Después de un ajetreado día, Lara pensaba en Kurtis, deseando volverlo a ver, pensando en si todavía eso sería posible. Entonces escuchó el teléfono sonar, necesitó un segundo para reaccionar y cogerlo, cuando oyó una voz familiar. Se sorprendió tanto que se quedó casi sin palabras al descubrir que... ¡¡era él!!
- Lara, estoy vivo.- dijo.
Lara no pudo hablar. Recuperó enseguida la compostura, le preguntó dónde estaba.
- Estoy en casa - contestó.
- Pero como es posible.
- Ahora no puedo decírtelo...