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Oraculo

Saqueador de Tumbas
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Todo lo publicado por Oraculo

  1. Yo vi la pelicula el pasado 23 de mayo. En si la pelicula resulto muy buena, fiel a toda pelicula de Indiana Jones. El tema muy bueno, los efectos me gustaron. Harrison Ford, bien en su papel. Pero la tres fue la que me gusta mas de las 4. El tema es mas atrapante, hay mas emociones. Pero en fin una muy buena pelicula Saludos
  2. Correcto Zeta. Tu turno Saludos
  3. Seguimos con el mismo tipo de pregunta que hiciste Max Que movimientos nuevos se le agregaron a Lara al pasar del TR4 al TR5? Saludos
  4. A mi el Tomb Raider 1, me acuerdo que fue el primer juego que me compre para Play 1. Lo compre en 1996, cuando el juego solo tenia algunos meses de que habia salido. Me impacto los graficos de ese juego y quedo absorto. Ese fue uno de los dias mas felices de mi vida Saludos
  5. Se agrego los siguiente movimientos: -Lara puede encender una bengala -Lara puede manejar vehiculos(Lancha y moto de nieve) -Lara puede subir escaleras verticales -Lara puede girar abajo del agua, apretando el boton de rodar -Lara puede darse vuelta cuando salta, apretando el boton de rodar -Lara puede desplazarse a traves de una cuerda agarrada de un gancho(como cuando pasa el pozo, adonde estan los dos T-Rex en el nivel 1, "La gran muralla") No me acuerdo otro, pero me parece que son todos Saludos
  6. esta muy bueno, no lo habia visto, muy interesante. Muchas gracias Saludos
  7. Al final lo pude pasar, ahora estoy jugando el Santuario del Scion, realmente no se porque no jugue antes los niveles de autor. Ahora empece a jugarlos. Estoy leyendo algunos tutoriales, para empezar a aprender a usar los editores de niveles. Saludos
  8. Encontre la solucion en YouTube, yo intentaba pasar, colgandome de los costados y tratando de saltar de poco, pero cuando queria llegar a la ultima plataforma, no se agarraba, habia que pasarla corriendo. Aqui mando el link del video youtube, para veas la parte que te decia. No se agarra a la ultima plataforma, adond ellega, girando en el aire, no se agarra, hay que pasarla corriendo, ese era mi problema Gracias por tu ayuda Saludos
  9. Muchas gracias por tu ayuda, pero el problema ocurre, en una parte que creo el autor, no del original, no se porque no se agarra a la pared, si solo hay dos cuadrados y tendria que llegar sin problema, me parece que hay un bug. Se podria pasar corriendo y saltando, pero no lo puedo hcer, porque hay fuego, en el piso y muero calcinado Saludos
  10. Reviviendo un poco el tema, estoy medio trabado, en el nivel de la ciudad de Khamoon. Estoy eun parte, adonde hay varios pilares, adonde hay fuego en cada uno de ellos. Abajo hay un liquido rojo que te mata si caes. Paso todos los pilares, agarradome del borde, subir a una esquina y saltar, pero cuando llego al ultimo pilar adonde esta el fueg, salto a la plataforma, para seguir el camino, pero no se agarra y caigo a la Lava.¿Como hicieron para pasar esa parte, estoy medio desesperado? Saludos
  11. Excelente Kaliya, muy lista te felicito Saludos
  12. Hola amigos aqui les mando el capitulo 7. Que lo disfruten CAPÍTULO 7 Abrir la cerradura fue cosa de niños. Era un mecanismo simple de tres piezas en línea. Lara podría haberla abierto con un par de clips para papeles. Según el mapa del ordenador de Trent, la puerta daba a un amplio pasillo... Allí estaba. Echó otro vistazo a la pantalla del pequeño ordenador y lo guardó de nuevo, pensativa. Al parecer, existía una ruta de salida hacia la parte de atrás de la casa, que atravesaba varios pasillos y salas, situada más allá de una serie de habitaciones. Podría buscar a Smith y a los demás por el camino y, quizás, asegurar la ruta de escape al mismo tiempo. Entró en el pasillo con la 9 mm completamente cargada. Era un muestrario de rarezas. El pasillo en sí no le llamó la atención: la moqueta y el papel de las paredes eran de color marrón y beige, y las amplias ventanas sólo mostraban la oscuridad que reinaba en el exterior. Sin embargo, las cajas de los muestrarios alineadas a lo largo de la pared interior... En total había tres, y encima de cada una, una pequeña lámpara iluminaba su interior, mostrando una amplia variedad de huesos humanos blanqueados colocados en estanterías, mezclados con otros objetos oscuros más pequeños. Lara recorrió el pasillo deteniéndose un momento ante cada una de las cajas para mirar aquel extraño espectáculo. Allí había cráneos, huesos de brazos y piernas, manos y pies. Correspondían al menos a tres esqueletos completos, y junto a los huesos se veían plumas, cuentas, cintas de cuero retorcidas... Lara cogió una de las cintas de cuero en su mano, pero la dejó enseguida de nuevo en su sitio y se frotó los dedos en los pantalones. No estaba segura, pero le pareció que aquello tenía el mismo tacto que tendría una piel humana curtida, rígida y al mismo tiempo ligeramente grasienta... ¡Cliiiang! La ventana situada a sus espaldas se partió en mil pedazos; una silueta ágil y musculosa saltó al pasillo gruñendo y arqueando las mandíbulas. Era uno de los perros mutantes asesinos, con los ojos tan rojos como su goteante cuerpo. Se deslizó directamente hacia ella, y sus dientes relucieron con el mismo brillo peligroso que el cristal de la destrozada ventana que todavía estaba cayendo al suelo. Lara se metió entre dos de las cajas y abrió fuego. El ángulo de disparo fue demasiado bajo, y la bala se estrelló contra el suelo de madera, haciendo saltar astillas que no detuvieron al perro, que se abalanzó de un salto contra ella lanzando un ronco gruñido. La golpeó en las piernas y la aplastó dolorosamente contra la pared, abriendo las mandíbulas para arrancarle la carne. El olor de la carne descompuesta la envolvió mientras disparaba una y otra vez, apenas consciente de que estaba gimiendo de miedo y asco, un sonido tan gutural y primitivo como los de los feroces y a la vez moribundos aullidos procedentes de aquella abominación perruna. La quinta bala, disparada directamente contra el pecho del animal, lo lanzó hacia atrás. La criatura se derrumbó en el suelo con un quejido lastimoso casi de cachorro mientras los borbotones de sangre manchaban la alfombra. Lara mantuvo la pistola apuntando contra la forma inmóvil en el suelo mientras aspiraba grandes bocanadas de aire. Las patas del perro se estremecieron de repente, y sus grandes garras desgarraron la húmeda y roja alfombra antes de quedarse definitivamente inmóviles. Lara se relajó al reconocer aquel movimiento como un espasmo de muerte: la vida había abandonado aquel cuerpo. Ella tenía varios morados, pero el perro estaba definitivamente muerto. Se quitó el flequillo de delante de los ojos y se agachó al lado de la criatura. Se fijó en especial en la extraña y visible musculatura y en sus enormes fauces. La carrera hacia la casa había sido demasiado confusa, y además prácticamente en la oscuridad, como para ver realmente bien el aspecto de los seres que habían matado a Joseph. Sin embargo, a la luz del pasillo, la primera impresión que había tenido no cambió en absoluto: parecía un perro despellejado. Se puso en pie y se alejó, vigilando atentamente las ventanas del pasillo. Era obvio que no ofrecían protección alguna frente a los peligros procedentes del exterior. El pasillo giraba bruscamente a la izquierda, y Lara se apresuró a llegar allí, pasando a la carrera al lado de los demás muestrarios macabros que decoraban toda la pared interior de aquel pasillo. La puerta que había al extremo del pasillo no estaba cerrada con llave. Daba entrada a otro pasillo, menos iluminado que el anterior, pero también menos tétrico. El neutro papel de pared de color verde grisáceo sólo estaba cubierto por pinturas de escenas campestres y paisajes rurales. No había nada asqueroso o siniestro en aquel lugar. La primera puerta a la derecha sí estaba cerrada con llave, en la placa de la cerradura vio que había grabada una armadura. Lara recordó algo que había leído en el ordenador de bolsillo, algo relativo a unas llaves de caballero, pero pensó que era mejor dejarlo a un lado por el momento. Según el mapa de Trent, al otro lado había una habitación que no llevaba a ningún lado. Además, si Smith había pasado por allí, se supone que no iba a dejar puertas cerradas con llave a su espalda... Bien, también supusiste que Steve no desaparecería. No supongas nada en absoluto en un lugar como éste. La siguiente puerta que intentó abrir daba a un pequeño cuarto de baño con una decoración antigua, con detalles como un ventilador de techo y una bañera con cuatro patas. No se veían señales de que alguien lo hubiera utilizado recientemente. Se quedó allí en pie por un momento, en la pequeña habitación de olor rancio, respirando profundamente y sintiendo los efectos posteriores de la descarga de adrenalina del pasillo. Mientras crecía había aprendido a disfrutar de la sensación de peligro, de la emoción de entrar y salir de sitios desconocidos solo con la ayuda de un puñado de utensilios y su propio ingenio para mantenerse a salvo. Aquella sensación se había ido desvaneciendo desde que había ingresado en los MAGNIFICOS, perdida en la rutina diaria de reuniones de información y entrenamiento con armas; ahora había regresado, inesperada pero bienvenida. No podía engañarse a sí misma sobre la pura alegría que a menudo sentía después de enfrentarse a la muerte y salir ilesa. Se sentía... bien. Se sentía viva. Bueno, no comencemos la fiesta todavía —le recordó su mente sarcásticamente—. ¿O has olvidado que a los MAGNIFICOS se los están comiendo vivos en este agujero infernal? Lara retrocedió hasta el silencioso pasillo y dobló otra esquina, preguntándose si Barry habría encontrado a Steve y si uno de los dos se habría encontrado con alguno de los Bravo. Sentía que disponía de una ventaja al tener aquel mapa, y decidió que en cuanto tuviera asegurada la ruta de escape, volvería a la sala principal y esperaría a Barry. Entre los dos podrían efectuar una búsqueda más minuciosa y rápida con el mapa de Trent. El pasillo acababa en dos puertas situadas una enfrente de otra. La que ella buscaba era la que estaba a su derecha. Probó a abrirla y se vio recompensada por el clic del pomo que hacía girar el pestillo. Entró en una sala oscura y vio a uno de los zombis. Era una silueta pálida y ominosa situada a unos tres metros de la puerta. La criatura comenzó a dirigirse hacia ella mientras levantaba el arma, emitiendo unos suaves quejidos de hambre con sus podridos labios. Uno de los brazos colgaba flácido en su costado, y aunque su hombro era un manojo de huesos asquerosos, su puño putrefacto se abría y se cerraba por el ansia mientras extendía el otro brazo hacia ella. La cabeza, apunta a la cabeza... El ruido de los disparos resonó con estrépito en la fría penumbra. El primero le voló la oreja derecha, pero el segundo y el tercero abrieron dos agujeros justo encima de las cejas. Unos oscuros fluidos comenzaron a bajar por su reseco rostro, hasta que la criatura cayó de rodillas, y sus vacíos e incansables ojos se pusieron en blanco al volverse hacia arriba. Oyó un sonido apagado de pasos arrastrándose en las sombras de la parte posterior de la habitación, justo hacia donde ella pretendía ir. Lara apuntó con su arma a la oscuridad y esperó a que aquello se acercara, con el cuerpo cargado de tensión. ¿Cuantas de estas criaturas hay por aquí? Disparó en cuanto el zombi asomó al doblar la esquina. La 9 mm saltó ligeramente en sus sudorosas manos. El segundo disparo atravesó el ojo del podrido cuerpo, que se desplomó inmediatamente al suelo de madera oscura y pulida. La viscosa y pegajosa sustancia que componía su ojo descendió por su esquelético rostro. Lara se quedó a la espera, pero aparte de los crecientes charcos de sangre que se extendían por el suelo alrededor de las criaturas muertas, no se movió nada más. Respiró por la boca para evitar lo peor de aquel hedor, y se apresuró a llegar al otro lado de la estancia para luego doblar a la derecha y entrar en un estrecho y corto pasillo que daba a una oxidada puerta de metal. La abrió y un soplo de aire fresco la inundó, un olor tibio y limpio después del frío hedor parecido al de un depósito de cadáveres. Lara sonrió al percibir el ruido de las cigarras y el zumbido de los grillos en el aire nocturno. Había llegado al final de su pequeña excursión, y aunque todavía no estaba fuera, los sonidos y olores del bosque renovaron su sensación de misión cumplida. Ya tenemos un camino seguro, en la parte trasera de este lugar. Podemos dirigirnos hacia el norte, llegar hasta una de las carreteras locales y parar a alguien para que nos lleve hasta las barricadas de la policía. Salió a un sendero cubierto, compuesto por piedras verdes de mosaico rodeadas de unas altas paredes de cemento. En el techo del pasillo se abrían unos pequeños agujeros por donde circulaba el leve aroma de los pinos. La hiedra bajaba por las aberturas como un recordatorio del mundo exterior. Recorrió apresuradamente el pasaje en penumbra mientras recordaba que había visto en el mapa que al otro lado, al fondo y a la derecha, había una pequeña habitación, probablemente una cabaña de almacén... Dobló la esquina y se detuvo en seco ante otra puerta de metal de aspecto sólido. Su sonrisa se desvaneció cuando extendió instintivamente la mano hacia el pomo y se dio cuenta de que el agujero de la cerradura estaba taponado. Se agachó e inspeccionó el pequeño agujero con una de las ganzúas, pero quedó desilusionada: alguien lo había rellenado de material sellador. A la izquierda de la puerta había una especie de diagrama incrustado en el cemento y fabricado con cobre. Eran cuatro depresiones hexagonales talladas sobre la placa lisa de metal, y cada uno de los agujeros del tamaño de un puño estaba conectado con los demás por una delgada línea. Lara entrecerró los ojos para poder leer las palabras grabadas en la placa de metal, deseando tener una linterna mientras se esforzaba por descifrar las palabras. Limpió con la mano la delgada capa de polvo de las letras grabadas y lo intentó de nuevo. CUANDO EL SOL... SE PONGA EN EL OESTE Y LA LUNA SE ELEVE POR EL ESTE, LAS ESTRELLAS COMENZARÁN A BRILLAR EN EL CIELO... Y EL VIENTO SOPLARÁ HACIA EL SUELO. ENTONCES LA PUERTA DE LA NUEVA VIDA SE ABRIRÁ. Lara parpadeó. Cuatro agujeros... ¡La lista de Trent! Cuatro símbolos heráldicos, y algo acerca de una puerta de la nueva vida. Es un mecanismo de combinación para abrir la cerradura de la puerta. Coloca los cuatro símbolos heráldicos en su sitio y entonces la puerta se abre... El problema es que aún tengo que encontrar los cuatro símbolos heráldicos. Lara probó a empujar la puerta y sintió que su esperanza se desvanecía: la puerta ni siquiera se movió dentro de su quicio. No se movió en absoluto. Tendrían que descubrir otro modo de salir de allí, a menos que encontrasen los símbolos heráldicos, lo que en un sitio como aquél podría llevar años. Un solitario aullido resonó en la lejanía, y los aullidos de los demás perros cercanos a la mansión se unieron en un coro demoníaco. Los extraños sonidos ululantes rasgaron el tranquilo silencio del bosque. Había docenas de ellos allí afuera, y Lara se dio cuenta de que la idea de escapar por la puerta trasera quizá no era tan buena después de todo. Disponía de cantidad limitada de munición, y sin duda habría más criaturas de pesadilla deambulando por los pasillos, hambrientas, arrastrando los pies en un silencio carente de inteligencia mientras buscaban su siguiente festín macabro... Lanzó un profundo suspiro y comenzó a regresar hacia la casa, temiendo volver a oler aquel hedor a muerte frío y apestoso incluso antes de entrar e intentando al mismo tiempo prepararse mentalmente para enfrentarse a los peligros que parecían acechar en todos y cada uno de los rincones. Los MAGNIFICOS estaban atrapados. Steve sabía que tenía que aprovechar al máximo la poca munición de la que disponía, así que, en cuanto dejó atrás a Rebecca, cruzó a toda velocidad el oscuro pasillo, con sus botas resonando pesadamente en el suelo de madera. Todavía quedaban tres de ellos, agrupados muy cerca de las escaleras. Los esquivó con facilidad y continuó su carrera hasta cruzar la estancia y doblar una esquina. Se colocó en la típica postura de tirador en cuanto llegó a la puerta que daba acceso a la otra sala: bien apoyado en las piernas, una mano sosteniendo a la otra y el dedo en el gatillo. Los zombis aparecieron uno por uno, doblando la esquina, gruñendo y tambaleándose torpemente. Steve apuntó con cuidado, mantuvo la respiración pausada, se concentró… Apretó el gatillo y envió dos proyectiles a través de la gangrenosa nariz de la primera criatura. Disparó un tercer proyectil justo en el centro de la frente del segundo zombi. Los fluidos cerebrales y el tejido blando salpicaron la pared de madera que había detrás de ellos cuando los proyectiles atravesaron sus cabezas. Acertó sus disparos contra el tercer zombi cuando los otros dos todavía no habían terminado de caer al suelo. Se oyeron dos nuevas explosiones apagadas y el entrecejo de la criatura se hundió hacia el interior de su cabeza, para luego desplomarse como el saco de huesos que era. Steve bajó su 9 mm mientras sentía una oleada de orgullo. Era un tirador de primera clase, incluso tenía un par de premios que lo demostraban, pero siempre era agradable comprobar lo que era capaz de hacer si disponía del tiempo suficiente para apuntar. Su puntería al disparar mientras desenfundaba no era tan buena. Ésa era la especialidad de Barry. Extendió la mano hacia el pomo de la puerta, espoleado por el recuerdo de todo lo que estaba en juego. Supuso que cada uno de los miembros del equipo Alfa sería capaz de cuidar de sí mismo, y que tenían las mismas oportunidades de sobrevivir que él, pero ésta era la primera operación de Rebecca, y ella ni siquiera tenía un arma. Tenía que sacarla de aquel lugar. Regresó a la estancia de suave luz y papel de pared verde y echó un vistazo en ambas direcciones. Más allá, el pasillo estaba envuelto en la oscuridad, por lo que no tenía modo alguno de saber si no había peligro allí. A su derecha estaba la puerta con la espada grabada en la placa de la cerradura, y el primer zombi contra el que había disparado, tendido en el suelo en una posición grotesca y sin vida. Steve se sintió agradecido al ver que la figura no se había movido en absoluto. Al parecer, los tiros en la cabeza eran realmente la mejor manera de cargarse a un zombi, justo lo mismo que ocurría en las películas. Steve se dirigió hacia la puerta en cuestión, mientras apuntaba con su pistola a la derecha, luego a la izquierda y de nuevo a la derecha: ya había tenido suficientes sorpresas por un día. Tras comprobar que no había nadie en la pequeña abertura que había enfrente de la puerta; sacó la pequeña llave y la introdujo en la cerradura. Giró sin problemas. Steve entró en un pequeño dormitorio, sólo un poco mejor iluminado que el pasillo, puesto que únicamente había una pequeña lámpara en el escritorio de una esquina. No había peligro a la vista, a no ser que estuviera oculto debajo del pequeño camastro... o en el estrecho armario situado frente a él. Se estremeció y cerró la puerta tras de sí. Aquéllos eran los primeros temores de cualquier niño, y también habían sido los suyos: monstruos en el armario y seres que se ocultaban bajo la cama, a la espera de algún niño imprudente al que agarrar por el tobillo... Oye, ¿cuantos años tienes ahora? Steve se quitó de la mente aquellos temores producidos por los nervios y se avergonzó de sus desvaríos imaginativos. Recorrió lentamente en círculos la habitación, mientras buscaba con la vista cualquier objeto que pudiera ser útil. No había ninguna otra puerta ni nada semejante que llevara de regreso a la sala principal, pero quizá podría encontrar un arma mejor para Rebecca que el bote de insecticida. Aparte de una mesa de madera de roble y una estantería con libros, en la habitación sólo había una pequeña cama sin tender y una mesa escritorio. Le echó un rápido vistazo a los libros, luego pasó de los pies de la cama a la mesa escritorio. Había un cuaderno al lado de la lámpara, y aunque el escritorio estaba cubierto por una capa de polvo era evidente que alguien había utilizado el diario hacía relativamente poco tiempo. Steve lo tomó intrigado y lo abrió por las últimas páginas. Quizás encontraba una pista sobre lo que estaba ocurriendo. Se sentó en el borde de la cama y comenzó a leer. 9 de mayo, 1986: he jugado al póker esta noche con Scout y Alias de Seguridad, y con Carlos de Investigación. Carlos ha ganado una pasta, pero creo que hacía trampas. ******. Steve sonrió ligeramente al leer aquello. Pasó a la siguiente anotación y la sonrisa se le heló en los labios, y su corazón perdió un latido. 10 de Mayo, 1986: uno de los jefazos me ha encargado que me ocupe de un nuevo experimento. Tiene todo el aspecto de un gorila despellejado. Las instrucciones sobre su alimentación especifican que se le den animales vivos. Cuando le metí en la jaula un cerdo, pareció que la criatura se ponía a jugar con él..., le arrancó las extremidades una por una y lo despanzurró antes de ponerse realmente a comer. ¿Experimento? ¿Podría ser que el que escribiera aquello se refiriese a los zombis? Steve continuó leyendo, animado por el descubrimiento. Era obvio que el diario pertenecía a alguien que trabajaba allí, lo que significaba que el encubrimiento de los casos iba más allá de lo que él mismo imaginaba. 11 de Mayo, 1986: Scott me despertó alrededor de las cinco de la mañana. Meacojonó vivo. Llevaba puesto uno de esos trajes protectores que parecen un traje espacial. Me entregó otro igual y me ordenó que me lo pusiera. Me dijo que se había producido un accidente en el laboratorio subterráneo. Sabía que pasaría algo así. Esos capullos de investigación jamás descansan, ni siquiera de noche. 12 de Mayo, 1986: he llevado el maldito traje espacial desde ayer. La piel se me está poniendo rasposa y me pica todo el cuerpo. Los puñeteros perros me han mirado de una forma muy rara hoy, así que he decidido no darles de comer. Que se jodan. 13 de Mayo, 1986: he ido a la enfermería porque tengo la espalda hinchada y me pica mucho. Me han puesto un gran vendaje y me han dicho que ya no hace falta que lleve el traje protector. Sólo quiero dormir. 14 de Mayo, 1986: encontré otra pústula en el pie esta mañana. Acabé arrastrando el pie todo el camino hasta la jaula de los perros. Habían estado tranquilos todo el día, lo que es bastante raro. Entonces, me di cuenta de que algunos de ellos se habían escapado. Si alguien lo descubre, me costará la cabeza. 15 de Mayo, 1986: mi primer día libre después de mucho tiempo y me sient ohecho una ******. Decidí ir a visitar a Nancy de todas maneras, pero los guardias me detuvieron cuando intenté salir de la mansión. Me dijeron que la compañía ha ordenado que nadie abandone el lugar. Ni siquiera puedo llamar por teléfono. ¡Han arrancado todos los cables! ¿Qué clase de situación de ****** es ésta? 16 de mayo, 1986: se rumorea que uno de los investigadores intentó escapar ayer por la noche y fue acribillado a balazos. Siento calor en todo el cuerpo, además de picores, y me paso todo el tiempo sudando. Me he rascado un bulto del brazo y se ha desprendido todo un trozo de carne podrida. No he vomitado hasta que me he dado cuenta de que el olor me daba hambre… La escritura comenzaba a ser temblorosa. Steve dio vuelta a la página y apenas pudo entender las últimas líneas, ya que las palabras estaban colocadas casi al azar por toda la página. 19 de Mayo, 1986: no fiebre, pero pica. Hambre… comida de perros. Pica, pica. Scott cara fea, pero mate. Sabroso. Las demás páginas estaban en blanco. Steve se puso en pie y se metió el diario en el chaleco mientras sus pensamientos corrían a toda velocidad. Por fin algunas de las piezas de aquel rompecabezas comenzaban a encajar: investigaciones secretas en una residencia secreta, un accidente en un laboratorio escondido, un virus o algún otro tipo de infección que escapó de todo control y que transformó a la gente que trabajaba allí, convirtiéndolos en muertos vivientes devoradores de carne... Y algunos de ellos lograron escapar. Los asesinatos y las desapariciones en la ciudad de Winsburg comenzaron a finales de mayo, coincidiendo con los efectos del «accidente». La cronología de los hechos coincidía. Pero ¿qué clase de experimentos estaban efectuando exactamente aquellos investigadores, y cuál era la implicación real de Psycho System en ellos? ¿Cuan implicado estaba Billy? No quería pensar en ello, pero mientras intentaba olvidarse de aquel pensamiento, se le ocurrió otro: ¿qué pasaría si la zona todavía era contagiosa? Se apresuró a abrir la puerta, repentinamente ansioso por informar a Rebecca de lo que había descubierto. Gracias a su entrenamiento, ella sería capaz de imaginar lo que había quedado suelto por toda la mansión procedente del laboratorio secreto. Steve tragó saliva con dificultad. Puede que en ese mismo instante, tanto él como los restantes MAGNIFICOS estuviesen infectados. Continuara...
  13. Hola chicos, ahi mando el capitulo 28, que los disfruten CAPITULO XVIII: LA TERCER Y ULTIMA PIEDRA! Lara habia atravezado la puerta, despues de recuperar los amuletos de los 4 elementos. Despues de la puerta habia un enorme escalera, adonde al final de la misma se miraba ua hermosa puerta, hecha de oro solido. Lara se quedo iluminado ante tanta belleza, pero noto que los costados de la escalera, habia varias estatuas de chacales. Saco sus armas y empezo a subir lentamente la escalera. Como habia sospechados, las estatuas recobraron vida y se abalanzaron sobre nuestra heroina. Lara empezo a dispara sus 9 mm, Los chacales empezaron a saltar, lanzadole mordicos, pero la chica empezo a esquivar todos los ataques, entras seguia disparando. En cuestion de segundo, Lara se cargo a todos los chacales Se toma un suspiro y sigue subiendo la escalera hasta que llega a la puerta dorada. La puerta tenia dos enorme chacales que representaban al Dios Anubis. Lara empuja con todas sus fuerzas la puerta y logra abrirla. Detras de esta puerta daba a una habitacion adonde estaba todo cubierto de oro puro. Esa habitacion valia una fortuna. Lara vio que habia mesas de oro puro, con sus sillas, objetos valiosos, como arcillas de oros, vasijas de oros, floreros, de todo. Estaba en perfectas condiciones. Tambien noto que habia como 10 sacorfagos de oro. y a los lejos habia otra puerta de oro como la que habia abierto. Lara saco sus armas ante cualquier peligro. De golpe se abrieron todos los sacrofagos y salieron 10 momias, que se abalazaron a gran velocidad hacia la intrusa. Lara, saca su ballesta con flechas explosiva y empieza a destruir a todos las momias. Las destruye con suma facilidad. Luego sigue su camino hacia la puerta de Oro. La empuja con mucha fuerza y logra abrirla Atras de la puerta habia otra escalera enorme, subio por ella rapidamente. hasta que llego a una habitacion que era enorme, tenia como 15 metros de altura, estaba con distintos jeroglificos, llenando todas las paredes de la habitacion. Ve que en lo mas alto, habia una plataforma, y ua puerta de oro. No habia duda, tenia que llegar hasta ahi, pero el camino no lo tenia facil, habia varias plataformas separadas por algunos metros entre ellas, habia guadañas oscilando de un lado a otro entre plataformas. Lara se sube a la primera de ellas y luego a la segunda. Atraviesa la primera guadaña. Atraviesa luego la segunda. Cuando llega ala nueva plataforma, nota que las esquinas de cada habitacion, habia estatuas de unos pajaros llamados Ibis. Eran enormes. Las misma reviven, salen volando y empieza a atacar a Lara con bocanadas de fuego, y con sus garras. Lara empieza a disparar a las estatuas, mientras sigue saltando las plataformas. Lata baja a tres pajaros de los 6 que habian. Lara logra llegar a la plataforma, adonde estaba las puertas, despues de esquivar varios guadañas. Se carga los tres pajaros que quedaban. La arqueologa se toma un suspiro y abre la puerta de Oro. Detras de ella, hay una habitacion muy parecida a la anterior. Pero en el fondo, habia un enorme pozo, que cubria toda la habitacion, adonde habia pinchos repartidos por el piso. En el medio habia una soga, que iba desde la puerta que estaba Lara y la salida de la misma. pero en el camino de la soga habia de todo, fuego que salia de los costados de las paredes, a intervalos fijos de tiempo. Guadañas oscilando de un lado a otro, Bolsas con pinchos tambien oscilando y ademas disparadores de dardos venenosos. Lara empieza a caminar con mucho cuidado por la soga. Se acerca a el primer grupo de peligros. Habia dos guadañas y una bolsa de pinchos. Lara se prepara para pasar, y cuando puede pasa rapidamente los tres obstaculos, tratando de no perder el peligro, sigue caminando con cuidado por la soga. Llega a otro grupo de peligros. Habia dos lanzadores de fuegos y dos disparadores de dardos venenosos. Lara calcula el momento y pasa por un pelo los obstaculos, porque en un momento casi pierde el equilibrio. Solo faltaba unos 5 metros para llegar, pero dos estatuas de pajaros Ibis, salen por detras de nuestra arqueologa disparando con todas sus fuerzas fuego. Lara pierde el equilibrio y cae al vacio, pero se sostiene a tiempo con una mano. Lara:-Hayyyyyyyy, grita por el dolor del brazo. Los pajaros se abalanzan de nuevo, Lara saca su arma y dispara con a los pajaros, que son ahuyentados por algunos segundos. Lara rapidamente se agarra con las manos y empieza a columpiarse, salta y saca su gancho, llegando bien a la plataforma. Saca sus armas y destruye a las dos estatuas en mil pedazos. Abre la puerta de oro. ve que detras de la misma, habia una enorme escalera, que ahora bajaba a otra enorme habitacion. Baja rapidamente y llega a la habitacion. La misma estaba cubierto de jeroglificos en perfectas condiciones. Habia monedas y vasijas de oros por todas partes, como piedras preciosas. Era un espectaculo, pero lo mas importante estaba en el centro de la misma, habia un pedestal, y en ella estaba la tercera piedra. Era de un color rojo fuerte. Era un belleza verla, alli con su intenso brillo. Lara estaba feliz por haber conseguido la piedra Lara:-¡Lo encontre Zip!, Lo Encontre la tercera piedra!. Zip:-Excelente Lara, lo estoy viendo por la camara, es impresionante, pero me surge duda que dicen los jeroglificos, tal vez nos develen, como se usan las tres piedras. Dice intrigado Lara:-Tiene razon, voy a leerlos. Lara se acerca a los jeroglificos, y los empieza a leer. Cada vez se va asombrando mas. Lara se pone a traducir los mismo Lara:-Estos jerogiflicos, habla sobre el poder de las tres piedras. "Quien haya llegado hasta aqui, es digno de tener el poder que otorgan las tres piedras que fueron forjadas con materiales divinos y preciosos y forjados con las magia mas poderosas. Quien haya llegado aqui tendra el derecho al poder absoluto para hacer el bien sobre la Tierra y mantener las esperanzas de toda la humanidad para el futuro".Traduce Lara Zip:-Increible, el poder de esas tres piedras debe ser enorme, como hicieron una cosa asi, si cae en manos malvadas, seria el fin del mundo. Lara:-Si, tenes razon, pero aqui no termina todo, continua los jeroglificos: "Para sacar el verdadero poder de las piedras, se deben usar las piramides de nuestros Dioses Faraones Keops, Kefren y Micerino. Solo la union de las piedras con los templos mortuorios de nuestros dioses, podras obtener el poder completo. Un gran poder caera en la Tierra y el templo del todo poderoso Resurgira de las profundidades de la arena del desierto" Lara se quedo petrificado. Ahora entendia el verdadero fin de las piramides de GiZeh. Eran los pedestales principales de las piedras magicas, servirian para obtener este asombroso poder. Debia ir lo mas rapido a Gizeh, pero adonde estaran los pedestales para poner la malditas piedras. Ademas Bartoli ya sabia todo esto que se habia enterado y encima tenia ua piedra. Tendria que robarle la piedra a Baroli y destruirlas, antes de que caiga en las manos del capomafioso y sea el fin del mundo. Zip:-Rapido Lara, toma esa maldita piedra y sal de alli, debemos impedir que Bartoli tome el poder Lara:-Ok, pero preparense, pues va a ver estorbos de esa basura tratandome de sacarme las dos piedras Dicho esto Lara se acerca al Pedestal y saca la ultima piedra. Se lo guarda en su mochila. Por detras del pedestal, se abre una puerta, era la salida, pues a los poco metros se veia luz, de la salida del templo. Lara se dirige hacia la salida Continuara... Saludos
  14. Y Finalmente 4 mas(en total 10 paginas) Que lo disfruten, pronto mas paginas Saludos
  15. Y tres paginas mas Saludos
  16. Hola amigos, seguigamos con el manga, ahi mando tres paginas mas Saludos
  17. Muchas gracias Evan Croft, por la informacion, se ve hay buenas noticias. Saludos
  18. Obviamente, me esperaba un gusto mas por nuestra querida Lara(Logico, estamos en un foro destinada a ella, y somos fan a 100%). Pero veo que a Indiana Jones le gusta mucho Estoy muy alegre por eso, gracias amigos por sus respuestas Saludos
  19. Hola chicos aqui les mando el capitulo 6 CAPÍTULO 6 —¡Smith! —La potente voz de Barry resonó multiplicándose por el eco de la estancia—. ¡Capitán Smith! Se dirigió al trote hacia una hilera de arcos que había en la parte trasera de la estancia mientras le gritaba a Lara. —¡No salgas de la sala! Lara se dirigió hacia las escaleras, sintiéndose casi mareada. Primero Steve, y ahora el capitán. No habían estado fuera ni cinco minutos, y él había dicho que no se movería. ¿Por qué se habría marchado? Miró alrededor en busca de signos de lucha, de un cartucho de bala, de una mancha de sangre, pero no había ninguna señal que indicara qué había ocurrido. Barry apareció al otro lado de la gigantesca escalera, meneando la cabeza mientras caminaba lentamente de regreso hacia ella. Lara se mordió el labio inferior al tiempo que fruncía el entrecejo. —¿Crees que Smith se ha encontrado con una de esas... cosas? —preguntó. Barry lanzó un profundo suspiro. —No creo que fuese la policía de Winsburg la que apareciera y se lo llevara así de golpe. Además, si hubiese estado metido en problemas, habríamos oído disparos... —No necesariamente. Puede que le hayan tendido una emboscada o que lo hayan arrastrado lejos de aquí. Se quedaron en silencio unos momentos, pensando. Lara todavía estaba un poco afectada por el enfrentamiento cara a cara con el cadáver andante, pero pensaba que al menos había aceptado los hechos con bastante facilidad: los bosques que rodeaban Winsburg estaban infestados de zombis. Después de toda una vida leyendo malas novelas sobre asesinos en serie, ¿tan difícil es aceptar la idea de un zombi caníbal? En cierto modo, no lo era, ni tampoco el hecho de los perros asesinos ni la mansión mantenida en buen estado en secreto. No se podía negar su existencia. La pregunta era: ¿por qué? ¿Tenía la mansión algo que ver con los asesinatos, o simplemente los zombis habían entrado a saco al igual que habían hecho con el bosque de Winsburg? ¿Fue esa criatura lo último que vieron Becky y Pris? Rechazó aquella idea de forma casi violenta: pensar en las niñas en ese momento sería un error muy grave. —¿Qué hacemos? ¿Damos una vuelta en su busca o nos quedamos aquí esperándolo? —preguntó por fin Lara en voz alta. —Vamos a echar un vistazo. Ken logró llegar hasta aquí. Es posible que los demás Bravo estén en algún lugar de la casa. Es muy fácil perderse aquí. Steve... Barry dejó de hablar y medio sonrió, aunque Lara advirtió una sombra de preocupación en su mirada. —Steve y Smith se han... perdido —continuó diciendo—, pero los encontraremos. Va a hacer falta algo más que un par de tíos tiesos andando para causarles un problema a alguno de ellos. Se metió la mano en uno de los bolsillos de su chaleco, sacó algo que tenía envuelto en un pañuelo y se lo entregó. Ella sintió las pequeñas formas metálicas a través de la tela y supo inmediatamente qué era. —Te devuelvo las que me diste para que practicase durante el último mes — le dijo—. Supongo que tú sabrás utilizarlas mejor. Lara asintió, y se metió las ganzúas en el bolsillo de la cadera. Barry se había sentido interesado por su antigua «profesión», y ella le había prestado unos cuantos elementos de su antiguo arsenal de herramientas, que incluía varias ganzúas y unas cuantas palanquetas. Quizá podrían ser útiles. El pequeño bulto que le había dado Barry se quedó encima de algo duro y de formas redondeadas... ¡El ordenador de Trent! Con toda aquella agitación, se había olvidado por completo del extraño encuentro en los vestuarios. Abrió la boca para decírselo a Barry, pero la cerró inmediatamente cuando recordó el enigmático aviso de Trent. «Si yo fuera usted, no le mencionarla a nadie esta pequeña conversación.» Que le dieran. De todas maneras, había estado a punto de decírselo a Steve... ¿y dónde está Steve ahora? ¿Quién dice que las «terribles consecuencias» de las que te advirtió Trent no han ocurrido ya? Lara se dio cuenta de lo que estaba pensando y tuvo que hacer un esfuerzo por no reírse de sí misma. Lo que había ocurrido con Trent probablemente no tenía nada que ver con el embrollo en que estaban metidos, y no importaba si podía confiar o no en Barry: de lo que estaba segura era de que no confiaba en Trent. De todas maneras, decidió no contarle nada a Barry, al menos hasta que supiera qué contenía el pequeño ordenador. —Creo que deberíamos dividirnos —dijo Barry—. Sé que es peligroso, pero tenemos que cubrir mucho terreno. Si alguno de los dos se encuentra con alguien, nos reuniremos aquí. Utilizaremos esta sala como base. Barry se frotó la barbilla con una mano mientras clavaba una dura mirada en los ojos de Lara. —¿Estás preparada, Lara? Podríamos buscar juntos si no... —No, tienes razón, Barry —admitió ella—. Yo me encargo del ala oeste. A diferencia de los policías, los miembros de los MAGNIFICOS rara vez actuaban por parejas. Eran entrenados para que vigilasen sus propias espaldas cuando actuaban de forma independiente en situaciones peligrosas. Barry se limitó a asentir en silencio. —Muy bien. Yo regresaré por donde hemos venido e intentaré «convencer» a alguna de esas puertas para que se abra. Mantente siempre ojo avizor en busca de una vía de retirada, ahorra munición... y ten cuidado. —Tú también. Barry sonrió al tiempo que levantaba su Magnum —No te preocupes por mí. No quedó nada más por decir. Lara se dirigió en línea recta hacia las puertas de la pared oeste que Smith había dejado sin abrir con anterioridad. Barry, a sus espaldas, se apresuró a entrar en el salón comedor. Oyó cómo abría y luego cerraba la puerta. Estaba sola… y no pasa nada. Las puertas pintadas de azul se abrieron suavemente, sin ofrecer resistencia, y dejaron al descubierto una habitación pequeña y envuelta en sombras, también pintada con diferentes tonos de azul. Estaba tan vacía y silenciosa como la sala principal. Unas pequeñas lámparas iluminaban débilmente las pinturas enmarcadas y colgadas de las oscuras paredes. En el centro de la habitación había una gran estatua de una mujer sosteniendo una urna sobre un hombro. Lara cerró la puerta tras de sí y esperó hasta que sus ojos se acostumbraron a la penumbra; entonces vio las dos puertas que se encontraban justo enfrente de la puerta por la que ella había entrado. La que se encontraba a la izquierda estaba abierta, aunque había un pequeño cofre justo delante de ella, lo que impedía el paso. Era poco probable que Smith hubiera pasado por allí. Se dirigió hacia la que se encontraba a la derecha e intentó abrirla: cerrada con llave. Suspiró y extendió la mano hacia el paquete de ganzúas, pero dudó por un instante al sentir el peso del ordenador de bolsillo. Veamos qué es lo que el señor Trent cree que es tan importante... Lo sacó y lo estudió durante unos momentos. Luego pulsó un botón, y una pantalla del tamaño de una carta se encendió; después de pulsar unas cuantas veces más, aparecieron varias líneas escritas en el pequeño monitor. Las leyó y reconoció unos cuantos nombres y fechas que habían aparecido en las noticias de los periódicos locales. Aparentemente, Trent había recopilado todos los artículos que había encontrado sobre los asesinatos y las desapariciones en Winsburg, además de los artículos sobre los MAGNIFICOS. Aquí no hay nada nuevo... Lara fue pasando página tras página del monitor, preguntándose adónde quería llegar el tal Trent. Encontró una lista de nombres después de todos los artículos. ALBERT GERO, STEVE KELLER, MICHAEL DEES, JOHN HOWE, MARTIN CRACKHORN, HENRY SARTON, ELLEN SMITH, BILL RABBITSON. Lara frunció el entrecejo. Ninguno de los nombres le resultaba familiar, excepto... ¿El amigo de Steve no se llamaba Bill Rabbitson, el que trabajaba para Psycho System? No estaba segura. Tendría que preguntárselo a Steve... Eso suponiendo que lo encontremos. Aquello era una pérdida de tiempo. Tenía que comenzar a buscar a los demás MAGNIFICOS. Pulsó el botón de avance para llegar hasta el final del archivo y apareció una imagen: unas pequeñas líneas dispuestas en formas geométricas. Había cuadrados y largos rectángulos, con pequeñas marcas que comunicaban las distintas cajas vacías. Debajo del dibujo había una línea de texto, con un mensaje tan enigmático como cabría esperar de alguien como el señor Trent: LLAVES DE CABALLERO; OJOS DE TIGRE; CUATRO HERÁLDICAS (PUERTA DE LA NUEVA VIDA); ESTE-ÁGUILA/OESTE-LOBO. Vaya, cuan esclarecedor. Esto lo explica todo, ¿verdad? Se dio cuenta de que el dibujo era una especie de mapa. Parecía el plano de una planta de edificio. La zona más amplia ocupaba el centro, y otra zona un poco más pequeña se hallaba a la izquierda... Lara sintió que el corazón le daba un salto. Se quedó mirando fijamente la pequeña pantalla mientras se preguntaba cómo demonios lo había sabido Trent. Era la primera planta de la mansión. Pulsó de nuevo el botón de avance y en la pantalla apareció lo que sólo podía ser la segunda planta de la mansión. Las formas correspondían a las del primer mapa. No había nada después del segundo mapa, pero aquello era más que suficiente. Por lo que a ella correspondía, no le quedaba la menor duda de que la mansión Spencer era el origen de la ola de terror que azotaba a Winsburg... lo que significaba que las respuestas se encontraban en algún lugar del edificio, a la espera de ser descubiertas. El zombi gruñó cuando Steve le disparó dos veces a quemarropa en el estómago. El sonido de impacto de los proyectiles fue absorbido por su carne rancia, y el cadáver andante cayó sobre él al tiempo que expelía una bocanada de aire apestoso sobre su rostro. Steve lo alejó de un empujón mientras se le formaba un nudo en la garganta por las arcadas. Sus manos y el cañón de su arma estaban llenos de fluidos viscosos que goteaban. La criatura se derrumbó en el suelo, con sus extremidades moviéndose todavía de forma espasmódica. Steve retrocedió al mismo tiempo que limpiaba el cañón de su arma en su chaleco antibalas mientras intentaba por todos los medios no vomitar. El zombi de la sala había sido un cuerpo reseco, encogido y lleno de pellejos, pero éste estaba... fresco; si ésa era la palabra adecuada. Necrótico, repleto de pus, húmedo... Tragó saliva con dificultad, y el ansia por vomitar poco a poco pasó. No es que tuviera un estómago delicado, pero aquel olor... ¡Dios! Recupérate. Puede que haya mas por ahí... La sala en la que había entrado estaba compuesta completamente por maderas oscuras y se hallaba en silencio. Por unos instantes, sólo percibió el sonido del latido de la sangre en sus oídos. Bajó la vista al cuerpo que yacía a sus pies y se preguntó qué era, qué había sido. Había sentido su aliento cálido y apestoso en su propio rostro. No era un cadáver reanimado, aunque lo pareciese. Decidió que aquello no tenía importancia. A todos los efectos pertinentes, era un zombi. Había intentado morderlo, y criaturas como aquélla ya habían devorado una parte de la población de Winsburg. Tenía que encontrar un camino de regreso hacia el resto del grupo, y tenían que salir de allí todos juntos para conseguir ayuda. No disponían de la potencia de fuego suficiente para hacer frente a aquella situación ellos solos. Sacó el cargador vacío de la pringosa arma y lo sustituyó por otro lleno. Sintió que se le encogía el pecho por la tensión: sólo le quedaban quince balas. Tenía un cuchillo Bowie1 pero la idea de enfrentarse a un zombi sólo con un cuchillo no le atraía en absoluto. A su derecha había una puerta de aspecto sencillo. Steve tiró del pomo, pero estaba cerrada con llave. Se quedó mirando el cerrojo, y no le sorprendió ver que en él había un pequeño grabado con la forma de lo que parecía ser una armadura. Espada, armadura... Desde luego, aquello estaba relacionado de alguna manera. Avanzó a lo largo de la amplia sala, atento al menor ruido y realizando frecuentes inspiraciones profundas por la nariz. Los restos de podredumbre que le cubrían el chaleco y las manos hacían difícil detectar la presencia de algún otro mediante el olfato, ya que el olor lo cubría por completo, pero podía ser la única oportunidad de evitar otro encuentro tan cercano. La sala se abría a la izquierda y Steve dobló la esquina con rapidez, mientras cubría toda la zona, recubierta de madera, con su 9 mm. Una columna de apoyo obstaculizaba ligeramente su línea de visión, pero pudo discernir claramente la espalda de un hombre justo detrás de ella. Sus hombros caídos y sus ropas manchadas y andrajosas indicaban que era otra de aquellas criaturas. Steve se dirigió ligeramente hacia la derecha para poder disparar con mayor precisión. El zombi estaba a unos trece o catorce metros de él, pero no quería desperdiciar sus últimos proyectiles. La criatura comenzó a girar arrastrando los pies cuando oyó el ruido de las botas de Steve sobre el duro suelo de madera. Se movía con tal lentitud que Steve dudó, al ver el modo en que avanzaba. Éste parecía haber sido sumergido en una delgada capa de baba. La débil luz se reflejaba en su brillante piel mientras se balanceaba torpemente hacia Steve. El ser levantó lentamente los brazos mientras su cabeza sin pelo colgaba de su mecido cuello sobre uno de sus hombros. Avanzó en silencio, con el único sonido del arrastrar de sus pies. Steve retrocedió un paso hacia la izquierda, y el zombi cambió la dirección de su marcha, girando hacia él ansiosamente, acortando la distancia que los separaba con su lento andar. Igual que en las películas: peligrosos pero torpes. Y fáciles de dejar atrás a la carrera... Tenía que ahorrar munición por si llegaba a darse el caso de que quedara acorralado. Vio unas escaleras al final de la estancia, y Steve respiró 1 Gran cuchillo de caza parecido a un machete que, según se dice, fue inventado por James Bowie, uno de los personajes más famosos en la guerra de profundamente preparándose para echar a correr. Dio otro paso atrás para disponer de espacio suficiente... Oyó un suave quejido a su espalda. Una nueva oleada de hedor rancio invadió su olfato. Se giró, aunque sabía qué encontraría aun antes de verlo. El zombi estaba a pocos metros de él y se aproximaba lentamente, mientras trozos de sus podridas entrañas salían por su destrozado abdomen. No lo había matado, no había esperado lo suficiente para asegurarse, y su estupidez estaba a punto de costarle la vida. ¡Oh, ******! Steve salió corriendo por el pasillo y esquivó a ambos mientras se maldecía a sí mismo por su torpeza. Pasó al lado de la gruesa columna y, casi había llegado a las escaleras cuando se detuvo en seco al darse cuenta de lo que le esperaba en su extremo superior. Sólo captó fugazmente a la descarnada criatura antes de darse la vuelta para hacerles frente a los atacantes que se tambaleaban hambrientos en su dirección. Un suspiro gorgoteante y el arrastrar de unos pasos procedentes de las sombras bajo la escalera le indicaron la presencia de otro zombi. Estaba atrapado, no podría matarlos a todos de ninguna manera... ¡Una puerta! Estaba a un lado de las escaleras. Su madera oscura se confundía tanto con las sombras que era difícil verla. Steve corrió hacia ella y agarró el pomo, rezando para que estuviera abierta mientras las criaturas cerraban el círculo alrededor de él. Si estaba cerrada con llave, era hombre muerto. Rebecca Peer jamás había tenido tanto miedo en sus dieciocho años. Había oído durante lo que le parecía una eternidad los suaves ruidos de carnes putrefactas rozándose con la madera de la puerta, todo ello mientras intentaba desesperadamente idear un plan para escapar y su miedo crecía y crecía. La puerta no tenía cerradura, y había perdido su pistola en la aterrorizada carrera que los había llevado hasta la casa. En la pequeña habitación de almacenaje, aunque bien provista de materiales químicos y montones de papeles, no había encontrado otra cosa para defenderse que un bote de repelente para insectos medio vacío. Sostenía aquel objeto con fuerza en la mano, apostada detrás de la puerta de la pequeña habitación. Si los monstruos descubrían finalmente cómo utilizar el pomo de la puerta había decidido rociarle las caras con el insecticida y luego echar a correr. Quizá comiencen a reírse con tanta fuerza que tendré una oportunidad de escapar. Repelente para bichos, qué gran arma… Había oído ruidos que le parecieron disparos en algún lugar cercano, pero no se habían repetido. Tenía la esperanza de que fuera uno de los miembros de su equipo, pero a medida que los segundos pasaban, perdió aquella esperanza. Comenzó a pensar seriamente en que era la única superviviente justo cuando la puerta se abrió de golpe y una figura boqueante entró en la habitación. Rebecca no dudó ni por un instante. Dio un paso adelante y apretó el botón del aparato, lanzando una nube de rocío químico contra el rostro del supuesto atacante al mismo tiempo que se preparaba para echar a correr y... —¡Aaaarghh! La figura gritó y retrocedió de un salto hacia la puerta, cerrándola de golpe. Se cubrió los ojos y empezó a toser. No era un monstruo: acababa de dejar fuera de combate a uno de los miembros del equipo Alfa. ¡Oh no! Rebecca se puso inmediatamente a rebuscar en su equipo médico de emergencia, y su inmensa sensación de alivio por ver a otro miembro de los MAGNIFICOS pugnaba con la enorme vergüenza que sentía en aquel instante. Manoteó en busca de un trapo limpio y una pequeña botella rociadora de agua mientras se acercaba a él. —Mantén los ojos cerrados. No te los frotes con las manos. El Alfa dejó caer las manos y Rebecca pudo verle el rostro enrojecido. Lo reconoció instantáneamente: era Steve Johnson, no sólo el tipo más atractivo del equipo de los MAGNIFICOS, sino además su superior y uno de los mejores amigos de su mejor amiga Lara. El los había recibido muy bien cuando ingresaron con Lara a la Academia de los MAGNIFICOS. Sintió cómo se le enrojecía la cara y por un momento se alegró de que no pudiera verla. Bien hecho, Rebecca. Así se hace para lograr dar la mejor impresión posible en tu primera misión. Pierdes tu pistola, te pierdes, y para colmo dejas ciego a un compañero... Lo condujo hasta un pequeño catre que había en una esquina de la habitación y lo hizo sentarse, dejándose llevar por el entrenamiento que había recibido. —Echa la cabeza hacia atrás. Esto te va a escocer un poquito, pero sólo es agua, ¿de acuerdo? Le aplicó el trapo húmedo en los ojos, muy aliviada de no haberle rociado la cara con algo peor. —¿Qué era eso que me echaste? —preguntó Steve mientras parpadeaba rápidamente. Las lágrimas y el agua corrían por su cara, pero no parecía haber sufrido nada grave en la vista. —Ehh, insecticida. Han arrancado la etiqueta, pero probablemente su principal compuesto activo es permefrina, un irritante, pero el efecto no debería durar demasiado. Perdí mi pistola, y cuando entraste pensé que eras uno de esos monstruos, aunque si todavía no se han imaginado cómo funciona un pomo de puerta, supongo que probablemente no... Se dio cuenta de que estaba balbuceando y hablando de forma incontrolada, de modo que se calló inmediatamente y terminó de remojar los ojos antes de dar un paso atrás. Steve se enjugó la cara y la miró con unos ojos inyectados en sangre. —Rebecca... Peer, ¿verdad? Ella asintió cabizbaja. —Sí. Mira, lo siento mucho... —No te preocupes —interrumpió él, y le sonrió—. La verdad es que como arma no está nada mal. Se puso en pie y echó un vistazo alrededor. Frunció el entrecejo al ver mejor la pequeña habitación. Tampoco es que hubiera mucho que ver: un baúl abierto lleno de papeles, una estantería repleta de botellas con productos químicos pero sin etiqueta de ninguna clase, un pequeño camastro y una mesilla de escritorio. Estaba claro que Rebecca lo había registrado en busca de un arma contra aquellas criaturas. —¿Qué ha pasado con el resto de tu equipo? —le preguntó. Rebecca meneó la cabeza. —No lo sé. Algo le ocurrió al helicóptero y tuvimos que posarnos. Nos atacaron unos animales, una especie de perros y Enrico nos dijo que corriéramos para ponernos a cubierto. Se encogió de hombros y, de repente, se sintió como si tuviera doce años. —Yo... di vueltas por el bosque y acabé delante de la puerta principal de este sitio. Creo que otro de los de mi equipo la echó abajo, porque estaba abierta cuando llegué a ella... Bajó la voz hasta callarse, y apartó los ojos de la intensa mirada de Steve. De todas maneras, el resto era probablemente bastante obvio: había perdido su arma, se había perdido y había acabado en aquel lugar. En resumen: una actuación bastante penosa. —Eh —dijo él en voz baja—. No podías haber hecho nada más. Enrico te ordenó echar a correr, y tú echaste a correr. Te limitaste a obedecer sus órdenes. Esas criaturas de ahí eran... los zombis, están por todos lados. Yo también me he perdido, y los demás miembros del equipo Alfa puede estar en cualquier lugar. Hazme caso, si has logrado llegar sana y salva hasta aquí... Uno de los monstruos del exterior lanzó un aullido grave y lastimero, y Steve dejó de hablar inmediatamente, y su rostro adquirió una expresión grave. Rebecca se estremeció. —¿Qué hacemos ahora? —Vamos a buscar a los demás y a intentar descubrir una manera de salir de aquí. —Lanzó un suspiro mientras miraba la pistola—. El caso es que tú no tienes arma, y yo casi no tengo munición... Rebecca abrió los ojos de alegría y metió la mano en un bolsillo de su pantalón de combate. Sacó dos cargadores completos y se los entregó, encantada de poder hacer algo útil por él. —¡Ah! También he encontrado esto en la mesa —Sacó de su bolsillo una llave plateada con el grabado de una espada. No sabía qué puerta abriría, pero pensé que podía ser útil. Steve se quedó mirando pensativamente la llave y luego se la metió en uno de sus propios bolsillos. Se acercó hasta el baúl abierto y miró los montones de papeles. Se agachó para empezar a rebuscar entre ellos y frunció el entrecejo. —Tú estudiaste bioquímica, ¿verdad? ¿Le has echado un vistazo a todo esto? Rebecca se acercó hasta él. —Apenas. He estado muy ocupada vigilando la puerta. Él levantó el brazo y le entregó una de las hojas de papel. Rebecca la leyó rápidamente. Era una lista de neurotransmisores acompañada de unos indicadores de nivel. —Química cerebral —dijo ella en voz alta—. Pero estas cifras deben estar equivocadas. La serotonina y la noradrenalina son demasiado bajas... Y fíjate en esto: la dopamina esta fuera de la tabla. Este tipo es un perturbado de los grandes... Advirtió la incrédula mirada en la cara de Steve y se limitó a esbozar una sonrisa. Era una licenciada universitaria de dieciocho años, así que estaba acostumbrada a miradas como aquélla. Los MAGNIFICOS la habían reclutado inmediatamente después de la graduación y por las recomendaciones que le habia otorgado Lara, y le habían prometido un equipo de investigadores y un laboratorio propio para estudiar biología molecular, su auténtica pasión. Bueno, eso suponiendo que superase el entrenamiento básico y adquiriera un poco de experiencia de campo. Nadie más había mostrado interés en contratar a una chica como ella(Ademas si era amiga de Lara, por lo tanto tendria que tener las mismas capacidades que ella)... Oyó el sonido del choque de un cuerpo contra la puerta: su sonrisa desapareció. Desde luego, estaba adquiriendo experiencia. Steve sacó de nuevo la llave con la espada grabada y miró fijamente a Rebecca. —He pasado por delante de una puerta que tenía grabada una espada en su cerradura, justo encima del agujero de una llave. Voy a comprobar si esta llave la abre y a ver si lleva hasta la sala principal de entrada. Quiero que te quedes aquí y que leas todos esos informes. Quizás encuentres algo de utilidad. La inquietud que sintió al oírlo debió de reflejarse en su cara, porque él bajó la voz y sonrió ligeramente para darle ánimos…. —Tengo mucha munición, gracias a ti, y no tardaré en volver. Ella asintió mientras se esforzaba por relajarse. Estaba atemorizada, pero mostrarle el miedo que sentía no iba a ayudar en nada a Steve. Probablemente también él estaba bastante atemorizado. Se dirigió hacia la puerta mientras seguía hablando. —La policía de Winsburg llegará en cualquier momento, así que, si no vuelvo, quédate aquí esperando. Alzó su arma con una mano y con la otra agarró el pomo de la puerta. —Prepárate. En cuanto salga de aquí, coloca el baúl delante de la puerta. Te daré un grito en cuanto vuelva. Rebecca volvió a asentir, y Steve abrió la puerta tras lanzarle una última y rápida sonrisa. Antes de salir, miró a ambos lados, y Rebecca cerró la puerta pegando la cabeza a ella. Se quedó escuchando unos instantes. Durante unos cuantos segundos no oyó nada, y después sintió una descarga de cinco o seis disparos. Luego todo quedó en silencio de nuevo. Tardó unos cuantos minutos en mover finalmente el baúl para bloquear la puerta; lo apoyó en la parte de las bisagras, para poder quitarlo de en medio con facilidad. Se arrodilló delante de él mientras intentaba aclarar sus pensamientos. Comenzó a revisar los papeles, procurando no sentirse tan joven e insegura como se sentía en aquel momento. Suspiró. Finalmente, sacó un fajo de hojas y empezó a leer. Continuara... Saludos
  20. Hola amigos aqui les mando el capitulo 5 de la historia CAPÍTULO 5 Lara echó un vistazo alrededor mientras recuperaba el aliento y se sintió como el personaje de una pesadilla que acababa de convertirse en un enorme sueño fantástico. Unos monstruos aullantes y salvajes, la repentina y terrible muerte de Joseph, una terrorífica huida a través del bosque... y ahora aquello. Con que desierta, ¿eh? Era un palacio, pura y simplemente, lo que su padre habría llamado un golpe perfecto. La estancia en la que habían entrado era el ejemplo ideal de lujo. Era enorme, probablemente más grande que toda la casa de Lara. Estaba recubierta por mármol gris, y la pieza central era una amplia escalera cubierta por una moqueta, que llevaba hasta una balaustrada en la segunda planta. Unas columnas de mármol arqueadas rodeaban aquel espléndido salón y soportaban el peso de la balaustrada de madera oscura y de aspecto pesado de la planta superior. Unos candelabros alargados arrojaban rayos de luz a lo largo de las paredes de color crema con rebordes de cuero, que contrastaban con el color ocre oscuro de la moqueta del suelo. En pocas palabras: era un escenario impresionante. —¿Qué es esto? —murmuró Barry. Nadie le respondió. Lara respiró profundamente y llegó a la conclusión de que no le gustaba. Notaba una sensación de... discordancia en aquella enorme sala, una atmósfera vagamente opresiva. Se sentía acechada, por algo o por alguien, aunque no podía decir qué. Bueno, es muchísimo mejor que ser devorada por un perro mutante, eso sí que tengo que reconocerlo. A aquel pensamiento le siguió otro inmediatamente. ¡Pobre Joseph! No había habido tiempo para lamentar su muerte, y tampoco tenían tiempo en aquel momento, pero sin duda lo echarían de menos. Se dirigió hacia la enorme escalera con la pistola en la mano, y el sonido de sus pasos sonó amortiguado por la gruesa alfombra que llevaba hasta ella desde la puerta delantera. Vio una antigua máquina de escribir sobre una pequeña mesa situada a la derecha de las escaleras, con una hoja en blanco colocada en su interior preparada para escribir en ella. Era una pieza de decoración bastante extraña, pero, aparte de ella, la enorme sala estaba vacía. Se dio la vuelta para encararse con los demás y se preguntó qué estarían pensando sobre ese lugar. Tanto Barry como Steve parecían indecisos, con sus rostros enrojecidos por el esfuerzo y sudando a mares mientras registraban con la vista la inmensa entrada. Smith estaba agachado delante de la puerta examinándola detenidamente. Se puso en pie, con las gafas de sol todavía puestas y con el mismo aspecto tranquilo de siempre. —La madera alrededor del pestillo está astillada. Alguien forzó esta puerta antes de que llegáramos nosotros. El rostro de Smith se iluminó por una oleada de esperanza. —Quizá fueron los del equipo Bravo, ¿no? —Es lo que yo pienso —asintió Smithr—. La ayuda ya estará en camino, eso suponiendo que nuestro «amigo» Vickers se decida a llamar pidiéndola. Su voz rezumaba sarcasmo, y Lara sintió que su propia furia crecía. Brad la había cagado a base de bien, y aquello casi les había costado la vida. No había excusa alguna para lo que había hecho. Smith continuó hablando mientras atravesaba la estancia hacia una de las dos puertas que había en su extremo occidental. Tiró del pomo, pero ninguna de ellas se abrió. —No es nada seguro salir ahí afuera. Será mejor que echemos un vistazo por aquí hasta que llegue la caballería. Es obvio que alguien ha mantenido este lugar en condiciones habitables, aunque por qué y durante cuánto tiempo... Su voz fue disminuyendo de volumen hasta desaparecer. —¿Cómo andamos de munición? Lara sacó el cargador de su Beretta y contó las balas: tres. Tenía otros dos cargadores, pero completos, lo que daba un total de treinta y tres balas. A Steve sólo le quedaban veintidós, y a Smith diecisiete. Barry tenía dos cilindros de recarga rápida para su Colt, además de unos cuantos proyectiles sueltos en una cartuchera al cinto, con un total de diecinueve balas. Lara pensó en todo lo que se había quedado en el helicóptero y sintió otra oleada de rabia contra Brad. Cajas de munición, linternas, radios portátiles, escopetas. Eso por no mencionar el equipo médico. Aquella Beretta que Joseph había encontrado en el claro, con los pálidos dedos de la mano arrancada todavía empuñando la pistola... uno de los MAGNIFICOS podía estar muerto o moribundo, y ellos, gracias a Brad, ni siquiera tenían una venda que ofrecerle si lo encontraban. ¡Pum! Fue el sonido de algo pesado que se había deslizado hasta el suelo. Todos se dieron la vuelta al unísono hacia la única puerta que se abría en la pared oriental. Lara recordó repentinamente todas las películas de terror que había visto: una casa extraña, un sonido extraño... Su cuerpo se estremeció involuntariamente, y decidió que le patearía su estrecho culo a Brad Vickers en cuanto saliera de allí. —Steve, comprueba ese sonido y regresa para informar lo antes posible — ordenó Smith—. Te esperaremos aquí por si la policía de Winsburg llama a la puerta. Si te encuentras metido en un problema, dispara y te encontraremos. Steve asintió y comenzó a dirigirse hacia la puerta. Sus pisadas resonaron fuertemente contra el suelo de mármol. Lara sintió aquella sensación de premonición recorrerle todo el cuerpo de nuevo. —¿Steve? Él se dio la vuelta justo cuando puso la mano en el picaporte, y Lara se dio cuenta de que nada de lo que pudiera decirle tendría sentido. Todo estaba ocurriendo con tal rapidez, la situación era tan terrible que no sabía por dónde comenzar... y él es un profesional entrenado, lo mismo que tú. Empieza a comportarte como tal. —Ten cuidado —dijo finalmente. No era exactamente lo que quería decir, pero tendría que ser suficiente. Steve le lanzó una sonrisa de medio lado cómplice, luego levantó su Beretta y cruzó el umbral. Lara oyó el tictac de un reloj y, a continuación, él desapareció después de cerrar la puerta tras de sí. Barry la miró a los ojos y le sonrió, con una mirada con la que quería decirle: no te preocupes. Sin embargo, Lara no pudo quitarse de encima la sensación de que Steve ya no regresaría. Steve registró con la vista la habitación y se percató de la exquisita elegancia del lugar. También se dio cuenta de que estaba solo. Quienquiera que hubiera provocado aquel ruido no estaba allí. El solemne tictac de un reloj carillón resonaba en el fresco aire de la habitación, y sus ecos rebotaban en los azulejos negros y blancos. Era un enorme salón comedor, de la clase que sólo había visto en películas sobre gente muy rica. Al igual que la sala de entrada, aquella estancia tenía un techo increíblemente alto y una balaustrada en su segunda planta, pero además estaba decorada con piezas de arte que parecían de valor y disponía de una chimenea en el extremo más alejado con un escudo de armas y unas espadas cruzadas encima de la abertura. No parecía haber forma alguna de subir a la segunda planta de aquella habitación, excepto quizás una puerta cerrada a la derecha de la chimenea... Steve bajó su arma y comenzó a acercarse a la puerta, impresionado todavía por la evidente riqueza desplegada en la «abandonada» mansión en la que habían entrado los MAGNIFICOS. Las paredes de estuco de color beige de la sala comedor tenían unos rebordes de madera pulida de color rojo, y en el centro se extendía una larga mesa de madera que ocupaba toda la estancia. La mesa disponía de espacio para al menos veinte personas, aunque sólo estaba puesta para un puñado de gente. A juzgar por la capa de polvo que cubría todo, no se había servido nada en aquel lugar desde hacía varias semanas. Pero se supone que no ha habido nadie en esta casa desde hace treinta años, ¡así que aún menos puede haber una cena de gala! Spencer mandó cerrar este lugar antes de que nadie se alojase aquí... Steve sacudió la cabeza. Era obvio que alguien había rehabilitado el lugar hacía ya bastante tiempo... así que, ¿cómo era posible que todo el mundo en Winsburg creyese que la mansión Spencer no era más que un montón de ruinas en mitad del bosque? Y lo que era aún más importante: ¿por qué Pyscho System a le había mentido al jefe Jeremy sobre el estado real de la propiedad? Asesinatos, desapariciones, Pyscho System, Lara… Era una sensación frustrante. Notaba que tenía buena parte de las respuestas, pero no estaba seguro sobre qué preguntas hacer. Llegó hasta la puerta y le dio la vuelta al pomo lentamente mientras escuchaba con atención para intentar percibir cualquier ruido al otro lado de ella. No oía nada aparte del tictac del viejo reloj carillón. Estaba apoyado contra la pared, y cada movimiento de su péndulo reverberaba con un sonido hueco, amplificado por la cavernosa estancia. La puerta se abrió y ante él apareció un estrecho pasillo que se dirigía a derecha e izquierda, iluminado únicamente por unas cuantas lámparas de estilo antiguo colgadas de la pared. Steve echó un rápido vistazo en ambas direcciones. A la derecha se abrían quizás unos diez metros de otra sala de entrada, con una puerta al final, y otras dos puertas justo delante de él. La sala de entrada doblaba abruptamente a la izquierda de donde él se encontraba, ensanchándose. Vio un rastro de gotas marrones en aquel lugar. Arrugó la nariz al mismo tiempo que el entrecejo. En el aire había un vago olor, un ligero aroma a algo desagradable, a algo familiar. Se quedó en el umbral de la puerta mientras intentaba concretar el recuerdo de aquel olor. Un verano, cuando él todavía era un chaval, se le había salido la cadena de la bicicleta mientras daba un paseo con sus amigos. Había acabado en una zanja a un metro de distancia aproximadamente de los restos de un atropello: el cadáver reseco de lo que parecía haber sido una marmota. El paso del tiempo y el calor del verano habían disipado parte del hedor, aunque lo que quedaba era suficientemente asqueroso para hacerle vomitar todo su almuerzo, para mayor diversión de sus amigos, sobre el cadáver. Luego había respirado profundamente... y había vuelto a vomitar. Todavía recordaba la peste de la podredumbre reseca recalentada por el sol. Olía a una mezcla de leche agria y bilis, el mismo olor que impregnaba aquel pasillo, como si fuera un mal sueño. Fuuump. El sonido procedía de detrás de la primera puerta de la derecha. Era un ruido suave y deslizante, como el de un puño rozando la pared. Había alguien al otro lado. Steve se dirigió lentamente hacia la sala de entrada y se acercó con precaución a la puerta, sin dar la espalda a la zona que no había explorado. El ruido se detuvo mientras se acercaba, y Steve advirtió que la puerta no estaba realmente cerrada. Qué mejor momento. La puerta se abrió completamente con un ligero golpe a una pequeña estancia en penumbra que tenía las paredes cubiertas de papel verde moteado. Un hombre de anchas espaldas se encontraba a poco más de seis metros de donde él estaba, medio oculto en las sombras y de espaldas a Steve. Se dio la vuelta lentamente, arrastrando los pies con la misma actitud que alguien borracho o enfermo, y el olor que Steve había notado antes le llegó desde el hombre en apestosas oleadas. Las ropas del extraño estaban hechas jirones y manchadas, y la parte posterior de su cabeza mostraba unos cuantos mechones sueltos de cabello. Debe estar enfermo. Es posible incluso que esté moribundo... Fuera lo que fuera lo que le pasase, a Steve no le gustaba un pelo: todos sus instintos le gritaban que actuara. Atravesó la puerta y apuntó la Beretta al pecho del individuo. —¡Quieto! ¡No se mueva! El hombre terminó de darse la vuelta y se dirigió hacia Steve, arrastrando los pies hasta situarse a la luz. El rostro del individuo, de aquello, tenía la blanca palidez de un cadáver, rota sólo por el manchurrón de sangre que rodeaba sus labios putrefactos. Unos jirones de piel seca colgaban de sus hundidas mejillas, y los oscuros pozos de los ojos de la criatura brillaban hambrientos mientras extendía sus esqueléticas manos hacia él... Steve disparó tres tiros que se estrellaron contra el pecho de la criatura provocando finos surtidores de sangre. Aquello se desplomó al suelo con un pequeño grito ahogado. Steve retrocedió a trompicones, y los pensamientos en su cabeza marcharon a la misma velocidad que su corazón palpitante, que le martilleaba en el pecho. Golpeó la puerta con el hombro y apenas se dio cuenta de que se cerró con un suave chasquido detrás de él mientras seguía mirando atónito al apestoso cuerpo que se había derrumbado en el suelo. ¡Está muerto, esa maldita cosa es uno de esos malditos muertos andantes! Todos los ataques caníbales de la ciudad de Winsburg se habían producido cerca del bosque. Había visto suficientes películas en el canal nocturno como para saber de qué se trataba, pero aun así no podía creérselo. Un zombi. No, no, de ninguna manera, eso era sólo ficción... Quizás era algún tipo de enfermedad que se manifestaba por los mismos signos. Tenía que contárselo a los demás. Se dio la vuelta e intentó abrir la puerta, pero la pesada hoja de madera no se movió. Se habría cerrado al tropezar con ella... Oyó un sonido detrás de él, como de algo húmedo moviéndose. Se dio la vuelta de nuevo, y los ojos se le abrieron como platos al ver que la criatura se movía espasmódicamente clavando las uñas en el suelo de madera, arrastrándose hacia él con silenciosa determinación. Steve se dio cuenta de que aquello estaba babeando, y fue la visión de los pegajosos espumarajos de color rosa acumulándose en charcos en el suelo lo que finalmente lo hizo actuar. Disparó de nuevo, dos tiros en dirección al descompuesto rostro levantado de la criatura. En su cráneo aparecieron dos agujeros negros que dejaron salir dos pequeños riachuelos de líquido y tejido carnoso en descomposición hacia su mandíbula inferior. La criatura putrefacta se desplomó finalmente con un largo suspiro en un creciente charco de sangre. Steve no se atrevió a esperar que continuara tumbada. Le dio otro inútil tirón al pomo de la puerta y después pasó cuidadosamente al lado del cuerpo para seguir avanzando por el pasillo. Movió el picaporte de la puerta situada a su izquierda, pero estaba cerrada con llave. Había un pequeño grabado en el panel metálico del picaporte, algo parecido a una espada. Almacenó aquella información junto al resto de sus confusos pensamientos mientras continuaba avanzando con la Beretta en la mano, empuñándola con fuerza. Había un entrante a su derecha, con una puerta, pero hizo caso omiso de aquella abertura. Lo que quería era encontrar un modo de llegar de nuevo a la sala de entrada principal. Lo más probable era que los demás hubiesen oído sus disparos, pero tenía que suponer que habría otras criaturas como las que había matado. Era posible que los demás miembros del equipo ya estuviesen ocupados en salvar sus propias vidas. Divisó una puerta en el extremo de la sala, a la izquierda donde el pasillo giraba. Steve se apresuró en llegar a ella. El pútrido hedor de la criatura... Es un zombi. Llámalo por su nombre. Sintió deseos de vomitar. Se dio cuenta de que el hedor empeoraba a medida que se acercaba a la puerta y se intensificaba con cada paso que daba. Oyó el suave gemido justo en el momento que tocaba el pomo de la puerta, mientras su mente le decía que sólo le quedaban dos balas en el arma. Sintió un movimiento en las sombras a su derecha. Tengo que recargar, tengo que encontrar un lugar seguro... Steve abrió de un tirón la puerta y se dio de bruces con los brazos extendidos de otra criatura tambaleante que lo esperaba al otro lado, con los dedos despellejados y engarfiados que se lanzaron sobre su garganta. Tres disparos. Segundos después, dos más. Los sonidos llegaban débilmente pero con claridad hasta la palaciega sala de entrada. —¡ Steve! —Lara, ¿por qué no...? —comenzó a decir Smith, pero Barry lo interrumpió y no lo dejó terminar la frase. —Yo también voy —dijo mientras comenzaba a andar hacia la puerta situada en la pared oriental. Steve no desperdiciaría munición de esa manera a menos que no le quedase más remedio. Estaba claro que la necesitaba. Smith cedió y asintió lentamente. —Vayan. Los esperaré aquí. Barry abrió la puerta, con Lara pegada a su espalda. Entraron en una enorme sala comedor, no tan ancha como la sala de entrada, pero probablemente tan larga como ella. En el otro extremo había otra puerta, más allá de un gran reloj carillón cuyo tictac resonaba en el aire polvoriento y frío de la estancia. Barry se encaminó al trote hacia ella, con el revólver empuñado en una mano, tenso y preocupado. ¡Dios, vaya tocada de pelotas de misión! A menudo, los equipos de MAGNIFICOS eran enviados a misiones peligrosas en las que las circunstancias eran poco habituales, pero ésta era la primera vez desde que había comenzado como un novato en la que Barry sentía que la misión había quedado completamente fuera de control. Joseph estaba muerto, Vickers el gallina los había dejado abandonados para que fueran devorados por unos perros infernales, y ahora Steve estaba metido en problemas. Smith no debería haberle enviado a solas. Lara fue la primera en llegar a la puerta. Tocó el picaporte con sus delgados dedos y miró a su compañero. Barry asintió y ella la abrió, agachándose en el mismo movimiento y colocándose abajo y a la izquierda. Barry ocupó el otro lado, y entre ambos recorrieron todo el pasillo con sus armas. —¿ Steve? —dijo Lara en voz baja, pero no hubo respuesta. Barry lanzó un bufido después de olisquear el aire. Algo olía a fruta podrida. —Comprobaré las puertas —dijo. Lara se limitó a asentir y se movió hacia la izquierda, manteniéndose alerta y concentrada. Barry se dirigió hacia la primera de las puertas, sintiéndose bien por tener a Lara a su espalda. Había pensado que tenía un poco de mal genio cuando la conoció después de ser trasladada, pero había demostrado ser una luchadora inteligente y capacitada, un miembro bienvenido al equipo Alfa... Lara dejó escapar un agudo grito de sorpresa y Barry se giró en redondo. El hedor a podredumbre había inundado de repente toda la estancia. Lara estaba retrocediendo de espaldas de una abertura en el extremo del pasillo, y su arma apuntaba contra algo que Barry no llegaba a ver. —¡Alto! Su voz sonó aguda y temblorosa, y la expresión de su rostro mostró horror... Entonces disparó una, dos veces, mientras seguía retrocediendo hacia Barry, y su respiración se volvió más rápida y entrecortada. —¡Quítate, ponte a la izquierda! Barry alzó su Colt cuando ella se quitó de la línea de tiro, y en ese momento apareció en su campo de visión un hombre de elevada estatura. Los brazos de la silueta estaban levantados en alto como si fuera un sonámbulo, y los dedos de sus manos estaban curvados como si fueran garras. Barry vio el rostro de la criatura y no lo dudó ni un momento. Disparó uno de los pesados proyectiles de su revólver, y la bala rebanó la parte superior de su cráneo color ceniza con un estallido. La sangre comenzó a bajar por los extraños y horribles rasgos de aquel ser hasta tapar los ojos, que se habían vuelto hacia arriba. Cayó hacia adelante y se derrumbó boca arriba a los pies de Lara. Barry corrió a situarse junto a ella. —¿Pero qué... —comenzó a decir, y entonces vio lo que había en la moqueta del pasillo que se abría delante de ellos, tendido en una pequeña zona de espera que señalaba el final del pasillo… Barry pensó por un momento que se trataba de Steve... hasta que vio la insignia del equipo Bravo de los MAGNIFICOS en el chaleco, y sintió una clase diferente de horror cuando se esforzó por reconocer los rasgos de su cara. El Bravo había sido decapitado, y la cabeza se encontraba a menos de un metro del cuerpo, con el rostro completamente tapado por una máscara de sangre. Oh, leches. Es Kenneth. Kenneth Sullivan, uno de los mejores exploradores que jamás había conocido Barry y, además, un tipo realmente estupendo. En su pecho tenía un agujero irregular y profundo, y de aquella sangrienta abertura salían restos de carne parcialmente devorada y vísceras. Le faltaba la mano izquierda, y su arma no estaba a la vista por allí cerca, así que Barry dedujo que la mano con el arma que Joseph había encontrado en el bosque debía de ser la suya... Barry desvió la mirada, completamente asqueado. Ken había sido un hombre tranquilo y amable, que sabía un montón sobre química. Tenía un hijo adolescente que vivía con su ex mujer en algún lugar de California. Barry pensó en sus propias hijas, Moira y Poly, y sintió miedo por ellas. No es que le asustara la muerte, pero la idea de que quizá tendrían que crecer sin un padre... Lara se acuclilló al lado del destrozado cuerpo de Ken y registró rápidamente su cinturón. Le dirigió una mirada culpable a Barry, pero éste asintió. Necesitaban la munición, y estaba claro que a Ken ya no le hacía falta. Encontró dos cargadores de proyectiles de nueve milímetros y se los metió en el bolsillo de su costado. Barry se dio la vuelta y se quedó mirando al asesino de Ken con una mezcla de asco y curiosidad. No tenía la menor duda de que se trataba de uno de los asesinos caníbales que habían estado atacando a los habitantes de la ciudad de Winsburg. Tenía una costra seca de sangre alrededor de la boca y sus uñas estaban repletas de una capa de restos también sangrientos. La camiseta que llevaba puesta también estaba cubierta de manchas de sangre seca. Lo que le extrañaba era... lo muerto que parecía. En una ocasión Barry había realizado una misión de rescate encubierta en Ecuador. Unos guerrilleros rebeldes habían capturado a un grupo de campesinos y los mantenían como rehenes. Varios de ellos habían muerto al comenzar el conflicto. Los MAGNIFICOS habían capturado a los rebeldes, y Barry se había acercado con uno de los supervivientes para reconocer a los que estaban muertos. Las cuatro víctimas habían muerto debido a los disparos y sus cuerpos habían sido arrojados a la parte trasera de la cabaña de madera que los rebeldes habían utilizado como refugio. Después de tres semanas bajo el tórrido sol de aquella parte de Sudamérica, la piel de sus caras se había levantado en jirones, y la carne había comenzado a separarse de los tendones y también de los huesos. Todavía recordaba con total claridad aquellos rostros, y volvió a verlos cuando miró la criatura del suelo. Era el rostro de la muerte. Además, huele igual que un matadero en un día caluroso. A alguien se le olvidó decirle a este tipo que los muertos no caminan por ahí dando vueltas. Advirtió la misma confusión asqueada reflejada en el rostro de Lara, las mismas preguntas, por el momento, sin respuestas. Tenían que encontrar a Steve para reagruparse con él y con Smith. Retrocedieron juntos por el corredor y comprobaron las tres puertas, sacudiendo y tirando de los pomos y empujándolas con el hombro. Todas estaban bien cerradas. Pero Steve ha tenido que pasar por una de ellas. No puede haber ido a ningún otro sitio... Aquello no tenía sentido, y aparte de echar abajo las puertas, no había nada más que pudiera hacerse. —Deberíamos informar a Smith sobre la situación —dijo Lara, y Barry asintió. Si por casualidad habían encontrado la guarida de los asesinos, iban a necesitar un plan de ataque. Atravesaron de nuevo la sala comedor a la carrera, y el aire rancio del lugar fue un alivio refrescante después del hedor a sangre y corrupción del pasillo. Llegaron a la puerta que daba a la sala de entrada principal y la cruzaron a paso ligero. Lara se preguntó qué conclusión sacaría el capitán de todo aquello. Era realmente... Barry se detuvo en seco y registró con la mirada la elegante sala vacía. Se sentía como el tonto de un chiste que no tenía la menor gracia. Smith había desaparecido. Continuara… Saludos
  21. Hola amigos, con la proximidad de la nueva pelicula de Indiana Jones. Estaria bueno hacer una comparativa entre dos "monstruos" de la arqueologia: Indiana Jones y Lara Croft Discutamos que tiene uno que no tiene el otro, quien es su personaje favorito, con quien le gustaria estar si estuvieran en una situacion de riesgo. Yo no tengo ningun favorito, los dos me gustan por igual. Para mi Indiana Jones, tiene mas experiencia(obvio, es mas grande) y tiene mas conocimientos en arqueologia que Lara. Ademas es mas frio, mas calculador. En lo negativo, no es bueno con el manejo de armas y menos en lucha cuerpo a cuerpo, aunque maneja de forma excelente el latigo mientras que Lara, es mas atrevida, se arriesga mas, es menos calculador que Indiana, a pesar su innumerables aventuras, para mi tiene menos experiencia y menos conocimientos arqueologicos que Indiana. Aunque tiene mas habilidad, es mas atleta. Pelea bien cuerpo a cuerpo y tiene un manejo excelente de todas las armas En una situacion extrema, estaria con Lara que es mas rapido para salir de situaciones complicadas, por terrible habilidad y velocidad que tiene Esa es mi opnion, cual es la suya? Saludos
  22. Hola amigos, aqui les mando el capitulo 11: CAPITULO XI: LA LUCHA CONTINUA!!!!...MOMENTOS DESESPERANTES!!!! Lara empieza a retroceder, ante horroroso espectaculo. Nunca habia peleado con un monstruo de ese calibre. El monstruo lo mira fijamente y volviar a gritar fuertemente, que Lara se tapo los oidos. El monstruo empezo a correr para embisterlo a Lara, y le lanzo varios mordicos, con sus tres cabezas. Lara empezo a esquivar los tarascones que le lanzaban las tres cabezas, con muchisimos saltos, paso por debajo del monstruos. Lara se asombra, de como aumento la velocidad de los ataques del monstruos. El monstruo se da vuelta y desde una de sus cabezas, le tira fuego por la boca, pero nuestra heroina lo esquiva. El monstruo lo atac con cola, pero por poco no lo pega a Lara, que cae, perdiendo el equilibrio. Lara saca sus armas y empieza a disparar con todo, provocandole un daño al monstruo, que gime de dolor, pero otra de sus cabezas, le tira acido por la boca, que destruyo todo el piso. Lara esquiva el acido con un salto mientras sigue disparando. De la otra boca le empieza a tirar veneno, pero lara lo esquiva a tiempo. El monstruo se vuelve loco de que no puede derrotar a su contricante, asi que empieza a tirar fuegos, acido y venemo, desde sus cabezas, a una velocidad impresionante, que hace muy dificil a Lara esquivar el ataque. Hasta que pierde el equilibrio y nuestra heroina cae al piso. El monstruo empieza a lanzarle pisotones, para ver si la mata, pero Lara lo esquiva rodando por el piso. El monstruo se tira con sus cabezas para toparlo, pero Lara lo esquiva a tiempo, provocando que el monstruo choque violentamente contra el muro y quede un poco aturdido. El monstruo se recupera rapidamente y de su boca, empieza a tirar huevos gigantes, que caen pesadamente Lara se asombra antes tal espectaculo. Los huevos empiezan a romperse y salen de sus interiores, varias momias gatos, que atacan a nuestra heroina, junto con el monstruo que lo embiste una vez mas a Lara. Lara no para de saltar, disparar, y esquivar las bolas de fuegos de las momias gatos, y los pisotones y bocanadas de acido, veneno y fuego, que el tira el monstruo. Era incontenible la situacion, ya Lara no podia mas, pero tenia que seguir. Con sus armas, destruye 5 momias gatos, pero quedaban 5 mas que atacan con furia y mas los ataques terribles del monstruo de 3 cabezas. En un momento Lara choca violentamente contra una pared, y rapidamente esquiva 5 bolas de fuegos, que chocan con violencia contra la pared, Lara dispara y destruye dos monstruos mas. Los ataques son incesantes, Lara tira una granada entre medio de las tres momias gatos y las destruye en mil pedazos. El monstruos se enfurece con todo y se abalanza contra Lara y le tira un coletazo, que hace que caigan pedazos de piedras enormes de los techos y paredes, que Lara esquiva por un pelo ante de que muera aplastada. Lara:-Me parece que me colmaste la paciencia, maldito monstruo, ahora vera!!!! Lara va a la carga y se enfrenta al monstruo, el monstruo tambien lo embiste a toda la velocidad, agachandose con todo. Lara:-Eso es, veni asi, ahora veras!!!! Cuando el monstruo esta por embestirla, lara tira su gancho a una saliente, salta y se sube a una de las tres cabezas del mosntruo. El mismo empieza a moverse con todo para sacarse a la arqueologa. Pero Lara se sujeta bien al monstruo y empieza a dispara en la nuca del animal, hasta provocarle una herida terrible y le mete una cuantas granadas. Lara se desliza por la cola del animal, al tiempo que se produce una gran explosion que destruye la cabeza en mil pedazos. El monstruo ruge de dolor, en un baño de sangre. Lara se asombra, que el monstruo siga vivo. El mismo se gira y le lanza una bocanada de acido impresionante, que Lara esquiva por poco. El animal abalanza sobre lara, y le lanza varios garrazos, pero no le puede hacer daño. El monstruo empieza a ponerse mas furioso y empieza a romper todo el piso en su totalidad. Las paredes empiezan a de a poco a desplomarse, la tierra tiembla por los poderosos pisadas del animal. El monstruo, tira 4 huevos mas grandes que los anteriores, adonde salen 4 centaturos, que salen corriendo hacia adonde esta Lara, tirando bolas de fuegos, pero Lara esquiva todos los ataques. Empieza a disparar a los centauros a todo lo que a, destruyendolos a todos. El monstruo empieza atacar con bocanadas de acido y veneno a Lara, pero esta se sube con su gancho al lomo del animal de nuevo. Lara:-Ahora veras, te destruire todas la cabezas. Lara empieza a disparar a la nuca de la cabeza del medio, hasta provocarle una herida profunda y le tira un par de granadas. Y se tira de nuevo. La explosion destruye otra cabeza, que hace que el monstruo ruga de dolor y choque contra la pared destruyendolo en mil pedazos. lara aprovecha la situacion y se sube en el lomo del animal de nuevo, columpiando en el gancho, prendido en el techo. Lara empieza a disparar sin parar y le provoca un daño en la ultima cabeza, saca dos granadas mas y se las tira. Lara se tira por la cola del animal, se produce una gran explosion y se destruye la ultima cabeza. El cuerpo sin sus cabezas, empieza a desplomarse y cae tan fuerte al piso que lo destruye. Lara cae al abismo una vez mas con el cuerpo del monstruo destruido. En el aire lara ve que hay una plataforma en ele medio del abismo, bastante grande, arriba en un pedestal, estan sus amigos, que tanto buscaba. lara saca su gancho y se engancha en el borde la enorme plataforma, mientras ve que el monstruo, se pierde en el profundo abismo, que se pierde en la negrura. Rapidamente Lara se balancea para esquivar los enormes pedazos de piedra que caen desde el piso 9, al abismo. Despues de que paso la odisea. lara sube con esfuerzo a la plataforma. Se toma un respiro y se alegra de ver a sus amigos, que estaban atados a varios pedestales. Natla:-Muy bien señorita Croft, veo que ha llegado al subsuelo 10, que a sorteado a mi maxima creacion, jejejejeje Lara:-Si Maldita tu monstruo es historia, ahora me encargare de ti, y rescatare a mis amigos. Dice enojadada Lara, al verla a Natla, cerca de los pedestales, en un gran balcon, a medio camino entre el subsuelo 10 y el destruido subsuelo 9 Natla:-JAJAJAJAJAJA, PENSAS QUE HAS DESTRUIDO MI CREACION, ESTAS EQUIVOCADA, MIRA ATRAS TUYO QUERIDA, JAJAJAJAJAJAJA!!!!!!! Lara se da vuelta y ve que subio desde terrible abismo un capullo enorme, cuando llega a la altura de la plataforma, el capullo explota en mil pedazos, tirandolo a lara atras. Del mismo sale el monstruo que muto por tercera vez, transformandose en un monstruo volador, y tenia una cabeza como dragon, con cuernos y escamas. Era enorme, media de punta a punta como 10 metros y 6 de largo. Lanza un rugido ensordecedor Lara:-NO, NO PUEDE SER, ES INDESTRUCTIBLE ESE MONSTRUO, SI LE DESTRUI LAS CABEZAS!!!!!!!!!! -Natla: NO TE CREAS, ESTA ES LA VERDADERA FORMA, ES LA MAS PODEROSA, AHORA MORIRAS Se viene el tercer round, podra nuestra heroina derrotar al mosntruo, a Natla y recuperar a sus amigos? Continuara... Saludos
  23. Hola amigos, hace mucho que no sigo, la historia, pero volvi. Aqui les mando el capitulo 10, cargado de mucha accion y tension. Se los recomiendo, y el capitulo 11 va a estar mejor, lo subo esta noche. Capitulo X: LA TERRIBLE LUCHA!!!! Lara mientras iba bajando al 8 subsuelo, iba perdiendo equilibrio continuamente, porque el lugar temblaba terriblmente. Lara:-Que Demonio esta pasando, que hay abajo. Lara se estaba poniendo nerviosa. Se sobresalta, al escuchar un rugido, que helaba la sangre. Sigo bajando con cautela, hasta que llego una habitacion enorme, adonde habia una puerta gigantesca, de hierro puro. Se acerco a ella y vio que la puerta se fue abriendo lentamente , haciendo un ruido ensordecedor. Lara saca sus armas, y se prepara para lo peor. Cuando la puerta enorme de hierro, se abre totalmente, sale una garra enorme, era enorme. Sale un monstruo gigante. Era espantoso.Tenia cabeza de ave, cuerpo de leon, garras de aguila, y una serpiente enorme, media como 10 metros de largo por 5 de alto. Lara se asombra ante pedazo de monstruo. El monstruo lo mira con sus ojos enorme y le tira una bocanada fuego, que Lara esquiva con un rol, antes de ser rostizada. El monstruo, se vuelve loco, por no poder acertar su disparo, por lo tanto se abalanza contra Lara, pero esta lo pasa por debajo de su dorso, y el mismo mosntruo choca contra la dura pared, produciendo un terrible temblor. Lara empieza a dispara, pero la serpiente que tenia en la cola el monstruo, le tira un chorro de veneno, que Lara esquiva por milagro. El monstruo se recupera del golpe, se da vuela y empieza a tirar bocanadas de fuego y rayos electricos por sus ojos. Detruyendo parte de la gran habitacion, Lara esquiva todos los ataques con una agilidad increible. El monstruo se abalanza de nuevo, pero Lara, tira su gancho y sube por el lomo del animal, esquivandolo a tiempo. al mismo tiempo le tira dos granadas, que le pegan en el lomo, provocandole algunas heridas. Pero la cola se levanta y le tira un chorro de veneno, Le pega un parte en la zapatilla de Lara, provocandole una quemazon terrible. Lara cae pesadamente al piso, y queda medio noc out, pero se levanta rapidamente. El monstruo, le tira un pisoton, con sus enorme garra, pero Lara gira en el piso, a tiempo antes de morir apretado. El piso empieza a quebrarse por el enorme peso del monstruo y la fuerza propinada en el pisoton. El monstruo se tira sobre Lara. Nuestra arqueologa, empieza a disparar sus uzis, provocandole daño, pero el monstruo no se rinde y se le viene encima, tirandole fuego, por su pico. Lara Esquiva a tiempo la bocanada de Fuego. El monstruo le tira varias pisotones, que Lara esuqiva nuevamente. El monstruo empieza a volverse loco porque no le puede pegar. Lara se sonrie de que el monstruo se altere y sigue disparando su uzi sin parar, pero nota de que el lomo del animal, sale muchisimas agujas, enormes, de un metro de alto. El monstruo se encorva, como un bicho bolita. Lara nota el peligro y se prepara. El mosntruo empieza a dispara los enormes agujas, a una velocidad increible, Lara, empieza a esquiva las agujas, que empiezan a clavarse con muchisimas fuerza contra la pared. Larsa sigue esquivando, 10,20,30 agujas que le tira el monstruo. Cada vez las filosas agujas, van aumentando su velocidad. Lara empieza a sufrir algunos rasguños, por el roce de las agujas en su cuerpo, pero logra esquivarlas todas. el Monstruos recupera su posture y ve que habia fallado todo el lanzamiento de las agujas. El monstruos se enoja y vuelve ponerse como un bicho bolita. Lara se asombra de la cantidad de ataques que tiene el monstruo. El monstruo saca filosas agujas, mas gruesas que las anteriores, y empieza a rodar hacia a Lara a un velocidad impresionante . Lara saca su gancho y lo tira al techo, se elva lo mas rapido posible. El monstruo choca violentamente, contra el techo, provocando que la habitacion se rompa mas. El piso empieza a romperse todo. Lara baja al piso rapidamente. Pero el monstruo empieza a rodar nuevamente a gran velocidad. Lara tira su gancho nuevamente y esquiva al monstruo, que choca contra la pared violentamente, provocando un gran daño, al piso y al techo. Lara baja al piso nuevamente y el monstruo recupera su forma normal y ataca a Lara con rayos electricos y bocanadas de fuego, que nuestra heroina esquiva milagrosamente, con saltos y rol. El monstruo se enoja y se abalanza contra Lara, tratandola de pisar con sus garras, pero Lara es demasiado rapida para el monstruo. Lara:-Maldito ahora veras, me estas cansando!!!!!!!!!!. Lara saca sus uzis y se abalanza contra el monstruo, que lo ataca sin descanso con rayos por sus ojos y fuego.Lara se mete por debajo del mismo, que trata de pisarlo. Y empieza a disparar a la cola del monstruo con todo lo que tiene. La serpiente que tiene en la cola le empieza a tirar acido y veneno, pero Lara esquiva el acido y el veneno con un salto. Lara se desliza y sigue disparando provocando una gran herida en la cola y le tira dos granadas dentro la misma. Sale corriendo y la cola explota en mil pedazos, cayendo pesadamente al piso. El mosntruo pega un alarido de dolor, y salta toda la sangre. El mosntruo se da vuelta, realmente enfurecido y los ojos inyectados en sangres, por el odio hacia Lara y se abalanza contra ella a toda velocidad. nuestra arqueologa se tira por debajo de monstruo a tiempo y este choca con fuerza contra la parede, provocando el desmoronamiento de la misma en parte y que se rompa mas el piso. Lara se levanta rapidamente y empieza a dispara con sus escopeta al lomo. El monstruo se da vuelta y le tira una bocanada de fuego, pudiendo no acertar. El monstruo, ahra por el pico empieza a tirar acido en vez de fuego, provocando algunas heridas a Lara, que no alcanzo a esquivar totalmente a tiempo. El monstruo se abalanza de nuevo, pero LAra lo esquiva, subiendose al techo con su gancho. El monstruo la ve, se levanta de sus extremidades y empieza a lanzarle garrazos, que Lara esquiva columpiando se de la soga, para todos lados. La arqueologa se suelta y cse deslizandose por el lomo del animal y llega a tierra firme. El monstruo, baja con fuerza provocando un gran temblor y gira para tirarle rayos electricos, fuego y acido. Lara:-Maldito llego tu fin!!!!! Lara se acerca a toda velocidad esquivando los ataques y se sube al lomo del animal, el monstruo empieza a moverse para todos lados, mientras Lara, empieza a disparar con sus uzis, con todo, provocandole una herida enorme al monstruo. El mismo se abalnza con todas sufuerza, contra la pared, LAra salta perdiendo el equilibrio y cae pesadamente al piso. El mosntruo al chocar con fuerza, un pedazo del techo le cae en la cabeza, dejandole medio groggy, pero se recupera rapidamente. El mosntruo ve que Lara estaba en el piso y empieza a tirarle pisotones y picotazos, para aplastarla como una estampilla. Lara esquiva los ataques, rodando por el piso varias veces para todos ladosy le tira una granada centellante, que explota y deja ciego al animal. Lara aprovecha la situacion, se sube al lomo, le mete tres granadas dentro de la herida, salta y se produce una gran explosion en cadena, que le provoca un daño considerable al monstruo. El mosntruo cae pesadamente al piso, provocando, que l pas paredes, el techo y el piso, se rompa por completo, y Lara y el monstruo caigan al abismo, los dos. Lara:-AAAAAAHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Lara cae muy mal al piso 9, pero se recupera rapido, esquivando pedazos enormes de piedra, que caen de arriba, Esquiva como 20 pedazos, hasta que encuentra refugio. El monstruoc ae mal, rompiendo el piso severamente, pero totalmente dedtruido. Lara se levanta dolorida, pero feliz por haber acabado con la fiera. Pero escucha la vos de Natla, como si fuera un altoparlante Natla: Mi querida Croft,pensabas que habias acabado con mi mascota?. Esta errada, LEVANTATE AHORA MI SUBDITO. Lara se gira y se asombra que el monstruo se levantase. al monstruo se le endurece su piel como si fuera un caparazon. Al instante estalla en mil pedazos, tirando a Lara contra la pared. Lara se recupera y se asombra ante tal espectaculo Lara:NO,NO....NO LO PUEDO CREEEEER. Dice asombrada El mosntruo, habia mutado, se habia convertido en un Tiranosaurus, pero con tres cabeza, habia crecido en su tamaño, ahora media como 10 metros de alto, con una enorme cola. El monstruo lo miro fijamente, con odio y lanzo un grito escalofriante, que le congelo la sangre a nuestra heroina Lara realmente estaba asustada ante tanto espectaculo. Continuara... Saludos
  24. Que buenas fotos posteaste Pan, te felicito Saludos
  25. Gracias por agregarme como amiga!! Te añado yo tambien vale? Cuidate!

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