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El amuleto de las Horas


Gaia

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Por favor, no me mateis, es que no tngo internet y me tengo que ir a la biblioteca y se me olvida:bash2: , a ver hoy estamos a...miercoles...el viernes si no han cerrado la biblioteca lo pongo SIN FALTA ¿vale? Perdon.

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8ª Entrega

 

Amanecía cuando llegaron a Tikal; el sol comenzaba a despuntar por encima de las copas de loa árboles más bajos del parque; que, naturalmente, estaba cerrado. Lara paró el jeep y se giró para despertar a Kurtis.

-Eh, bello durmiente, ya hemos llegado.

-Vaya, esto es impresionante-comentó Kurtis mientras se bajaba del jeep y se desperezaba.

-Venga, tenemos que encontrar una manera de entrar al parque sin que nos descubran-dijo Lara mientras se acercaba a unas grandes puertas que flanqueaban la entrada.

-No te preocupes por las puertas, eso déjamelo a mí-dijo Kurtis arremangándose.

-¿Qué vas a hacer?¿Treparla?-dijo Lara

-No. Algo más...como diría...sofisticado-respondió Kurtis esbozando una sonrisa.

Dicho esto, alzó los brazos e invocó sus poderes de Lux Veritatis. Desprendía un aura de color azul eléctrico y se elevó unos centímetros del suelo mientras Lara contemplaba con asombro cómo las puertas se abrían con un golpe seco.

-Guau, de todas las posibilidades con las que me imaginaba que abrirías la puerta, ninguna se acercaba a esta-dijo Lara contemplando la puerta abierta con asombro.

-No me subestimes, lady Croft-replicó Kurtis mientras cogía su mochila y sus armas. Lara seguía parada enfrente de las puertas con la mirada fija en ellas.-Vamos-le urgió Kurtis-¿piensas quedarte ahí parada todo el día?

Lara salió de su ensoñación y recogió sus cosas del interior del jeep.

-Tienes razón. Vamos-dijo mientras avanzaba con paso decidido hacia el interior del parque. Kurtis la siguió. Caminaron adentrándose más en la ciudad hasta que llegaron a la Gran Plaza.

Cuando llegaron allí, Lara se acercó con cuidado a algo que parecía una lápida.

-¿Qué haces ahora?¿Rezarle a los muertos para que desactiven milagrosamente las trampas?-dijo Kurtis.

-No, aquí hay unos jeroglíficos que al parecer narran el episodio de cuando la diosa Ixchel bajó a la tierra y les entregó la esfera de Tawanati; dicen que un día bajó una hermosa joven vestida de seda que llevaba adornos de oro y una corona también de oro en la que se veía una hermosa luna de platino y diamantes. Dice también que inmediatamente la mujer fue conducida al salón del trono real maya y que fue recibida por el rey en persona; la mujer le ofreció un trato al rey: ella les entregaba la esfera que, supuestamente era un objeto que protegía de todo mal y sanaba cualquier enfermedad o epidemia del pueblo, si los mayas le rendían como tributo una pareja de pavos al día. Ellos, naturalmente aceptaron la oferta y guardaron celosamente la esfera en lo más alto del cuarto templo de la ciudad; allí, le rendían culto, llegaron a creer de tal manera en ella, que algunos incluso se olvidaron de los verdaderos dioses y sólo vivían para la esfera. La diosa Ixchel, celosa, intentó destruirla, pero la esfera tenía tal poder que no fue capaz, y por eso, al no poder destruirla, ideó una serie de obstáculos, entre los que se cuentan trampas y guardianes, para que los mayas no pudieran acceder a ella; la diosa pensó que si no podían venerar de cerca la esfera se olvidarían de ella y volverían a adorar a los verdaderos dioses, pero se equivocó por completo. El pueblo maya, en un principio se desesperó por que consideraron aquello como presagio de un desastre, pero con el paso del tiempo fueron ideando nuevas formas de homenajear la esfera y crearon danzas y cánticos rituales mediante los cuales creían que el poder interior de la esfera permanecía contento y los protegía-Lara hizo una pausa-. Así que ya ves, la diosa creyó que con la esfera creerían firmemente en su poder, pero al pueblo maya le atrajo de tal manera la esfera que se olvidaron de la diosa. Ésta se mosqueó e ideó una serie de trampas para alejar a los mayas y conducirlos hacia los verdaderos dioses, pero le salió el tiro por la culata. Suena irónico,¿verdad?

-Me parece que lo vamos a tener crudo, porque imagino que la diosa esa seguirá custodiando la esfera y que por lo tanto las trampas seguirán activas-dijo Kurtis.

-Pero eso ya lo sabíamos-le replicó Lara.

-Los mayas eran unos tíos listos; si ellos no consiguieron desactivarlas ni superarlas, me parece que lo vamos a tener claro.¿Te imaginas tu cadáver empalado como un pincho moruno en algún rincón oscuro y putrefacto de esos tem...?

-Vamos a dejarnos de historias escabrosas que me estas poniendo los pelos de punta antes de entrar-le cortó Lara tajante.

Kurtis no pudo evitar soltar una carcajada.

-¿Estás diciendo que una simple frase cómo esa le está poniendo los pelos de punta a la famosa Lara Croft?¿Tú que has estado en sitios muchísimo más tortuosos, te has enfrentado con todo tipo de bichos y has resuelto los acertijos más complicados te estás acojonando simplemente por eso? Señorita Croft, creía que estabas hecha de otra pasta más dura-Kurtis iba hablando mientras subían a la cima del templo IV; cuando llegaron a la puerta la atravesó sin darse cuenta y siguió andando. Lara sonreía con malicia-¿Por qué te rí...¡****r!¿Qué ha sido eso?-exclamó Kurtis dando un respingo al oír un extraño chasquido.

-Eso ha sido la primera de muchas trampas. Y eso te pasa por burlarte de mí.

-Jajaja, qué graciosa, milady, podías haberme avisado.

-¿Estás diciendo que un simple ruido como ése te ha asustado?¿Tú que te has enfrentado con demonios y toda clase de bichos malignos te estás acojonando por una simple cuchilla de nada? Señor Trent, creía que estabas hecho de otra pasta más dura-dijo Lara sin poder dejar de sonreír mientras entraba al templo. Kurtis la siguió a desgana; ella encendió una bengala y llegaron hasta la primera trampa, la saltaron sin problemas y siguieron avanzando. Lo mismo ocurrió con las demás hasta que llegaron a un foso que cubría toda la habitación, no había puente ni nada para poder atravesarlo.

-Pues habrá que nadar, ¿no?-dijo Kurtis acercándose al lago.

-¡Espera !¡No toques el agua!-gritó Lara.

-¿Por qué?¿Qué le pasa al agua?

-Seguro que tiene un ácido, una veneno o algo parecido. Mira.-dijo Lara sacando de la pistola una bala; la tiró al agua y de repente la bala se esfumó. Ni rastro.

-¿Cómo cruzaremos al otro lado?-quiso saber Kurtis.

-Pues no sé, cómo no te conviertas en Doraemon y te saques del bolsillo el borrocóptero...¿Saltando?-probó Lara.

-¿Tú eres capaz de saltar esta distancia?

- Por supuesto que no;¿quién te crees que soy, Iván Pedroso? Tal vez haya un interruptor o una palanca para hacer salir un puente o algo parecido. Búscalo.

Se pusieron manos a la obra durante diez minutos hasta que Kurtis halló un interruptor en una pared.

-¡Eureka, lo encontré!-gritó Kurtis

-Corre, púlsalo-dijo Lara acercándose a él.

Kurtis lo pulsó y de pronto el agua desapareció, absorbida por un sumidero gigante; cruzaron por el interior del recinto donde antes había estado el estanque y al llegar al otro lado se pararon en redondo.

-¿No oyes algo?-le preguntó Kurtis a Lara.

-¡¡¡SIII, y sé lo que es, CORREEE!!!!-le gritó ella agarrándolo de un brazo y echando a correr hacia la siguiente sala.

 

 

 

 

 

9ª Entrega

 

Lo que los perseguía era una bandada de vampiros asesinos pon mas dientes que cuerpo; el ruido de todas sus alas batiéndose y chillidos era horrible y habría puesto los pelos de punta hasta al más valiente, por eso Lara y Kurtis huían de ellos como alma que lleva el diablo. De cuando en cuando se daban la vuelta y, sin dejar de correr, les metían una balazo entre las cejas a los murciélagos.

-¡Toma plomo, bicho del demonio!-les gritaba Lara a los asquerosos quirópteros, mientras el churigai de Kurtis causaba más de una baja entre la bandada de murciélagos.

Cuando todavía los perseguían unos quince o veinte bichos, llegaron a una sala sobre la que flotaban unos viejos y carcomidos puentes de madera en medio de la nada, tiraron por el que salía de la puerta y al llegar un cruce, giraron a la derecha. Kurtis iba en cabeza, y casi se cae al vacío cuando uno de los puentes se rompió y se precipitó al abismo

-¡Media vuelta, Lara!-dijo él girando por donde habían venido; rodaron por debajo de la horda de murciélagos y tomaron el camino del puente por el que antes no habían ido, esta vez iba Lara delante y el puente se desintegró delante de sus narices y a menos de dos metros de ella, menos mal que tenía unos reflejos rápidos y pudo saltar a tiempo; Kurtis la imitó y al cabo de unos cien metros vieron al fondo una puerta abierta delante de ellos, la cruzaron corriendo y nada más atravesarla se cerró, pero pudieron oír el sonido de veinte cuerpos de vampiros que se la pegaban contra la puerta.

-Bueno, parece que estamos a salvo-suspiró Kurtis.

-¿¿A salvo?? Date la vuelta y a ver si entonces tienes la misma opinión-dijo Lara girándose.

Estaban en una sala cuadrada, con un pasillo de baldosas de piedra en el centro y dos bosques de espinos a los lados, en la mitad del pasillo había dos columnas de madera con dos mazas que giraban en torno a las columnas dejando un espacio entre ellas mínimo. Al fondo de la sala había un grabado en oro con la historia del pueblo maya. Enfrente de los grabados había un espíritu alto, encapuchado hasta las cejas y enfrente del cual flotaba un largo báculo de madera. A la izquierda del espíritu estaba la puerta.

-¿Y qué se supone que hacemos ahora?-murmuró Lara.

-Está claro, ¿no? Tenemos que luchar con él y derrotarle. Vamos.-dijo Kurtis avanzando hacia las mazas.

-Ten cuidado. Si te da una de esas saldrías disparado hacia la pared a más de 100 kilómetros por hora.

Fueron hacia las mazas con cautela y esperaron en silencio. De repente Lara gritó:

-¡Ahora!-y cruzaron corriendo entre las mazas.

Se encontraban frente al espíritu. Desenfundaron las pistolas y empezaron a balearle a diestro y siniestro; el espíritu, por su parte, acercó hacia ellos su báculo e intentó golpearles con él. En un momento intentó golpear a Kurtis, pero él lo esquivó y el bastón dio contra una rama de los espinos, esta resplandeció un momento y desapareció sin dejar rastro.

-¡Las balas no sirven contra él!¡Hay que romper el báculo!-gritó Kurtis enfundando la pistola y sacando el churigai.

En ese momento el espíritu dirigió un nuevo ataque, esta vez hacia Lara. Ella lo esquivó dando un salto para atrás, pero con tan mala suerte que al poner los pies en tierra, se tambaleó y se precipitó al bosque de espinos con un grito ahogado, pero pudo agarrarse con una mano al borde del precipicio.

-¡Lara!-exclamó Kurtis.

-¡Kurtis, ayúdame!-chilló Lara desesperada.

Él lanzó el churigai al vuelo y el arma partió en dos limpiamente el báculo del espíritu, con eso, éste desapareció. Kurtis corrió hacia donde estaba Lara y la ayudó a subir, sin darse cuenta de que el bosque se espinos crecía a una velocidad alarmante a sus espaldas.

-¡Kurtis, detrás de ti!-gritó Lara cuando estuvo arriba.

Salieron corriendo hacia la puerta, pero una rama se le enredó a Kurtis en el tobillo y le hizo caer.

-¿Estás bien?-dijo Lara agachándose junto a él.

-¡Lara, vete!¡Sálvate tú!-le gritó Kurtis.

-¡Ni hablar, o nos vamos los dos o no se va ninguno!-dijo Lara partiendo la rama que sujetaba a Kurtis. Una vez éste estuvo libre, corrieron hacia la salida escapando del bosque de espinos que les impedía el paso. La puerta se cerró detrás de ellos.

-¿Estás bien?-le volvió a preguntar ella una vez que estuvieron fuera.

-He estado en otras peores-contestó Kurtis.-¿Y tú?

-No he estado mejor en mi vida-dijo Lara.

Se quedaron callados durante unos momentos y al final Lara dijo:

-¿Vamos a por la esfera?

-Sí. Vamos.

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Os vais a cagar;

 

 

10ª Entrega

 

Corrieron atravesando pasillos y habitaciones con criaturas extrañas y obstáculos difíciles, pero no insalvables. Cuando ya no podían dar ni un paso más y sus piernas casi no les sujetaban, Kurtis presionó casi sin darse cuenta un interruptor y entonces la vieron.

-La esfera de Tawanati-dijo Lara, casi sin aliento.

La esfera descansaba sobre un sepulcro, a unos veinte metros de distancia al final de una habitación entre las manos de la estatua de una mujer tallada en la piedra y que Lara reconoció como la mujer de la que se hacía descripción en los jeroglíficos de la gran plaza. Ixchel. La diosa Luna; allí estaba, representada en piedra, con el objeto que había desencadenado su ira y sus celos entre las manos.

Lara se acercó con precaución a la lápida y le llamó la atención un letrero esculpido en una pared del sepulcro en el que se leía lo siguiente:

 

Ixchel

“Itz en Caan, itz en muyal”

 

“Soy el rocío del cielo, soy el rocío de las nubes”, tradujo ella. Entonces entendió por qué la esfera tenía grabada una gota de rocío en su superficie, se creía también que Ixchel desencadenó un diluvio que duró mas de tres meses.

-La cojo yo, ¿vale? Tú vigila por si acaso viniera algún otro engendro a incordiar-le dijo Lara a Kurtis.

Agarró la esfera y tiró de ella con fuerza, ésta se desprendió con facilidad de la estatua de Ixchel y comenzó a emitir un brillo azulado en las manos de Lara, quien la colocó con cuidado en su mochila y después fue hacia Kurtis.

-No ha sido tan difícil, ¿verdad?

De repente Kurtis tensó los músculos de la cara y, con expresión sobrecogida, se volvió hacia ella.

-¡Lara, ten cuidado, detrás de ti!-gritó Kurtis sacando la pistola.

Lara se dio la vuelta...y casi se muere del susto. Hacia ellos, lentamente avanzaba una anciana con las manos convertidas en garras, una serpiente enroscada en el cuello y una larga falda de huesos. Y venía con intenciones muy poco pacíficas. Kurtis vació un cargador entero sobre la anciana y Lara hizo otro tanto, pero nada, la mujer seguía avanzando hacia ellos con expresión de venganza, y los ojos se le estaban iluminado en rojo. Se preparaba para lanzar un hechizo, probablemente uno mortal.

-¡Corre!-le gritó Kurtis que seguía disparando a tan sólo diez metros de la puerta. Lara siguió atacando con actitud impasible, mientras avanzaba al mismo paso que la anciana, pero hacia atrás-¡¡Corre!!-repitió Kurtis.

Esta vez Lara pareció oírle y comenzó a caminar algo más deprisa, pero sin dejar de disparar a la mujer. Al cabo de un minuto que a Kurtis se le hizo interminable, Lara guardó las pistolas y corrió a toda velocidad hacia la puerta.

Pero el hechizo de Ixchel ya estaba terminado. Se formó una bola de luz roja entre las manos de la anciana, y se lo lanzó a Lara; ésta se tambaleó y cayó al suelo.

 

Cuando vio caer inconsciente a Lara, Kurtis corrió hacia Ixchel y, sacando el churigai, lo lanzó contra la anciana, que se desvaneció en el aire una milésima de segundo antes de que el disco le rebanase la cabeza, pero fue suficiente para que él recogiera a Lara y saliera tan rápido cómo podía hacia la salida. Una vez estuvo fuera, dejó a Lara en el suelo y llamó al churigai. El arma, fiel a su amo, dio media vuelta en el aire y fue derecha hacia la mano de Kurtis, quien lo cogió al vuelo y apretó el interruptor con el que se cerró la puerta de golpe.

 

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Mientras tanto, en Nápoles, un demonio daba órdenes claras y concisas a los mercenarios que trabajaban para él. Se había enterado de que la pareja que le quería robar el amuleto era la famosa exploradora Lara Croft y un tal Kurtis Trent. También le habían informado de que estaban en Guatemala, intentando conseguir la esfera de Tawanati para matarle.

-Ya sabéis lo que tenéis que hacer-les decía Veckat a sus soldados-Quiero que me traigáis los cadáveres de lady Croft, del señor Trent y esa esfera, antes de que salgan de Tikal-hizo una pausa-No les deis oportunidad de salir de allí con vida.

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