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El amuleto de las Horas


Gaia

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Bueeenas::thumb:

 

4ª Entrega

 

Lara y Kurtis estaban sentados en un bar de la ciudad antigua, en la ribera derecha del Musi, mientras el alboroto bullía fuera del pequeño establecimiento, Kurtis le contaba a Lara lo que le había sucedido en el Strahov cuando ella se fue a acabar con Eckhardt. Ella lo escuchaba en silencio con el aspecto de estar en otro mundo. Cuando finalizó su relato, Lara pareció salir de su ensoñación.

-¿Cómo lograste sobrevivir?

-Pues eso está relacionado con la otra historia, con la que nos trae a ambos aquí. Cuando ya tenía perdida toda esperanza y creía que había llegado el fin-Kurtis torció el gesto, como si le doliera recordar lo acontecido-ese Guardián, el mismo con el que tu hablaste, me planteó un trato: él podía devolverme la salud si yo iba a por ese amuleto. Yo acepté y me pasé por Londres a coger algunas cosas que me hacían falta y sin las que no pienso volver a salir, como botiquines y cosas así, y reservé un pasaje para el primer avión que salía hacia Hyderābād. En el avión vi a una mujer a la que le sobresalía un puñal por la bota y que hurgaba en una mochila que tenía dentro un par de pistolas y...bueno, que la última persona a quien esperaba encontrar era a ti.

-Vaya, te digo lo mismo.¿Y cómo sabías que el amuleto estaba aquí?

-Porque el anciano me lo dijo, claro.

-¿Y si una vez que hubieras estado aquí Veckat se hubiera ido a otro sitio con él? Podías haberte pasado meses buscándolo en un sitio donde jamás lo encontrarías.

Kurtis abrió la boca para responder, pero la cerró al ver que no tenía argumentos para rebatirle y, al cabo de unos incómodos momentos de silencio, Kurtis tomó la palabra.

-Pues justamente por eso deberíamos trabajar juntos,¿no? Tú sabes en todo momento dónde está el amuleto, y mira lo bien que nos fue en Praga cuando decidimos ayudarnos mutuamente.

-Acabaste ensartado por una cuchilla.

-Pero conseguí acabar con mi enemigo, bueno, lo conseguiste tú-Kurtis parecía algo apesadumbrado-¿ves? Yo no hubiera podido matar a Eckhardt y tú...

-Yo hubiera perdido el tiempo con cierto arácnido y no habría llegado a tiempo de evitar que Eckhardt reviviese a la raza Nephilim.

-Y yo no habría conseguido destruir a Karel.

-Y yo seguramente habría tenido menos problemas para salir del Louvre teniendo mis armas-dijo Lara con una sonrisa.

-No olvidas una ¿eh?

-Por supuesto.

-El caso es que lo conseguimos.¿Y sabes por qué? Porque lo hicimos los dos. Vamos, tú también sabes que lo que digo es cierto.

Lara se lo pensó por unos momentos.

-De acuerdo.

Kurtis se alegró al oír aquello.

-Esta bien, pongámonos manos a la obra. Bien, lady Croft, usted es quien lleva el localizador.¿Dónde está ahora Veckat?

-No te lo vas a creer.-dijo Lara mirando la pequeña pantalla de cristal líquido-está tan sólo a unos cuantos metros de aquí.

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Otra(lo siento, soy una pesada, si no os gusta me lo decís,¿ok?):

 

5ª Entrega

 

 

Pagaron y salieron del pequeño establecimiento. Lara iba mirando el menudo monitor que indicaba ambas posiciones, la del amuleto y la suya. No sabía si había tomado la decisión correcta al confiar en Kurtis; después de todo, tan sólo lo conocía de su anterior aventura, pero había algo en su interior que le decía que ese tipo era de fiar. Torcieron a la derecha por un estrecho callejón en el cual había menos gente, pero que a Lara no le daba muy buena espina. De repente se puso tensa y dirigió las manos hacia las pistolas con cuidado. Kurtis también había notado algo y desenfundó la Boran X. De pronto, unos hombres encapuchados corrieron hacia donde se encontraban ellos.

-¿Qué demonios...?-comenzó a farfullar Kurtis.

-No preguntes,¡¡¡corre!!!-le urgió Lara.

Salieron disparados hacia el extremo opuesto del callejón con los misteriosos encapuchados pisándoles los talones. Mientras corrían, Lara se giró y disparó a los hombre encapuchados. Dos de ellos cayeron al suelo mientras sus compañeros sacaban unas dagas y seguían persiguiendo a Lara y a Kurtis.

-¿Cuántos hay?-preguntó Kurtis jadeando.

-Ahora mismo seis-disparó otra vez-no, cinco.

La persecución resultaba bastante engorrosa, porque habían vuelto a salir a una de las calles principales de la ciudad y tenían que empujar constantemente a la gente que se apiñaba a su alrededor. Además ahora no podían disparar a los hombres, porque entre tanta gente habría sido tan difícil darles pomo acertarle a un palillo a 500 metros de distancia.

-¡Kurtis, a la izquierda!- indicó Lara torciendo para una callejuela lateral.

Se metieron en el callejón y vieron, con gusto, cómo los hombre seguían apartando a la multitud, convencidos de que ellos iban delante suyo.

-Bueno, parece que los hemos despistado-jadeó Kurtis mientras recuperaba el aliento.

-No estés tan seguro.- dijo Lara entre resoplidos-¡Calla!-susurró de repente llevándose un dedo a los labios.

Indicándole a Kurtis con un gesto que le siguiera, Lara comenzó a avanzar lentamente hacia el fondo del callejón. Kurtis oyó a unos árabes hablando entre ellos, y, a juzgar por la expresión de Lara, ella los entendía y seguramente decían algo sobre el amuleto.

-¿Qué pasa?

-Creo que esta aquí.

-¿Quién?¿Veckat?

-Y con él también el amuleto.

 

<><><><><><><><><><>

 

Veckat estaba rodeado de hombre armados hasta los dientes. No le gustaba tener que depender de lo que él calificaba como “escoria humana”, pero había que reconocer que esos artilugios mecánicos de los que salía aquello que ellos llamaban balas, eran muy eficaces.

Él jamás había utilizado un arma, le bastaba y le sobraba con sus numerosos hechizos y conjuros; pero había recibido una advertencia de que dos humanos, una mujer y un hombre, le querían arrebatar aquello que él pretendía utilizar para dominar el mundo. El amuleto de las Horas, pensaba con avaricia. Dentro de dos semanas podría rehacer la Tierra a su antojo. Esos patéticos humanos no serán ninguna molestia para mí. Son débiles, como toda su especie y no podrán hacer nada para arrebatarme el amuleto.

 

No sabía cuánto se equivocaba.

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Hey!!!! la 6 :jumper: :

 

6ª Entrega

 

 

-¿Y qué hacemos ahora?-le masculló Lara a Kurtis.

-Pues esperar a que se distraiga e intentar arrebatárselo.

-¿Y te crees que va a ser tan sencillo? Claro, cómo no se me había ocurrido antes, podemos volvernos invisibles, ir hasta allí sin que nos vean y como Veckat llevará el amuleto colgando de la mano con un cartel que diga “róbame”, pues nada, se lo pedimos amablemente, nos dice “tomad, llevádselo al Guardián que yo ya esperaré hasta dentro de unos añitos” nosotros le decimos, venga, gracias, adiós y hasta la próxima y nos vamos tranquilamente.¿Es ese tu plan, señor Trent?

-Evidentemente, no.

-Ya me lo imaginaba-suspiró-parece que tendremos que pelear.

-¿Cuántos hay?

-Unos seis o siete aparte de Veckat.

-En ese caso, no vamos tan mal-comenzó a decir Kurtis, pero se calló al ver la cara de Lara-¿cuál es el problema?

-No se si sabrás...-esta vez fue Lara la que se calló-vale, sí lo sabes; que los demonios no necesitan armas para matar. Sus artes malignas son más que suficientes.

-¿Y tú como supones que yo se algo sobre demonios?

-Corrígeme si me equivoco. Eres un Lux Veritatis.

Kurtis se quedó de piedra.

-¿Y tú cómo lo...?

-A ver: tienes una cuchilla voladora, revientas puertas, caes desde un quinto piso sin que te pase nada, me proyectaste hacia arriba como si fuera una pluma...¿sigo?

-Deja, no hace falta. Pero no te creas que soy la enciclopedia demoníaca oficial. Mi misión era cargarme a los Nephilim.

-¿Y qué sabes sobre estos?

-Pues me parece Veckat es miembro de algo que ellos llaman la Orden de la Llama-al ver que Lara ponía cara de no saber de qué le hablaba añadió-los miembros de la Orden creen que los humanos no deberían poblar la tierra y para ellos no somos más que basura. Su objetivo es exterminar a la raza mortal. Para destruir a los demonios es necesario una esfera de poder.

-¿Qué se encuentra en...?

- Se cree que en alguna parte de Centroamérica, concretamente en Guatemala.

-Eso quiere decir que tendremos que ir allí, conseguir la esfera, encontrar después a Veckat, matarlo y conseguir el amuleto. Todo eso en dos semanas.

-Pues nada, no perdamos el tiempo. Larguémonos de aquí y vayamos hacia el aeropuerto.

En ese momento uno de los hombre de Veckat apareció por la esquina y dando el grito de alarma, abrió fuego contra Kurtis y Lara. Ellos esquivaron las balas de un salto y desenfundaron las pistolas. Entonces aparecieron por el callejón otros cinco hombres que dispararon sobre ellos y a partir de ahí, aquello fue un maremágnum. Los árabes no sabían adónde apuntar porque Lara y Kurtis se movían con extrema rapidez y agilidad. Al final, con ayuda de las pistolas y el churigai consiguieron acabar con los seis hombres.

-Una cosa hay que reconocer, como luchadores son un auténtico desastre-le comentó Kurtis a Lara con una mueca socarrona.

Entonces fue cuando apareció Veckat. Iba envuelto en una capa con capucha negra y llevaba unas pesadas botas de cuero negro y un cinturón en el que se veía una brillante llama anaranjada, sin duda símbolo de la Orden. Lara pensó que se parecía más a uno de esos matones de las películas que a un demonio dispuesto a cambiar el mundo.

 

<><><><><><><><><><>

 

Veckat oyó una refriega y tiros cuando uno de sus hombres se acercó a comprobar si llegaban los refuerzos. En ese momento fue cuando se escuchó con toda claridad un grito de alerta y el sonido de la ametralladora; entonces los hombres restantes salieron rápidamente al callejón y viendo que el tiroteo proseguía, espero pacientemente hasta que oyó el último disparo. Pero había algo raro allí.

 

Sus hombres no volvían.

El disparo que había oído no era la ráfaga de una ametralladora.

Aquella voz era de un desconocido.

 

Decidido a mostrarse lo más brutal y sanguinario que podía salió al callejón. Si todavía queda alguna escoria que limpiar, me encargaré de que me recuerden durante los pocos minutos que le quede de vida -se dijo Veckat.

Con lo que no contaba era con que aún quedaran dos personas, y que además no sólo estuvieran vivas sino que no parecían estar ni heridas. Parecía que eran esa mujer y ese hombre del que le habían hablado. Para colmo la mujer lo miraba como quien mira a un perro sucio y pulgoso, con el mayor de los desprecios.

Y eso le sentaba peor que ninguna otra cosa en este mundo.

Resuelto a no mostrarse sorprendido, empezó a atar cabos. Ellos querían el amuleto, pero no pensaba darles la oportunidad de arrebatárselo.

Sin embargo, siempre podía hacer que el tiempo de espera fuese algo más divertido.

-Se lo que queréis-dijo Veckat con voz tenebrosa-.Pero no creáis que vais a conseguir quitarme el amuleto. Como mucho, tal vez os deje seguirle la pista antes de acabar con vosotros. Lo seguro es que no viviréis para ver el nuevo mundo.

-Qué pena me da, no quería perdérmelo-dijo la mujer con una mueca mordaz.

Vaya, pensó Veckat, ella es un hueso duro de roer. Él tal vez fuera algo más manejable. De momento, el varón permanecía en pie, con una mano preparada para coger en cualquier momento un tipo de arma que llevaba colgando del cinturón.

-Os daré la oportunidad de seguirme-dijo Veckat haciéndose el misterioso-.Os dejaré una pista sobre...

-No la necesitamos, viejo diablo. Sabremos en todo momento dónde estarás-dijo la mujer con una sonrisa-.Tenemos cierto artefacto bastante útil que nos indica tu localización exacta.

Dicho esto, se sacó un pequeño instrumento de la mochila. Aquello emitía un pitido ahogado y la diminuta pantalla brillaba con un color azulado. De inmediato reconoció el aparato.

 

******, maldijo entre dientes. Si eso no se lo ha dado el Guardián de las Horas, no soy un demonio. Aquello quería decir que venían de parte de aquel vejestorio a por el amuleto.

-Esta bien. No os diré adónde me dirijo, pero sabed que dondequiera que esté, estaré alerta y no pienso volver a dejar que hagáis lo mismo que aquí.

Dicho esto, se envolvió en una nube humo negro y desapareció.

 

Al fin, Kurtis habló.

-¿Qué hacemos ahora?

-Supuestamente ir a por la esfera. Iremos hacia el aeropuerto de El Salvador y desde allí alquilaremos un jeep.

-¿Dónde está ahora mismo Veckat?

-En Nápoles.

-Entonces no perdamos el tiempo. Vayamos hacia el aeropuerto, cojamos la esfera y vayamos hacia Nápoles.

-Lo pones muy fácil,¿sabe alguien dónde está exactamente esa esfera?

-Tú eres le saqueadora de tumbas, así que supongo que tú sabrás dónde buscar.

-Bueno, vamos a darnos prisa. Vayamos hacia el aeropuerto.

-No, si al final nos pondrán alfombra roja y nos tratarán como clientes honorarios...-dijo Kurtis con una mueca.

 

Continuará...

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Bueenaaas, perdon por la tardanza, pero es que estoy de exámenes hasta el cuello,:jumper: a ver si os gusta esta entrega:

 

7ª Entrega

 

 

Kurtis miró a Lara, que se había adormecido a su lado. Realmente, no sabía si podía fiarse de ella; aunque, por otra parte, seguramente Lara pensara lo mismo de él. No tenía porque hacerlo, ni él tampoco, pero, puesto que había sido él quien la había convencido para recuperar el amuleto juntos, decidió que no debía mostrarse distante con ella. Si querían conseguir el amuleto, más valía que confiasen el uno en el otro.

Aunque se caía de sueño, se obligó a mantenerse despierto para vigilar. Con toda seguridad Veckat estaría que trinaba, y a Kurtis no le hubiese gustado nada que lo acuchillasen mientras dormía. Recordó como el aguijón de aquella cosa le había atravesado cuando él la creía muerta. Que estúpido fui, se dijo Kurtis a sí mismo. Si no me hubiera vuelto de espaldas probablemente no habría estado a punto de morir acuchillado por una libélula gigante.

Intentando no pensar en lo ocurrido, Kurtis dirigió sus pensamientos a la esfera. Recordó lo poco que sabía sobre ella; tan sólo que supuestamente se encontraba en las ruinas mayas de Tikal, en Guatemala, que tenía un símbolo grabado en el cristal con forma de gota de agua y que la llamaban la esfera de Tawanati; seguramente si le hubiera contado aquello a Lara, tal vez incluso hasta supiera de que objeto le estaba hablando y dónde localizarlo exactamente. Si le ocultaba cosas, no conseguirían encontrar la esfera ni obtener el amuleto en la vida. En ese momento, Lara se despertó; Kurtis decidió contarle lo que sabía y hablar con ella sobre la sinceridad que debía haber si querían avanzar en la búsqueda.

-¿Lara?-dijo Kurtis en un susurro.

-¿Sí?-preguntó Lara con los ojos medio cerrados.

-Creo que tengo información sobre la esfera que puede ser útil. Es un objeto de cristal. Con una gota de agua grabada en la superficie. La llaman la esfera de Tawanati y creo que está en las ruinas de Tikal.

Lara abrió los ojos desmesuradamente.

-¿Por qué no me lo habías dicho antes?-le preguntó enfadada.

-No lo recordaba-dijo Kurtis, más por salir del paso que porque fuera verdad.¿Así era cómo quería comenzar una relación en la que hubiera confianza? Se hizo un incómodo silencio y, al cabo de un rato, Kurtis abrió la boca-Lo siento. ¿Sabes algo, o no?

-No, algo no-dijo Lara, evidentemente molesta-sé bastante más que algo. Se cree que fue regalada a los mayas por la diosa luna Ixchel y que su emplazamiento está en el templo IV, en las ruinas de Tikal. Lo que no sé es cómo utilizarla para destruir a Veckat.

-Bueno, señorita Croft, para eso estoy yo. Mediante una especie de hechizo, la esfera se convierte en algo así como una daga con la que hay que acuchillar al demonio, en este caso a Veckat, pero me parece que para que todo eso sea efectivo hay que hacerlo en un determinado período de tiempo.

-Bueno, es más de lo que teníamos-parece que su enfado se había disipado por arte de magia-. Lo único que no entiendo es por qué no me habías contado nada hasta hace cinco minutos.

-Ya te lo he dicho, no me acordaba. Me ha venido de repente a la memoria, te aseguro que en ningún momento he pensado en ocultarte nada- al ver que ella ponía cara de escepticismo añadió-No te lo creas si no quieres, pero es la pura verdad.

Con esta explicación Lara pareció algo más calmada.

-De acuerdo,-dijo ella al cabo de un rato-pero recuerda que si queremos salir de esta tenemos que trabajar juntos e intentar recordar todo lo que nos sea de ayuda.

-No te preocupes,-dijo Kurtis con una sonrisa-no volverá a ocurrir.

 

<><><><><><><><><><>

 

Llegaron a El Salvador por la noche, serían las doce y media y estaban reventados, pero no podían detenerse a descansar. Salieron del aeropuerto directos hacia el alquiler de coches, pero de repente Kurtis se paró en seco.

-Estamos haciendo el imbécil. ¿Tu crees que va a estar abierto a la una de la madrugada?

-Por probar no perdemos nada. Vamos-dijo Lara dirigiéndose con paso decidido hacia la puerta del establecimiento.

Empujó la puerta y... se abrió. Después de unos cuantos minutos, salieron de la parte trasera del aeropuerto en un flamante jeep conducido por ella hacia el parque nacional de Tikal.

-¿Cuánto calculas que podemos tardar?-le pregunto Kurtis a Lara.

-Si le piso fuerte, unas cuatro horas. Tenemos que estar allí antes de que abran el parque al público, si llegamos más tarde no podremos coger la esfera.

-Deberías dormir algo, si no, todo el esfuerzo que hagamos será inútil, porque me imagino que habrá trampas y esas cosas que dificulten el camino.

-Yo ya me eché mi siesta en el avión. Duerme tú.

-Te tomo la palabra- dijo Kurtis entre bostezos.

Él se durmió inmediatamente y mientras Lara pensaba en las palabras de Kurtis: Me imagino que habrá trampas y esas cosas que dificulten el camino. ¿Cómo había sido tan estúpida de no imaginárselo? Claro que los mayas tendrían una extrema protección hacia aquel objeto que había sido un regalo de los dioses; además, si conseguirla fuera fácil, los arqueólogos que trabajaban allí ya la habrían llevado a algún museo y, por lo que sabía, la esfera todavía seguía allí.

Bueno, ya habrá tiempo para preocuparse de eso- pensaba Lara mientras llegaban a la frontera con Guatemala.

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  • 2 weeks later...

Hola de nuevo,otra vez perdón por la tardanza,esta vez es culpa de la biblioteca, a ver si esta os gusta y lo mismo pongo otro mañana, no sé:

 

9ª Entrega

 

Lo que los perseguía era una bandada de vampiros asesinos pon mas dientes que cuerpo; el ruido de todas sus alas batiéndose y chillidos era horrible y habría puesto los pelos de punta hasta al más valiente, por eso Lara y Kurtis huían de ellos como alma que lleva el diablo. De cuando en cuando se daban la vuelta y, sin dejar de correr, les metían una balazo entre las cejas a los murciélagos.

-¡Toma plomo, bicho del demonio!-les gritaba Lara a los asquerosos quirópteros, mientras el churigai de Kurtis causaba más de una baja entre la bandada de murciélagos.

Cuando todavía los perseguían unos quince o veinte bichos, llegaron a una sala sobre la que flotaban unos viejos y carcomidos puentes de madera en medio de la nada, tiraron por el que salía de la puerta y al llegar un cruce, giraron a la derecha. Kurtis iba en cabeza, y casi se cae al vacío cuando uno de los puentes se rompió y se precipitó al abismo

-¡Media vuelta, Lara!-dijo él girando por donde habían venido; rodaron por debajo de la horda de murciélagos y tomaron el camino del puente por el que antes no habían ido, esta vez iba Lara delante y el puente se desintegró delante de sus narices y a menos de dos metros de ella, menos mal que tenía unos reflejos rápidos y pudo saltar a tiempo; Kurtis la imitó y al cabo de unos cien metros vieron al fondo una puerta abierta delante de ellos, la cruzaron corriendo y nada más atravesarla se cerró, pero pudieron oír el sonido de veinte cuerpos de vampiros que se la pegaban contra la puerta.

-Bueno, parece que estamos a salvo-suspiró Kurtis.

-¿¿A salvo?? Date la vuelta y a ver si entonces tienes la misma opinión-dijo Lara girándose.

Estaban en una sala cuadrada, con un pasillo de baldosas de piedra en el centro y dos bosques de espinos a los lados, en la mitad del pasillo había dos columnas de madera con dos mazas que giraban en torno a las columnas dejando un espacio entre ellas mínimo. Al fondo de la sala había un grabado en oro con la historia del pueblo maya. Enfrente de los grabados había un espíritu alto, encapuchado hasta las cejas y enfrente del cual flotaba un largo báculo de madera. A la izquierda del espíritu estaba la puerta.

-¿Y qué se supone que hacemos ahora?-murmuró Lara.

-Está claro, ¿no? Tenemos que luchar con él y derrotarle. Vamos.-dijo Kurtis avanzando hacia las mazas.

-Ten cuidado. Si te da una de esas saldrías disparado hacia la pared a más de 100 kilómetros por hora.

Fueron hacia las mazas con cautela y esperaron en silencio. De repente Lara gritó:

-¡Ahora!-y cruzaron corriendo entre las mazas.

Se encontraban frente al espíritu. Desenfundaron las pistolas y empezaron a balearle a diestro y siniestro; el espíritu, por su parte, acercó hacia ellos su báculo e intentó golpearles con él. En un momento intentó golpear a Kurtis, pero él lo esquivó y el bastón dio contra una rama de los espinos, esta resplandeció un momento y desapareció sin dejar rastro.

-¡Las balas no sirven contra él!¡Hay que romper el báculo!-gritó Kurtis enfundando la pistola y sacando el churigai.

En ese momento el espíritu dirigió un nuevo ataque, esta vez hacia Lara. Ella lo esquivó dando un salto para atrás, pero con tan mala suerte que al poner los pies en tierra, se tambaleó y se precipitó al bosque de espinos con un grito ahogado, pero pudo agarrarse con una mano al borde del precipicio.

-¡Lara!-exclamó Kurtis.

-¡Kurtis, ayúdame!-chilló Lara desesperada.

Él lanzó el churigai al vuelo y el arma partió en dos limpiamente el báculo del espíritu, con eso, éste desapareció. Kurtis corrió hacia donde estaba Lara y la ayudó a subir, sin darse cuenta de que el bosque se espinos crecía a una velocidad alarmante a sus espaldas.

-¡Kurtis, detrás de ti!-gritó Lara cuando estuvo arriba.

Salieron corriendo hacia la puerta, pero una rama se le enredó a Kurtis en el tobillo y le hizo caer.

-¿Estás bien?-dijo Lara agachándose junto a él.

-¡Lara, vete!¡Sálvate tú!-le gritó Kurtis.

-¡Ni hablar, o nos vamos los dos o no se va ninguno!-dijo Lara partiendo la rama que sujetaba a Kurtis. Una vez éste estuvo libre, corrieron hacia la salida escapando del bosque de espinos que les impedía el paso. La puerta se cerró detrás de ellos.

-¿Estás bien?-le volvió a preguntar ella una vez que estuvieron fuera.

-He estado en otras peores-contestó Kurtis.-¿Y tú?

-No he estado mejor en mi vida-dijo Lara.

Se quedaron callados durante unos momentos y al final Lara dijo:

-¿Vamos a por la esfera?

-Sí. Vamos.

 

 

Continuará...

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