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Tomás

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Todo lo publicado por Tomás

  1. Responderé a todas las inquietudes: 1-Lo reconozco, es super fantasioso 2-Mi hermana no estaba conmigo, de hecho, odia Tomb Raider; lo de la esfinge fue un toque de comedia, Lara imaginaba un enigma como en el mito griego de Edipo o de ese estilo y se estrella con preguntas ilógicas, hay que ir preparado para todo. 3-Palanca para invocar al espíritu había, si señor. 4-Maggie y James: tengo decidido el destino de cada uno de los personajes, pero, él es un político corrupto y asesino, ella sólo es una mujer vanidosa y materialista. Aprovecho para dar una triste noticia: algunos personajes buenos que quizá generen cariño morirán, pero no a manos de estos villanos secundarios sino de Amanda, la Gran Villana. 5-El plan de Amanda sí se sabe: utilizar a Lara para conseguir los talismanes y llegar a Avalón; para eso Karel quería despertar al Durmiente, para llegar a Avalón, creía que sólo allí renacería la Alta Raza de los Nephilim. ¿por qué creía eso? SORPRESA. 6-Hay cosas de Amanda que no se saben, como por ejemplo, ¿cómo es que es una Nephilim y que Karel ignoraba su existencia? Además, hay más de ella de lo que se ve a simple vista. 7-Alex NO TIENE NADA QUE VER. Según Putai, él busca las riquezas de Ramsinit, nada más, pero no tiene relación ni con Amanda ni con la Cábala. 8-La carta del profesor Eddinton: lo siento, dedúzcanlo ustedes mismos. 9-Gracias por eso de las biografías, creo que es lo mejor. 10-Esta novela será muy muy pero muy extensa, ya que luego de visitar Egipto, las Ruinas Aztecas, Israel, de negociar con Larson y Pierre, antes de ir a Paraíso, estaremos recién en la mitad, todos estos sitios corresponden a la primera mitad. 11-Avalón aparecerá, pero no como se lo imagina, y ¿cuando acaba el relato? Es confidencial, así como la suerte de Amelia Croft. Saludos y espero haber aclarado dudas.
  2. Creo haber visto a Tomb Raider Regresa por aquí, pero no me escribió nada
  3. Muy ingeniosa la idea de retomar la historia de los Tomb Raider Clásicos, y ese recurso de escribir primero en tercera persona y después en primera. Pero como no todo es rosa en la vida, cuidado con los errores de tipeo (ortografía no, tipeo). Saludos
  4. Ésta es la primera y única vez que coloco 2 entregas juntas, es en honor a que se cumple el aniversario de las primeras 20 (¡no lo puedo creer :'( !) así que espero doble ración de opiniones, aunque el tamaño de las 2 últimas fue muy bueno. ENTREGA 19 En Nueva York se había desatado una lluvia torrencial, y George y Annie comenzaban a preocuparse por la tardanza de su hija. Después de todo, al tratarse de una muchacha rubia de veintisiete años era probable que corriera peligro, habiendo tanto degenerado suelto por las calles. El matrimonio almorzaba en un diminuto comedor, propio del precario departamento en el que vivían, y el nerviosismo se reflejaba en sus rostros. Ninguno se atrevía a decir nada, pero en sus miradas se reflejaba la misma inquietud: ¿dónde estaba Vivian? Golpes en la puerta los sacaron de sus pensamientos. Annie se apresuró a abrir, sólo para estrellarse con su hija, empapada por la lluvia y llorando desconsoladamente. - ¡Vivian! ¿qué ocurre? Por toda respuesta, Vivian se precipitó sobre los brazos de su madre y continuó llorando. - ¡Mi niña! ¿Qué ha pasado? –George había llegado junto a ellas, y también abrazaba a la muchacha. - ¡Ha sido terrible! –exclamó separándose de su madre-¡El señor Rutland trató de abusarse de mí, dijo que sólo obtuve el puesto de secretaria por mi cuerpo! ¡Con todo lo que estudiado! - ¿Eso hizo? –gritaron al unísono George y Annie, estupefactos. - Así es –corroboró enjugándose las lágrimas-, ¡me llamó estúpida, pobretona, y me despidió cuando me rehusé a ser su amante! - ¡Esto no quedará así! –exclamó George furioso, poniéndose el piloto que había junto al perchero -¡Ese viejo pervertido aprenderá a no meterse con mi hija! - ¡George, espera! - ¡Cállate, Annie! –esto se arregla entre hombres. Y salió dando un portazo. - Mamá, ¿Qué va a hacer papá ahora? –Vivian volvió a abrazar a su madre, sumamente nerviosa. - Tranquila, hija, tu padre sabe cuidarse bien –repuso Annie, rogando con todo su corazón que sus palabras fueran ciertas. Si William se había extrañado con la ausencia de la mucama, su pregunta hubiera sido respondida en la oficina de su padre; Helga y el senador se besaban apasionadamente sobre la mesa en la oficina. Él la había traído haciéndola pasar por su nueva secretaria, y ahora, ésta le retiraba el saco mientras él la tomaba de los glúteos. - Oiga, señor, ¡usted es una fiera! –exclamó la mucama eróticamente. - Tú también, preciosa –y ambos descarados continuaron. De repente, la puerta se abrió de un tremendo puñetazo. Asustados, Helga y Rutland se separaron al instante, sólo para ver al encolerizado George precipitarse sobre el viejo y propinarle una tremenda trompada en la nariz que lo hizo caerse hacia atrás, aterrizando de lleno en el suelo. - ¡Eso le enseñará a no meterse con mi hija Vivian, hijo de perra! –gritó furioso. Mientras Helga observaba atónita, el senador se limpiaba muy avergonzado la sangre que le había salido de la nariz, y George giraba sobre sus talones, dispuesto a abandonar la oficina. Pero, antes de que pudiera hacerlo, James Rutland se puso de pie y sacó un revólver del bolsillo de su pantalón. - ¡MUERE! –exclamó, disparando hacia la espalda del padre de Vivian. Mientras Helga soltaba aterrorizados alaridos, el senador apretó el gatillo una y otra vez riendo como un loco. De este modo, George Hart, el valiente, honesto y trabajador padre de Vivian, se desplomó en el suelo, muerto gracias a cinco balazos en la espalda, siendo su asesino el poderoso senador James Rutland, un político que se aprovechó de su única hija, y que no conforme, le disparó a traición, cuando éste no miraba. El hombre respiraba como un toro agitado, en tanto que Helga gemía horrorizada ante el charco de sangre que el cadáver de George había dejado en el suelo. La mucama tomó el revólver entre sus manos y comenzó a manosearlo incontrolablemente mientras repetía: - ¡Señor! ¿qué ha hecho, señor? Una decena de hombres de los que trabajaban en el establecimiento llegó corriendo a la oficina, sin duda debido a los disparos. Los señores casi se desmayaron del susto al ver el cadáver del buen hombre, y a la nueva secretaria con el arma en la mano, mirando aterrada a su alrededor. - ¡Helga! –susurró Rutland aparentemente estupefacto- ¡Lo mataste! ¿por qué? Dos de aquellos hombres, lo más corpulentos, aprisionaron a Helga y la sacaron de allí, mientras ésta forcejeaba gritando: - ¡Suéltenme! ¡Soy inocente, él lo mató! - ¿se siente bien, señor senador? –inquirió uno de los hombres cuando Helga y los otros nueve hombres desaparecieron. - Jamás me lo hubiera esperado de Helga, jamás –sollozaba- ¡Pobre hombre! ¡Tan bueno que era! - Tranquilícese, señor –dijo compasivo el hombre-. Iré a buscar agua para que se sienta mejor, y luego me ocuparé de retirar el cuerpo –contemplando al hombre llorar, abandonó la oficina. Al verse solo con el cadáver, James rompió a reír. - ¡Pobre Helga! Pero, ¿quién sospecharía de un rico senador si se encuentran a una simple mucama con el arma en la mano? ¡JA JA JA JA JA! –Lentamente se acercó al cadáver de George, contemplándolo como se contempla a un insecto. - Así terminan todos los que se meten con el senador James Rutland, insignificante rata inmunda –añadió dándole un fuerte pisotón a su inerte cráneo. ENTREGA 20 -¡Mira eso! ¿no es precioso? –exclamó Lara cautivada. Luego de un buen rato de caminar por las calles de Tebas, ella y Putai distinguieron un enorme y majestuoso palacio en ruinas, pero esta característica era lo que más le encantaba a Lady Croft: las ruinas. - Tengo entendido que debemos atravesar el palacio para llegar al mausoleo donde se encuentra el tesoro –manifestó la egipcia. - Así es –coincidió Lara. - Tengan cuidado, muchachas –previno Alister por milésima vez-, ya que se dice que el espíritu del Faraón Ramsinit habita cerca de aquí, y quien sabe también tenga un ejército fantasma a su disposición. - Pues nunca lo sabré si no entro, ¿verdad? –repuso Lady Croft. Seguida por Putai, ingresó en la ruinosa construcción, sólo para estrellarse con una sala cuadrada decorada con incrustaciones de bronce impropias de un palacio. De frente, hacia el final, había una puerta dorada, pero estaba cerrada, y a un costado de la misma se distinguía un diminuto foso, pero no podía percibirse si tenía agua o no. En el centro de la sala había un bloque de piedra, y en el suelo a cuadros se distinguían uno de color verde y otro azul, en contraste con el resto de los cuadrados, que eran marrones. - Bien, supongo que tengo que empujar esta cosa para algún lado –dijo Lara. - Yo lo haré. –decidió Putai. Avanzó, y tomó la decisión de mover el bloque hacia la izquierda, hacia el cuadrado verde. Durante unos segundos reinó un silencio sepulcral, pero luego, dos chacales surgieron de la nada, ladrando ferozmente y dispuestos a devorar a la acorralada chamán beduina. - ¿Qué hago? –susurraba Putai-Sin mi bastón estoy indefensa. Lara desenfundó las pistolas, lista para disparar a las fieras, pero antes de que pudiera hacerlo, su amiga echó a correr y se lanzó al foso. - ¡No, Putai? ¿Qué has hecho? –exclamó Lady Croft aterrada por la suerte de la joven. Los chacales se dirigieron al borde del foso y ladraron en su dirección, sin atreverse a lanzarse por él. Sin perder un instante, Lara liquidó a cada uno de un tiro y se dirigió al borde del foso. Percibió que era terriblemente profundo, su amiga no podría haber sobrevivido a una caída de esa naturaleza. Sin embargo, no se vislumbraba ningún cadáver ni nada semejante en el suelo; tal vez le quedaba alguna esperanza… - ¡Putai! ¿estás bien? - Sí, Lara –la voz lejana de la chamán se multiplicaba debido al eco-He podido bajar porque había una cuerda, pero poco antes de llegar al suelo se rompió. No te preocupes por mí, estoy bien. - No te preocupes –gritaba Lara-; volveré por ti, sólo tengo que encontrar la forma de bajar. - Muy bien, mientras tanto trataré de subir de algún modo. - ¡No! Estás desarmada, Putai, quédate ahí parada hasta que yo llegue. - Está bien, pero date prisa. - Parece que tu amiga se equivocó al mover el bloque –comentaba Zip mientras Lady Croft se encaminaba hacia el artefacto. - Tal parece, pero tiene solución –repuso Lara. Segundos después empujaba el bloque hacia la derecha, hacia el cuadrado azul, logrando así que se abriera la puerta dorada de la sala del fondo. Al aventurarse en ella llegó a un pasillo oscuro, en el que no hubiera podido ver nada de no ser con la ayuda de sus bengalas. Se hallaba ante una sala interminable repleta de ataúdes en las paredes, colocados de forma vertical. Avanzando sólo un poco percibió que a la izquierda de la puerta por la que acababa de entrar había otra también cerrada, y que hacia el final del pasillo sólo había una dura pared, y una palanca. Si Lady Croft se sentía aliviada de que no hubiera ocurrido nada con aquellos ataúdes, ahora tenía motivos para preocuparse, ya que al tirar de la palanca, todos ellos se abrieron, dejando escapar momias enfurecidas que se dirigían hacia la exploradora británica caminando como zombies. - ¡Oh, que miedo! –gimió Alister. - Soy yo la que debe tener miedo, no tú –replicó Lara molesta, y sin perder un instante saltó hacia delante para esquivar el par de momias que se disponían a ahorcarla. Notó asimismo que al jalar la palanca se había abierto la puerta izquierda del principio, que ahora se cerraba lentamente hacia abajo. Había momias dispuestas en cada esquina, por lo que Lara tuvo que correr en zigzag para evitarlas, y con muy poca anticipación, logró girar y entrar por la puerta un ápice antes de que se cerrara totalmente. Acababa de llegar a un lujoso salón decorado con incrustaciones de oro puro, y en cuyas paredes abundaban jeroglíficos e inscripciones antiguas. Un mosaico llamó su atención: representaba al Faraón Ramsinit junto a sus innumerables cofres de oro, sólo que la pintura estaba incompleta: como Lady Croft pudo percibir sin dificultad, le faltaban tres pequeños trozos, sin duda esparcidos por el lugar. A la derecha del mosaico había una enorme puerta gris de piedra, que, como la inteligente muchacha dedujo, se abriría con la ayuda del mosaico. A la izquierda del mosaico se situaba un pequeño hueco en lo alto; Lara se subió a él y logró abrirse paso a gatas; finalmente llegó a un pequeño salón con una inmensa franja de cuchillas verticales en la pared derecha, y una palanca junto a la pared izquierda. - No sé por qué, pero intuyo que en cuánto jales la palanca esa pared se te vendrá encima y te aplastará-comentó Zip. - No sería la primera vez –repuso despreocupada. Y, en efecto, en cuanto tiró de ella, la enorme pared con cuchillas comenzó a venírsele encima lentamente. - ¡Lara, sal de ahí! Ignorando el grito de Alister, Lara se escabulló por la grieta por la que había venido, logrando así sobrevivir una vez más. Libre de la pared con cuchillas, el salón daba lugar a un siguiente pasillo, por el que Lady Croft ingresó. Había llegado a una sala circular con tres puertas cerradas y un interruptor en la pared derecha de la puerta por la que había entrado. Al activar el interruptor se abrió la puerta izquierda, dejando escapar cuatro caballeros fantasmales altos y de armadura dorada, que blandiendo espadas metálicas se disponían a atacarla. Brincando hacia atrás una y otra vez, Lara disparó a quemarropa. - ¡Oh, no! ¡Las armas no tienen poder sobre ellos! –gimió Alister. - Tal parece –repuso algo nerviosa. De pura suerte logró escabullirse por la puerta recién abierta y echó a correr, seguida por los caballeros fantasmales. Se encontraba ante un problema aún mayor, ya el pasillo terminaba en una puerta metálica que se abría y cerraba a la velocidad de la luz, y si Lara la cruzaba en el momento inadecuado, moriría triturada. Pero debía darse prisa, los caballeros se aproximaban… Con un espectacular brinco logró evitarlas justo antes de que se cerraran, pero se horrorizó al comprobar que éstas se destruyeron cuando los caballeros las atravesaron, ya que eso significaba que eran susceptibles a su poder fantasmal. De cualquier forma, tras esas puertas había un sarcófago cerrado, y un poco más adelante, un pequeño foso de agua. - Parece que los soldados de Ramsinit eran muy perseverantes –comentaba mientras se lanzaba al foso. - Es evidente que el palacio del Faraón no era así en otros tiempos –señaló Alister-, debió modificarse cuando Ramsinit murió y le vendió su alma al dios Amón. Mientras él hablaba, Lara nadaba lo más pronto posible a través del foso, en el que distinguió un interruptor. Lo jaló justo antes de ser atacada por uno de los caballeros, y de inmediato, un pequeño espíritu de esencia roja como la sangre hizo su aparición en el agua y alcanzó a los difuntos. Profiriendo un alarido, éstos se disolvieron enseguida. - ¡Vuelvan al lugar al que pertenecen! –exclamó Zip. Lara continuó nadando, y en cuanto llegó a una superficie (una sala diminuta con un interruptor) suspiró victoriosa al ver, en el suelo, una de las tres piezas del mosaico. - ¡La tienes, bien! –felicitó Alister. - Intuyo que el camino de regreso será sencillo –comentó la señorita Croft activando el interruptor. No se produjo nada. Asombrada, la muchacha se dispuso a regresar, y en cuánto llegó a la sala con el sarcófago notó que éste ahora estaba abierto: seguramente de ahí había salido el espíritu que se encargó de enviar a los caballeros egipcios de regreso al Más Allá. - ¿Saben qué? Creo que esto ha sido poco emocionante para mi gusto. - ¿QUÉ? ¿CASI TE MATAN UNOS ZOMBIES Y AÚN QUIERES MÁS? - Sí, Alister –manifestó Lara como si tal cosa. De regreso en la sala circular, descubrió que el interruptor que había accionado abría la puerta frontal a la primera, y al entrar, se topó con una sala sin nada interesante, vacía y sin puerta. Echando un vistazo a su alrededor vio un bloque del lado izquierdo de la sala y una pequeña grieta del lado izquierdo. De modo que tiró del bloque hasta que estuvo situado justo debajo de la grieta; subió a él y comenzó a desplazarse lateralmente hacia la derecha. - Oye, ¿es que no se te cansan los brazos? - ¿Y a ti nunca se te cansa la lengua, Zip? Con la respuesta cortante de su amiga, la lengua de Zip se tomó un merecido descanso. Finalizado el desplazamiento, Lady Croft pudo subirse a una sala en lo alto, en la que de súbito saltó una inmensa pantera; pero con un par de saltos laterales y un par de tiros, la fiera encontró su fin. - Yo no sé quién tiene la culpa, si Amón o Ramsinit –reflexionaba Alister-¡Mira que poner animales feroces y zombies en el palacio! - Se ha quedado muy corto –repuso Lara. Y, como si lo que dijo hubiera sido escuchado, se estrelló con una tremenda esfinge con cuerpo de leona y rostro humano. - ¡Alto ahí, mortal! –bramó-Si quieres que te deje pasar, debes responder tres preguntas; si contestas bien dos de tres, te dejaré pasar, pero si te equivocas, ¡morirás! La inteligente aventurera decidió no discutir. - Muy bien, pregúntame. Lara imaginaba un enigma como el que había planteado la esfinge del mito griego de Edipo, pero… - ¿Cuál es la capital de Costa Rica? Lara se asombró de esta peculiar pregunta, pero no demoró en contestar. - San José. - Bien hecho –repuso la esfinge sorprendida-; ahora bien: ¿cómo se llama la actriz que acompañó a Britney Spears en el videoclip Creazy? - ¿QUÉ HAS PREGUNTADO? - ¡Responde ya! –replicó con impaciencia. Lara estaba en problemas, ya que Zip y Alister tampoco conocían la respuesta. - Eh, ¿Sandra Bullock? –aventuró. - ¡Pésimo! ¡Melissa Joan Hart! Se nota que no mirabas “Sabrina, la Bruja Adolescente”, porque ella era la actriz principal –repuso burlona. “¡Esto tiene que ser una broma! ¿Qué clase de esfinge es esta?” pensaba rechinando los dientes. - Ahora la tercera, y piensa muy bien cómo vas a responder: ¿cómo se dice Profanadora de Tumbas en inglés? ¡Facilísimo! - ¡Tomb Raider! - ¡Correcto! ¡Puedes pasar! –la esfinge se hizo a un costado, dejando a la vista otro diminuto trozo del mosaico, junto a un interruptor. Nuevamente en la sala circular, se dirigió a la puerta izquierda recién abierta. Avanzó muy sigilosamente, pero no reparó en que el suelo era inestable y cayó. Mientras Alister, como de costumbre, gritaba previniéndola, ella contemplaba un esqueleto desmadejado que allí había. No tardó en comprender a qué se debía, ya que a ambos lados de la estancia se avecinaban dos enormes paredes repletas de pinchos. Lara, justo a tiempo, halló un pequeño hueco junto al esqueleto, y se arrojó cuando las paredes casi la trituraban. El ruido de un canto rodado que se dirigía hacia allí la obligó a echar a correr hacia delante y a arrojarse a un nuevo foso hallado más adelante. En el nuevo foso halló un silencio de ultratumba; era una sala que, en contraste con las dos anteriores, estaba majestuosamente decorada, con una enorme estatua plateada de un caballero hacia la mitad y un interruptor justo al lado de la entrada. - Lara, perdón que opine, pero quizá no sea bueno que lo acciones –aconsejó Alister. - ¡Por favor, soy una profesional! Pero el informático tenía razón: tan pronto accionó el interruptor, la inmensa estatua cobró vida. Miró a Lady Croft con ojos amenazantes, y desenvainó su filosa espada. Les dejo dos preguntitas, espero que disfruten respondiendo: 1)Nombrar 3 personajes que quieran que mueran YA y por qué 2)3 que no quieren que mueran bajo ningún concepto y por qué. Comentario: lo de Britney Spears lo sé porque mi hermanita de 10 años es fanática suya.
  5. Yo no improviso, tenía decidido que no muriera, y mil gracias por tu apoyo.
  6. Sobra hablar sobre el tamaño de las opiniones (así se hace, Escorpio ENTREGA 18 Lara no lo pensó dos veces. ¡BANG, BANG, BANG BANG! De una vez por todas, el insoportable cocodrilo pereció profiriendo un alarido de muerte y se hundió bajo las aguas tornándolas rojas en contacto con su sangre. A continuación Lady Croft volvió a zambullirse, tomó a Putai por la cintura con las dos manos y la arrastró hasta la superficie, desde donde pudieron distinguir una orilla. - ¡Lara, hemos llegado a Tebas! –exclamó Putai sin poder creerlo-¡Lo logramos! ¡Nos salvamos! Vivian echó una mirada alrededor de la habitación; no podía creer que William la hubiera invitado a su mansión aprovechando la ausencia de sus padres. Después de todo, el sensible muchacho, luego de haberla visto triste y destrozada, decidió que debía sosegarse, no se sentiría tranquilo si no la veía calmada. La secretaria no comprendía como un monstruo tan abominable y despreciable como James Rutland hubiera engendrado un ser tan especial y tierno como William, el único de la familia que la trataba caballerosamente, ya que Maggie la trataba como a una cualquiera, el difunto James junior le faltaba el respeto constantemente y la molestaba, y James padre, muy sutilmente, siempre se le había insinuado. La joven rubia no pudo evitar sonreír al contemplar las fotos de William, en todas ellas se veía perfecto; sin poder contenerse, tomó el retrato más reciente del joven y lo abrazó fuertemente, estrechándolo contra su pecho y sintiendo una extraña sensación de alegría en el corazón. - ¿Qué haces, Vivian? –William entró de repente llevando un vaso de agua fría en la mano. - Nada, nada –la muchacha se apresuró a esconder el retrato, y tuvo la suerte de que el joven no notara nada. - Ah, bueno. Sabes, me llamó la atención no haber encontrado a la mucama, pero aquí tienes, para que te sientas mejor –dijo William tendiendo el vaso de agua. - ¡Oh, muchas gracias! ¡Que dulce! –con una inocente sonrisa, Vivian tomó en vaso de agua y bebió de él –Realmente es preciosa tu habitación. - Gracias –repuso modestamente-, aunque, creo que deberías llamar a tus padres. - ¡De ninguna manera! –replicó la secretaria con rotundidad-Mi madre de seguro se enfermará del disgusto, y mi padre es capaz de ir a matar al tuyo. - Sí le pasa eso se lo merece por aprovecharse de ti, que eres una señorita decente –terció William. A Vivian le encantó percibir que éste sentía bronca de que su padre la haya maltratado. Minutos antes había pensado que todos los peldaños que había escalado para llegar a aquel puesto no habían servido de nada, pero ahora veía cuánto se equivocaba: de no haber sido por eso no hubiera conocido a William, cuya actitud cortés y protectora la enternecía perdidamente. Justo entonces, un retrato llamó su atención. - Oye, ¿quién es ese anciano? –inquirió Vivian con curiosidad. - Ah, es una larga historia –suspiró William. - El concepto básico de todas las aventuras es la ansia por ganar a cualquier precio –explicaba Von Croy a los adolescentes, que se aburrían horrorosamente de su largo monólogo. Si no le hubieran pagado una fortuna por brindar esa conferencia en aquel colegio estadounidense, se hubiera sentido terriblemente frustrado de que casi nadie le prestara atención; incluso los padres se veían algo cansados de oírlo hablar. - ¿Y de verdad ha asistido usted a todos esos lugares? –inquirió excitado un muchacho de dieciséis años, el único que parecía interesarse en lo que él decía. - Paciencia, señor Rutland; la falta de respeto lleva a la falta de cuidado –le aconsejó Von Croy con prudencia. - Y la falta de entretenimiento es algo que abunda en esta conferencia, señor –saltó mordaz un niño de doce años que iba de la mano de su madre. Todos soltaron una carcajada, a excepción de William y Von Croy, que quedaron perturbados. - Mi hijito James tiene razón –corroboró Maggie-, nos vamos ya mismo de aquí, William, esta conferencia es apestosa, apestosa… - Pero, mamá… - ¡Sin peros, muchachito! –Maggie y James abandonaron el salón con inmensa soberbia ante las miradas atónitas de padres y alumnos. Sintiéndose un tonto y muy a su pesar, William los siguió, echando una última y triste mirada a aquel hombre que tan bien le había caído. - ¿Tus padres siempre te manipulan, verdad? –decía Vivian compasiva, sentada en la cama frente al entristecido William. - Así es –repuso éste, cabizbajo-. Terminé siendo diputado, cuando lo que quería era ser arqueólogo. No puedes imaginarte todo lo que ese hombre, Von Croy, me ha enseñado ese día. Fue hace dieciséis años, pero lo siento como si hubiera sido ayer. - Sí, fue un gran hombre –corroboró Vivian-.Creo que fue el mentor de la arqueóloga Lara Croft. William palideció al oír ese nombre. - Vivian, te suplico que jamás nombres a esa perra en mi presencia. - ¿por qué? –se extrañó la secretaria. - Ella mató a mi hermano –repuso con tristeza. - ¿De veras? –inquirió asombrada. - Así es –dijo con los puños apretados-. Jamás en mi vida le puse una mano encima a una mujer, no va con mis principios, pero esta vez haré una excepción: voy a matarla, voy a destruirla, voy a aplastarla. - William, no hagas locuras, por favor –suplicó Vivian intentando apaciguarlo, frotando su mano con sus dedos y sintiendo un extraño calor. Bruscamente la puerta se abrió de par en par; Maggie estaba ante el umbral, pálida de sorpresa al encontrar a Vivian allí, sentada frente a su hijo, y encima, acariciando su mano. Un guardaespaldas de aspecto temible estaba junto a ella, inmutable y parado como un soldado. - ¿Qué significa esto? –bramó la señora Rutland-¿Qué hace esta miserable secretaria aquí? - ¡No la trates así, es una persona como cualquier otra y merece respeto! –saltó su hijo poniéndose de pie. - ¡Tú cállate, eres un don nadie! - ¡No le hable así, señora! –Furiosa, Vivian dio un paso adelante, recibiendo a cambio una tremenda cachetada que la dejó roja. - ¡Eso te enseñará a cerrar la boca, ramera arrastrada! - ¿Por qué le pegaste? –exclamó encolerizado William abrazando a Vivian-El culpable aquí fue el sinverguenza de papá, así que discúlpate con ella. - No me disculparé con una mocosa detestable que no le llega ni a los talones a una señora de alta alcurnia como yo. Y tú, muchachito malcriado, más respeto con tu madre. –lo amenazó Maggie mirándolo fijamente a los ojos -¡Ven aquí! –de un tirón arrebató a Vivian de los brazos de William, y llevándola del brazo la arrastró escaleras abajo mientras ésta chillaba. - ¡No, Vivian! –William intentó detener a su madre, pero el guardaespaldas se interpuso entre él y la puerta de su habitación. - Órdenes de la señora: de aquí no te mueves.
  7. No sé, yo publiqué uno hecho por mí hace mucho y me fue pésimo. Lo continué, por supuesto, pero no publiqué más. Hacer se puede y espero que te vaya bien, pero nunca se sabe. Ah, y no te olvides de leer los de los oros.
  8. Bueno, aparentemente el Legend no fue el único boom. Ahora el boom es TR10 Aniversario, y el futuro TR8 (todos hablando de Avalón y la madre de Lara) y estamos en la misma situación que antes. Tengo entendido que este foro era muy visitado tras AOD (yo no estaba) y qué raro que no sea visitado tras Legend. Entre los muchos ejemplos, Ana María, tal vez la más visitada, está escribiendo la tercera parte de la trilogía AOD, JuCar, un relato con una trama siniestra (me gustó mucho Úrsula Frost), Luciano y James Rutland, relatos similares al Legend pero cuya historia no tiene relación, Perico nuevamente con una historia en la que hay que adivinar (¿qué pasó con la de la biografía de Lara?), y yo trabajando en la posible continuación de TRL mezclado con otros TR (no fue nada fácil investigar sobre Avalón, el Rey Arturo y otras culturas) así que creo que este tema (mil gracias Ana María por crearlo) merece volver a ser visitado, porque TRL ya pasó y para TR10 Aniversario aún falta mucho, pero estos trabajos están aquí, y no debemos menospreciarlos. Yo reconozco que opino de vez en cuando, pero siempre leo.
  9. Muy bueno, veo que TRL te gusta tanto como a mí. Hasta me dio risa lo de Zip mirando pornografía. Una duda, ¿el argumento no tiene nada que ver con TR7, o sí?
  10. Hagamos un trato: entrega larga y con acción a cambio de opiniones largas como las 2 anteriores. ENTREGA 17 - ¡Menos mal! –ironizó Lara-¡Tanta tranquilidad me estaba aburriendo! - ¡Lara, ten cuidado! –previno Alister-¡La barca se inundará! El hipopótamo no dejaba de empujar fuertemente el navío, haciéndolo zozobrar hasta el punto de lograr que se fracturara. Lara y Putai se acercaron a ver y se horrorizaron al notar que el nivel del agua dulce subía y subía. - ¡Esto lo arreglaré yo! ¡Apártate, Lara! –decidió la valiente chamán, y comenzó a lanzarle rayos al hipopótamo ayudada por el prodigioso bastón. - Putai, ¿no me dejarías intentarlo a mí? –sugirió Lady Croft aferrada al borde de la barca para no caer, al ver que el hipopótamo se las ingeniaba para esquivar los ataques de la beduina. El siguiente rayo le rozó la coronilla. El hipopótamo montó en cólera y dio un empujonazo a la barca con todas sus fuerzas. Las dos amigas tambalearon considerablemente, hasta el extremo en que Lara tuvo que sujetar a Putai para que no cayera al agua. - ¡Mi bastón! –gritó ésta. El estrépito causó que soltara su poderosa herramienta, que ahora se hundía en las profundidades del Nilo. - Veamos –reflexionaba Alister-, ella ya no tiene su bastón y tú ya no tienes tu espada, ¿qué les queda? - Esto –respondió Lara con decisión mientras desenfundaba sus pistolas y se acercaba al borde. ¡BANG! ¡BANG! ¡BANG, BANG! Con tan sólo cuatro tiros, el hipopótamo sucumbió definitivamente, pero no sin dar un último y definitivo empujonazo a la barca. - Bueno, Putai, por lo menos a tu bastón le harán compañía. - No te burles, Lara –replicó la chamán-, ese bastón era de mi padre, antes fue de mi abuelo, y así en varias generaciones. - Perdona mi ignorancia, pero, ¿es que no se les había acabado la munición a las pistolas? - Así es, Zip, pero parece que cuando los mercenarios del cerdo de Alex huyeron como ratas dejaron caer bastante. - ¡Lara, mira! –exclamó Putai. Lady Croft dejó de contemplar cómo se hundía el cadáver del hipopótamo y giró sobre sus talones: ¡La barca estaba inundada! - ¡Qué cabeza tenía ese animal! –masculló la arqueóloga-¿cómo puede ser que haya destrozado la barca así? - ¡Mejor preocúpate por salvar tu vida! –gritó Alister lleno de miedo. De pronto, el suelo del navío se fracturó por la mitad, y éste, rebosante de agua dulce, comenzó a venirse abajo rápidamente. - ¿Qué haremos? - Lo único que podemos hacer, Putai –repuso Lara sin soltar la mano de su amiga ni el borde de la barca-¡Saltar! Y sin perder un instante, inglesa y egipcia se lanzaron al río. Abrumada por el agua dulce, Lara no podía ver casi nada; se apresuró a nadar hacia la superficie y comprobó cuánto le costaba no hundirse en aquellas aguas turbulentas - ¡Putai! ¡Putai! ¿Dónde estás? –la llamaba respirando con mucha dificultad. No hubo respuesta alguna, y la aventurera presintió lo peor. Respiró profundamente y volvió a sumergirse en las aguas del Nilo. En lo mucho que le costaba ver llegó a distinguir un enorme cocodrilo verde de expresión hambrienta. Rápidamente se dispuso a nadar en dirección opuesta, sólo para lograr que el animal hiciera lo mismo. Afortunadamente no lograba alcanzarla, pero de nada le servía nadar y nadar sin sentido para evitar a su perseguidor, mucho menos cuando estaba quedándose sin aire. Y por si esto fuera poco, tenía un problema peor: ¿dónde estaba Putai? Ya sin aire se dirigió a la superficie, desde donde distinguió una pequeña balsa a escasa distancia. A toda velocidad nadó hacia ella, y ya fuera del agua, percibió una enorme rama en las alturas de un árbol cercano. Quizá, si pudiera… Lara lanzó el gancho magnético, logró enroscarlo alrededor de la gigantesca rama y jaló de ella hasta separarle del árbol y atraerla hasta su mano. El voraz cocodrilo la hubiera alcanzado de no haber sido porque ésta justo a tiempo utilizó la rama como remo para llevar adelante la balsa y así poder eludirlo. Los dientes filosos del monstruoso animal amenazaban con morder la balsa, pero Lady Croft remaba demasiado rápido, cruzándose con patos y cuervos marinos en el camino, a los que por suerte logró eludir sin problemas. - Ahora supongo que extrañas al hipopótamo, ¿verdad? - Oye, Zip, ¿tú no te cansas de molestarme, no es así? Recuerda que me debes dinero. - ¿dinero? - Así es, Alister. Él antes era blanco y deseaba ser negro, la que pagó la operación fui yo. - Fue algo así como la operación de Michael Jackson, pero al revés –Zip se rió de su propio chiste. La pequeña conversación logró distraer a la exploradora; el cocodrilo se abalanzó sobre la barca, encajándole un fuerte mordisco, que Lara logró evitar al zambullirse al agua sin perder tiempo. De nuevo se encontraba en la situación de antes: nadar para eludir al cocodrilo. Durante unos minutos la táctica la funcionó bien, pero al cabo de éstos ya tenía las piernas agotadas. Al salir a respirar vio una roca, a la que se subió sin dudar: eludiendo en todo momento a su perseverante cazador, saltó hacia la siguiente, y se vio ante una seguidilla de rocas consecutivas, que saltó sin dificultad. Pero tras saltar la quinta roca… - ¡Auxilio, Lara! Putai estaba allí, luchando violentamente contra las aguas del Nilo, que sin embargo, no tardaron en arrastrarla para abajo. Lara sabía que si la ayudaba corría un riesgo muy grande, pero, como bien recordaba, sus dos mejores amigos se le habían puesto en contra cuando ella había huido en vez de ayudarlos, tanto en Camboya como en Paraíso, y no permitiría que algo así volviera a ocurrir. Seguida muy de cerca por el tedioso cocodrilo volvió a zambullirse, a nadar hacia abajo, abajo, abajo. Mientras lo hacía, observaba las hermosas plantas subacuáticas, y luchando contra sus pocas posibilidades de ver bajo el agua, distinguió el brazo inerte de la chamán, sin dudarlo lo sujetó bien fuerte y tiró de él, hacia arriba. Aferrando a su amiga por la cintura y siendo casi mordida por el incansable bicho, Lara llegó hasta la superficie. Putai había tragado demasiada agua, y comenzó a toser alarmantemente. - Gra… gracias, Lara. - ¡CUIDADO! El pesadísimo cocodrilo nadaba hacia ellas más rápido que nunca, ya estaba realmente encolerizado. Ninguna de sus presas había puesto tanta resistencia… pero aquella era jugosa y carnosa, y sería suya así fuera lo último que hiciera. - ¡Lara, sube a la roca! –ordenó la chamán. - Pero, Putai… - ¡SUBE AHORA, O TE MATARÁ! Al subirse a la roca, Lara se horrorizó al ver que su amiga nadaba en dirección opuesta, seguida por el cocodrilo. Era muy noble, pero no tan rápida como ella; no lo lograría, y éste la alcanzaba, la alcanzaba, y Putai perdía sus fuerzas…
  11. ¡Muy bien dicho! ¿dónde está Amanda? No la veremos por un tiempo largo, pero después, ESTAREMOS HARTOS DE TANTO VERLA...
  12. Si les interesa saberlo, estoy escribiendo un relato sobre una posible continuación de TR7, aunque mezclando personajes de todos los TR. Se llama "Descubriendo Avalón", y... no sé, mientras esperamos la verdadera continuación podríamos contentarnos con esto. Leer no cuesta nada, y espero que les guste. Ah, trae mucha información sobre la vida del Rey Arturo y Avalón.
  13. Para Escorpio: A) Gracias por eso del flashback B) Aprovecho para relatar la historia del Rey Arturo para todos aquellos que no la conozcan, y porque será necesario que se sepa por si llegamos a encontrarnos un personaje de esos (no debería decir esto) C) Me halaga lo que dijiste de los Rutland, la idea es que Maggie y James no agraden al público. Pero si ellos, que son villanos secundarios, te dan asco, entonces Amanda, que es la villana principal de la historia, te va a dar repugnancia. D) William no es malo ni mucho menos, es más, le aterra la actitud deshonesta de sus padres, simplemente quiere hacer justicia. Recuerdebn que Kurtis quería matar a Eckhart por lo que le hizo a su padre, y Lara casi acaba con Amanda por lo que le hizo a su madre; pues bien, William quiere destruir a Lara por haber matado a su hermano menor, cualquiera quisiera hacer lo mismo. (Además, recuerden que William en el Museo no se sentía capaz de matar a Alister, no va con la naturaleza despiadada de su ambiciosa familia, que no conforme lo trata mal a él, su preferido era el muerto Rutland). Para Ana María: 1)Reconozco mi error, creo que Putai no debería haberse asustado, gracias por marcármelo. 2)Es cierto, la historia tiene un enfoque de fantasía que radica en el argumento mismo: "Lara Croft intenta llegar a la mágica tierra de Avalón para recuperar a su madre, desaparecida desde que ella era niña, sin saber que está siendo manipulada por una secta satánica llamada la Cábala." Personalmente me gusta lo fantástico (tengo 16 años y me gustaba desde los 3), no sé vos, pero hay un ligero cambio: TRL no era muy adulto que digamos, hacia la mitad de este relato nos encargaremos de modificar eso. 3)Con todo amor, noté que sos precipitada a la hora de juzgar, me di cuenta cuando marcaste lo de Amanda Nephilim, y aún no se sabe ni cómo se llegó a esa conclusión ni la GRAN SORPRESITA que la rubia le está preparando a Lara. 4)Sos una gran escritora, te estoy leyendo fielmente, y te aseguro por mi honor que cualquier semejanza que encuentres entre el Sello Aureo y Descubriendo Avalón es pura casualidad. De hecho, nos parecemos en algo: nos gustan las tramas complicadas y nos atrapa la historia de los Nephilim. Además, vos tenés millones de fieles lectores (yo incluído) y yo sólo 3 (Vos, Luciano y Escorpio). Para los dos: Los felicito por el tamaño y calidad de la opinión. Así se debería hacer siempre. Para todos: 1)Les aconsejo DISFRUTEN estos capítulos que tienen toques de comedia porque dentro de un tiempo los siguientes serán tenebrosos a más no poder (algunos personajes morirán). 2)Por algo recomendé observar a los Rutland: no se guíen por las apariencias, no todo es lo que parece. Asimismo les sugiero también observen a los habitantes actuales de la Mansión Croft. Saludos a todos.
  14. Si, lo leí y me gustó mucho. Tomo los mismos personajes porque estamos en Egipto, en otro país Lara será ayudada por otros. Y bueno, sobre la belleza de Putai, cada cual tiene su gusto.
  15. ENTREGA 16 C)Cruzando el Nilo - De modo que esta señogita te salvó –dijo Jean cuando Lara terminó de hablar-. Mucho gusto, encantado, soy Jean Yves, egiptólogo y agqueólogo –se presentó, estrechando su mano. - Y, ¿qué haces tú aquí, Putai? –inquirió Lara con interés. - Vine a buscar a aquel desgraciado, casi acaba con mi tribu. - ¡Alex West, te desprecio, ser repugnante! –murmuró Lara para sí misma. - Pues, será muy repugnante pero hace años tú dijiste que era una fiera en la cama, ¿verdad? –repuso Zip sarcástico. - Zip, acabarás con mi paciencia. - Lo siento –el tono amenazante de su amiga lo asustó. - ¿Acaso tú lo conocías, Lara? –inquirió Putai de repente. - Es una larga historia. Ha sido un placer verte, pero tengo que irme. - Yo también –repuso la joven chamán-Estoy a punto de tomar una barca que me llevará a Tebas. - ¡Qué casualidad! –intervino Jean- ¡Laga también va paga allá! - Así es –coincidió Lara-, de modo que tendremos tiempo de sobra para hablar. Y tú, amigo mío, no dejes de investigar por nada del mundo, recuerda que esto lo estoy haciendo por ti –le advirtió al francés. - Pog supuesto, Laga, ni lo dudes… Maggie iba cargada de bolsas por las calles de Nueva York; había arrasado con las tarjetas de crédito que su esposo le había regalado, y en ellas llevaba vestidos, zapatos, cosméticos de belleza y demás artículos de shopping. A causa de todo lo que cargaba llamaba mucho la atención y todos se daban vuelta para mirarla, pero a la vanidosa señora Rutland aquello le tenía sin cuidado: era la mujer del senador, podía hacer lo que se le antojara. Ingresó en el lujoso establecimiento en el que su marido trabajaba, donde todo el mundo la saludaba con respeto, recibiendo a cambio meras miradas de superioridad de parte de ella. Fuertes llantos resonaban en la oficina de James; Maggie, desde el picaporte de la puerta, vio a una pobre secretaria suplicándole miserablemente al senador. - ¡No, por favor, señor, no me despida! ¡Le juro que no volverá a ocurrir! - ¡Cállate, Vivian! –le espetó Rutland sin piedad -¿Tú te piensas que te has ganado el puesto por tu carrera universitaria? ¡Claro que no! ¡Te lo has ganado porque eres hermosa, porque tienes un trasero inmenso! ¡Eres ingrata! ¡Te lo he ofrecido todo y no accedes a pasar una simple noche conmigo! ¡Puedes tener lo que se te antoje! ¿Sabés qué? Julia Roberts es amiga de la familia, incluso podrías conocerla, que es el sueño de cualquiera, ¡pero no! ¡Eres una tonta, Vivian, y yo no empleo tontos! ¡Estás despedida! Rompiendo a llorar, Vivian salió precipitadamente de la oficina, sintiéndose humillada y maltratada, y ni siquiera reparó en la presencia de Maggie. Todo lo que había estudiado, todo lo que había sacrificado para obtener el puesto de secretaria del senador… ¡En vano! A éste sólo le interesaba que ella fuera una rubia preciosa más que una empleada eficiente. Estaba tan sumergida en sus pensamientos que tropezó con un joven a la salida del edificio. - ¡Vivian! ¿estás bien? –La secretaria palideció al reconocer a William Rutland. - ¡Su padre me despidió, señor! –gritó histérica y derramando más lágrimas -¡Intentó propasarse y me negué! ¡Le interesa mi cuerpo, no mi talento! ¡No valgo nada! - Tranquila, no pasa nada, tranquila –El hijo mayor del senador abrazó a la joven mientras frotaba levemente su espalda. Vivian Hart, al igual que el resto de las mujeres del planeta, percibía muy fácilmente cuando se hallaba ante un hombre contenedor, y William era uno de ellos. ¡Cuán distinto era a su padre! Honesto, responsable, trabajador, alto, fuerte… - ¡No trates de engañarme, James Rutland! –amenazaba Maggie en la oficina de su marido -¡Tú querías aprovecharte de la ilusa empleducha, y no permitiré que me seas infiel! - ¡Cierra la boca, Margaret! –ordenó el senador- No puedes reprocharme nada, porque tú te casaste conmigo por conveniencia. - Tenía veintinueve años –replicó su esposa-, mi familia estaba en bancarrota y la tuya era millonaria, ¿qué pretendías que hiciera? - ¿Tú has despedido a Vivian, papá? –William acababa de irrumpir en la oficina y miraba amenazante a su padre. - ¿Qué te importa si lo hice? –James escupió en su dirección-Ella se negó a ser mi amante. ¡Podría incluso haber conocido a Julia Roberts, por todos los cielos! - ¿Y lo dices así? –El muchacho estaba fuera de sus casillas, cada vez se convencía más de que su padre no tenía límites-¿estando mamá presente? - Tu madre se casó conmigo por dinero, y yo me casé con ella porque era bella, ¿entiendes? William no supo qué contestar. Abandonó la oficina a toda velocidad, mientras se preguntaba consternado qué clase de monstruos eran sus padres, que ni siquiera se habían preocupado por vengar a su propio hijo. Pero él sí lo haría. Mataría a Lara Croft, y esta vez, se aseguraría de no fallar… - Oye, aún me debes un relato, ¿recuerdas? - No lo olvido, Zip, tranquilo. - No puedo creer todo lo que me has contado, Lara –manifestó Putai-.Si a mi propia madre le hubiera ocurrido eso, yo haría exactamente lo mismo. Las dos amigas se hallaban subidas a la barca que las llevaría hasta Tebas. A medida que cruzaban el Nilo respiraban el aire puro del exterior y gozaban de un viaje tranquilo y sin contratiempos. Lara acababa de contarle a la chamán todo lo sucedido desde la última vez que se vieron, y la líder de la tribu beduina no dejaba de asombrarse. - Y tú, Putai, ¿para qué vas a Tebas? - Por la misma razón que tú: a resolver el misterio de las riquezas de Ramsinit, ya que ese tal Alex West nos atacó creyendo que conocíamos su paradero –repuso con tristeza. - ¡Ese crápula! –exclamó Lady Croft rechinando los dientes- ¡Lo detesto casi tanto como al imbécil de William Rutland, que resultó aún peor que su hermano! - Lara, por favor continúa –pidió Zip-¿por qué Merlín colocó a Excalibur sobre aquella piedra? - Está bien: “Dos años después del episodio, se desató una guerra terrible contra Úther, que no tardó en morir. El reino se vio inmerso en un período de anarquía debido a la ausencia de rey, así que Merlín se dirigió a los arzobispos de Canterbury y les habló de Excalibur, diciendo que aquel que quitara la espada de esa roca sería por legítimo derecho rey de toda Inglaterra. “Arturo creció con cariño y sin saber nada de su verdadera identidad. Desde muy pequeño, Merlín fue su mentor, le enseñó todo sobre el mundo que lo rodeaba, lo educaba mediante magia: lo convirtió en pez, en ardilla, en ave… en una ocasión peleó contra una vieja bruja llamada Madame Mim, y mientras ella se trasformó en dragón, él la venció trasformándose en el microbio de las paperas, contagiándola.” - ¡De eso me acuerdo! –rió Zip- Recuerdo haberlo visto en la película de Disney cuando era niño. - Zip, esto lo dice un libro para adultos, no una película para niños –replicó la señorita Croft, escéptica- Merlín no sólo fue el mentor de Arturo sino también de Morgana, fue él quién la llevó a vivir con las hadas para que se convirtiera en una poderosa hechicera. - ¡Qué tonto! –replicó Zip- Hasta donde sé, Morgana fue la mayor oponente de Arturo, la villana de la leyenda, por decirlo así. - ¿Tú crees? Yo no estoy muy segura –repuso la arqueóloga. Como siempre, ella tenía razón. No fue Morgana el personaje antagonista del mito artúrico, sino alguien mucho peor… De cualquier manera, Lara prosiguió: - Cada año se realizaba una justa de caballeros en Londres. Pero cuando Arturo tenía quince años, se proclamó que el vencedor de esa justa sería rey, ya que el arzobispo había muerto, los mejores hombres intentaron quitar la espada, y la leyenda de Excalibur fue olvidada. Por entonces Kay tenía dieciocho años, edad suficiente para combatir, siendo su hermano adoptivo su escudero. “Se alojaron en un lugar conocido como la Posada del Jabalí, y Arturo cometió la imprudencia de olvidar la espada de Kay allí. Mientras los caballeros combatían, se apresuró a ir a buscarla, sólo para estrellarse con la puerta cerrada. Desesperado, vio por casualidad una clavada en un zócalo de piedra en el patio de la iglesia, y la retiró sin ningún esfuerzo. Se la entregó a su hermanastro ignorando su significado, y éste, sabiendo que era nada menos que Excalibur, no pudo creer que aquel muchacho, casi un niño, hubiera logrado sacarla, cuando hombres fuertes y rudos no lo habían logrado. Sir Héctor volvió a colocarla en el zócalo y lo obligó a volver a sacarla ante todo el pueblo. Los caballeros se burlaban de Arturo, seguros de que no lo lograría. “Y cuando volvió a sacar la espada de la piedra, todos quedaron perdidamente admirados: ¡un adolescente de quince años era el Rey de toda Inglaterra! El chico no salía de su asombro, y Sir Héctor acabó confesándole la verdad: que su verdadero padre era Úther Pendragón y que había llegado la hora de ocupar su lugar como rey. - ¡Maravilloso, Lara! –exclamó Zip. - No pude evitar escuchar –interrumpió Putai-, y realmente es una historia muy interesante la del joven Arturo, nunca la habías contado. Lara no escuchaba a su amiga, sino que observaba el paisaje. Los estanques que bordeaban el Nilo estaban habitados por patos, cuervos marinos, y un ave acuática de grandes zancas y largo pico, el Ibis, cuyo plumaje era blanco y la cabeza negra. Crecía una hermosa planta llamada papiro, que subía en tallos largos y delgados como la caña. Antiguamente había cocodrilos e hipopótamos, pero por suerte el Nilo estaba libre de ellos hacía mucho tiempo. Un fuerte estruendo hizo sacudir el barco e hizo tambalear a Lara y a Putai. - ¡Oh, no! –gritó asustada la chamán- ¡Un hipopótamo! Les suplico: Opiniones Largas. Mínimo: 4 renglones
  16. ENTREGA 15 Putai se aproximaba al Templo de Horus, respirando agitadamente y deseando que sus poderes sirvieran de algo. Se sorprendió al notar que la entrada estaba obstruida por un derrumbe, y de inmediato se dispuso a correr las gigantescas piedras para poder entrar. Pero no pudo concluir el proceso, ya que un débil gemido la hizo girarse sobre sus talones. En la arena había una mujer de su misma edad, blanca y moribunda, con el cuerpo bañado en sangre y algunas cortaduras en el cuerpo. La chamán reprimió un grito de espanto y se acercó a la forastera; sabía que debía acudir a Horus cuánto antes, pero si no salvaba aquella inocente vida no se lo perdonaría nunca. Pronunció algunas palabras en egipcio y con la punta de su bastón tocó la frente de Lara. El bastón produjo un destello blanco que penetró en su frente, y como por arte de magia, su cuerpo quedó intacto, sin sangre ni cortaduras ni quemaduras. Todo el dolor físico que Lady Croft sentía se esfumó al instante, y de pronto se sintió fortalecida y renovada. - ¿Estás bien? –preguntó Putai con preocupación. - Sí, sí, estoy bien –jadeó Lara con una mezcla de alivio y asombro-.Muchas gracias por salvarme –añadió con respeto poniéndose de pie. - Mi nombre es Putai, soy la chamán de una tribu –se presentó la muchacha, tendiéndole la mano. - Lara Croft, de Inglaterra, arqueóloga y saqueadora de tumbas –se presentó estrechando su mano. - Me quedaría a hablar contigo –se disculpó Putai-, pero debo ir a hablar con el dios Horus. Verás, es que el dios del Mal, Seth, ha sido liberado, y… - Ya está encerrado otra vez –terció Lara. - ¿En serio? –La chamán no podía creerlo. Lady Croft comenzó a explicarle todo. Los beduinos aguardaban con impaciencia el regreso de Putai, de manera que al verla llegar triunfante y acompañada por una extranjera, no pudieron menos que gritar de histeria y freír a preguntas a la chamán. - ¡Silencio! –Putai se hizo escuchar- Quiero presentarles a una nueva amiga. Su nombre es Lara Croft y se quedará un tiempo con nosotros. Todos se acercaron a saludarla. De este modo trascurrieron dos meses. En ese período, Lara habitó junto a los beduinos, encariñándose profundamente con todos y aprendiendo sus costumbres. Pasaba la mayor parte del tiempo junto a Putai, quien a su vez aprendió de ella. Cada noche, se sentaban alrededor de una fogata, y Lara les relataba sus aventuras, maravillando a sus espectadores. Una noche, sin embargo, estando todos dormidos, Lara permaneció en vela, contemplando el cielo estrellado y con aire taciturno. - ¿Qué te ocurre, Lara? –inquirió Putai cariñosamente, acercándose a ella. - Nada, no es nada –mintió ella, enjugándose las lágrimas. - Por favor, no trates de ocultar tus sentimientos –dijo con dulzura acariciándola. - Tienes razón, Putai –respondió Lara-. Ocurre que la paso muy bien con ustedes, pero extraño mucho a mis amigos. Ellos están en Londres, seguramente pensando que estoy muerta; tengo que volver. - Te entiendo –las dos amigas se sentaron en la arena-, sé que no quieres perderlos. - No sabes la cantidad de gente que he perdido –sollozaba-. A los nueve años murió mi madre, a los dieciocho años murió mi padre, y a los veintiún años murieron casi todos mis amigos de la universidad. - ¡Qué horrible! –susurró Putai-¡Perder a todos tus amigos juntos! - Entre ellos estaba la mejor amiga que jamás he tenido: Amanda. Jamás tendré una amiga como ella, era incomparable. Finalmente, Lara se abandonó a los brazos de su amiga. Era sarcástica, asesina, ladrona de tumbas, pero en el fondo tenía muy buenos sentimientos. - Mira –dijo la chamán luego del abrazo-: esta tarde me topé casualmente con un anciano que estaba buscándote, tal vez sea ese tal Von Croy del que tanto hablas. - Von Croy –masculló Lara entre dientes-, te odio con toda mi alma, por todo lo que me has hecho aquí en Egipto, y por lo que me has hecho antes también. - Lara, no debes ser tan rencorosa. - ¡Lo odio! ¡Lo odio y jamás podré perdonarlo! - Lara –Putai intentaba apaciguarla-, quizá él está arrepentido, y puede ayudarte a regresar a casa. La señorita Croft lo meditó unos momentos y se volvió hacia ella. - Partiré mañana temprano a su encuentro, pero, quiero que sepas que voy a extrañarte mucho, a ti y a todos. - Yo también, Lara, yo también –La chamán se largó a llorar al abrazar a su amiga. - ¡Señor Von Croy! ¡Señor Von Croy! ¡Venga, rápido! Un niño beduino se acercó gritando al anciano arqueólogo y le indicó que lo siguiera. Ambos se adentraron en el Templo de Horus, el niño llevaba un farol para alumbrar el ambiente mientras el viejo deseaba con todas sus fuerzas que había ocurrido lo que él esperaba que ocurriera. - ¿Qué ocurre? –preguntó impaciente a uno de sus excavadores -¿Qué has encontrado? ¡Dámelo, dámelo! El excavador no se hizo esperar y le entregó una mochila anaranjada. - La hemos encontrado –susurró Von Croy para sí mismo, lleno de alegría. Unos minutos más tarde, al salir de allí, casi se desmayó del asombro al ver en pleno desierto a su antigua alumna, aparentemente intacta y saludando con la mano. - Hola, Werner –dijo con sarcasmo. - ¿Lara? ¡Lara! ¡Mi niña! –Von Croy se abalanzó hacia ella corriendo, preparado para darle un cálido abrazo, pero ella lo detuvo. - Quita tus sucias manos de encima –le espetó con dureza. Su rechazo le dolió al anciano, pero ya se sentía en paz consigo mismo, porque la había encontrado. La iglesia jamás estuvo tan repleta: todos habían asistido a la misa que el padre Dunstan había organizado a la memoria de Lara Croft. Sus amigos más sensibles, como el anciano Winston, la dulce Greta o el temeroso Alister, lloraban sin parar, pero otros más duros, como Nishimura, Charles Kane, Anaya, Jean Yves y Zip, entre otros, disimulaban su inmensa tristeza manteniendo la mirada dura y furiosa; furiosa por haber perdido a la mejor amiga que habían tenido jamás. - En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo –ante la orden del padre Dunstan, todos se persignaron-. Hermanos, estamos aquí reunidos para conmemorar el fallecimiento de Lara Croft, una mujer que en todo momento fue… Se detuvo en seco al ver llegar a dos figuras no deseadas: Lord Errol Croft y Lady Angeline Croft, los tíos de Lara. Lord Errol y Lady Angeline eran aristócratas elitistas interesados en eventos sociales, los únicos familiares vivos de Lara, quienes, sin embargo, no dudaron en desheredarla y retirarle su apoyo al conocer su decisión de abandonar su vida cómoda en Inglaterra por unos shorts y un top y un estilo de vida de aventuras osadas en el mundo de la arqueología, estorbando así sus planes de casarla con Lord Farrington. Aún así, todo esto no impidió que fueran a darle el último adiós a su sobrina, conscientes de que todas las miradas estaban puestas en ellos. - ¿Qué hacen ustedes aquí? –gritó Kane acaloradamente. - ¿Cómo qué? –replicó Lady Angeline perturbada- Venimos a la misa en honor a nuestra difunta sobrina. - ¡Ustedes no merecen estar aquí! –gritó Winston poniéndose de pie. - Cállate, abuelito –susurró Greta, asustada. - ¡Tiene gazón! –Jean también se había puesto de pie –Lo que éstos dos le hiciegon a Laga no tiene pegdón. - Usted cállese, francés de porquería –replicó Lord Errol amenazante-. Todos ustedes son gentuza, no sé cómo mi sobrina pudo haberse mezclado con ustedes. A los pocos segundos la iglesia se había convertido en un revuelo, ya que nadie deseaba la presencia de los aristocráticos tíos de Lara. - Ya basta, estamos en la casa de Dios –pero los ruegos del padre Dunstan, Alister y Greta, no sirvieron de nada. No obstante, todos se frenaron en seco cuando otra figura hizo su entrada en la iglesia. Una joven con una trenza, traje negro de exploración, anteojos negros y maquillaje negro. - Hola, chicos. He vuelto. Winston se abalanzó sobre ella para abrazarla, Lord Errol quedó paralizado de la sorpresa y el resto comenzó a gritar y chillar de emoción. ¡Lara Croft estaba viva! Lady Angeline se desmayó, y su marido la tomó en brazos para reanimarla. - ¡Mis queridísimos tíos! ¡Cuánto tiempo sin verlos! –saludó Lara con sarcasmo.
  17. ENTREGA 14 La tribu de beduinos lucía muy nerviosa; hombres y mujeres se reunían en pleno desierto, alrededor de una fogata, asombrados y a la vez aliviados de no haber sido atacados por alguna nueva plaga; afortunadamente aún no habían perdido a sus hijos primogénitos, pero sus cuerpos rebosaban de picaduras de mosquitos y tábanos, las aguas ya se habían tornado rojas como la sangre, ya habían sido atacados por langostas y escorpiones y sus cosechas ya habían sucumbido bajo los cielos en tinieblas. De no haber sido por lo mucho que confiaban en Putai, jamás habrían accedido a reunirse allí. La chamán hizo su aparición erguida y blandiendo su bastón mágico. - Supongo que sabrán por qué estamos reunidos aquí, ¿verdad? –inquirió mientras todos la reverenciaban y se postraban ante ella. - ¡Señora, tiene que ayudarnos! –gritó histérico un beduino -¡Seth nos está quitando todo! ¡Un alma perversa lo liberó, y dentro de poco destruirá el mundo! - ¡Tranquilos, tranquilos! –Putai hablaba con energía y seguridad- Ustedes no tienen que seguir ocultándose como ratas, así le demostrarán al cerdo de Seth que le tienen miedo. - ¡Shhh! –chilló en voz baja una beduina –No lo diga tan alto, si la oye es capaz de matarla. - No le temo a Seth –repuso la chamán quedamente-. Es más, ahora mismo iré a hablar con el dios Horus para que se haga cargo de la situación. - ¿Con el dios Horus? –exclamaron unos cuantos, excitados-¿Tiene usted permitido dirigirse a él, Gran Putai? - Supongo. Soy la chamán de la tribu, tengo poderes y un bastón mágico, así que creo que vale la pena intentarlo. –y añadió enérgica a voz en cuello:-Así que, pueblo de Egipto, no teman, ¡con el poder que me han conferido, hablaré personalmente con el dios Horus y él nos librará para siempre de esta calamidad en la que nos encontramos por culpa del malvado Seth! - ¡BRAVO! ¡HURRA! ¡BRAVO! –Los beduinos estallaron en gritos y aplausos mientras Putai, armándose de valor, con la frente alta y sin mirar atrás, se dirigía al Templo de Horus. Sabía que era su oportunidad de hacer algo por su gente, ignorando completamente que lo que haría a continuación sería mucho más heroico de lo que creía… Lara sentía un leve dolor de cabeza. Abrió muy lentamente los ojos y se vio tumbada en el suelo bajo algunas pequeñas piedras, en un ambiente sumergido en total oscuridad. Se incorporó con brusquedad y apartó las piedras de sí misma. Al ponerse de pie se asombró de descubrirse completamente sana, sin ningún hueso roto, ni siquiera una diminuta lastimadura, considerando que aquel derrumbe debería haberla matado. Sin comprender lo ocurrido, distinguió una pequeña luz dorada en medio de tanta oscuridad. La pequeña luz aumentó de tamaño cada vez más, hasta que produjo un resplandor tan fuerte que obligó a Lara a cerrar los ojos. - ¿Qué tal, mortal? –saludó una voz celestial- Mi nombre es Horus, dios de la Luz. - ¿Horus? –inquirió Lara con los ojos entornados, extremadamente sorprendida. Sin pensarlo dos veces hizo algo que nunca creyó que haría: se postró ante aquella luz dorada, ante el mismísimo dios Horus. - Lara Croft, siempre has demostrado tu grandeza pero en esta ocasión demostraste tu bondad y tu coraje –anunció Horus-. Al invocarme salvaste al mundo del armagedón que mi perverso tío iba a provocar, y por eso mereces una oportunidad: he sanado tus heridas para que puedas salir del templo, pero una vez lo hayas hecho, todo el dolor que te ha provocado la caída retornará a tu cuerpo, y de ahí en más tu destino ya no dependerá de mí. - Gracias, mi señor, de verdad, muchas gracias –respondió la muchacha con una sensación de profunda gratitud-.Le juro que mientras viva haré todo lo posible por proteger a la humanidad, y no volveré a cometer errores, como el hecho de haber liberado a Seth. - Así lo espero. Sal de aquí, y que la suerte te acompañe. La luz se esfumó tan pronto como había aparecido, y sin perder un minuto, Lara se dispuso a abandonar el lugar cuanto antes. Echó a correr, y no tardó en percibir que el suelo se derrumbaba bajo sus pies, de manera que aceleró la marcha hasta que notó que pisaba suelo estable. Al mirar hacia abajo vio tremendas franjas de pinchos, y supo que si hubiera demorado un poco más, ahora estaría muerta. Avanzó a través de un largo pasillo que culminaba en escaleras doradas. Pero tan pronto como puso un pie en el primer escalón, un terrible estruendo la obligó a retroceder, y el templo entero se llenó de luz roja como el fuego. Un horrible sentimiento comenzó a oprimir su pecho, y el corazón le latía con violencia a causa del miedo. - ¡Seth! –dijo con una débil voz. - Así es, insignificante niña, así es –siseó el Señor de la Oscuridad-.Estoy encerrado para siempre en este templo por tu culpa, pero dentro de él puedo hacer lo que se me antoje. ¡Prepárate a morir! La luz se desvaneció, y un tremendo rayo destruyó las escaleras. Un enorme canto rodado amenazaba con aplastar a Lara, y lo hubiera logrado si ella no hubiera efectuado un salto con carrerilla que le permitió aferrarse a la cornisa donde teóricamente terminaba la escalera. El canto rodado cayó al pozo formado por el derrumbe de las escaleras, y Lara corrió con todas sus fuerzas evitando los rayos que una fuerza invisible le lanzaba. Ante ella había otro saliente, al cual se subió sin dudar. Tomó carrera y se aferró a un tercer saliente, esquivando en todo momento los rayos de Seth. La habitación terminaba en un enorme muro, completamente sólido excepto por una pequeña grieta. Lady Croft inspiró profundamente, saltó y se aferró a ella, desplazándose lateralmente hacia la derecha. - ¡Muere, mortal! ¡Muere! –chillaba Seth, lanzando rayos en su dirección. Lara se desplazaba cada vez con mayor rapidez, deseando no cometer la imprudencia de fatigarse y soltarse de la grieta, porque eso significaría su fin. El desplazamiento se le hizo eterno, pero finalmente llegó a tierra firma y pudo soltarse, sólo para estrellarse con un trío de chacales hambrientos. Con el corazón en la boca recordó que había olvidado su mochila con las armas en el lugar donde se le había aparecido Horus, así que no podía enfrentarse a ellos. - ¡Ahora no podrás escapar! –siseó el invisible Seth! -¡Ataquen! Ladrando y aullando temiblemente, los chacales se abalanzaron sobre Lara, que logró esquivarlos con un salto hacia delante, y ahora corría escaleras abajo, sintiendo cada vez más cerca la respiración jadeante de los hambrientos chacales. Una sala con enormes pilares se extendía ante ella, y bajo ellos, todo el suelo estaba cubierto de filosas cuchillas. Sin pensarlo dos veces saltó hacia el pilar que tenía enfrente, luego al de la derecha, más adelante a la izquierda, nuevamente a la derecha, hasta llegar a suelo firme otra vez. Un aullido la hizo girar sobre sus talones, y al mirar abajo vio a los tres chacales en el suelo, ensartados por las cuchillas. ¡Qué torpes habían sido! Sonó un terrible trueno, y Seth apareció ante ella en toda su majestad. Enorme, imponente y con cara de chacal, sus maléficos ojos la miraban con furia. - ¡Se acabó el juego, grandísima tonta! Ahora tendrás que vencerme a mí, a mí, que soy un ser inmortal. Seth no se hizo esperar y lanzó su ataque: saltó sobre la chica, que con gran dificultar logró zafarse. Gracias a su habilidad de saltar en círculos logró esquivar sus rayos mortales, pero el ingenioso dios logró acorralarla contra el risco. Muerta de miedo, Lara Croft se vio aferrada a la cornisa con Seth mirándola triunfante. Echó un vistazo al suelo lleno de cuchillas y supo que si se soltaba tendría un destino tan monstruoso como el de los chacales. Seth lanzó una carcajada burlona. - ¡Se acabó el juego! ¡Es tu fin! Lara cerró fuertemente los ojos, preparada para el final. Otro estruendo sonó, lo que la motivó a abrirlos. Horus, tan enorme como su tío y resplandeciente de destellos dorados, hacia frente al dios egipcio de la oscuridad. - ¿Tú otra vez? –chilló éste sorprendido. - No atacarás a la humana mientras yo estoy aquí –repuso Horus con los dientes apretados, y lanzó su ataque. Los dos dioses se alzaron en el aire, justo encima de los pilares, e iniciaron una batalla lanzándose bolas de fuego. A Lara le hubiera encantado quedarse a mirar, pero seguía aferrada a la cornisa y ya se le estaban cansando las manos. Una vez arriba, comenzó a escalar la pared derecha de la estancia a la que había llegado, mientras los ruidos del combate divino resonaban en sus oídos. Tras un período de tiempo que le pareció interminable, Lara llegó arriba de todo, y pudo distinguir la luz del sol a lo lejos de un corto pasillo. Después de atravesar el pasillo, la aventurera lanzó un gran suspiro de alivio al verse libre por fin del Templo de Horus, y con vida. Pero esta sensación duró muy pocos segundos; un horrible dolor le recorría todo el cuerpo, y se horrorizó al verse llena de sangre. Ya sin nada de fuerzas, se desplomó en la arena, recordando que su destino ya no dependía del bondadoso dios de la Luz. Distinguió a Von Croy, que se alejaba, aparentemente llorando, y quiso gritar “¡Werner, estoy aquí!”, pero no pudo; estaba destrozada a causa del derrumbe de la pirámide. Cerró los ojos y, deseando que aquel inconcebible dolor terminara, se abandonó en la arena, consciente de que muy pero muy pronto todo terminaría para ella. Pero se sentía satisfecha, ya que el mundo estaba a salvo de Seth para siempre.
  18. Muy bueno, sobre todo la asociación a la escritora de la biografía original de Lara, Vicky Arnold. Por cierto, no te pasaste por el mío.
  19. Voy a seguir, tranquilo, pero no en estos días porque tengo mucha tarea escolar. Mientras quisiera que me contestaran una cosa, y si pueden, espláyense: ¿qué les parecen los Rutland, uno por uno?
  20. Tiene razón Luciano con eso de la comedia (y gracias por el cumplido), pero además, si yo, siendo oriental veo una mujer con ropa extraña que mágicamente hace retroceder las aguas del río más caudaloso de todos, sin duda es una diosa. ENTREGA 13 - Tengo una pregunta que hacer –dijo Alister, mientras Lara disparaba a un mercenario que se hallaba sobre la fuente de la plaza-: ¿tú fuiste la novia de este tonto? - Mira, Alister –repuso Lara, ahora propinando una patada a un desgraciado que la había tomado por la espalda-: se han inventado muchas cosas sobre mí, como que mi padre es arqueólogo, que mis pechos son operados, e incluso en Internet han colocado fotos trucadas donde supuestamente aparezco desnuda –añadió mientras huía de los disparos de tres escopetas-, pero desgraciadamente, esto es verdad. - Oye –inquirió Zip mientras su amiga daba saltos laterales para esquivar los disparos y a la vez disparaba-, ¿es cierto que Winston se ha hecho una cirugía? - Sí, eso sí –confirmó Lara mientras saltaba hacia atrás debido a los disparos de un mercenario traicionero-, yo en esa época no te conocía: él estaba sumamente encorvado, me perseguía por toda la casa con el desayuno, y yo a cambio lo encerraba en el frigorífico. Pero desde que se operó la espalda y se ha enderezado no se mueve de la chimenea. Y ahora, si no te importa, me estás desconcentrando. La sesión de disparos duró un buen rato. Lady Croft se veía confiada, pero su estado anímico empeoró cuando de repente: - ¿SE ACABÓ LA MUNICIÓN DE TUS PISTOLAS? –Zip estaba atónito. - Bueno, en algún momento tenían que acabarse, ¿no? –repuso ella disimulando su preocupación. - ¡Jajaja! –Alex estalló en carcajadas al percibir lo que le ocurría a su vieja novia-¿Qué harás ahora, Lara Croft? Yo te diré lo que harás: te entregarás a mi como aquellas maravillosas tres noches, y conservarás tu vida. - ¡NUNCA! - ¡DESTRÚYANLA! Lady Croft tanteó en la mochila en busca de su espada, pero se desesperó al comprobar que no estaba. Sin duda, en medio de tanta acción se le había caído en el suelo. Lara se veía acorralada e indefensa: sin munición ni nadie que la ayude, y los mercenarios se precipitaban sobre ella. De pronto… - ¡A ellos! ¡Están atacando a mi esposa! Jean, que sin duda había oído el escándalo desde la biblioteca, comandaba a un gigantezco número de aldeanos, todos armados con utensilios de cocina como cuchillos o sartenes. - ¿Qué es esto? –se dijo Alex asombrado. - ¡ATAQUEN! –gritó un aldeano. Entre todos persiguieron a los mercenarios blandiendo las armas y gritando: “¡Salve Isis! ¡Salve la diosa Isis!”. Lo mas ridículo del asunto fue que los mercenarios estaban tan aterrorizados que en lugar de acribillarlos a tiros, huyeron como alma que lleva el diablo, seguidos por aquellos egipcios ignorantes. - ¡Regresen, cobardes! –gritaba Alex encolerizado. Mercenarios y aldeanos se perdieron de vista a través de las calles, pero aún podía oírse los gritos furiosos de “¡Salve Isis!”, y los gritos aterrados de “¡Socorro! ¡Auxilio!” - Me pregunto: si tú eres la diosa Isis, ¿Cómo los aldeanos no pensaron que no necesitas que te defiendan? - No sé, Zip, pero esto me vino fantástico. Ahora tengo un problema peor, ¿dónde está Excalibur? - ¿Buscabas esto? –preguntó Alex detrás de sí. Al girar sobre sus talones, Lara vio la espada del Rey Arturo en manos de aquel cretino, que no dejaba de juguetear con ella. - ¡Devuélvemela! –gritó furiosa- ¿vas a hacer con ella lo mismo que hiciste con mi estatuilla? - Claro que no –repuso Alex-. La estatuilla la vendí, esta espada pienso conservarla. Ya me he enterado de lo que puede hacer. - ¿Quién te lo dijo? - Un amigo mío, su nombre no te importa. - No sé como un desgraciado como tú tiene amigos. - No sólo amigos, sino numerosas mujeres hermosas en mi cama –y sensualmente le susurró:-, incluida tú. Esto ya fue demasiado para ella, que le propinó un tremendo puñetazo en la pera, provocando que cayera al suelo. Aún desde allí, Alex lanzó su ataque ayudado por Excalibur, y Lara tuvo que dar una voltereta en el aire para esquivarlo. Desde lejos, Jean observaba la escena, pero esta vez se sentía verdaderamente impotente. Alex no dejaba de agitar la espada, cuyos destellos verdes amenazaban con lastimar gravemente a Lara. La señorita Croft saltaba sin cesar, ideando algún plan a toda máquina para escapar a aquella embarazosa situación. Por si fuera poco, el poder de la espada derribó la fuente y un par de casas, así que, para que los egipcios no corrieran más peligro, tal vez lo mejor sería entregarse. - ¡Déjala en paz! –una mujer joven, fea, de piel oscura, con vestiduras verdes antiguas y un enorme bastón había hecho su aparición. A través del bastón produjo un destello blanco hacia Alex, que logró esquivarlo, pero se llevó tal susto que echó a correr, llevándose consigo la mítica espada inglesa. Aún así Lara estaba agradecida: el peligro había pasado. - ¡Pu.tai! ¡Amiga mía! –exclamó llena de alegría, abrazando a la chamán. - ¿Quién es, Laga? –inquirió Jean acercándose a las mujeres-¿quién es ella? - Te lo explicaré. B)Flashback Amanecía en Egipto, y Lara Croft respiraba agitadamente. Su mítica trenza se agitaba por el viento, su traje verde estaba completamente sucio y se sentía tan cansada que hasta su mochila naranja le resultaba pesada. Así que resolvió salir del Templo de Horus lentamente y con la mano apoyada en la pared derecha. A lo lejos vislumbró a un individuo, y no pudo evitar una leve sonrisa al reconocer a su viejo maestro. El templo comenzó a temblar. - ¡Rápido, muchacha! ¡Antes de que todo se derrumbe a tu alrededor! –apremió Von Croy mientras un par de escombros cayeron e hicieron retroceder a Lara. - ¿Has vuelto, Werner? ¿Ya no eres Seth? –después de todo, no le faltaban razones para desconfiar. - ¡Sí, sí! ¡No hay tiempo! ¡La mano, Lara! ¡Dame la mano! –exclamó muy nervioso el arqueólogo. El piso empezó a venirse abajo, y Lara tuvo que atravesar la salida del templo corriendo. Pero el suelo se desmoronó bajo sus pies y tuvo que agarrarse con las dos manos al saliente para no caerse. -¡Sí, sí! ¡No hay tiempo! ¡La mano, Lara! ¡Dame la mano! –repitió ya más asustado. - Me alegra verte de nuevo, Werner. –manifestó Lara desde donde se sujetaba. Estaba tan agotada que incluso le costaba hablar. - ¡Puedo ponerte a salvo! –Von Croy le tendió la mano. Su antigua alumna sólo tenía que tomarla y se vería libre por fin. Desgraciadamente, el techo se vino abajo, y Von Croy no tuvo más remedio que salir huyendo de allí. Un ruido de derrumbe sonó detrás de él, y al voltearse lentamente, el anciano cayó lentamente en la cuenta de que la pobre muchacha había quedado sepultada en el templo, bajo los escombros. Se quitó su sombrero e inclinó la cabeza, con el corazón lleno de tristeza.
  21. Bueno, pero en TR4 también se muestra que creen en Seth y Horus, por ejemplo. Y respecto a Jean, es cierto: me parecía algo muy gracioso. Por si fuera poco, aquí también estará Pierre DuPont, así que hay francés para rato.
  22. No, como dijo Lara, Jean se quedó en la biblioteca, y como dice en la entrega 10, está vestida con el traje de Legend. Saludos.
  23. Por cierto, Luciano, acabo de verte por acá, pero no escribiste nada.
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