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Bartoli

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Mensajes publicados por Bartoli

  1. Yo los había visto porque mi primo había jugado cuando yo tenía tres años, y luego me lo presto y con los años fui olvidando, porque de peque era algo miedica y solo jugaba en la casa. Enntonces me atreví pero la primera vez no los vi, y más tarde, rejugándolo, estaba saltando a lo loco y me cai por el barranco y fui a parar a la piedra recta esa, y subi, vi que se podía bajar, bajé y... me asusté todo :hello: . La verdad es que de pequeño yo ni siquiera tocaba internet, y no sabía que había una página de TR.

  2. Venga, ahí va el siguiente. ¡¡¡¡POR FAVOR, COMENTEN!!!!

     

    Capítulo 18: Comienza el juego

    Una vez dadas las explicaciones a los recién llegados, todos se pusieron en marcha a realizar las funciones que se les habían encargado.

    Toru Nishimura y sus hombres volverían a su país a buscar el artefacto situado allí.

    -Tus hombres destacarían mucho con esa tecnología punta en el pasado- había dicho Kurtis- así que lo mejor será que te encargues del artefacto de tu país.

    Anaya Imanu volvería a Perú, acompañada por Juan Ramos, para buscar e artefacto de allí.

    -Sin embargo, Juan, tendrás que llevar una mejor arma- le había sugerido Lara, pues llevaba una simple pistola- y no estaría mal que tu, Anaya, hicieras un esfuerzo y llevaras alguna que otra arma.

    -¡Ah, no, ni hablar!- le contestó esta.

    Carlos Moherio iría a México, con su escopeta, a la que le había añadido una mirilla, convirtiéndola en un arma potente y precisa.

    El almirante Yarofev llevaría a sus hombres a Noruega, para conseguir la pieza de aquel lugar.

    -De acuerrrdo, pero me gustarrría que Borrris viajarrra en el tiempo. Es un hombre muy preparado y cualificado.

    -De acuerdo, almirante, si así lo desea...

    Paul Macreidod dirigiría a un escuadrón de hombres a La India.

    Marc Bagglio viajaría a Mongolia, con su revolver y una pistola uzi que le había dado Lara.

    Por último, Ning Mao volvería a su país y buscaría allí otra pieza.

    Mientras Lara, Kurtis, Amanda, Boris, Jean Yves y Hans Fügrener viajarían en el tiempo para evitar que Natla lo cambiara. Según más información aportada por Amanda, la puerta debía abrirse en un lugar en el que hubiera habido una pieza del artefacto. Por tanto, Natla, que querría viajar lo antes posible, iría a Stonhenge.

    Lara, vestida con una armadura y portando a Excalibur a modo de espada medieval, y llevando además sus pistola, viajaría a Las Cruzadas, para evitar cualquier cambio que Natla intentara. Kurtis, con un traje de soldado americano y llevando, además de su chirugai y su pistola, una ametralladora Thompson, se introduciría en la Segunda Guerra Mundial. Amanda, con ropaje de navegante, viajaría al Nuevo Mundo, a América. Jean, con su escopeta camuflada, vestido de romano y con un sable, se introduciría en la Imperio Romano de Oriente, vestijio del Antiguo Imperio Romano. Hans Fügrener, con ropa de noble, una pistola uzi y una daga, viajaría a la Francia Napoleónica. Por último, Boris iría a la Revolución Estadounidense contra los británicos.

    Lara y sus compañeros no tardaron en llegar a Stonhenge, donde el comando de soldados les esperaba. Sin embargo, sin el apoyo de los enemigos de Lara, con Excalibur y con el ente de Amanda, no les fue muy difícil deshacerse de ellos.

    -Pero tenemos un problema- dijo Lara- ¿Como hacemos para que nadie pase?

    -Eso es fácil- dijo Kurtis- Me traje esto. Sabía que lo necesitariamos- y les mostro una cinta que decía ``Prohibido pasar´´. La colocó alrededor del lugar y entonces se dirigieron a lo que parecían extraños agujeros azules. Mirando a través de ellos, supieron a que época conducía. Sin embargo, había dos puertas de sobra, que conducían a la Expansión del Imperio Mongol y a la Guerra Fría.

    -Zip, dile al alirante Yarofev que se de prisa, tenemos que enviarle a su país... de hace treinta años. Y dile a Nishimura que también se de prisa, el tiene que ir a la Mongolia de la Edad Media.

    -De acuerdo.

    -Si alguien vuelve antes que ellos, envialos, pero que sean ellos preferentemente.

    Kurtis, ¿estás seguro de que los chips que has introducido en los comunicadores harán que podamos comunicarnos a través del tiempo?

    -Totalmente. Se los quitamos a Natla, así que supongo que funcionará.

    -Pues bueno... allá vamos.

    Y todos entraron.

     

    *****

     

    Mientras, Yarofev ya había llegado a Noruega, los mismo que Nishimura a Japón y Macreidod a La India.

    -Zip- dijo Macreidod- ya estamos en la zona, pero no vemos la entrada. ¿Dónde está?

    -Según Alister, es una especie de roca con forma de vaca.

    -¡Ah, si, ya la veo!

    Mientras, Nishimura se hallaba en un templo subterráneo, de los antiguos japoneses. A su vez, Yarofev, estaba ya en una llanura helada, buscando un geiser por el que se suponía debía entrar a un poblado escadinavo abandonado. Anaya, Juan, Ning, Carlos y Marc estaban viajando ya a sus destinos, pero aún no habían llegado.

    Macreidod ya había entrado en un extraño túnel, por el que avanzaban el y sus hombres sigilosamente. Al llegar al final, se quedaron ralmente impresionados: habían llegado a un cráter por el que entraba una preciosa luz del día, y que daba a parar a una torre realmente alta y bella.

    -Guau... Es increíble lo que hacían en la antiguedad.

    -¡Je! ¡Pues no has visto nada! -dijo Zip.

    Este tenía un montón de cámaras que lo llevaban a los lugares que estaban viendo los que buscaban las piezas... y los que estaban en el pasado.

     

    *****

     

    Lara había elegido un mal momento para aparecer. Se metió de lleno en el fragor de una batalla y tuvo que sacar a Excalibur rápido y empezó a matar sarracenos. Los Templarios, al ver esto, se impresionaron por el poder de la espada, y no atacaron a Lara, que parecía estar de su parte.

    Kurtis tampoco tuvo mucha suerte: apareció de noche en África del Norte, en plena Operación Antorcha, el desembarco de los Americanos, y tuvo que ponerse a cubierto. Incluso en plena oscuridad pudo distinguir la figura de Eckhart, que lanzaba bolas de fuego contra los aliados. Kurtis sacó su chirugai y lo lanzó.. Por suerte, sabiendo que tendría que acabar con Eckhart, recuperó los Fragmentos en el Strahov, y realizando algunos cambios, transformó las cuchillas de su chirugai en Los Fragmentos, por lo que podía dañar a Eckhart.

    Amanda tuvo un poco más de suerte, ya que fue a parar a un ataque pirata a La Habana, asi que solo tuvo que correr a refugiarse y esperar.

    Jean apareció en medio de Constantinopla y no le fue difícil pasar desarpercibido.

    Hans apareció en el campamento de Napoleón, mientras todos dormían.

    Boris también tuvo suerte, ya que apareció en el campamento estadounidense durante un alto al fuego.

    Lara sacó a Excalibur y sarraceno que veía, sarraceno que envíaba a las quimbambas.

    Kurtis conseguió espantar a Eckhart, pero aún así los franceses de Petain, que estaban de parte de los alemanes, estaban causando daños en las desorganizadas tropas americanas. Los ataques de Eckhart habían causado bajas, y Kurtis tenía que solucionarlo. Utilizando el chirugai, fue acabando con todos los franceses que podía.

    Amanda intento situarse tras acabar el atque de los piratas, y comenzó a buscar a algún colega de Natla.

    Jean estaba maravillado con la ciudad, que observaba mientras buscaba también.

    Hans y Boris merodeaban por los campamentos intentando detecctar alguna señal de los aliados de Natla...

  3. ¿Por qué nadie comentaaaa 8D ? En fin, aqui va el siguiente:

     

    Capítulo 17: Explicaciones y Reunión.

    -Bien, mi historia comienza tras acabar con Boaz y huir herido de allí. Me refugié en una pequeña casa de madera abandonada, aunque en perfecto estado y amueblada, a las afueras de París. No tardé en recuperarme, y volví al Strahov. Allí comprobé el bonito trabajo que habías hecho, acabando Eckhart y destruyendo a Karel. El cadáver de Eckhart estaba quemado por la explosión, y de Karel quedaba poco más que carbonilla. Subí arriba para inspeccionar los restos del Cubiculum Nephilim. Entonces, cuando estaba arriba, comprobé que alguien llegaba. No tardé en distinguir que se trataba de una mujer. Se acercó al cadáver de Eckhart, hubo un repentino brillo y Eckhart comenzó a recomponerse (lo que no resultó muy agradable) y a moverse. Para cuando compredí lo que hacía aquella mujer, ya era tarde. Eckhart se había levantado, y hablaba con la mujer. Les disparé desde allí, lo que no sirvió para otra cosa que para alertarlos y para malgastar balas, porque mis tiros no les alcanzaron. Salieron corriendo de allí, y yo intenté perseguirlos. Cuando llegué abajo, Eckhart se había marchado, pero la mujer me esperaba.

    ``-Kurtis Trent, ¿no? Creo que debería presentarme. Mi nombre es Jacqueline Natla, de profesión: enemiga de Lara Croft. Te suena ese nombre, ¿verdad? Será mejor que no te acerques si no quieres salir mal parado´´

    Dicho esto me lanzó una bola de fuego, que esquivé rápidamente, pero cuando me levanté ya se había ido.

    Entonces investigué un poco. Durante tu viaje a Perú, me colé en tu casa y me hice con información de tus aventuras pasadas.

    -¡Oye! ¿Te colaste en mi propia casa sin decirme nada para investigar algo que yo te podría haber dicho rápidamente?

    -Lo siento, pero no quería que te enteraras, aún. Bien, me hice con algunos diarios y documentos de tus aventuras y descubrí la historia de Natla y la Atlántida, además de la de la Daga del Xian y Bartoli, la de las piedra del meteorito con tus múltiples enemigos... Entonces sospeché que Natla había hecho con otros lo mismo que con Eckhart, así que te seguí en tu aventura tras Excalibur. Cuando todo acabó, saqué a Amanda de allí y la hice entrar en razón. De esta forma Natla perdía una aliada que cegada por la insensatez no habría dudado en unirsele y Amanda recuperaba la confianza en ti. Compuesto ya el grupo, Natla no tardaría en mostrar sus verdaderos objetivos, y lo hizó al colocarte tras una pista falsa. El diario de Jeau de l´Arc se encontraba en Portugal, donde su amor secreto, Marie, se estableció tras su muerte. Ella hizó que llegara a tus manos un manuscrito falso, que te llevaría a Creta, a una casa que en realidad era una copia de otras casas minoicas.

    Comprendí claramente sus intenciones de conseguir el artefacto que tu estabas a punto de buscar. Entonces contacté con varios amigos tuyos, para prevenirles de que pronto podrías necesitar su ayuda: Anaya Imanu, Toru Nishimura, tu amigo alemán Hans Fügrener, el estadounidense Paul Macreidod, el soldado chino Ning Mao, el detective sevillano Juan Ramos, el siciliano Marc Bagglio, el brasileño Carlos Moherio, y por último intente ponerme en contacto con Jean Yves, pero Natla ya lo había secuestrado. Contacté con el horas más tarde. Entonces encontraste un nuevo aliado, el almirante Yarofev, con el que también contacté. Gracias a Amanda, que se había colado en la organización de Natla, supe todos sus planes, y lo nerviosa que se puso cuando supo que habías conseguido la lanza. Amanda también me previno de cuando te iban a atacar, por lo que contacté con tus amigos y les dije que no tardarías en necesitar ayuda, que vinieran lo más rápido posible y preferentemente armados. Cuando llegué me encontré con Boris, que decía ser amigo del almirante, así que entramos juntos y en el momento preciso para montar el contraataque. Le habíamos dicho a Amanda que, llegada la pelea, atacara a Bartoli e impidiera la retirada. Esperábamos poder detener los planes de Natla aquí.

    -Sin embargo, Bartoli es un enemigo duro, y como habrás visto, mi ente no pudo impedir la retirada- dijo Amanda.

    -¿Pero cuales son exactamente los planes de Natla?

    -Verás- continuó Amanda- Natla a realizado cierto estudios que le han llevado a descubrir como provocar la Séptima Edad sin el Scion que tu rompiste y sin ningún vestigio atlante. Utilizando el artefacto que estabas reuniendo, y combinándolo con su aparato, abrirá varias Puertas del Tiempo, y cambiando determinados hechos, provocará la Séptima Edad.

    -Entonces, por ahora, no hay que preocuparse, yo tengo el...-Lara se dió cuenta de que no tenía el artefacto- ¡¿Dónde está?!

    -¿No te diste cuenta? Karel te lo quitó al agarrarte por la espalda. Esa era su verdadera intención.

    -Pero el artefacto no esta completo...

    -Cierto, pero aún así ya puede abrir algunas Puertas del Tiempo. Supongo que lo que hará ahora es dividir fuerzas: Algunos de sus secuaces buscarán las piezas del artefacto, mientras otros se introducen en el tiempo, para cambiarlo.

    -Entonces lo que debemos hacer es...

    -... impedir que cambien el tiempo y hacernos nosotros primero con las piezas del artefacto.-terminó Kurtis.

    -¿Pero a que épocas le llevarán los artefactos que ya he recogido?

    - Según algunos papeles que pude revisar de Natla- dijo Amanda- los artefacto que has conseguido le llevarán a cualquier período de aquí al años setecientos.

    -Bueno, al menos no podrá cambiar hechos tan importantes como el Imperio Romano, la construcción de las Pirámides o las guerras de Alejandro Magno... al menos por ahora.

    -Eso es bueno, pero podra cambiar la Revolucion Francesa, la Segunda Guerra Mundial, el Imperio Español, el descubrimiento de América, el Imperio Mongol, las Cruzadas...- dijo Kurtis.

    -Vale, vale, ya lo he pillado. Tio, que poco positivo eres.

    Tras decir esto alguien entró en la casa. Era Nishimura, con un grupo de hombres armados.

    -Siento llegar tarde. Parece que me he perdido la fiesta.

    -Así es, Toru. Aún así, me sorprende que llegues antes que otros amigos de países más cercanos que Japón.

    -Es que he venido en un reactor.

    -Ya. Bueno, esperaremos a que lleguen todos y os pondremos al corriente.

    Media hora después llegó Paul Macreidod, el amigo estadounidense de Lara, armado con una pistola semiautomática.

    Le siguieron, tres cuartos de hora después, el alemán Hans Fügrener y el español Juan Ramos, ambos con pistolas simples. El siciliano Marc Bagglio llegó poco después, con un revólver de bastante calibre. Jean Yves y Carlos Moherio llegaron casi a la vez con sendas escopetas. Ning Mao llegó algo más tarde, con un subfusil que denotaba potencia y, por último, llegó Anaya Imanu, totalmente desarmada.

    -Lo siento, pero yo soy de Paz.

  4. Bueno, voy a terminar el capítulo:

     

    Mientras, Lara se había puesto tras la pared del pasillo. Había sacado las pistolas y se había quedado esperando la oportunidad de disparar. Sophia, Willard y Eckhart atacaban sin piedad. Lara saltó al otro lado y disparó. Le dió a Sophia, que cayó al suelo sorprendida, pero enseguida se levantó y continuó atacando. De repente, Lara oyó algo a su espalda. Takamoto corría hacia ella, con los ojos fijos en Excalibur.

    -¡Deme esa espada, señorita Croft!

    Lara disparó. Takamoto, justo enfrente de ella y corriendo en línea recta era un blanco fácil, y no tardó en caer muerto al suelo. Entonces Lara tuvo una idea: pasaría totalmente a la ofensiva. Guardó las pistolas, empuñó a Excalibur, dejó de ponerse a cubierto y agitó la espada en dirección a sus enemigos. Eckhart saltó a un lado y logró esquivarla, pero Willard y Sophia salieron volando y se estrellaron contra el suelo.

    Inesperadamente, Karel apareció a espaldas de Lara y le cogió. Lara le pegó un codazo. Karel le soltó, pero reaccionó y intentó darle un puñetazo. Lara se hizó a un lado y agitó de nuevo a Excalibur. Karel salió volando para estamparse contra la pared.

    Mientras, el comando de hombres, junto con Larson y Pierre, se retiraban a la parte trasera de la casa, por donde habían entrado. Natla, que se había librado del chirugai, atacó a Kurtis y al hombre pálido. Este le disparó con su ametralladora y le dió de pleno en la cara, haciendo que callera al suelo.

    A su vez, el ente y Bartoli seguían luchando, mientras Amanda estaba tras las escaleras, controlando a su ente desde allí. Este golpeó a Bartoli en las patas, pero él respondió dándole con la cola. El ente se subió a la cabeza de Bartoli y comenzó a golpearle. Bartoli se agitaba para intentar librarse.

    Lara, por su parte, atacaba sin piedad a Eckhart, que saltaba de un lado a otro esquivándola. Entonces le lanzó una de sus bolas, pero Lara agitó de nuevo a Excalibur y la bola se esfumó. Willard y Sophia se habían levantado y se preparaban para atacar, pero Lara les dió de nuevo y cayeron otra vez.

    Natla, tendida en la entrada, se levantó y realizó un rápido movimiento, cogiendo al hombre pálido del cuello y lanzándolo contra la pared. Kurtis hizó que su chirugai se elevara y le atravesara a Natla el ala derecha. Natla profirió un grito de dolor y le lanzó una bola de fuego a Kurtis. Este saltó a un lado y se puso a cubierto. Para cuando volvió a apuntar, Natla ya estaba en el aire gritando:

    -¡Todos fuera, vamos, nos largamos de aquí!

    Bartoli agarró al ente y lo lanzó contra la pared. Acto seguido salió de allí, seguido de Willard, Sophia, Karel, Eckhart y Natla. El comando de hombres, junto con Larson y Pierre, les cubrió la huida, hasta que también se retiraron, cayendo cuantro hombres más muertos.

    Cuando el ambiente se calmó, Lara se acercó a sus amigos y comprobó que estaban bien y los desató.

    -Creo que habeis tenido momentos mejores-dijo.

    -Ya -contestó Zip- Y yo creo que tu nunca habias tenido tanta cara de pasmada.

    -¿Está usted bien, señorita Croft?-dijo Winston

    -Físicamente, si. Pero no puedo creer que mis mayores enemigos estén vivos, que Amanda me haya ayudado, y que...-dijo señalando a Kurtis- él esté aquí.

    -¿Y ese quién es?-preguntó Alister.

    -Venid y los sabreis.

    Mientras Amanda se les había acercado.

    -Hola, Lara.

    -Tienes muchas cosas que explicar, ¿sabes?

    -Tranquila, tu amiguito y yo te lo explicaremos todo.

    Kurtis y el hombre pálido se habían acercado.

    -¿Que tal, Lara?

    -Bien, y tu también, por lo que veo. Eres muy desconsiderado, ¿lo sabías? Tanto tiempo vivo y ni me lo habías dicho.

    -Bueno, ahora te explicaré por que, y toda la historia.

    -¿Y quien es este caballero?

    -Es un buen amigo mío- dijo otra voz.

    El almirante Yarofev, junto con dos hombres, acababa de entrar.

    -Perrrrdona que no haya venido perrrrrsonalmente, muchacha, perrro parrrra cuando tu amigo me llamó, yo aún estaba en Rrrusia, y tardarrrría un rrrrato en llegarrr, así que le dije a este amigo mío que vinierrra. Larrra Crrroft, te prrresento a Borrris Havrrrinov, ex agente del KGB.

    -Mucho gusto.

    El hombre asintió.

    -Igualmente.

    -Y bien, Kurtis, creo que tienes varias cosas que contarme.

    -Asi es, pero si no te importa, sentémonos, porque es algo estúpido que nos quedemos de pie, ¿no?

  5. Venga, aqui va el sigiente, pero tal vez no lo termine ahora.

    Y a los que lean el relato, aparte de Escorpio (que segun el numero de visitas son unos cuantos) POR FAVOR, COMENTEN. Es muy deprimente que lean tantas personas y solo comente una :omg: .

     

    Capítulo 16: Segunda batalla de Surrey

    El ente de Amanda y Bartoli se enzarzaron en una feroz pelea. El ente utilizaba sus afiladas uñas a modo de cuchillas, y gracias a su rapidez a Bartoli le estaba resultando difícil darle. Repentinamente le golpeó con la garra y lo lanzó, contra la pared. El ente se noqueó, pero se levanto y volvió a la carga. Se subió al cuello de Bartoli y paso a su espalda, donde comenzó a sacudirle cuchilladas. Bartoli se elevó en el aire, y agitándose, logró que el ente se callera. Entonces se lanzó contra él y lo agarró con sus potentes mandíbulas. El ente le atacó en el hocico y Bartoli tuvo que soltarlo, no sin lanzarlo con fuerza de nuevo contra la pared.

    En la entrada, un hombre pálido, canoso, de facciones firmes y de constitución fuerte disparaba con una ametralladora al comando de hombre, que habían soltado a los amigos de Lara y se habían puesto tras las columnas y sillones. A ellos se le habían unido Larson y Pierre, que los organizaban para que atacaran de forma contundente. Al lado del tipo pálido había otro hombre, disparando con una extraña pistola, ante los ojos de la sorprendida Lara. Era... Kurtis Trent.

    Kurtis hizó una señal de saludo a Lara y se puso tras una mesa. Desde allí, junto con el hombre pálido, disparaba a los hombres y los mantenía ocupados.

    En el aire, el chirugai de Kurtis giraba alrededor de Natla. Repentinamente la atacó, pero Natla lo esquivó y le golpeó con una de sus alas, lanzándolo contra el suelo. El chirugai volvió a elevarse y se colocó de nuevo alrededor de Natla, que intentó dalr otro golpe. Esta vez fallo, y el chirugai de Kurtis le ataco y le rasgó un trozo de ropa. Natla, furiosa, le lanzó una bola de fuego. El chirugai se estampó contra el suelo. Kurtis, al estamparse el chirugai, hizo una mueca de dolor, y el chirugai no volvió a elevarse.

  6. Bueno, pues a mi fue la misión 15 ``El Fin del Carnicero´´ de Commandos: Behind The Enemy Lines, en la que tenías que asesinar a Helmut Schleper, ``El carnicero de París´´, y volar el cuartel general (después de haberlo asesinado, obviamente) sin que suene la alarma, sin que nadie se de cuenta de donde estas, en una ciudad plagadita de soldados (más de un centenar) y para rematar con un SdKfz al lado de la entrada del cuartel.

  7. Este capítulo será más bien de explicación, asi que por ahora no espereis mucha acción.

     

    Capítulo 15: El retorno de Natla

    -No...no es posible... casi todos estais muertos...

    -Corrige- dijo Natla, sonriendo de nuevo- Estaban muertos. Y, antes de que digas nada más, es hora de que recupere mi voz.

    Entonces sacó el mismo aparato redondo que Lara había visto en su visión, abrió la boca y una extrana bola azul salió de su boca. Recuperó su voz.

    -Y bien, Lara. ¿No te alegras de vernos?

    -En realidad, no. ¿Como demonios... que ha pasado... como es posible...

    -¿Que estemos vivos? Bueno, en realidad yo no llegué a morir. Bien, Lara , antes de que acabemos contigo, te explicaré como es que estamos aquí.

    >Cuando frustrastes mis planes, y me cresites muerta, estabas muy equivocada: la isla explotó, peroyo sobreviví gracias a esto- Natla mostró el aparato redondo- Es la máquina que producía un brillo dentro de mi en Atlantis. Este artefacto, pensado como arma multifuncional, servía también para la regeneración de células y sistemas orgánicos. Qualopec y Tihocan tenían también los suyos. Destruí el de Qualopec y Tihocan destuyó el mío antes de congelarme. Sin embargo, él no conocía su función de regenerción, así que lo único que hizo fue guardarlo en su tumba después de morir junto al Scion.

    -Por eso su cuerpo no estaba...tu...

    -Me lo llevé, sí, y me hice con el aparato. Pero para que su función de regeneración sirviera, debía estar siempre conmigo, pero de haberlo en un bolsillo o colgado al cuello podía haberse roto o destruido. Por ejemplo, cuando caí en la lava, se hubiera quemado junto a mi, y yo hubiera muerto.

    >Así que, utilizando un pequeño aparato, me lo autointroduje en mi cuerpo. La columna que me tiraste encima me noqueó, pero no acabó conmigo. Cuando salí, mi deseo de venganza se antepuso a mi intención de la Séptima Era. Sin embargo, el simple hecho de matarte no me satisfacía. Quería verte sufrir. Así que esperé.

    > Conforme fuiste acabando con tus nuevos enemigos, yo fui recuperando sus cadáveres o parte de ellos que contuviera su ADN.

    Cuando acabaste con Bartoli, yo no podía rehacerle con su forma de dragón, así que tuve que conformarme con reacerle con cuerpo humano. Para ello tuve que extraerme el aparato y reacer a Bartoli. A partir de ahí no volví a introducirme el aparato, y además me cambie la voz.

    > Tras esto acabaste con Tony, Sophia y Willard. Recuperé los cadáveres de Sophia y Willard y me hice con algo de sangre de Tony. Pero Tony resultó ser una carga. Su caracter inestable fue una pesadez, así que te lo envíe. Sabía que no duraría mucho.

    -Eres cruel... y despiada...

    -Me quité una carga de encima-dijo Natla- pero eso no sucedió hasta hace poco. Eramos pocos, y Tony era una carga pero podía ser útil.

    >Entonces fue cuando pareció que habías muerto. La verdad, me sorpredió mucho, y durante un tiempo no supe que hacer. Pero reapareciste.

    > Entonces derrotastes a Eckhart y a Karel. Recuperé el cadáver de Eckhart y algunos reston de Karel y los hice revivir. Más tarde acabaste con el señor Takamoto e hice un tanto de lo mismo. Derrotaste a la señorita Evert y la convencí para que se uniera a mi.

    >Entonces me acorde de Larson y Pierre. Pensé que podían ser útiles y recuperé sus cadáveres, y los reviví. Entonces, con mi tecnología, cree una copia del disco de Eckhart, y tras estot solo necesitaba el guantelete que se hallaba en tu poder. Entonces planeamos este asalto, pero también queriamos otra cosa: el artefacto.

    -¿El que estoy reuniendo?

    -Asi es. Sin embargo, no esperábamos que te hicieras precisamente con los artefactos que mostraban las visiones, y era peligroso que siguieras descubriendo cosas de Atlantis. Entonces actuamos.

    >Recuperamos la Daga del Xian, las piedras del meteorito, el guantelete y la piedra del ente. Y yo cogí- levantó algo que tenía en las manos- los pedazos del Scion.

    -¿Para qué lo quieres? Está roto...

    -Cierto, pero con mi aparato y algunas máquinas, quizá pueda rehacerlo.

    >Y ahora solo nos falta una cosa. Acabar contigo.

    -Despideté, Lara-dijo Amanda. Pero le guiñó un ojo.

    -Di adiós, Croft- dijo Willard.

    -Prepárese para abandonar este mundo, señorita Croft.-dijo Takamoto.

    Bartoli soltó un rugido.

    -Adiós, Lara.-dijo Natla.

    Y todos se prepararon para atacar.

    Pero pasaron dos cosas increíbles e imprevisibles: El ente de Amanda, en lugar de atacar a Lara, atacó a Bartoli.

    Y un chirugai entró volando haciendo que Natla tuviera que hacer un movimiento brusco para esquivarlo, mientras los demás se echaban al suelo para ponerse a cubierto, pues alguien había disparado.

    Lara miró atrás, a la entrada. Dos personas estaban entrando...

    Lara miró atrás, a la puerta de entrada.

  8. Bueno, hoy estoy insipirado, asi que preparaos para el primer ``golpe duro´´ de los malos principales de la historia (espero que ya este claro quienes son, pero aquí se descrubirá definitivamente.)

     

    Capítulo 14: Batalla en Surrey.

     

    -¿Lara? ¿Lara? Vaya, parece que hemos perdido las comunicaciones... otra vez.

    -Normal, eres un técnico pésimo-dijo Alister.

    -¡Oye, mira quién habla, el que no sabe nada de informática, armas y mujeres!-respondió Zip.

    -¿Harían los señores el favor de callarse y de intentar recuperar la comunicación con Lady Croft?-cortó Winston.

     

    *****

     

    La mujer de la fría voz y sus secuaces estaban tras el muro trasero de la mansión Croft.

    -Atención, ¿están los hombres preparados?

    -Si señora. Listos para atacar.

    La mujer miró a sus colegas, que estaban con ella.

    -¿Listos?

    Todos asintieron.

    -Pues adelante.

     

    *****

     

    Lejos de allí, Angelo Bartoli llegaba a un bonito edificio en Venecia. Los guardias le dejaron pasar sin tan siquiera pedirle papeles o identificación. Angelo llegó a su despacho. Se sentó y pulsó un interfono.

    -Que venga Micaelo.

    -Enseguida, señor.

    Angelo se quedó pensativo. Las palabras de Lara Croft le habían afectado, pero no por ello iba a dar marcha atras.

    Al poco llegó un hombre fornido, ancho de hombros y pinta de duro, pero con mirada inteligente, como un cazador.

    -¿Me has llamado, Angelo?

    -Si, querido colega. He fracasado en un pequeño ``asuntillo personal´´. Espero que no te importe hacer el trabajo sucio.

    Micaelo dió un puñetazo en la palma de su mano.

    -¿Con quién he de acabar?

     

    *****

     

    La alarma sonó. Alister dió un brinco y se escondió tras la mesa. Sonaron varios tiros.

    -¡Nos atacan!-dijo, aterrado.

    Zip tecleó rápidamente en sus ordenadores. Una voz robótica dijo:

    -Sistemas de seguridad activados. Acceso al armamento concedido.

    Pequeñas metralletas salieron de las paredes y se colocaron apuntando a ventanas y puertas. Zip se levantó y fue a un armario, lo abrió y sacó una escopeta y una pistola. Se quedó con la pistola y la cargó, mientras que Winston hacía lo mismo con la escopeta. Esperaron, conteniendo la respiración, a que ocurriera algo.

     

    *****

     

    -¡Ha comenzado! ¡Adelante!-gritó la mujer de la fría voz.

    Ella y sus secuaces volaron el muro y entraron. Algunas metralletas de la parte exterior les dispararon, pero las destrozaron rápidamente. Rompieron una ventana y entraron.

    -Bien, ya conoceis la ruta. Vamos.

     

    *****

     

    Varios hombres entraron por la puerta principal. Algunos fueron abatidos por las metralletas. Los que pasaron se pusieron a cubiertos y dispararon, mientras Zip y Winston respondían al fuego enemigo. Varios soldados cayeron, mientras las metralletas seguían haciendo mella en los enemigos.

     

    *****

     

    La mujer y sus secuaces habían llegado a un largo pasillo de la casa.

    -Aquí es. Colocad las bombas.

    Estás explotaron poco después, y la mujer y sus secuaces entraron. Lo que saldría después de allí pocas personas normales lo hubieran imaginado...

     

    *****

     

    Se oyó un gran retumbo, que casi hizo caer a Zip y a Winston. Se oyeron más, acercandose. Al poco una pared se cayó, y un dragón apareció mirando a los amigos de Lara con sus ojos rojos. Estos se quedaron paralizados.

    Al lado del dragón apareció una mujer.

    -Será mejor que no os movais-dijo, sonriendo.

     

    *****

     

    Lara ya había llegado a Inglaterra y se dirigía a su casa en moto. Iba tranquila, contemplando el hermoso paisaje campestre. Al rato llegó a su casa y se asustó. La parte delantera (ventanas, la puerta e incluso algunos trozos de la pared) estaban destrozados. Lara se bao y sacó sus pistolas. Avanzó lentamente a la puerta, vigilando todo a su alrededor. Cuando llegó, lo que vió al entrar la sorprendió de tal modo que nada podría haberla preparado para ello.

    Zip, Winston y Alister estaban atados y un grupo de soldados los vigilaba, pero eso no era nada comparado con lo demás.

    Un enorme dragón se hallaba a un lado, respirando de forma notable y expulsando aire caliente. El doctor Willard sostenía cuatro de las cinco piedras de meteorito. La otra la tenía, al otro lado de la sala, Sophia Leigh, que sonreía de forma malvada. Amanda Evert tenía su piedra y su ente. Larson y Pierre sostenían sus armas y la miraban con odio. Pieter Van Eckhart sostenía su disco y su guantelete. Sogo Takamoto estaba a un lado, y miró a Excalibur, que Lara llevaba a la espalda. Karel, con su forma de Nephilim, apretaba los puños.

    Y sobre ellos, parada en el aire y sonriendo con maldad, estaba Jacqueline Natla.

  9. Bueno, voy a terminar el capítulo anterior, que se me quedo a medias. :wink:

     

    *****

    La mujer de la fría voz y sus secuaces ya se encontraban en la costa sur de Irlanda, continuando hacia Inglaterra. Ella, otra mujer y dos hombres hablaban sobre los detalles de sus planes.

    -Un pequeño comando-dijo la mujer de la fría voz- atacará por la parte delantera distrallendo a los habitantes de la casa mientras entramos por detrás y llegamos a nuestro objetivo. Una vez hecho esto, no nos será difícil apresar a los compañeros de Lara Croft y atraer la atención de la misma.

     

    *****

     

    Lara ya había llegado a Gran Canaria. Era de noche, y había entrado en La Casa de Colón, un museo que antiguamente sirvió de vivienda al explorador. El tesoro se había repartido entre Tenerife y Gran Canaria, y, tras cersiorarse de que el anillo no estaba en Tenerife, había buscado información sobre su ubicación. Se suponía que se hallaba en el pozo del patio.

    -¿Por qué últimamente solo me dedico a los subterráneos?-dijo Lara, mosqueada.

    -Pues no se. Será porque eres oscura y malvaaaada.-dijo Zip poniendo una voz tétrica.

    -Zip, está vez te has superado.¡Que chiste más malo!

    Zip gruñó.

    Mientras, Lara había colocado el gancho en la parte de arriba del pozo, y descendia. Al llegar abajo se introdujo en el agua (que había sido colocada como elemento decorativo en el pozo) y se sumergió. Al llegar abajo encontró una trampilla. La empujó, y comprobó que debajo había más agua. Continuó hasta llegar a una ``sala del tesoro´´. Estaba llena de objetos de los indios americanos, además de monedas de oro, cofres, manuscritos y...

    -¡Por fin, el anillo!

    En un pedestal había varios anillos, pero el que Lara buscaba destacaba por su combinación de un rubí, un zafiro, una esmeralda y una gema. Los cuatro colores(rojo, azul, verde y violeta) creaban un aspecto único. Lara unió el anillo al artefacto y volvió a trasladarse.

     

    *****

     

    Lara apareció de nuevo en Atlantis, pero con una diferencia: al caer le dolió por primera vez en estas visiones. Eso quería decir que era vulnerable.

    Se fijó en que Natla manipulaba unas especies de pantallas. Estaba con cara de ansiedad. De repente, una gran explosión sonó, y varias criaturas aparecieron. Natla soltó un grito de victoria, y con una especie de aparato, parecido al Scion, pero redondo, lanzó unos rayos a las criaturas. Después grito:

    -¡Purhembland artd yenebinem! ¡Ahram resme ums sevdoers!-Lara tradujo esto como ``¡Escuchadme y obedecedme! ¡Ahora sois mis siervos!

    Después dijo cosas rápidamente, y Lara no pudo traducirlas. Las criaturas corrienron y se dirijieron a unos edificios lejanos, parecidos a la pirámide. De repente, la pirámide tembló. Natla salió volando, y Lara corrió hacia abajo. Algunos trozos se estaban desprendiendo. Lara vió un agujero blanco, parecido a un remolino, y se introdujo en el justo antes de que le alcanzara un trozo. Volvió.

     

    *****

     

    -Bueno, ya está. ¿Zip?

    No recibió contestación.

    -Vaya, estoy harta de que esto se rompa.

    Dicho esto salió de allí.

     

    *****

     

    -¿Ya habeís cortado las comunicaciones?

    -Si, señora. Ha perdido contacto con su casa.

    -Bien. Cuando llegue, la estaremos esperando.

  10. Estoy muy contento :eins: . Cuando hace cinco meses me registre en esta web con la clara idea de escribir un relato, jamás pense que tendría el más mínimo exito, y que solo tendría unas pocas visitas. Y ahora estoy a punto de alcanzar las dos mil.

    Quiero agradecerte especialmente a ti, Escorpio, todas tus visitas, ya que has sido el unico que has usado parte de tu tiempo para comentar. Te lo agradezco mucho. :)

    Y más nada. Espero terminar el capitulo 13 pronto y esperar más vistas, y a algún que otro nuevo comentarista.

    Hasta más ver. Gracias.

  11. Siento no haber escrito, pero últimamente no tengo inspiración para este relato. Sin embargo, haré un esfuerzo y escribiré algo, a ver que sale :lol: .

     

    Capítulo 13: Buscando el nuevo destino.

     

    Lara se hallaba en unas catacumbas bajó la ciudad de Sevilla. Tras llegar a Valencia había encontrado de forma relativamente fácil el lugar donde se suponía estaba el siguiente artefacto, el anillo de Isabel la Católica. Sin embargo, al parecer, después de que el tío español de Jeau, Francisco, lo hubiera devuelto al lugar en el que Jeau lo encontró, junto con otros tesoros de los tiempos de los Reyes Católicos, varios burgueses, amigos de la Corona Española, habían descubierto el lugar y habían trasladado el anillo y los tesoros a Sevilla. Ahora Lara lo buscaba, en un subterráneo que seguramente antaño era una gran villa de algún hombre poderoso e influyente.

    -Este lugar no ha visto la luz desde hace años- dijo Zip. Lara ya había comprado un comunicador.

    -Bueno, con el plan de recuperación de España tras la Guerra Civil, los españoles necesitaban construir, y no creo que una casa de hace tres siglos les fuera un impedimento.

    Lara caminó durante un rato hasta llegar a una sala que antiguamente debía ser un patio. En el centro había una especie de sarcófago-cofre. Lara lo habrío y comprobó qe dentro solo había unas pocas monedas de oro, pero ni rastro del anillo. También había un par de pergaminos. Lara cogió uno y lo habrió.

    -Es una lista de propiedades del antiguo dueño de esta villa.

    Lara cogió el otro. Era una carta.

    -``El rey me ha pedido un favor. Quieren aumentar el tamaño y capacidad de los puertos de las islas Canarias, para aumentar la capacidad de abastecer a los barcos que vayan a América. Me ruegan que les entregue el tesoro de los Reyes Católicos. No puedo negarme, y dentro de poco un barco se llevará los tesoros a las islas de Gran Canaria y Tenerife. Me quedaré suficientes monedas para sustentarme hasta el fin de mis días.´´ ¡Vaya, tampoco está aquí!

    -¿Y ahora como lo encontrarás? En el pergamino solo dice que el tesoro se llevó a Canarias.

    -Ya me las arreglaré.

    Lara se guardó el pergamino en la mochila y salió de allí.

    Más adelante continuaré el capítulo, porque ahora no se me ocurre nada.

    Por cierto, invito a los lectores a leer mi otro relato, ``Cuatro hombres y un destino´´.

  12. ¡Casi me olvido! No nombre que clase de pistola llevaban los japoneses. Era una pistola semiautomática japonesa clase Tipo 14, utilizada como arma de mano por los japoneses cuando se les gastaba la munición de su arma principal.

     

    Pistola japonesa Tipo 14.

    BAT525.jpg

  13. Bueno, pues que estaba escribiendo un relato por entretenerme y se me ocurrió colgarlo aquí. Espero que disfruten. Además dejaré algunas imágenes para que se aclaren algunas cosas reales. (Atentos, esta primera parte ocupa cuatro folios y es un poco larga).

     

     

     

     

    <H1 style="MARGIN: 12pt 0cm 3pt"> Cuatro hombres y un destino</H1>

     

     

     

     

     

    <H3 style="MARGIN: 12pt 0cm 3pt">Introducción:</H3>

     

    En este relato nos trasladamos a la Segunda Guerra Mundial, en este caso a los hechos sucedidos entre finales de 1941 hasta el fin de la guerra en 1945. La historia estará narrada por cuatro personajes (principalmente), uno de cada una de las facciones más importantes de la Segunda Guerra Mundial. La historia nos trasladará a lugares y batallas reales o ficticias, como la batalla de Pearl Harbor o la de El Alamein. También se incluirán personajes, armamento, tanques, artillería y aviación reales, como el general Montgomery, el rifle estadounidense M1 Garand, el tanque alemán King Tiger , la artillería Flak 88 o el bombardero británico Mosquito. Los capítulos no tendrán título, pero estarán encabezados por el nombre del personaje que narra en ese momento. Siempre que un personaje hable un idioma distinto al del narrador, esto saldrá en el idioma del personaje que hable (casi siempre será inglés, aunque es posible que se añada alemán).

     

    La historia comienza en Pearl Harbor el 6 de diciembre de 1941, donde el recluta Mike Richards, de veintinueve años, y muchos de sus compañeros, se preparan para ser considerados soldados en activo…

     

     

     

    <H3 style="MARGIN: 12pt 0cm 3pt"> Mike Richards </H3>

     

    Un nuevo día se habría ante mis ojos. Me acababa de despertar y me encontraba boca arriba en mi cama. Miré el reloj. Eran las siete de la mañana.

     

    Aquel era un gran día… Por fin se me iba a considerar como un soldado de los Estados Unidos, aunque no era de extrañar que Roosevelt quisiera aumentar los efectivos del ejército, ahora que la situación en Europa estaba tan caótica. Estados Unidos no podría permanecer con los ojos cerrados mucho más, y había que prepararse bien para la guerra. Dentro de una hora sería la ceremonia, pero la corneta no sonaría hasta dentro de media, así que me levante para ir preparándome. Mi compañero Mack dormía en su cama, y le lancé a la cara su ropa.

     

    -A levantarse, bello durmiente.

     

    -Ummhhhh…¿Qué hora es? ¿Ya ha sonado la corneta?

     

    -No, aún falta media hora para eso.

     

    -¿Entonces por qué me despiertas? Anda, déjame dormir…

     

    -¿Quieres llegar tarde como las últimas cuatro veces?

     

    -Ummmhh-dijo mientras se estiraba, ya sentado- Vale, ya voy…

     

    Nos preparamos y salimos fuera. El capitán McRae paseaba por las instalaciones, y algún que otro soldado montaba guardia. Nos dirigimos al almacén para preparar nuestro rifle M1 Garand para la ceremonia de hoy. Nuestro compañero Wicklam montaba guardia, aunque estaba medio dormido.

     

    -Bonita forma de vigilar –le dijo Mack.

     

    -Calla, anda, que tu no has pasado la noche en vela…

     

    -Entramos y descubrimos a un par de soldados más preparando sus rifles. Nos dirigimos a nuestros respectivos armarios, donde guardábamos las armas, la tienda, los uniformes de diferentes campos, etc., y sacamos los M1 y los preparamos. Permanecimos charlando hasta que, a falta de quince minutos para la ceremonia, comenzaron a entrar muchos soldados. Salimos fuera y nos dirigimos a la llanura del campamento donde tendría lugar la ceremonia. Comenzamos a montar la tienda y todo lo necesario, y nos sentamos a esperar. Diez minutos después casi todos los hombres habían preparado todo. Finalmente eran las ocho, y comenzó la ceremonia. Todos nos pusimos firmes mientras el dirigente del campamento, el comandante Gregor Smaught, daba un pequeño discurso antes de comenzar.

     

    -Soldados, están aquí para luchar por su país, para defender la justicia y los valores que todas las personas capaces de pensar consideran necesarias. Están aquí para defender a los inocentes, luchar contra los enemigos y honrar a su país. No nos defrauden ni a mi, ni a nuestro presidente, ni a todas aquellas personas que creen en ustedes. Gracias.

     

    Entonces él y su ayudante, el sargento Christian Walsen, comenzaron a poner unos pequeños broches dorados en los hombros de los soldados. Se paraban delante, los soldados presentaban armas, le colocaban el broche al soldado frente al que estaba y continuaban. La ceremonia duró una hora (eran cientos de soldados) pero al terminar comenzaron las celebraciones. Todos nos dirigimos a la casa comandante, la más grande, donde había comida y bebida. Estuve con ellos hasta la hora del almorzar, cuando decidí ir a la Honolulu, a celebrarlo con mi madre, mi hermano, mi mujer y mi hijo. Me dirigí a la zona de vehículos, pedí un jeep y me dirigí a la ciudad. Cuando llegué estaban almorzando, pero lo dejaron desde que me vieron, y sacaron un par de bebidas. Mi hermano y yo charlamos sobre cuando nos veríamos envueltos en la guerra, y mi mujer y yo sobre como se encontraba ella, pues estaba embarazada de siete meses. Tras un par de horas allí, me despedí y volví al campamento, donde la celebración continuó hasta la noche. Cuando era ya la una de la madrugada, Mack y yo nos fuimos, dejando solo a unos pocos en la fiesta. Nos acostamos, felices y satisfechos, y nos dormimos casi en seguida.

     

     

     

    *****

     

     

     

    Un estruendoso ruido me despertó cuando casi eran las ocho. Se oían explosiones y se veían destellos. Un soldado abrió la puerta y nos gritó:

     

    -¡Deprisa, levantad! ¡Nos están bombardeando!

     

    Nos levantamos y salimos fuera, donde todo era un caos. Algunos edificios ardían y muchos soldados corrían al exterior. Nos dirigimos al almacén, cogimos nuestros rifles, y salimos del campamento en dirección a una colina situada al lado del mar, en cuyos alrededores se encontraba la artillería. Mack, yo y el soldado corríamos entre los árboles, pero la poca luz no nos dejaba ver muy bien. Debido a esto, al rato, me di cuenta de que Mack no estaba con nosotros.

     

    -¿Dónde está Mack?- le pregunté al soldado.

     

    -¡Ni idea! ¡Tu sigue corriendo!

     

    Al rato llegamos a una llanura situada al lado de la colina. Vimos varias posiciones de artillería, algunas ocupadas, otras quemadas, y otras vacías. Vimos también a Mack, que se dirigía a nosotros desde otro punto de la llanura. Corrimos hacia un puesto de artillería antiaérea y nos colocamos en posición.

     

    -¡Mack!- grité entre los sonidos de las explosiones- ¡Ven aquí!

     

    -¡Espera!¡Tengo que…

     

    Pero no llegó a terminar. De repente el lugar en el que estaba estalló y su cadáver fue lanzado por la explosión. Me quedé paralizado; Mack acababa de morir, y muchos negros pensamientos pasaron por mi cabeza: que yo también iba a morir, que matarían a todos mis compañeros, que acabarían con mi familia…

     

    -¡¿Qué haces ahí pasmado?! ¡Vamos, ayúdame!- me dijo el soldado.

     

    Volví a la realidad y me agarré al puesto.

     

    -¡Tu intenta apuntar, y yo procuraré disparar en el momento oportuno!

     

    En ese momento otra explosión acabo con el ultimo puesto de artillería amigo y con sus ocupantes. Varios aviones pasaron sobre nosotros, y pude comprobar que nuestros atacantes eran los japoneses.

     

    -¡Son aviones Nakajima de bombardeo!- grité al soldado.

     

    Este miró un momento a los aviones para cerciorarse de lo que le había dicho. Entonces me miró y me dijo:

     

    -¡Vamos a derribar a esos traidores!

     

    Cuando coloqué el cañón en posición (era un 25 Pounder de fabricación británica) el soldado se dispuso a disparar. Al poco logramos alcanzar uno de los aviones japoneses. Recargamos y coloqué el cañón en otra posición. No tardamos en abatir dos aviones más. Sin embargo fallamos varias veces, y la munición no era ilimitada. Continuamos disparando contra los aviones japoneses. Contando los tres primeros, ya habíamos derribado ocho aviones cuando se nos gastó la munición.

     

    -¡Genial! ¿Y ahora como salimos de aquí?-dijo mi compañero.

     

    De repente un avión japonés se estrelló cerca de nosotros. Miramos arriba y pudimos ver varios cazas estadounidenses abriendo fuego contra ellos.

     

    -¡Este me parece un modo de hacerlo!

     

    Salimos corriendo hacia los árboles lo más rápido que pudimos. Afortunadamente no fuimos alcanzados.

     

    -¡Bien, ahora vayamos hacia el oeste! ¡Allí hay un acantilado en el que se encuentra un búnker de defensa para ataques marítimos! ¡Nos guareceremos, y quizá podamos ayudar!

     

    Empezamos a correr hacia el oeste. Aparte de las continuas explosiones y los ruidos de los aviones no encontramos nada, hasta que, ya cerca de la costa, vimos varios aviones japoneses estrellados, y, muy cerca de ellos, tres paracaídas.

     

    -No estamos solos- dijo el soldado- Andémonos con ojo.

     

    Preparamos nuestros M1 y continuamos avanzando, hasta que vimos a dos japoneses parados, armados con pistolas y hablando.

     

    -¿Omo ato karera mitsukeru watashitashi? (¿Crees que nos encontrarán? (Aproximadamente))

     

    -¡Hai! ¡Soko irassharu! (¡Si! ¡Ahí están!(También aproximadamente))- dijo uno de los japoneses señalándonos. Nos habían descubierto.

     

    Disparé cuatro veces con el M1, pero fallé y tuve que ponerme a cubierto para salir vivo. Mi compañero también se puso a cubierto. Uno de los japoneses intentó huir, pero él le disparó dos veces y acabo con su vida. Yo disparé otras cuatro veces, sin conseguir alcanzar al otro, que se había puesto a cubierto. Recargué el M1 y apunté. Esperé a que se asomara y disparé tres veces. Esta vez si logré alcanzarle.

     

    -Atento-me dijo mi compañero, que ya se había levantado y estaba junto a mi- Por los paracaídas, creo que aún falta uno.

     

    No tardamos en confirmarlo. Un disparo golpeó un árbol cercano y pudimos ver a otro japonés al otro lado. Nos echamos cuerpo a tierra y disparé. Le alcancé en la pierna y cayó al suelo. Nos levantamos y nos acercamos a verlo. De repente levantó su arma para disparar, pero mi compañero le disparó rápidamente. Tras esto, continuamos nuestro camino. Al fin llegamos al búnker. Se trataba de una habitación de hormigón. Cuando entramos vimos un desastre: cuatro de los seis cañones de artillería estaban destruidos, y todos los soldados estaban muertos. Sin embargo se oía una voz:

     

    -¡Bravo Foxtrot! ¡Bravo Foxtrot! ¿Me recibe? ¡Aquí Alfa Eco! ¡Repito, aquí Alfa Eco! ¿Me recibe?

     

    -¡Alfa Eco, aquí Bravo Foxtrot, cambio!

     

    -Me alegro de oírle.¿Cuál es la situación por ahí?

     

    -Todos los hombres están muertos y solo quedan dos puestos de artillería intactos. Solo quedamos mi compañero y yo.

     

    -Identifíquense.

     

    -Soldado Tom Powell.

     

    -Soldado Mike Richards.

     

    -Bien, soldados Powell y Richards, quiero que cojan uno de esos puestos de artillería y disparen contra los aviones que lleguen desde los portaaviones japoneses, y si pueden hundir alguno de esos portaaviones mejor. Déjenles los cruceros a la Armada. ¿Entendido?

     

    -Si.

     

    -Bien, pues cambio y corto.

     

    Tras esto nos colocamos en uno de los puestos de artillería (unos 6 Pounder, también británicos) y comenzamos a disparar. Los aviones abrían fuego al ascender desde la parte baja para pasar el acantilado. Tras derribar tres aviones comenzamos a disparar a uno de los portaaviones. Después de descargar un par de docenas de cartuchos, alcanzamos al barco en la cubierta.

     

    -¡Genial, eso impedirá que despeguen más aviones de ese! ¡Vamos a por otro! –grité bastante animado.

     

    Descargamos muchos más cartuchos, y al final logramos alcanzar a otro barco en la proa. El barco, muy dañado y en peligro de hundirse si volvía a ser alcanzado, se batió en retirada. Observamos que casi todos los demás barcos también se retiraban, y la mayoría de los que se rezagaban eran hundidos por nuestra flota. Suspiramos, nos dimos la mano, y volvimos al campamento, donde las proezas que habíamos echo, los cazas que habíamos derribado y los barcos que habíamos alcanzado no pasaron inadvertidos. Nosotros y otros héroes de ese día fuimos recibidos con vítores. Sin embargo, no todo fue celebración: después llegó el momento de recoger, identificar y enterrar los cadáveres; más de dos mil soldados americanos. Yo mismo enterré a mi compañero Mack. Y tras ese día, Tom Powell y yo fuimos grandes amigos.

     

    Tras acabar esta penosa tarea, nos dieron permiso para descansar y para visitar a nuestras familias. Cuatro camiones nos transportaron a mi y a dos docenas de soldados. Cuando llegué a la ciudad, puede respirar tranquilo: toda mi familia estaba bien. Les di un gran abrazo a cada uno, y ya dentro de casa les conté mi experiencia.

     

    Ya de vuelta en el campamento se nos condecoró con una Medalla de Honor por el deber cumplido a mi y a varios compañeros.

     

    Aquella era solo una de las primeras aventuras de las muchas que me deparaba el futuro.

     

     

    Aqui están las imágenes:

     

    Rifle M1 Garand

     

    m1garand.jpg

    Artillería 25 Pounder

     

     

    164_full.jpg

     

    Artillería 6 Pounder

     

    6pounder.jpg

     

    Bombardero japonés Nakajima (este es uno pero hay mas tipos de Nakajimas)

     

     

    BAT1282.jpg

     

    Denme su opinión. Según lo que digan, seguiré o no seguiré posteando el relato.

     

     

  14. Escorpio, hay varios puntos de los que quiero hablar:

    Primero:¿Quién ha dicho que no venga a Canarias,eh? No he puesto eso del lugar imprevisto por nada.

    Segundo:Los del Vaticano no tienen porque haber descubierto la tumba, ya que no creo ni que sospecharan que estuviera alli.

    Tercero:Von Croy no le quita el suspense. Lara sabía que había alguien en la tumba pero...¿Sabía que era el hermano de Marco Bartoli?

    Cuarto:Esta bien que me hayas puesto un 8, pero me refería en lo de Rating, lo de las estrellitas...

     

    Bueno, de todas formas gracias :lol: .

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