Lugar: Mansión Croft
Tiempo: Presente
Lara se encontraba en su habitación, sentada en la camay con la mirada perdida. Decidió tomar una ducha rápida para intentar relajarse, ya que en esta ocasión y a diferencia de ´como ´solía ocurrirle siempre, le estaba costando mucho volver a su estado normal y dejar de estar alerta por todo. Le dominaba una sensación de traición, y no se equivocaba, mas en esta ocasión la traición había ido demasiado lejos. Lara se desvistió y dejó la ropa en el diván de enfrente del baño. Al terminar se situó delante del espejo y miró su reflejo.
-¿Qué te ocurre? ¿Por qué te cuesta tanto admitir lo ocurrido? ¿Acaso no lo esperabas, no podías imaginarlo? -Se preguntó a sí misma- ¿O es que quizás esperabas otra cosa?
Dándole vueltas a la cabeza, pensando sobre lo que había pasado, cogió unos vaqueros, se calzó sus botas bajas y se sentó en un pequeño sofá que había en su dormitorio. Allí, sobre la mesita que había delante de la chimenea descansaba el paquete de cigarrillos que Chase había abierto la noche anterior, justo cuando terminaron de hacer el amor. Las lágrimas acudieron en tropel a los ojos de Lara quien, con un gesto de rabia se levantó y terminó de vestirse. Se cepillo el cabello y volvió al baño, para repasar su aspecto.
-J***r. Se nota a la legua que has llorado. ¡Estúpida, no eres más que una estúpida soñadora! -dijo con un tono de voz elevado y quebrado a la vez- ¡Ésta no eres tú, reacciona!
"Pero no puedo. No puedo reaccionar y luchar contra lo que sentía... No sé por qué, pero esta vez nada es igual... Ese golpe tan bajo no me lo esperaba... Y todo por haber bajado la guardia... El candor se adueñó de mí, pero es tan poco propio verme en este estado que... No sé cómo reaccionar", esto pensaba Lara mientras se empolvaba la nariz para ocultar el rubor por haber llorado, y se perfilaba los ojos con el fin de disimular la irritación de sus párpados.
Una vez se dio el visto bueno, inspiró para relajarse y asentar el maremágnum de pensamientos que se agolpaban en ella y se decidió a afrontar lo que era inevitable.
Al salir de su habitación se encontró con el caos en el que se había convertido su casa. Allister, Winston y Anaya -estos dos últimos haciendo lo que podían, debido uno a su edad, y la otra a su estado- se esforzaban por recoger los fragmentos de cristal y pared, mientras zip hablaba a voces con el seguro de la casa; por lo visto había algunas lagunas legales que no querían resolver... Antes de hablar con Zip para ver qué había encontrado al respecto, decidió dirigirse a ellos para otra cosa:
-Chicos, dejad todo esto. La policía no debe tardar en venir, y llamaremos a una empresa de limpieza y restauración para uqe se encarguen ellos de este enturto. Idos a descansar y a cenar, que creo que hoy ha sido un día demasiado largo para todos nosotros... -Dijo Lara en un tono muy neutro y plano que asombró a todos-.
-De acuerdo, Lara. ¿Y tú cómo te encuentras, querida? -preguntó Anaya mientras le ponía amorosamente la mano en su hombro-.
-Perfectamente, no preocupes por nada -añadió con mirada tierna y de complacencia-.
Al dirigirse a la cocina, para beber agua, pues necesitaba aclararse la garganta antes de hablar con Chase, puesto que un nudo volvía a subir amenazando con romper en lágrimas de nuevo, miró con ojos entornados a Winston, pues no había olvidado en absoluto lo que encontró en su habitación... Pero eso vendría luego, ahora había un tema más importante que tratar, según ella.
Buscó a Chase por toda la casa, mas no lo encontró, así que decidió preguntarle a Zip.
-Oye, Zip, ¿has visto a Chase por algún lado?
-Sí, y menuda jeta tiene, en lugar de echar una mano se largó al circuito de ahí detrás, lo vi sentado en un muro fumando como un desesperado.
-Gracias, eres un cielo. ¡Ah! Por cierto, Zip, no comentes con nadie lo que encuentres acerca del logo de la empresa que te dije antes... ¿De acuerdo?
-Claro que sí, no te preocupes -dijo Zip con mirada algo perpleja-.
Lara salió de la mansión por la puerta principal, y se dirigió a un punto muy concreto, sabía que Chase estaría allí. Lo encontró sentado en lo alto de uno de esas montañas de cajas que utilizaba para brincar y practicar su agilidad. Se encontraba pensativo, con aire decaído. La noche comenzaba a caer, y con la luz del crepúsculo su sombra se dibujaba nítidamente, el humo salía de su boca, al terminar el cigarro lo tiró desde allí, cayendo a los pies de Lara.
-¿Quién te ha dado permiso para tirar las colillas en mi circuito? -Dijo Lara con un tono algo más amigable, ya que había decidido tomar otra estrategia que la del enfado-.
Lara se abrió la cazadora que se había puesto, para tener mayor movilidad y se encaramó sin dificultad alguna, a la torre. Una vez arriba, se sentó junto a Chase, y permaneció allí sentada en silencio, con la mirada en la lejanía, viendo una bandada de pájaros que se alejaba con marcada coreografía. Chase no podía aguantar más ese silencio tan incómodo, unas lágrimas rodaron por su rostro.
-Chase, no me cabe duda de que el único motivo para uqe me traicionaras era el dinero... Pero no entiendo por qué... -Dijo con voz maternal, procurando calmar el ímpetu que sentía por zarandearlo y asaetearle a preguntas-. Si tan mal andabas de dinero podías habérmelo pedido, sabes que estoy siempre aquí para ayudarte.
-En serio, Lara, no sabía que sería tan peligroso. En principio sólo se trataba de un juego, al menos así lo ví yo. Era sólo robarte un par de objetos, luego tú recorrerías medio mundo para encontrarlos y tendrías un motivo más paar viajar e indagar... Tenía más adelante intención de ayudarte, jugar a dos bandas, ya sabes...
-Sí, desgraciadamente estoy demasiado acostumbrada a que juegues a dos bandas... Créeme, estoy algo cansada de tu juego... Pero no me cabe duda de que no tenías mala intención... Te conozco demasiado bien. Pero...-Lara se entrecortó, pues tuvo que tragarse las palabras que intentaban salir de su boca. Chase se percató de ello y la ayudó intentando que el silencio fuera menos incómodo-.
-Lara, en serio, no pretendía que la cosa llegara tan lejos... Y con respecto a lo de pedirte dinero... Sabes lo...
-...Orgulloso que que eres, lo sé de sobras. ¿Pero no habría sido mejor replantearte tu orgullo a traicionarme?-inquirió Lara algo dolida por aquello-
-Cielo, no sé... Ya sabes cómo soy.
-Sí, si en el fondo la culpa será mía por haber confiado en tí una vez más y por haber creído que podías cambiar -de esto último que dijo se arrepintió al instante, pero Chase, por cortesía quizás, no dijo nada-.
-Lara, de verdad, no sé nada, a mí me contrataron unos terceros, es decir, yo fui como un mercenario, nunca vi a nadie, todo contacto fue por teléfono, y las órdenes las recibía o por correo o en el móvil... Y supongo que ahora yo también seré objetivo de éstos...
-¿Y reconociste el logotipo de los trajes que llevaban estos mercenarios? -preguntó Lara, olvidándose un tanto de lo ocurrido-.
-Para nada, nunca vi imagen alguna de la empresa o lo que quiera que sea que solicitó mis servicios -Contestó Chase con suma sinceridad-.
Lara dio por concluida la charla, mas en su interior algo había cambiado, y dudaba mucho que fuera a volver a su statu quo. Puso su mano sobre la pierna de Chase a la vez que sonreía y le miraba a los ojos, a modo de decir que le perdonaba, e hizo el amago de levantarse para irse cuando Chase le agarró el brazo-.
-Nena, ¿qué ibas a decirme justo antes de que esta gente irrumpiera tan escandalosamente? Parecías muy enternecida...
-Oh, no te preocupes -respondió Lara haciendo un aspaviento con la mano-, ya no tiene importancia.
Tras terminar la frase bajó escalando de la torre, pero antes de irse se giró y esperó a que bajara Chase, tenía una pregunta más que hacerle.
-Chase, ¿sabes algo más, sospechasalguna traición más?[
-No, ¿por qué lo preguntas? -Inquirió con una ceja enarcada. En ese momento Lara no sabía si confiar en él o no, y al final se decantó por no hacerlo-
-Por nada, simplemente era para estar más prevenida... Por cuidar mis espaldas -dijo, y se marchó con paso firme hacia el despacho de Zip, tenía un asunto más que tratar, y en este caso no podría perdonar la traición, puesto que de Chase se lo esperaba, sabía que era un buscavidas orgulloso a quien le gustaba el juego a dos bandas y arriesgar, y sabía perfectamente cuándo en una confesión de ese estilo la engañaban o no. Ahora le tocaba un huso más duro de roer, puesto que Winston nunca se había mostrado tan claro como lo había sido Chase. En el fondo ese rubio desteñido era muy simple, y no ocultaba sus intenciones más allá de la línea del descaro, mas su fiel y leal mayordomo podía ocultar muchas cosas, puesto que era una figura que estuvo ahí desde sus primero recuerdos, y podía haber muchas razones enquistadas para que se hubiera rebelado de aquella forma tan sucia.
Al entrar en la casa se encontró con la policía, algunos agentes habían reunido a todos en el salón mientras les hacían preguntas, mientras otros se dedicaban a tomar fotografías de todo lo ocurrido. A Lara se le vino el alma a los pies, puesto que lo que menos necesitaba a hora era todo ese follón administrativo, como ella misma lo llamaba. Chase entró justo detrás de ella y tuvo la misma sensación. Iba a ser unanoche muy larga, y Lara había tomado una determinación: no postpondría más el viaje, y se llevaría un acompañante, al cual vigilaría muy de cerca, en esta ocasión no tenía la menor intención de que Chase volviera a jugar a dos bandas.
Mientras la arqeuóloga se encaminaba hacia la biblioteca, a por unos papeles que le reclamaban los del seguro, que acababan de llegar en ese momento, decidió confiar a la dulce Anaya una dura misión, más sólo ella era totalmente imparcial, dado que Alister o Zip, de alguna u otra forma, podían tener más reparos a la hora de controlar a Winston, debido al mayor roce que con él habían tenido. Sabía que su amiga no fallaría.
Terminado todo el follón, miró el reloj: las tres de la madrugada. Con gesto de resiganción, se dispuso a comunicar a Chase su viaje, noticia ante la cual éste se sorprendió, no esperaba tanta confianza, sino rencor y cierto resentimiento. Agradeció la invitación con una gran sonrisa, y pretendió darle un beso, a lo cual Lara respondió poniendo un dedo en su boca, al tiempo que decía: "-Cariño, es demasiado pronto para eso", a lo cual Chase respondió con una gran sonrisa. En el fondo se sentía muy aliviado, pues, aunque no lo pareciera, el perdón de Lara era muy importante para él.
Lara se fue rendida hacia su cuarto, a preparar el equipaje. El descanso había terminado para ella.