Quisiera comentar algunas frases leídas más arriba:
Estimado Alberto: A todos nos confunde algo grande en nuestra vida. Aveces tenemos sentimientos inexplicables, que nos ponen sensibles o nos hacen pensar mucho, pues son misteriosos. Qué bueno que aprovechemos esta instancia para ahondar sobre sexualidad, y cómo esta se vive social y culturalmente.
Respetado José: Para mí es un enigma qué hay en común y qué de distinto entre lo masculino y lo femenino (aunque no en cuestiones de físico). Suponiendo que hablamos de una energía masculina y una femenina (si hay algún budista en la sala, seguro este va a comprenderme), ¿realmente podemos identificar a la mujer como el sexo débil? Yo creo que no. Para mí, las características femeninas son la suavidad, la delicadeza (y otros rasgos que hacen que los hombres rudos o impulsivos nos comportemos, jejeje), pero nunca tiene que ver con la debilidad. Basta ver los ejemplos de algunos animales –pienso en los felinos antes que nada– para comprender que ser el sexo femenino no está asociado a la sumisión. Esto último es un asqueroso invento del hombre.
Respecto a Lara, no sólo creo que es femenina, sino todo un ejemplo de mujer. Por eso dejó de gustarme la interpretación de Angelina Jolie en las películas. Me gusta la Lara decorosa y letal, la que –no por ser inglesa, sino respetuosa– tiene excelentes modales y a su vez puede enfrentarse a las más arriesgadas situaciones.
¡Bien dicho, Cristina! Pero, así como hay un machismo entre los varones heterosexuales, creo que hay un cierto no sé qué, quizá más asociado al feminismo, entre los varones y mujeres homosexuales, que también desplaza al sexo opuesto. En muchas ocasiones vi movimientos extremistas –sabéis que en mi país hubo muchas manifestaciones a raíz de la reciente aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo– de mujeres lesbianas que intentan demostrar que la mujer puede auto-valerse sin ayuda del varón. También hay un gran desprecio por parte de muchos homosexuales hacia los varones heterosexuales, principalmente a los más rudos. Creo que el no sé qué del que hablo al inicio de este párrafo tiene un nombre y es «orgullo gay». No me llevo bien con eso, en absoluto. ¡El homosexual es hermoso por ser humano! Me gustaría que cambiaran las marchas del orgullo gay por marchas de orgullo humano, ciertamente. Para mí el homosexual, en esencia, es una persona tal como las demás, tan común como las demás. Por eso, no me gusta cuando ellos mismos se sacan de la normalidad. No es con lluvias de colores, liberalismo sexual, manejo de códigos aislados, como creo que se soluciona el asunto de los derechos humanos (como el derecho al matrimonio, a la no-discriminación, etc.). Para mí es con la inteligencia, la perseverancia y la fe.
Por todos estos motivos –reafirmo– creo que Lara es un icono gay a fuerza mayor, «por accidente», como ya dijeron, pero no me gusta que ocupe esa categoría. Para mí, debería ser un icono de mujer. Ese término me parece más indicado, aunque no sea tan usado.
Un abrazo muy cordial a todos.
Emanuel