Jump to content

El velo de Verónica


PERICO

Publicaciones recomendadas

Ahi va la segunda parte de La Tumba Perdida de Alejandro. El argumento es totalmente distinto y la única semejanza con el anterior relato es que de nuevo Lara Croft se encontrará con multitud de enigmas que tú tendrás que resolver.

 

Intentaré subir una nueva entrega al menos cada semana. Espero que os guste y veremos a ver quién es esta vez quien resuelve más acertijos. ;-)

 

 

El velo de Verónica

 

Prólogo

 

2158%20les_ste_maries_de_la_mer_de_nuit.jpg

 

Una recia lluvia caía sobre el pequeño pueblo costero de Les Saintes Maries, al sur de Francia, en una fría noche de mayo. Algunos truenos empezaban a retumbar con estridencia y las olas chocaban contra el embarcadero con una fuerza diabólica.

- Dios nos asista… sobre todo hoy –dijo para sí Monique, santigüándose, mientras miraba por una ventana del convento.

 

Detrás de ella muchas de sus hermanas cogían mantas del armario para llevarlas a sus respectivas habitaciones; otras sacaban cubos para colocar debajo de las goteras y algunas más reunían leña para avivar el fuego de la chimenea que presidía el salón principal.

 

- ¡Monique! –exclamó una voz desde el umbral de la puerta. La joven monja la reconoció enseguida, antes de girarse. Era la tirana madre superiora.

- Dígame, madre.

- ¿Qué haces ahí parada? –preguntó frunciendo el ceño- Haz como las demás y ayuda. Se acerca tormenta.

- Sí, madre –respondió, haciendo una leve reclinación- Enseguida.

 

Monique cogió un par de mantas del armario y un cubo, y se dirigió a su habitación. Esperó sentada en su cama varios minutos, quizá horas, hasta que el único ruido que pudo escuchar era el de la lluvia, afuera. “Parece que ya se han acostado todas”, pensó. Se quedó mirando a la puerta unos instantes y, sólo cuando un relámpago la iluminó por un instante, Monique se acercó a ella y puso su mano sobre el picaporte. Esperó un poco más hasta que por fin pudo oír un estridente trueno; entonces abrió rápidamente la puerta y salió al pasillo.

 

Había muy poca luz. “No importa, el camino me lo sé de memoria”. Con los pies de puntillas y moviéndose despacio, entre las sombras, llegó enseguida a la biblioteca. Dentro, cogió una caja de cerillas, encendió una y repartió la mecha sobre las velas de un candelabro. Las pequeñas llamas iluminaron débilmente la estancia, pero lo suficiente como para moverse por ella sin problemas.

 

La bibilioteca era el lugar más olvidado del convento. Llevaba años cerrada hasta que, hace dos meses, la propia Monique pidió a la madre superiora que la abriese para poder estudiar. Era la única de sus veinte hermanas que se estaba sacando unos estudios y, aunque la madre no estaba muy de acuerdo –ni con que estudiase ni con abrir la biblioteca- finalmente Monique se salió con la suya gracias a la mediación del obispo.

 

Monique se había pasado, desde entonces, tardes enteras curioseando entre los viejos libros. Al principio no encontró nada fuera de lo común: muchas biblias, varios libros de santos, encíclicas vaticanas… Tenía la esperanza de encontrarse tarde o temprano con algun preciado manuscrito o un libro antiguo y valioso. Quizá, simplemente quería toparse con algun pequeño misterio. Y ese mismo día, su insistencia había dado sus primeros frutos: escondida entre dos libros, Monique descubrió una hoja de papel muy antigua que decía:

 

Jn 21, 6

 

La joven novicia sonrió levemente y, no sin cierto temblor en las manos, alzó un poco el candelabro sobre su cabeza. Justo encima de una de las estanterías, tallada sobre la pared, había una barcaza de piedra cubierta por una red.

 

La intriga y la emoción la embargaban por completo; pero ni ella misma podría presagiar que estaba apunto de dar el primer paso hacia un hallazgo capaz de revolucionar la Historia tal y como la conocíamos hasta ahora.

 

¿Qué se significa ese misterioso mensaje? ¿Y qué se dispone a hacer la monja?

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

¡Muy buen comienzo :biggrin: !

 

Intuyo que lo que decía el libro se refería al Evangelio de San Juan del Nuevo Testamento, capítulo 21, versículo 6. Más tarde, si estoy en lo correcto, tendré que fijarme en la Biblia para más información.

 

Por cierto, no te pasaste por mi relato de TRL y TRAOD, vos que considerás tan importantes las críticas constructivas :unsure:

 

suerte :birthday:

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Muy bueno el relato, PERICO. Has mejorado lo inmejorable. Sigue así.

 

-SOLUCIÓN:-

"Y Jesús les dijo: <Echad las redes a la derecha de la barca y hallaréis.> La echaron pues, y ya no podían arrastrar la red por la muchedumbre de los peces."

 

La monja planea hacer tal y como dice el versículo: Mover la red a la derecha de la barca tallada en piedra y ver lo que ocurre...

 

Desde luego, PERICO, lo has basado en Broken Sword y El Código Da Vinci. Muy bueno, te "REfelicito".

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Estupendo, Perico! Viendo que ya han acertado el enigma, sólo me queda añadir que... que la palabra "santiguándose" no lleva diéresis. La diéresis sólo se coloca cuando después de la g y la u va una vocal débil como la e y la i, pero nunca si hay a, o, u.

Aparte de esta minucia, tu relato se previene interesante, como siempre. Suerte! :hello:

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

No me había dado cuenta de eso, estaba tan inmerso en tu relato...

Modifícalo cuando puedas, ¡no lo vayas a publicar en la revista mal por error! :rofl:

 

P.D.: Lo de resolver el enigma tan rápido, no sé por qué. Simplemente ver un relato nuevo con enigma al final ¡y me entra un subidón! ¡Jejejeje!

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

  • 2 weeks later...
  • 2 weeks later...

Crear una cuenta o conéctate para comentar

Tienes que ser miembro para dejar un comentario

Crear una cuenta

Regístrese para obtener una cuenta nueva en nuestra comunidad. ¡Es fácil!

Registrar una nueva cuenta

Conectar

¿Ya tienes una cuenta? Conéctate aquí.

Conectar ahora
×
×
  • Crear nuevo...