurtis y Karel, aparecerán, pero sólo en flashbacks, porque están muertos. Y repito, no es nada contra ellos, pero debe ser el único relato de AOD en el que no están vivos (y leí varios)

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ENTREGA 11

 

Lara Croft había sobrevivido a muchísimas catástrofes, pero sabía que no se salvaría de ésta, ni ella ni los aldeanos. Cada vez tenía menos fuerza para patalear entre las aguas dulces, y se ahogaba, se ahogaba, se ahogaba…

Cerró fuertemente los ojos, preparada para el final. De pronto…

¡Excalibur!

Sí, claro, ella tenía la espada mágica en su poder. Quizá, si lo intentara…

Con la poca energía que le quedaba, Lara tomó el artefacto que llevaba colgado en la espada, y comenzó a agitarlo con el brazo de un lado para el otro. Destellos verdes brotaron de la espada, logrando así que las aguas retrocedieran un ápice. ¡Lo estaba logrando!

Sin cesar y a punto de ahogarse siguió agitando y agitando, pero el Nilo cobraba fuerzas y sus aguas lanzaban el contraataque; pero aún así Lara persistía, persistía, persistía…

La mágica Excalibur hizo su efecto: las aguas disminuyeron lenta, muy lentamente, hasta que no quedaba rastro de ellas.

Afortunadamente todos se habían salvado: los adultos abrazaban a los niños y a los rebaños, mientras Lara, arrojada en el suelo, tosía sin parar, ya que había tragado mucho agua.

- Digo yo –comentó Zip-: sé que tú estás perfectamente entrenada para esto y que eres una profesional, pero, ¿cómo rayos puede ser que tengas tanto culo como para evitar siempre la muerte?

- En un par de días te enseño como se hace, no cobro mucho la clase –Ni siquiera así de deshecha la señorita Croft perdía su habitual sarcasmo.

- ¡Nos salvó! –gritó un aldeano señalándola- ¡Es Isis! ¡La diosa Isis!

Atónita, Lara vio como hombres, mujeres, niños e incluso rebaños se postraban a sus pies.

- ¡Salve Isis! ¡Salve Isis!

- ¡Qué aldeanos ingenuos! ¿tú, una diosa? ¡Por favor! –Zip se retorcía de risa.

- Creo que puedo sacar provecho de esto –susurró Lara entre dientes, y proclamó gritando:-¡Atención, mortales! ¡La Diosa Isis les habla!

Expectantes, todos la miraron fijo

- Lara, ¿qué haces?

- Cállate, Alister –murmuró-, o interrumpirás mi actuación dramática –y prosiguió-. ¿Sabeís vosotros sobre la ubicación del escudo de Sir Kay?

Los aldeanos intercambiaron miradas atónitas.

- ¿el escudo de Sir Kay, Majestad? –una mujer se había animado a hablar- Jamás hemos oído hablar de eso, Su Grandeza.

Una voz familiar se quejaba en voz alta detrás de la falsa diosa.

- ¡Mon dieu! ¿Cómo pude olvidag sobge la inundación del Nilo en pgimavega? ¡De esta casi no me salvo!

Lara giró sobre sus talones.

- ¡Jean!

- ¡Laga! ¿qué haces tú aquí?

Jean Yves se precipitó a abrazarla, mientras los aldeanos los miraban sin entender.

- ¿la diosa Isis es la novia de ese gordo?

- Más respeto, si la diosa lo abraza, quiere decir que él es…

- ¡Te he echado de menos, Laga! ¡Veo que has cambiado tu tgenza por una coleta! –comentaba Jean radiante.

- Pues sí, llevaba mucho tiempo usándola. De pequeña llevaba el pelo suelto, más tarde me peinaba con dos coletas, luego opté por la trenza y aquí estoy, estrenando mi coleta.

- ¡SALVE OSIRIS! ¡SALVE EL GRAN DIOS OSIRIS!

- ¡Mon dieu! ¿los aldeanos se inclinan ante mí? –Jean estaba pálido de la sorpresa, mientras Lara creía que se le fracturarían las costillas por el esfuerzo para no reírse.

 

 

- Me pregunto cómo le estará yendo a Lara –manifestó Greta algo preocupada.

- No te preocupes –repuso Tom, quién se sentaba frente a ella en la mesa-. Todo va a estar bien –añadió sonriendo.

- Gracias. –La niña no pudo evitar devolverle la sonrisa.

- Niños –Zip se acercaba a ellos, llevando consigo a una mujer joven de pelo negro y aspecto inocente-, les presento a Clarisa. Junto con Tom, ella estará a cargo de la casa.

- Hola –saludó Clarisa con una tímida sonrisa, que los niños le devolvieron.

Durante la ausencia de Lara, Zip tenía plenos poderes en la Mansión Croft, y éste consideraba que la joven merecía el puesto.

- Ven, te mostraré tu habitación –le indicó. Ella lo siguió escaleras arriba, hasta una de las múltiples habitaciones de la casa- Puedes deshacer tu equipaje así, debo volver al piso de abajo, pero llámame si me necesitas. –Zip salió y cerró la puerta tras ella.

Clarisa echó una mirada a su alrededor y extrajo un celular de su bolso. Marcó un número telefónico que no tardó en ser respondido.

- ¿Hola?

- Soy yo, mi Señora. El puesto ya es mío.

- ¡Bien hecho! Y recuerda: nadie tiene que descubrirte.

- Claro que no, mi Señora –repuso Clarisa sonriendo-. Soy una gran actriz.

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Muy bueno el relato pero.... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Clarisa trabaja para alguien!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y creo exactamente de kien se trata :hello: pero bueno ya se vera...

 

Respecto a lo de Isis y Osiris muy bueno jajajaja pobres aldeanos y Lara tambien es la caña se hizo pasar x la diosa x interes xd :cheerlead

 

X lo demas me pregunto k acias Jjean alli tambien... ¿ Buscaria el escudo de Sir Kay tambien ? Bueno espero saberlo en el proximo capitulo jeje

 

Sigue asi :jump2:

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ADVERTENCIA: ESTA ENTREGA NO ES PARA LOS PUDOROSOS

 

ENTREGA 12

 

Poco rato después, Lara y Jean almorzaban en la casa que el francés tenía en Alejandría.

- Gealmente, Laga, no veo de qué te ha segvido hacegte pasar pog diosa y hacer lo mismo conmigo

- Bueno, de no ser por eso no estaríamos disfrutando de este delicioso cordero, ¿no crees? –repuso sin dejar de devorar lo que los aldeanos le habían obsequiado en ofrenda.

- De cualquieg modo, aún no sé qué haces tú aquí, amiga mía.

- Verás: todo empezó cuando viajé a Bolivia en busca de una reliquia, la Piedra de Tiahuanaco, pero encontré mucho más que eso…

Durante quince minutos Lara relató todo: los detalles de su búsqueda de los fragmentos de Excalibur, lo ocurrido con Amanda en Bolivia, su enfrentamiento con William Rutland en el Museo Británico y el asesinato y la carta del profesor Eddinton.

- ¡Incgeíble, Laga! –Jean estaba maravillado- Pego no puedo compgendeg algo: no me sorgprende que un talismán esté en Israel, ya que los caballegos del Gey Agtugo egan cgistianos, pego: ¿pog qué un talismán está aquí, en Egipto, una cultura totalmente pagana?

- ¿Sabés qué? Nunca me puse a pensar en esto, tienes razón. Pero, ¿qué haces tú aquí, Jean? Tenía entendido que estabas de vacaciones en las Islas Canarias.

- Es ciegto, pego Egipto es mi lugar –repuso Jean-. Además, ando tgas la pista de un tesogo: las giquezas de Gamsinit.

- ¿Las riquezas de Ramsinit? –inquirió Lara con interés.

- Así es. –Jean extrajo un pergamino de su bolsillo y se lo pasó a Lady Croft. Éste estaba escrito en egipcio, pero para ella no fue ninguna dificultad leerlo.

 

 

Yo, el Faraón Ramsinit, hijo del gran Ramsés III, he conquistado más territorios que ningún otro Faraón jamás, y me he apoderado de más tesoros del que cualquier mortal puede imaginarse. No quería que nadie llegara hasta ellos, por lo que mandé construir un mausoleo de piedra tras mi majestuoso palacio, en Tebas. Pero el arquitecto, que tenía malas intenciones, dispuso una de las piedras de modo que sólo un hombre pudiera arrancarla y penetrar en la cámara del tesoro. Murió poco después, pero no sin confesarles su secreto a sus dos hijos.

Un día, me dirigí a buscar mi tesoro y encontré la cámara más vacía de lo que estaba; furioso, hice un pacto con el gran dios Amón: mi alma ha cambio de cualquier tipo de trampas para los ladrones. Gracias a ello descubrí a los dos culpables, encontrando sus cadáveres, y supe lo que el maldito arquitecto me había hecho.

Por eso, ilusos mortales, si no quieren el mismo destino, ni se les ocurra acercarse a mi tesoro. Mi alma, según el dios Amón, está condenada a rondar por siempre en el palacio y el mausoleo, así que, si por casualidad llegaran a evitar las trampas, jamás lograrán evitar mi cólera.

 

- Hum… interesante –manifestó la señorita Croft devolviéndole a Jean el pergamino-. Te propongo un trato.

- ¿Un tgato?

- Sí, un trato: tú te quedas en la biblioteca de Alejandría, investigando todo lo que puedas sobre el Escudo de Sir Kay, y yo te conseguiré todas las riquezas de Ramsinit.

- ¡No, Laga! ¡No te aggiesges! –exclamó el francés, alarmado.

- Por favor, Jean: con la ayuda de Excalibur, esto será un juego de niños para mí. Pero antes, permite que revise todo lo que llevo dentro.

Lara vació su mochila sobre la mesa. Mientras lo hacía, Zip iba nombrando todo lo que extraía de ella:

- Dos pistolas, la espada, una escopeta, tres botiquines, y… ¿UNA HAMBURGUESA CON GASEOSA Y PAPAS FRITAS?

- Por supuesto –replicó irónica-. Con todo el esfuerzo físico que hago tengo mucha hambre.

- Pues nunca nadie te ha visto comer.

- Tampoco ir al baño. Hay muchas cosas que no se saben de mí.

A los pocos minutos, Lara avanzaba a través de las calles de Alejandría.

-¿Y dices que tomarás un barco en la costa para llegar hasta Tebas?

-Claro, Alister, ¿o prefieres que vaya nadando?

Junto a ella pasó un grupo de hombres cuyo uniforme le parecía familiar.

- ¡Por Dios, que no sea lo que yo creo que es!

Muy sigilosa y ocultándose detrás de las paredes para no ser vista, Lara los siguió, y vio que se detenían en una plaza pública a hablar con un hombre rubio y musculoso cuyo nombre ella ni siquiera deseaba recordar.

- ¡Alex West! –exclamó entre dientes.

Alex West era un mercenario, un buscador de tesoros igual que ella, sólo que lo hacía por dinero, mientras que Lara lo hacía por placer. Ambos se habían conocido en un viaje, poco después de que Lara sobreviviera a la tragedia en Paraíso que marcó su vida. Se hicieron amigos rápidamente, pero el vínculo se destruyó cuando él abusó de su confianza para robarle una valiosa estatuilla que ella había encontrado. Desde entonces más de una vez se cruzaron, luchando por un mismo artefacto, siendo ella siempre la vencedora. Pese a eso, Alex era uno de los pocos que podía enorgullecerse de que Lara Croft había sido suya. Fueron sólo tres noches, pero ella fue suya.

- ¡Vaya, vaya! ¡Ya me parecía raro que no hubiera chacales en Egipto! –exclamó Lara con paso decidido dirigiéndose a él.

- ¡Lara! –dijo eufórico Alex. Sus hombres apuntaron a ella.-Alto, no le hagan nada.

Se acercó a ella muy lentamente.

- ¡Cuánto tiempo sin verte, princesa! ¿me extrañaste?

- ¿Acaso tú extrañas a los hongos de tus pies? –replicó irónica. Alex rió.

- ¿Sabes? Ese sarcasmo tuyo es lo que más me encanta de ti –se acercó más, acariciando su rostro, mientras ella lo miraba molesta-, bueno, eso además de tu pelo, tus ojos, tus labios…

- Suéltame, cerdo mugroso –susurró con los dientes apretados.

- ¿Cerdo mugroso? Tú me tienes tantas ganas como yo a ti; nunca olvidaré esas tres noches, Lara, donde has demostrado ser la mujer más ardiente y fogosa del mundo.

- Fue hace seis años –repuso ella-, estaba muy mal, había perdido a todos mis amigos de universidad, no sé en qué estaba pensando.

- Recuerdo que tú dijiste que yo era una fiera en la cama –añadió sin dejar de acariciar-, además, hace calor, los dos andamos con poca ropa... no te resistas, Lara, tú me deseas.

Alex susurraba, deseando atraerla para sí.

Y entonces, lentamente Lara lo abrazó, y comenzó a mimarlo

- ¡Eso, Lara! –Alex respiraba agitadamente- Sigue así, así, no te detengas.

Aprovechando las circunstancias, Lara le encajó un rodillazo en plenos testículos.

- ¡AUGH!

- Esto te quitará la calentura –se burló Lara viendo como él caía lentamente al suelo, dolorido.

- ¡MÁTENLA!

Lara echó a correr, mientras los hombres de Alex iniciaban su ataque.

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debiste haber mencionado que lara se habia llevado escalibur.

muy bueno lo de alex y lara,muy realista.

y lara lleva el mismo vestuario del legend o lleva otro tipo de atuendo?

por favor especifica mas

todo lo demas esta muy bien,a por cierto cuando lara se encontro con alex todavia estaba jean a su lado?

 

aqui estoy de nuevo,hola,perdona es que estoy un poco atareado con mis cosas.

pero ando aqui opinando como siempre :rofl:

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Está muy interesante, Tomás, sólo tengo que hacerte un pequeño reproche, con el mayor de los afectos.

Hoy en día, casi toda la población egipcia es musulmana. No existe ni un solo aldeano ya que crea en Isis ni en Osiris. Por eso resulta inverosímil que adoren a Lara como Isis y a Jean como Osiris.

Además, la minoría religiosa copta es cristiana, de modo que tampoco adoran a la pareja divina.

 

Por cierto... veo que me has copiado el acento "afrancesado" de Jean :hello:

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Bueno, pero en TR4 también se muestra que creen en Seth y Horus, por ejemplo.

 

Y respecto a Jean, es cierto: me parecía algo muy gracioso.

 

Por si fuera poco, aquí también estará Pierre DuPont, así que hay francés para rato.

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Bueno, pero en TR4 también se muestra que creen en Seth y Horus, por ejemplo.
Jaja pero TR4 es pura superstición, además, hay una gran diferencia entre creer en Seth y en Horus y creer que el primer europeo que les pasa delante de las narices son Isis u Osiris. La verdad, me los has dejado como un poquillo ignorantes a los aldeanos... y vamos que no, que hoy en día Egipto es musulmán y nadie cree en ningún dios egipcio.
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pero seria como aplicarle algo de comedia al asunto,no todos los relatos deben ser perfectos.

sino mira el mio,que mis errores no son errores de ortografia

SON HORRORES DE ORTOGRAFIA!

 

pero seria como aplicarle algo de comedia al asunto,no todos los relatos deben ser perfectos.

sino mira el mio,que mis errores no son errores de ortografia

SON HORRORES DE ORTOGRAFIA!

mi raleto al lado del de tomas parece un mamarracho XDDDDD

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Tiene razón Luciano con eso de la comedia (y gracias por el cumplido), pero además, si yo, siendo oriental veo una mujer con ropa extraña que mágicamente hace retroceder las aguas del río más caudaloso de todos, sin duda es una diosa.

 

ENTREGA 13

 

- Tengo una pregunta que hacer –dijo Alister, mientras Lara disparaba a un mercenario que se hallaba sobre la fuente de la plaza-: ¿tú fuiste la novia de este tonto?

- Mira, Alister –repuso Lara, ahora propinando una patada a un desgraciado que la había tomado por la espalda-: se han inventado muchas cosas sobre mí, como que mi padre es arqueólogo, que mis pechos son operados, e incluso en Internet han colocado fotos trucadas donde supuestamente aparezco desnuda –añadió mientras huía de los disparos de tres escopetas-, pero desgraciadamente, esto es verdad.

- Oye –inquirió Zip mientras su amiga daba saltos laterales para esquivar los disparos y a la vez disparaba-, ¿es cierto que Winston se ha hecho una cirugía?

- Sí, eso sí –confirmó Lara mientras saltaba hacia atrás debido a los disparos de un mercenario traicionero-, yo en esa época no te conocía: él estaba sumamente encorvado, me perseguía por toda la casa con el desayuno, y yo a cambio lo encerraba en el frigorífico. Pero desde que se operó la espalda y se ha enderezado no se mueve de la chimenea. Y ahora, si no te importa, me estás desconcentrando.

La sesión de disparos duró un buen rato. Lady Croft se veía confiada, pero su estado anímico empeoró cuando de repente:

- ¿SE ACABÓ LA MUNICIÓN DE TUS PISTOLAS? –Zip estaba atónito.

- Bueno, en algún momento tenían que acabarse, ¿no? –repuso ella disimulando su preocupación.

- ¡Jajaja! –Alex estalló en carcajadas al percibir lo que le ocurría a su vieja novia-¿Qué harás ahora, Lara Croft? Yo te diré lo que harás: te entregarás a mi como aquellas maravillosas tres noches, y conservarás tu vida.

- ¡NUNCA!

- ¡DESTRÚYANLA!

Lady Croft tanteó en la mochila en busca de su espada, pero se desesperó al comprobar que no estaba. Sin duda, en medio de tanta acción se le había caído en el suelo.

Lara se veía acorralada e indefensa: sin munición ni nadie que la ayude, y los mercenarios se precipitaban sobre ella.

De pronto…

- ¡A ellos! ¡Están atacando a mi esposa!

Jean, que sin duda había oído el escándalo desde la biblioteca, comandaba a un gigantezco número de aldeanos, todos armados con utensilios de cocina como cuchillos o sartenes.

- ¿Qué es esto? –se dijo Alex asombrado.

- ¡ATAQUEN! –gritó un aldeano.

Entre todos persiguieron a los mercenarios blandiendo las armas y gritando: “¡Salve Isis! ¡Salve la diosa Isis!”. Lo mas ridículo del asunto fue que los mercenarios estaban tan aterrorizados que en lugar de acribillarlos a tiros, huyeron como alma que lleva el diablo, seguidos por aquellos egipcios ignorantes.

- ¡Regresen, cobardes! –gritaba Alex encolerizado.

Mercenarios y aldeanos se perdieron de vista a través de las calles, pero aún podía oírse los gritos furiosos de “¡Salve Isis!”, y los gritos aterrados de “¡Socorro! ¡Auxilio!”

- Me pregunto: si tú eres la diosa Isis, ¿Cómo los aldeanos no pensaron que no necesitas que te defiendan?

- No sé, Zip, pero esto me vino fantástico. Ahora tengo un problema peor, ¿dónde está Excalibur?

- ¿Buscabas esto? –preguntó Alex detrás de sí. Al girar sobre sus talones, Lara vio la espada del Rey Arturo en manos de aquel cretino, que no dejaba de juguetear con ella.

- ¡Devuélvemela! –gritó furiosa- ¿vas a hacer con ella lo mismo que hiciste con mi estatuilla?

- Claro que no –repuso Alex-. La estatuilla la vendí, esta espada pienso conservarla. Ya me he enterado de lo que puede hacer.

- ¿Quién te lo dijo?

- Un amigo mío, su nombre no te importa.

- No sé como un desgraciado como tú tiene amigos.

- No sólo amigos, sino numerosas mujeres hermosas en mi cama –y sensualmente le susurró:-, incluida tú.

Esto ya fue demasiado para ella, que le propinó un tremendo puñetazo en la pera, provocando que cayera al suelo.

Aún desde allí, Alex lanzó su ataque ayudado por Excalibur, y Lara tuvo que dar una voltereta en el aire para esquivarlo.

Desde lejos, Jean observaba la escena, pero esta vez se sentía verdaderamente impotente.

Alex no dejaba de agitar la espada, cuyos destellos verdes amenazaban con lastimar gravemente a Lara. La señorita Croft saltaba sin cesar, ideando algún plan a toda máquina para escapar a aquella embarazosa situación. Por si fuera poco, el poder de la espada derribó la fuente y un par de casas, así que, para que los egipcios no corrieran más peligro, tal vez lo mejor sería entregarse.

- ¡Déjala en paz! –una mujer joven, fea, de piel oscura, con vestiduras verdes antiguas y un enorme bastón había hecho su aparición. A través del bastón produjo un destello blanco hacia Alex, que logró esquivarlo, pero se llevó tal susto que echó a correr, llevándose consigo la mítica espada inglesa.

Aún así Lara estaba agradecida: el peligro había pasado.

- ¡Pu.tai! ¡Amiga mía! –exclamó llena de alegría, abrazando a la chamán.

- ¿Quién es, Laga? –inquirió Jean acercándose a las mujeres-¿quién es ella?

- Te lo explicaré.

 

B)Flashback

 

 

Amanecía en Egipto, y Lara Croft respiraba agitadamente. Su mítica trenza se agitaba por el viento, su traje verde estaba completamente sucio y se sentía tan cansada que hasta su mochila naranja le resultaba pesada. Así que resolvió salir del Templo de Horus lentamente y con la mano apoyada en la pared derecha.

A lo lejos vislumbró a un individuo, y no pudo evitar una leve sonrisa al reconocer a su viejo maestro.

El templo comenzó a temblar.

- ¡Rápido, muchacha! ¡Antes de que todo se derrumbe a tu alrededor! –apremió Von Croy mientras un par de escombros cayeron e hicieron retroceder a Lara.

- ¿Has vuelto, Werner? ¿Ya no eres Seth? –después de todo, no le faltaban razones para desconfiar.

- ¡Sí, sí! ¡No hay tiempo! ¡La mano, Lara! ¡Dame la mano! –exclamó muy nervioso el arqueólogo. El piso empezó a venirse abajo, y Lara tuvo que atravesar la salida del templo corriendo. Pero el suelo se desmoronó bajo sus pies y tuvo que agarrarse con las dos manos al saliente para no caerse. -¡Sí, sí! ¡No hay tiempo! ¡La mano, Lara! ¡Dame la mano! –repitió ya más asustado.

- Me alegra verte de nuevo, Werner. –manifestó Lara desde donde se sujetaba. Estaba tan agotada que incluso le costaba hablar.

- ¡Puedo ponerte a salvo! –Von Croy le tendió la mano. Su antigua alumna sólo tenía que tomarla y se vería libre por fin.

Desgraciadamente, el techo se vino abajo, y Von Croy no tuvo más remedio que salir huyendo de allí. Un ruido de derrumbe sonó detrás de él, y al voltearse lentamente, el anciano cayó lentamente en la cuenta de que la pobre muchacha había quedado sepultada en el templo, bajo los escombros. Se quitó su sombrero e inclinó la cabeza, con el corazón lleno de tristeza.

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si la erdad,es el tema mas pppular del mundo,ojala se acabe este embotellamiento y nuestro escritor sea capaz de escribir sin necesidad de concurriencia como lo hise yo.

 

me gusto mucho el relato,incluso me parecio desagradable que la espada se callera en medio del tiroteo,me gusto la aparicion de Putai,y espero que sigas escribiendo aunque no haya concurrencia,por ahora solo yo,ana maria y tu :rofl: :S

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