Tomás Publicado 29 de Junio del 2006 Autor Publicado 29 de Junio del 2006 Voy a seguir, tranquilo, pero no en estos días porque tengo mucha tarea escolar. Mientras quisiera que me contestaran una cosa, y si pueden, espláyense: ¿qué les parecen los Rutland, uno por uno?
Luciano Publicado 29 de Junio del 2006 Publicado 29 de Junio del 2006 me parecen bueno los personajes: el hermaano vengativo,la madre que solo le interesa su aspecto y el padre inhumano tiene mucha personalidad y gran parecido a las familias riquisimas de norte america,muy buen trabajo con eso
Escorpio Publicado 1 de Julio del 2006 Publicado 1 de Julio del 2006 Joeeeeeeeeeeeeeeee tu relato me encanta como puedes mezclar personajes del TR6 TR7 y TR4 y TR la pelicula me gusto mucho estan perfecto tu relato sobretodo x eso de los aldeanos y los dioses egipicios ajaja espero la proxima entrega y saber x fon k paso con lara antes del AOD y despues del TR4
Luciano Publicado 1 de Julio del 2006 Publicado 1 de Julio del 2006 entre el 6 y el 4 siempre hay un 5 supuestamente
Tomás Publicado 2 de Julio del 2006 Autor Publicado 2 de Julio del 2006 ENTREGA 14 La tribu de beduinos lucía muy nerviosa; hombres y mujeres se reunían en pleno desierto, alrededor de una fogata, asombrados y a la vez aliviados de no haber sido atacados por alguna nueva plaga; afortunadamente aún no habían perdido a sus hijos primogénitos, pero sus cuerpos rebosaban de picaduras de mosquitos y tábanos, las aguas ya se habían tornado rojas como la sangre, ya habían sido atacados por langostas y escorpiones y sus cosechas ya habían sucumbido bajo los cielos en tinieblas. De no haber sido por lo mucho que confiaban en Putai, jamás habrían accedido a reunirse allí. La chamán hizo su aparición erguida y blandiendo su bastón mágico. - Supongo que sabrán por qué estamos reunidos aquí, ¿verdad? –inquirió mientras todos la reverenciaban y se postraban ante ella. - ¡Señora, tiene que ayudarnos! –gritó histérico un beduino -¡Seth nos está quitando todo! ¡Un alma perversa lo liberó, y dentro de poco destruirá el mundo! - ¡Tranquilos, tranquilos! –Putai hablaba con energía y seguridad- Ustedes no tienen que seguir ocultándose como ratas, así le demostrarán al cerdo de Seth que le tienen miedo. - ¡Shhh! –chilló en voz baja una beduina –No lo diga tan alto, si la oye es capaz de matarla. - No le temo a Seth –repuso la chamán quedamente-. Es más, ahora mismo iré a hablar con el dios Horus para que se haga cargo de la situación. - ¿Con el dios Horus? –exclamaron unos cuantos, excitados-¿Tiene usted permitido dirigirse a él, Gran Putai? - Supongo. Soy la chamán de la tribu, tengo poderes y un bastón mágico, así que creo que vale la pena intentarlo. –y añadió enérgica a voz en cuello:-Así que, pueblo de Egipto, no teman, ¡con el poder que me han conferido, hablaré personalmente con el dios Horus y él nos librará para siempre de esta calamidad en la que nos encontramos por culpa del malvado Seth! - ¡BRAVO! ¡HURRA! ¡BRAVO! –Los beduinos estallaron en gritos y aplausos mientras Putai, armándose de valor, con la frente alta y sin mirar atrás, se dirigía al Templo de Horus. Sabía que era su oportunidad de hacer algo por su gente, ignorando completamente que lo que haría a continuación sería mucho más heroico de lo que creía… Lara sentía un leve dolor de cabeza. Abrió muy lentamente los ojos y se vio tumbada en el suelo bajo algunas pequeñas piedras, en un ambiente sumergido en total oscuridad. Se incorporó con brusquedad y apartó las piedras de sí misma. Al ponerse de pie se asombró de descubrirse completamente sana, sin ningún hueso roto, ni siquiera una diminuta lastimadura, considerando que aquel derrumbe debería haberla matado. Sin comprender lo ocurrido, distinguió una pequeña luz dorada en medio de tanta oscuridad. La pequeña luz aumentó de tamaño cada vez más, hasta que produjo un resplandor tan fuerte que obligó a Lara a cerrar los ojos. - ¿Qué tal, mortal? –saludó una voz celestial- Mi nombre es Horus, dios de la Luz. - ¿Horus? –inquirió Lara con los ojos entornados, extremadamente sorprendida. Sin pensarlo dos veces hizo algo que nunca creyó que haría: se postró ante aquella luz dorada, ante el mismísimo dios Horus. - Lara Croft, siempre has demostrado tu grandeza pero en esta ocasión demostraste tu bondad y tu coraje –anunció Horus-. Al invocarme salvaste al mundo del armagedón que mi perverso tío iba a provocar, y por eso mereces una oportunidad: he sanado tus heridas para que puedas salir del templo, pero una vez lo hayas hecho, todo el dolor que te ha provocado la caída retornará a tu cuerpo, y de ahí en más tu destino ya no dependerá de mí. - Gracias, mi señor, de verdad, muchas gracias –respondió la muchacha con una sensación de profunda gratitud-.Le juro que mientras viva haré todo lo posible por proteger a la humanidad, y no volveré a cometer errores, como el hecho de haber liberado a Seth. - Así lo espero. Sal de aquí, y que la suerte te acompañe. La luz se esfumó tan pronto como había aparecido, y sin perder un minuto, Lara se dispuso a abandonar el lugar cuanto antes. Echó a correr, y no tardó en percibir que el suelo se derrumbaba bajo sus pies, de manera que aceleró la marcha hasta que notó que pisaba suelo estable. Al mirar hacia abajo vio tremendas franjas de pinchos, y supo que si hubiera demorado un poco más, ahora estaría muerta. Avanzó a través de un largo pasillo que culminaba en escaleras doradas. Pero tan pronto como puso un pie en el primer escalón, un terrible estruendo la obligó a retroceder, y el templo entero se llenó de luz roja como el fuego. Un horrible sentimiento comenzó a oprimir su pecho, y el corazón le latía con violencia a causa del miedo. - ¡Seth! –dijo con una débil voz. - Así es, insignificante niña, así es –siseó el Señor de la Oscuridad-.Estoy encerrado para siempre en este templo por tu culpa, pero dentro de él puedo hacer lo que se me antoje. ¡Prepárate a morir! La luz se desvaneció, y un tremendo rayo destruyó las escaleras. Un enorme canto rodado amenazaba con aplastar a Lara, y lo hubiera logrado si ella no hubiera efectuado un salto con carrerilla que le permitió aferrarse a la cornisa donde teóricamente terminaba la escalera. El canto rodado cayó al pozo formado por el derrumbe de las escaleras, y Lara corrió con todas sus fuerzas evitando los rayos que una fuerza invisible le lanzaba. Ante ella había otro saliente, al cual se subió sin dudar. Tomó carrera y se aferró a un tercer saliente, esquivando en todo momento los rayos de Seth. La habitación terminaba en un enorme muro, completamente sólido excepto por una pequeña grieta. Lady Croft inspiró profundamente, saltó y se aferró a ella, desplazándose lateralmente hacia la derecha. - ¡Muere, mortal! ¡Muere! –chillaba Seth, lanzando rayos en su dirección. Lara se desplazaba cada vez con mayor rapidez, deseando no cometer la imprudencia de fatigarse y soltarse de la grieta, porque eso significaría su fin. El desplazamiento se le hizo eterno, pero finalmente llegó a tierra firma y pudo soltarse, sólo para estrellarse con un trío de chacales hambrientos. Con el corazón en la boca recordó que había olvidado su mochila con las armas en el lugar donde se le había aparecido Horus, así que no podía enfrentarse a ellos. - ¡Ahora no podrás escapar! –siseó el invisible Seth! -¡Ataquen! Ladrando y aullando temiblemente, los chacales se abalanzaron sobre Lara, que logró esquivarlos con un salto hacia delante, y ahora corría escaleras abajo, sintiendo cada vez más cerca la respiración jadeante de los hambrientos chacales. Una sala con enormes pilares se extendía ante ella, y bajo ellos, todo el suelo estaba cubierto de filosas cuchillas. Sin pensarlo dos veces saltó hacia el pilar que tenía enfrente, luego al de la derecha, más adelante a la izquierda, nuevamente a la derecha, hasta llegar a suelo firme otra vez. Un aullido la hizo girar sobre sus talones, y al mirar abajo vio a los tres chacales en el suelo, ensartados por las cuchillas. ¡Qué torpes habían sido! Sonó un terrible trueno, y Seth apareció ante ella en toda su majestad. Enorme, imponente y con cara de chacal, sus maléficos ojos la miraban con furia. - ¡Se acabó el juego, grandísima tonta! Ahora tendrás que vencerme a mí, a mí, que soy un ser inmortal. Seth no se hizo esperar y lanzó su ataque: saltó sobre la chica, que con gran dificultar logró zafarse. Gracias a su habilidad de saltar en círculos logró esquivar sus rayos mortales, pero el ingenioso dios logró acorralarla contra el risco. Muerta de miedo, Lara Croft se vio aferrada a la cornisa con Seth mirándola triunfante. Echó un vistazo al suelo lleno de cuchillas y supo que si se soltaba tendría un destino tan monstruoso como el de los chacales. Seth lanzó una carcajada burlona. - ¡Se acabó el juego! ¡Es tu fin! Lara cerró fuertemente los ojos, preparada para el final. Otro estruendo sonó, lo que la motivó a abrirlos. Horus, tan enorme como su tío y resplandeciente de destellos dorados, hacia frente al dios egipcio de la oscuridad. - ¿Tú otra vez? –chilló éste sorprendido. - No atacarás a la humana mientras yo estoy aquí –repuso Horus con los dientes apretados, y lanzó su ataque. Los dos dioses se alzaron en el aire, justo encima de los pilares, e iniciaron una batalla lanzándose bolas de fuego. A Lara le hubiera encantado quedarse a mirar, pero seguía aferrada a la cornisa y ya se le estaban cansando las manos. Una vez arriba, comenzó a escalar la pared derecha de la estancia a la que había llegado, mientras los ruidos del combate divino resonaban en sus oídos. Tras un período de tiempo que le pareció interminable, Lara llegó arriba de todo, y pudo distinguir la luz del sol a lo lejos de un corto pasillo. Después de atravesar el pasillo, la aventurera lanzó un gran suspiro de alivio al verse libre por fin del Templo de Horus, y con vida. Pero esta sensación duró muy pocos segundos; un horrible dolor le recorría todo el cuerpo, y se horrorizó al verse llena de sangre. Ya sin nada de fuerzas, se desplomó en la arena, recordando que su destino ya no dependía del bondadoso dios de la Luz. Distinguió a Von Croy, que se alejaba, aparentemente llorando, y quiso gritar “¡Werner, estoy aquí!”, pero no pudo; estaba destrozada a causa del derrumbe de la pirámide. Cerró los ojos y, deseando que aquel inconcebible dolor terminara, se abandonó en la arena, consciente de que muy pero muy pronto todo terminaría para ella. Pero se sentía satisfecha, ya que el mundo estaba a salvo de Seth para siempre.
Escorpio Publicado 2 de Julio del 2006 Publicado 2 de Julio del 2006 :drooler: Pedazo de flashback :ekk: Me gusto mucho lo del final k Lara vaya a morir pero k se sentía satisfecha x salvar al mundo de seth :cry2: Eres un buen escritor Tomas espero con ansia tu pxroxima entrega
Tomás Publicado 2 de Julio del 2006 Autor Publicado 2 de Julio del 2006 ENTREGA 15 Putai se aproximaba al Templo de Horus, respirando agitadamente y deseando que sus poderes sirvieran de algo. Se sorprendió al notar que la entrada estaba obstruida por un derrumbe, y de inmediato se dispuso a correr las gigantescas piedras para poder entrar. Pero no pudo concluir el proceso, ya que un débil gemido la hizo girarse sobre sus talones. En la arena había una mujer de su misma edad, blanca y moribunda, con el cuerpo bañado en sangre y algunas cortaduras en el cuerpo. La chamán reprimió un grito de espanto y se acercó a la forastera; sabía que debía acudir a Horus cuánto antes, pero si no salvaba aquella inocente vida no se lo perdonaría nunca. Pronunció algunas palabras en egipcio y con la punta de su bastón tocó la frente de Lara. El bastón produjo un destello blanco que penetró en su frente, y como por arte de magia, su cuerpo quedó intacto, sin sangre ni cortaduras ni quemaduras. Todo el dolor físico que Lady Croft sentía se esfumó al instante, y de pronto se sintió fortalecida y renovada. - ¿Estás bien? –preguntó Putai con preocupación. - Sí, sí, estoy bien –jadeó Lara con una mezcla de alivio y asombro-.Muchas gracias por salvarme –añadió con respeto poniéndose de pie. - Mi nombre es Putai, soy la chamán de una tribu –se presentó la muchacha, tendiéndole la mano. - Lara Croft, de Inglaterra, arqueóloga y saqueadora de tumbas –se presentó estrechando su mano. - Me quedaría a hablar contigo –se disculpó Putai-, pero debo ir a hablar con el dios Horus. Verás, es que el dios del Mal, Seth, ha sido liberado, y… - Ya está encerrado otra vez –terció Lara. - ¿En serio? –La chamán no podía creerlo. Lady Croft comenzó a explicarle todo. Los beduinos aguardaban con impaciencia el regreso de Putai, de manera que al verla llegar triunfante y acompañada por una extranjera, no pudieron menos que gritar de histeria y freír a preguntas a la chamán. - ¡Silencio! –Putai se hizo escuchar- Quiero presentarles a una nueva amiga. Su nombre es Lara Croft y se quedará un tiempo con nosotros. Todos se acercaron a saludarla. De este modo trascurrieron dos meses. En ese período, Lara habitó junto a los beduinos, encariñándose profundamente con todos y aprendiendo sus costumbres. Pasaba la mayor parte del tiempo junto a Putai, quien a su vez aprendió de ella. Cada noche, se sentaban alrededor de una fogata, y Lara les relataba sus aventuras, maravillando a sus espectadores. Una noche, sin embargo, estando todos dormidos, Lara permaneció en vela, contemplando el cielo estrellado y con aire taciturno. - ¿Qué te ocurre, Lara? –inquirió Putai cariñosamente, acercándose a ella. - Nada, no es nada –mintió ella, enjugándose las lágrimas. - Por favor, no trates de ocultar tus sentimientos –dijo con dulzura acariciándola. - Tienes razón, Putai –respondió Lara-. Ocurre que la paso muy bien con ustedes, pero extraño mucho a mis amigos. Ellos están en Londres, seguramente pensando que estoy muerta; tengo que volver. - Te entiendo –las dos amigas se sentaron en la arena-, sé que no quieres perderlos. - No sabes la cantidad de gente que he perdido –sollozaba-. A los nueve años murió mi madre, a los dieciocho años murió mi padre, y a los veintiún años murieron casi todos mis amigos de la universidad. - ¡Qué horrible! –susurró Putai-¡Perder a todos tus amigos juntos! - Entre ellos estaba la mejor amiga que jamás he tenido: Amanda. Jamás tendré una amiga como ella, era incomparable. Finalmente, Lara se abandonó a los brazos de su amiga. Era sarcástica, asesina, ladrona de tumbas, pero en el fondo tenía muy buenos sentimientos. - Mira –dijo la chamán luego del abrazo-: esta tarde me topé casualmente con un anciano que estaba buscándote, tal vez sea ese tal Von Croy del que tanto hablas. - Von Croy –masculló Lara entre dientes-, te odio con toda mi alma, por todo lo que me has hecho aquí en Egipto, y por lo que me has hecho antes también. - Lara, no debes ser tan rencorosa. - ¡Lo odio! ¡Lo odio y jamás podré perdonarlo! - Lara –Putai intentaba apaciguarla-, quizá él está arrepentido, y puede ayudarte a regresar a casa. La señorita Croft lo meditó unos momentos y se volvió hacia ella. - Partiré mañana temprano a su encuentro, pero, quiero que sepas que voy a extrañarte mucho, a ti y a todos. - Yo también, Lara, yo también –La chamán se largó a llorar al abrazar a su amiga. - ¡Señor Von Croy! ¡Señor Von Croy! ¡Venga, rápido! Un niño beduino se acercó gritando al anciano arqueólogo y le indicó que lo siguiera. Ambos se adentraron en el Templo de Horus, el niño llevaba un farol para alumbrar el ambiente mientras el viejo deseaba con todas sus fuerzas que había ocurrido lo que él esperaba que ocurriera. - ¿Qué ocurre? –preguntó impaciente a uno de sus excavadores -¿Qué has encontrado? ¡Dámelo, dámelo! El excavador no se hizo esperar y le entregó una mochila anaranjada. - La hemos encontrado –susurró Von Croy para sí mismo, lleno de alegría. Unos minutos más tarde, al salir de allí, casi se desmayó del asombro al ver en pleno desierto a su antigua alumna, aparentemente intacta y saludando con la mano. - Hola, Werner –dijo con sarcasmo. - ¿Lara? ¡Lara! ¡Mi niña! –Von Croy se abalanzó hacia ella corriendo, preparado para darle un cálido abrazo, pero ella lo detuvo. - Quita tus sucias manos de encima –le espetó con dureza. Su rechazo le dolió al anciano, pero ya se sentía en paz consigo mismo, porque la había encontrado. La iglesia jamás estuvo tan repleta: todos habían asistido a la misa que el padre Dunstan había organizado a la memoria de Lara Croft. Sus amigos más sensibles, como el anciano Winston, la dulce Greta o el temeroso Alister, lloraban sin parar, pero otros más duros, como Nishimura, Charles Kane, Anaya, Jean Yves y Zip, entre otros, disimulaban su inmensa tristeza manteniendo la mirada dura y furiosa; furiosa por haber perdido a la mejor amiga que habían tenido jamás. - En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo –ante la orden del padre Dunstan, todos se persignaron-. Hermanos, estamos aquí reunidos para conmemorar el fallecimiento de Lara Croft, una mujer que en todo momento fue… Se detuvo en seco al ver llegar a dos figuras no deseadas: Lord Errol Croft y Lady Angeline Croft, los tíos de Lara. Lord Errol y Lady Angeline eran aristócratas elitistas interesados en eventos sociales, los únicos familiares vivos de Lara, quienes, sin embargo, no dudaron en desheredarla y retirarle su apoyo al conocer su decisión de abandonar su vida cómoda en Inglaterra por unos shorts y un top y un estilo de vida de aventuras osadas en el mundo de la arqueología, estorbando así sus planes de casarla con Lord Farrington. Aún así, todo esto no impidió que fueran a darle el último adiós a su sobrina, conscientes de que todas las miradas estaban puestas en ellos. - ¿Qué hacen ustedes aquí? –gritó Kane acaloradamente. - ¿Cómo qué? –replicó Lady Angeline perturbada- Venimos a la misa en honor a nuestra difunta sobrina. - ¡Ustedes no merecen estar aquí! –gritó Winston poniéndose de pie. - Cállate, abuelito –susurró Greta, asustada. - ¡Tiene gazón! –Jean también se había puesto de pie –Lo que éstos dos le hiciegon a Laga no tiene pegdón. - Usted cállese, francés de porquería –replicó Lord Errol amenazante-. Todos ustedes son gentuza, no sé cómo mi sobrina pudo haberse mezclado con ustedes. A los pocos segundos la iglesia se había convertido en un revuelo, ya que nadie deseaba la presencia de los aristocráticos tíos de Lara. - Ya basta, estamos en la casa de Dios –pero los ruegos del padre Dunstan, Alister y Greta, no sirvieron de nada. No obstante, todos se frenaron en seco cuando otra figura hizo su entrada en la iglesia. Una joven con una trenza, traje negro de exploración, anteojos negros y maquillaje negro. - Hola, chicos. He vuelto. Winston se abalanzó sobre ella para abrazarla, Lord Errol quedó paralizado de la sorpresa y el resto comenzó a gritar y chillar de emoción. ¡Lara Croft estaba viva! Lady Angeline se desmayó, y su marido la tomó en brazos para reanimarla. - ¡Mis queridísimos tíos! ¡Cuánto tiempo sin verlos! –saludó Lara con sarcasmo.
Escorpio Publicado 2 de Julio del 2006 Publicado 2 de Julio del 2006 jajajajaj Eso ultimo te kedo muy bien jajajajaja jamas abia visto un flashback como este es lo maximo me encanta jaja haber como sigue despues la historia jaja
Tomás Publicado 4 de Julio del 2006 Autor Publicado 4 de Julio del 2006 ENTREGA 16 C)Cruzando el Nilo - De modo que esta señogita te salvó –dijo Jean cuando Lara terminó de hablar-. Mucho gusto, encantado, soy Jean Yves, egiptólogo y agqueólogo –se presentó, estrechando su mano. - Y, ¿qué haces tú aquí, Putai? –inquirió Lara con interés. - Vine a buscar a aquel desgraciado, casi acaba con mi tribu. - ¡Alex West, te desprecio, ser repugnante! –murmuró Lara para sí misma. - Pues, será muy repugnante pero hace años tú dijiste que era una fiera en la cama, ¿verdad? –repuso Zip sarcástico. - Zip, acabarás con mi paciencia. - Lo siento –el tono amenazante de su amiga lo asustó. - ¿Acaso tú lo conocías, Lara? –inquirió Putai de repente. - Es una larga historia. Ha sido un placer verte, pero tengo que irme. - Yo también –repuso la joven chamán-Estoy a punto de tomar una barca que me llevará a Tebas. - ¡Qué casualidad! –intervino Jean- ¡Laga también va paga allá! - Así es –coincidió Lara-, de modo que tendremos tiempo de sobra para hablar. Y tú, amigo mío, no dejes de investigar por nada del mundo, recuerda que esto lo estoy haciendo por ti –le advirtió al francés. - Pog supuesto, Laga, ni lo dudes… Maggie iba cargada de bolsas por las calles de Nueva York; había arrasado con las tarjetas de crédito que su esposo le había regalado, y en ellas llevaba vestidos, zapatos, cosméticos de belleza y demás artículos de shopping. A causa de todo lo que cargaba llamaba mucho la atención y todos se daban vuelta para mirarla, pero a la vanidosa señora Rutland aquello le tenía sin cuidado: era la mujer del senador, podía hacer lo que se le antojara. Ingresó en el lujoso establecimiento en el que su marido trabajaba, donde todo el mundo la saludaba con respeto, recibiendo a cambio meras miradas de superioridad de parte de ella. Fuertes llantos resonaban en la oficina de James; Maggie, desde el picaporte de la puerta, vio a una pobre secretaria suplicándole miserablemente al senador. - ¡No, por favor, señor, no me despida! ¡Le juro que no volverá a ocurrir! - ¡Cállate, Vivian! –le espetó Rutland sin piedad -¿Tú te piensas que te has ganado el puesto por tu carrera universitaria? ¡Claro que no! ¡Te lo has ganado porque eres hermosa, porque tienes un trasero inmenso! ¡Eres ingrata! ¡Te lo he ofrecido todo y no accedes a pasar una simple noche conmigo! ¡Puedes tener lo que se te antoje! ¿Sabés qué? Julia Roberts es amiga de la familia, incluso podrías conocerla, que es el sueño de cualquiera, ¡pero no! ¡Eres una tonta, Vivian, y yo no empleo tontos! ¡Estás despedida! Rompiendo a llorar, Vivian salió precipitadamente de la oficina, sintiéndose humillada y maltratada, y ni siquiera reparó en la presencia de Maggie. Todo lo que había estudiado, todo lo que había sacrificado para obtener el puesto de secretaria del senador… ¡En vano! A éste sólo le interesaba que ella fuera una rubia preciosa más que una empleada eficiente. Estaba tan sumergida en sus pensamientos que tropezó con un joven a la salida del edificio. - ¡Vivian! ¿estás bien? –La secretaria palideció al reconocer a William Rutland. - ¡Su padre me despidió, señor! –gritó histérica y derramando más lágrimas -¡Intentó propasarse y me negué! ¡Le interesa mi cuerpo, no mi talento! ¡No valgo nada! - Tranquila, no pasa nada, tranquila –El hijo mayor del senador abrazó a la joven mientras frotaba levemente su espalda. Vivian Hart, al igual que el resto de las mujeres del planeta, percibía muy fácilmente cuando se hallaba ante un hombre contenedor, y William era uno de ellos. ¡Cuán distinto era a su padre! Honesto, responsable, trabajador, alto, fuerte… - ¡No trates de engañarme, James Rutland! –amenazaba Maggie en la oficina de su marido -¡Tú querías aprovecharte de la ilusa empleducha, y no permitiré que me seas infiel! - ¡Cierra la boca, Margaret! –ordenó el senador- No puedes reprocharme nada, porque tú te casaste conmigo por conveniencia. - Tenía veintinueve años –replicó su esposa-, mi familia estaba en bancarrota y la tuya era millonaria, ¿qué pretendías que hiciera? - ¿Tú has despedido a Vivian, papá? –William acababa de irrumpir en la oficina y miraba amenazante a su padre. - ¿Qué te importa si lo hice? –James escupió en su dirección-Ella se negó a ser mi amante. ¡Podría incluso haber conocido a Julia Roberts, por todos los cielos! - ¿Y lo dices así? –El muchacho estaba fuera de sus casillas, cada vez se convencía más de que su padre no tenía límites-¿estando mamá presente? - Tu madre se casó conmigo por dinero, y yo me casé con ella porque era bella, ¿entiendes? William no supo qué contestar. Abandonó la oficina a toda velocidad, mientras se preguntaba consternado qué clase de monstruos eran sus padres, que ni siquiera se habían preocupado por vengar a su propio hijo. Pero él sí lo haría. Mataría a Lara Croft, y esta vez, se aseguraría de no fallar… - Oye, aún me debes un relato, ¿recuerdas? - No lo olvido, Zip, tranquilo. - No puedo creer todo lo que me has contado, Lara –manifestó Putai-.Si a mi propia madre le hubiera ocurrido eso, yo haría exactamente lo mismo. Las dos amigas se hallaban subidas a la barca que las llevaría hasta Tebas. A medida que cruzaban el Nilo respiraban el aire puro del exterior y gozaban de un viaje tranquilo y sin contratiempos. Lara acababa de contarle a la chamán todo lo sucedido desde la última vez que se vieron, y la líder de la tribu beduina no dejaba de asombrarse. - Y tú, Putai, ¿para qué vas a Tebas? - Por la misma razón que tú: a resolver el misterio de las riquezas de Ramsinit, ya que ese tal Alex West nos atacó creyendo que conocíamos su paradero –repuso con tristeza. - ¡Ese crápula! –exclamó Lady Croft rechinando los dientes- ¡Lo detesto casi tanto como al imbécil de William Rutland, que resultó aún peor que su hermano! - Lara, por favor continúa –pidió Zip-¿por qué Merlín colocó a Excalibur sobre aquella piedra? - Está bien: “Dos años después del episodio, se desató una guerra terrible contra Úther, que no tardó en morir. El reino se vio inmerso en un período de anarquía debido a la ausencia de rey, así que Merlín se dirigió a los arzobispos de Canterbury y les habló de Excalibur, diciendo que aquel que quitara la espada de esa roca sería por legítimo derecho rey de toda Inglaterra. “Arturo creció con cariño y sin saber nada de su verdadera identidad. Desde muy pequeño, Merlín fue su mentor, le enseñó todo sobre el mundo que lo rodeaba, lo educaba mediante magia: lo convirtió en pez, en ardilla, en ave… en una ocasión peleó contra una vieja bruja llamada Madame Mim, y mientras ella se trasformó en dragón, él la venció trasformándose en el microbio de las paperas, contagiándola.” - ¡De eso me acuerdo! –rió Zip- Recuerdo haberlo visto en la película de Disney cuando era niño. - Zip, esto lo dice un libro para adultos, no una película para niños –replicó la señorita Croft, escéptica- Merlín no sólo fue el mentor de Arturo sino también de Morgana, fue él quién la llevó a vivir con las hadas para que se convirtiera en una poderosa hechicera. - ¡Qué tonto! –replicó Zip- Hasta donde sé, Morgana fue la mayor oponente de Arturo, la villana de la leyenda, por decirlo así. - ¿Tú crees? Yo no estoy muy segura –repuso la arqueóloga. Como siempre, ella tenía razón. No fue Morgana el personaje antagonista del mito artúrico, sino alguien mucho peor… De cualquier manera, Lara prosiguió: - Cada año se realizaba una justa de caballeros en Londres. Pero cuando Arturo tenía quince años, se proclamó que el vencedor de esa justa sería rey, ya que el arzobispo había muerto, los mejores hombres intentaron quitar la espada, y la leyenda de Excalibur fue olvidada. Por entonces Kay tenía dieciocho años, edad suficiente para combatir, siendo su hermano adoptivo su escudero. “Se alojaron en un lugar conocido como la Posada del Jabalí, y Arturo cometió la imprudencia de olvidar la espada de Kay allí. Mientras los caballeros combatían, se apresuró a ir a buscarla, sólo para estrellarse con la puerta cerrada. Desesperado, vio por casualidad una clavada en un zócalo de piedra en el patio de la iglesia, y la retiró sin ningún esfuerzo. Se la entregó a su hermanastro ignorando su significado, y éste, sabiendo que era nada menos que Excalibur, no pudo creer que aquel muchacho, casi un niño, hubiera logrado sacarla, cuando hombres fuertes y rudos no lo habían logrado. Sir Héctor volvió a colocarla en el zócalo y lo obligó a volver a sacarla ante todo el pueblo. Los caballeros se burlaban de Arturo, seguros de que no lo lograría. “Y cuando volvió a sacar la espada de la piedra, todos quedaron perdidamente admirados: ¡un adolescente de quince años era el Rey de toda Inglaterra! El chico no salía de su asombro, y Sir Héctor acabó confesándole la verdad: que su verdadero padre era Úther Pendragón y que había llegado la hora de ocupar su lugar como rey. - ¡Maravilloso, Lara! –exclamó Zip. - No pude evitar escuchar –interrumpió Putai-, y realmente es una historia muy interesante la del joven Arturo, nunca la habías contado. Lara no escuchaba a su amiga, sino que observaba el paisaje. Los estanques que bordeaban el Nilo estaban habitados por patos, cuervos marinos, y un ave acuática de grandes zancas y largo pico, el Ibis, cuyo plumaje era blanco y la cabeza negra. Crecía una hermosa planta llamada papiro, que subía en tallos largos y delgados como la caña. Antiguamente había cocodrilos e hipopótamos, pero por suerte el Nilo estaba libre de ellos hacía mucho tiempo. Un fuerte estruendo hizo sacudir el barco e hizo tambalear a Lara y a Putai. - ¡Oh, no! –gritó asustada la chamán- ¡Un hipopótamo! Les suplico: Opiniones Largas. Mínimo: 4 renglones
Ana María Publicado 4 de Julio del 2006 Publicado 4 de Julio del 2006 Bueno... si quieres que sea sincera, no me ha gustado que calificaras a Putai de "mujer fea". Putai no era fea para nada...esos ojos verdes que tenía son una rareza en la gente de su raza... Por otra parte, tampoco creo que se asustara de un hipopótamo. La gente del desierto está hecha a las cosas del desierto, digo yo, y no sé... es una chamán una sacerdotisa que cura a su pueblo... eso del bastón mágico y todo esto... no lo sé, lo veo muy fantasioso, Tomás. Creo que te has leído mi relato porque estás tomando los mismos personajes y las mismas istuaciones más o menos que yo he tomado en El Sello Áureo, justamente esa parte está publicándose ahora en la revista. Pero el enfoque con que lo haces me parece demasiado... fantasioso.
Tomás Publicado 4 de Julio del 2006 Autor Publicado 4 de Julio del 2006 Si, lo leí y me gustó mucho. Tomo los mismos personajes porque estamos en Egipto, en otro país Lara será ayudada por otros. Y bueno, sobre la belleza de Putai, cada cual tiene su gusto.
Escorpio Publicado 4 de Julio del 2006 Publicado 4 de Julio del 2006 Me ha gustado mucho el relato pero no me gusto k Putai se asustara tanto por un hipopotamo estaria bien de un cocodrilo pero de un hipopotamo ??? lo veo muy raro... Por lo demas la historia de Arturo esta muy bien pero yo no recuerdo que en el ultimo capitulo Jean Yves estuviera con Lara y Putai pero bueno seguro que si estaba.... Me esta encantando tu relato sobretodo tu flashback jamas abia visto un flashback como ese jeje espero que sigas tan bueno escribiendo las proximas entregas Y por cierto respecto a los Rutland nunca abia visto a una familia asi son asquerosos : la madre interesada , el padre no le encuentro la palabra es una asi como que nada mas le interesa las mujeres y el hijo aunque es el mas normal es vengativo jajaaja Salu2
Tomás Publicado 4 de Julio del 2006 Autor Publicado 4 de Julio del 2006 Para Escorpio: A) Gracias por eso del flashback B) Aprovecho para relatar la historia del Rey Arturo para todos aquellos que no la conozcan, y porque será necesario que se sepa por si llegamos a encontrarnos un personaje de esos (no debería decir esto) C) Me halaga lo que dijiste de los Rutland, la idea es que Maggie y James no agraden al público. Pero si ellos, que son villanos secundarios, te dan asco, entonces Amanda, que es la villana principal de la historia, te va a dar repugnancia. D) William no es malo ni mucho menos, es más, le aterra la actitud deshonesta de sus padres, simplemente quiere hacer justicia. Recuerdebn que Kurtis quería matar a Eckhart por lo que le hizo a su padre, y Lara casi acaba con Amanda por lo que le hizo a su madre; pues bien, William quiere destruir a Lara por haber matado a su hermano menor, cualquiera quisiera hacer lo mismo. (Además, recuerden que William en el Museo no se sentía capaz de matar a Alister, no va con la naturaleza despiadada de su ambiciosa familia, que no conforme lo trata mal a él, su preferido era el muerto Rutland). Para Ana María: 1)Reconozco mi error, creo que Putai no debería haberse asustado, gracias por marcármelo. 2)Es cierto, la historia tiene un enfoque de fantasía que radica en el argumento mismo: "Lara Croft intenta llegar a la mágica tierra de Avalón para recuperar a su madre, desaparecida desde que ella era niña, sin saber que está siendo manipulada por una secta satánica llamada la Cábala." Personalmente me gusta lo fantástico (tengo 16 años y me gustaba desde los 3), no sé vos, pero hay un ligero cambio: TRL no era muy adulto que digamos, hacia la mitad de este relato nos encargaremos de modificar eso. 3)Con todo amor, noté que sos precipitada a la hora de juzgar, me di cuenta cuando marcaste lo de Amanda Nephilim, y aún no se sabe ni cómo se llegó a esa conclusión ni la GRAN SORPRESITA que la rubia le está preparando a Lara. 4)Sos una gran escritora, te estoy leyendo fielmente, y te aseguro por mi honor que cualquier semejanza que encuentres entre el Sello Aureo y Descubriendo Avalón es pura casualidad. De hecho, nos parecemos en algo: nos gustan las tramas complicadas y nos atrapa la historia de los Nephilim. Además, vos tenés millones de fieles lectores (yo incluído) y yo sólo 3 (Vos, Luciano y Escorpio). Para los dos: Los felicito por el tamaño y calidad de la opinión. Así se debería hacer siempre. Para todos: 1)Les aconsejo DISFRUTEN estos capítulos que tienen toques de comedia porque dentro de un tiempo los siguientes serán tenebrosos a más no poder (algunos personajes morirán). 2)Por algo recomendé observar a los Rutland: no se guíen por las apariencias, no todo es lo que parece. Asimismo les sugiero también observen a los habitantes actuales de la Mansión Croft. Saludos a todos.
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