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Lara Croft Tomb Raider El destino de los muertos


Luja

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Bueno... debido a las continuas equivocaciones, anuncio que... ¡¡¡¡¡¡¡Soy un chico!!!!!!! Mi nombre es Carlos, lo de Luja es porque mi amigo me lo decía... es una larga larga historia que no estoy dispuesto a contar....

 

Os digo esto sólo para aquellos que también hallan pensado que soy una chica... (no tengo nada contra las tías ehhh que conste...) se les aclaren las ideas... Bueno pues lo dicho. Soy un tío.

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Bueno... debido a las continuas equivocaciones, anuncio que... ¡¡¡¡¡¡¡Soy un chico!!!!!!! Mi nombre es Carlos, lo de Luja es porque mi amigo me lo decía... es una larga larga historia que no estoy dispuesto a contar....

 

Os digo esto sólo para aquellos que también hallan pensado que soy una chica... (no tengo nada contra las tías ehhh que conste...) se les aclaren las ideas... Bueno pues lo dicho. Soy un tío.

 

Ya lo sabía, o mejor dicho lo suponía, cuando se ponen fotos "sexis" en un avatar normalmente se ponen del sexo opuesto, a no ser que las tendencias sexuales sean... bueno, me callo que aqui hay menores XD (yo entre ell@s XDDDD)

 

Dew!

Y sigue, que lo llevas muy bien (el relato, digo)

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Oye... me gustaría anunciar que llevo meses escribiendo lo que promete ser una novela superlarga. No tiene nada que ver con Lara Croft, el prota es un adolescente que se llama Emlyn, y le empiezan a pasar cosas raras en su pueblo, lo que lo lleva a vivir una trepidante aventura donde descubre su verdadero hogar. Me estyo planteando ponerla en el foro... lo que pasa es que me da cosilla no la vayan a plagiar (no digo k no seais d fiar, k aki sois to mu wena gente :rofl:  pero ya se sabe....)

 

Además sueño con poder sacarla a la luz algun día... (yo y mis deseos... :wink: )

 

Bueno, quizás ponga el primer capítulo como muestra, haber que os parece, aunquelo mejor llega después...

 

Decidme vuestra opinion.

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Bueno, para no abrir otro tema para tonterías, aquí esta lo que sería el prólogo. El nombre aún no lo he decidido, pero me hago una vaga idea de cual podría ser, algo así como " La dinastía del mago. Bueno, hay va:

 

 

Lealtad

La sangre teñía de rojo las espadas, las hachas y las mazas. Los escudos yacían rotos sobre las lanzas quebradas, cruel obra de la desesperación y el orgullo.

Sobre la pradera, antes glauca y colmada de amapolas, brillaban las armaduras bajo los primeros rayos del sol. Los cadáveres de los muertos se extendían sobre la ladera, despojos de lo que un día fueron nobles caballeros.

 

Pocos quedaban ya en pie. Solo algún que otro soldado, que herido de muerte, se arrastraba sobre sus compañeros.

Phineas, con un gran corte en el muslo derecho, continuaba espada en mano frente a su enemigo. Káiser, bastante más joven y ágil, le miraba divertido. Falto de fuerzas tras una larga batalla, pocas eran las esperanzas del guerrero.

-dime dónde está escondido y quizás te deje con vida.-susurraba Káiser, cuyos ojos, grises como las nubes cargadas de lluvia, lo escrutaban con aversión.

-mi vida no vale tal respuesta. -respondió Phineas reprimiendo una mueca de dolor.-más te vale desistir.

Káiser enfureció y arremetió contra el hombre, que costosamente logró rechazar el ataque. Tras varios choques de espadas, Phineas no pudo aguantar y calló de rodillas.

-estás a mi merced.-La espada del joven se hundió en el pecho del caballero, y éste calló muerto a sus pies. La batalla había concluido.

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Y aquí un trozo del primer capítulo.

 

 

Los rayos de sol entraban en la habitación como un velo blanquecino que se desliza lentamente por un cielo anaranjado. Era domingo, y Emlyn aún dormía, su pelo castaño oscuro era lo único que sobresalía entre las sábanas.

 

El chico emitió un gruñido y de un fuerte porrazo derribó el reloj, que marcaba las siete y media. Muy fastidiado se levantó, buscó sus zapatillas, bajó la escalera y llegó a la cocina.

Su madre aún no se había levantado. Se preparó el desayuno y encendió un rato la tele. La razón por la que se había levantado tan temprano aquel domingo de Junio, era que al día siguiente tendría un examen global de Historia, y los nervios no lo dejaban descansar, pues si no lo aprobaba suspendería el curso.

 

Cuando hubo terminado, subió a su habitación y se sentó en el escritorio con el libro abierto de par en par. Miró el reloj, eran las ocho y media, aún tenía mucho tiempo para repasar, luego podría ir a la biblioteca a buscar información sobre Torquemada.

 

-Emlyn hijo, ya estoy despierta-oyó decir a su madre a través de la puerta-¿puedo pasar?

-claro.

-¿cómo vas?-le preguntó. Lainyn era una mujer joven, delgada, guapa y serena. Tenía unos ojos oscuros penetrantes y lucía una bonita cabellera color caoba que le caía por los hombros formando pequeños tirabuzones.

-pues bastante bien.-Emlyn miró el reloj que aún seguía tirado en el suelo. Eran las once y media.-ya he desayunado, llevo desde las ocho estudiando. Seguramente luego vaya a la biblioteca a buscar información.

-de acuerdo, pero no tardes mucho. Hoy quiero ir a almorzar a casa de la abuela, hace mucho que no te ve.-dijo en tono de advertencia, y salió por la puerta con aire resuelto.

Cuando terminó de leerse las civilizaciones preincaicas, Emlyn cogió su carné de la biblioteca, bajó y se despidió de su madre.

 

El aire ya olía a verano. Los vecinos se paseaban por la calle en mangas cortas, y los más privilegiados alardeaban de sus piscinas sentados en el porche de sus parcelas. Emlyn por supuesto debía conformarse con vivir en una pequeña casa de dos habitaciones, debido a que su madre trabajaba en una agencia de viajes, y el turismo en Artrella era mínimo.

Su padre, Farid, había muerto en una guerra hacía muchísimo tiempo, pero Emlyn sabía bien poco del tema. Había oído historias, pero todas fantásticas, en las que aparecían castillos, espadas e incluso magos de por medio, “tonterías” pensaba. Así que su única familia era su madre, y su abuelo Phineas, que vivía en una vieja cabaña apartado de la ciudad, al que no veía desde hacía bastantes años.

 

Antes de ir a la biblioteca, Emlyn pensó que no estaría de más pasarse por casa de Alana, su inseparable amiga. Ambos tenían quince años e iban al mismo instituto, y por si fuera poco vivían relativamente cerca. Por lo general, él siempre sacaba muy buenas notas, pero no tan buenas como las de Alana, por eso a menudo le pedía ayuda.

 

Cuando estuvo frente a la puerta, llamó al timbre y la señora Édenor Stevens abrió.

-¡hola Emlyn! ¿Qué te trae por aquí? -saludó muy alegre.

-venía a preguntarle a Alana algunas cuestiones sobre historia, ¿está en casa?

-sí, un segundo.-la mujer entró, se escuchó un fuerte ‘¡Alana!’ y cinco segundos más tarde, ésta ya estaba frente a la puerta. Alana era una chica muy guapa, de pelo castaño, facciones muy finas y ojos verdes deslumbrantes. No era como esas chicas “pijas” presumidas, era diferente, y eso era lo que más le gustaba a Emlyn de ella.

-¡hola!-saludó muy contenta-¿quieres pasar?

-bueno… realmente venía a preguntarte si te gustaría acompañarme a la biblioteca, iba a buscar información sobre Torquemada.

-estupendo, enseguida vengo.-Alana entró en la casa y, tal y como había dicho, enseguida estuvo en la puerta con su carné en la mano.-por si se me antoja algo.-dijo, ondeándolo en el aire.

 

Atravesaron juntos la calle y pusieron rumbo a la biblioteca.

-no, el que iba a dar la vuelta al mundo era Magallanes, pero murió herido por una flecha envenenada en unas islas de Oceanía, y Elcano, su segundo de a bordo, continuó con su misión.-corregía Alana mientras andaban.

-ah, yo pensaba que era Elcano el que dio la vuelta…

-en cierto modo sí… pero…

Continuaron hablando sobre los descubrimientos portugueses y españoles durante el siglo XV y el siglo XVI hasta que llegaron a las enormes puertas de la biblioteca. Emlyn las abrió suavemente y entraron. Pasaron junto a la bibliotecaria, una mujer mayor muy cascarrabias que no hacía otra cosa que amargarse allí sentada pagando el pato con los jóvenes estudiantes, y ésta les dijo con voz que pretendía ser amable:

-¿desean algo? Es que estamos a punto de cerrar, ya sabéis que los domingos sólo abrimos por las mañanas.

Alana se le acercó y enseñándole el carné contestó:

-sí, venimos a buscar información sobre Tomás de Torquemada, ¿tiene algo por ahí?

-sí en ese pasillo, pero…

Y sin dejar que la mujer dijera nada más continuaron su camino

 

La biblioteca era inmensa, estaba compuesta por dos pisos repletos de estantes y repisas donde descansaban centenares de libros. En el piso inferior, las estanterías formaban un semicírculo alrededor de las mesas de estudio, y en la parte superior estaban dispuestas en filas. Las paredes eran de mármol blanco y estaban decoradas con cristaleras de colores. El techo estaba formado por una bóveda de cañón, de la que colgaba unas enormes lámparas de araña de ocho brazos, y en el suelo relucían pequeños ángeles y bonitos unicornios.

 

Alana se acercó a una de las estanterías y extrajo un gran volumen de una enciclopedia. Se sentó en una de las mesas, y comenzó a pasar páginas.

-tú puedes buscar en ese libro de historia.-indicó. Emlyn asintió e imitó a su amiga. Tras un corto periodo de tiempo Alana levantó la cabeza y dijo:

-Tomás de Torquemada fue un dominico español del siglo XV e inquisidor general de Castilla y Aragón… Aquí tienes todo lo necesario.-con disimulo arrancó la pagina, y se la metió bajo la camisa.-ya podemos irnos.

-gracias por ayudarme.

-bah, no hay de qué.

Ambos salieron juntos de la biblioteca y al hacerlo, mientras la bibliotecaria se daba la vuelta, Alana le hizo un corte de manga.

 

Cruzaron la calle riendo a carcajadas y se metieron por un pequeño callejón para atajar. Mientras Alana hacía una imitación muy parecida de la bibliotecaria, un bullicio los sobresaltó. Káiser, un chico de diecisiete años que acosaba a Emlyn sin importarle quien estuviera delante, apareció con su banda tirando al suelo unos cubos de basura. Era muy alto, tenía el pelo castaño claro, casi rubio, y sus ojos eran de un color gris muy siniestro.

-vaya…vaya…vaya…-susurró con una sonrisa perversa.- ¡si son los tortolitos!

-déjanos en paz.-gritó Emlyn dándose la vuelta.- ¡vayámonos!

Ambos se dirigieron hacia el otro extremo de la callejuela, pero allí estaba Pólux, el mejor amigo de Káiser, un chico muy robusto de mandíbula cuadrada que le había amoratado el ojo a Emlyn más de una vez.

-jeje, ¿pensabas pasar por aquí?-dijo riendo-me parece que no.

 

Emlyn pensó con determinación. ¿Qué podía hacer? Miró a Alana, estaba muy nerviosa y le temblaban las manos. Káiser se acercó a ella y le dijo con voz “cariñosa”:

-ven nena, olvídate de este patético espécimen y vente conmigo.

Alana vaciló, pero dándole una fuerte bofetada le gritó:

-vuelve a dirigirte a Emlyn de esa manera y un playmóvil será más fértil que tú. Y olvídate de esa ridícula idea, JAMÁS me iré contigo.

Káiser la miró con odio y levantó una mano amenazadora, pero Emlyn la apartó y le espetó:

-¡ni se te ocurra ponerle una mano encima!

El puño de káiser se estampo sobre el rostro de Emlyn y éste le hundió el suyo en el estómago. Pólux se acercó por atrás y lo agarró por la espalda, mientras Káiser se erguía y le devolvía el puñetazo.

-¡NOO!-Alana intentaba ayudar a su amigo, pero uno de los acompañantes de Káiser la sujetaba.- ¡suéltame imbécil, es injusto, son dos contra uno!

Emlyn hacía lo posible por zafarse, pero Pólux lo agarraba con fuerza. Káiser se remangó los puños, se puso frente a él y comenzó a pegarle fuertes puñetazos en el costado.

-¡toma pedazo de idiota!-decía entre puñetazo y puñetazo-haber si aprendes a comportarte.

Pólux lo soltó y Emlyn cayó de bruces al suelo, ambos empezaron a darle patadas riendo sonoramente, mientras Alana, en vano, intentaba librarse de su captor.

-deja de moverte-gruñía-¿no querrás que te rompa una uña, no?

Alana le asestó una patada en la entrepierna y corrió hacia Pólux, el cuál se mostró reacio a pegarle, dejando sólo a Káiser. La chica se abalanzó sobre él, le dio una patada en la espinilla que lo hizo caer de rodillas, y cuando lo tuvo a su altura le golpeó la nariz con tal fuerza que comenzó a sangrar de manera incontrolable.

-¡MALDITA ZORRA!-rugió llevándose las manos a la nariz-¡como te coja te juro…!

-¡vayámonos Káiser!-dijo Pólux despectivamente agarrando a su amigo y ayudándolo a levantarse-ya han tenido suficiente.

Káiser se puso de pie, lanzó una mirada asesina a Alana y se marchó junto a sus amigos con la cara llena de sangre.

-esto no quedará así…-murmuró antes de irse.

 

-¡Emlyn!-Alana se agachó junto a él y le ayudó a incorporarse-¿puedes levantarte? Te llevaré a casa.

-gra…cias -Emlyn sentía un gran dolor en las costillas y notaba como la sangre le corría por la mejilla. Le costó levantarse pero al final lo consiguió.

Poco a poco llegaron al jardín de su casa, donde se encontraba Lainyn regando las plantas.

-¡por el amor de dios!-gritó muy asustada-¿qué te ha ocurrido?

-Ha sido Káiser, eran muchos y nos rodearon. Yo intenté ayudarle pero me sujetaron-explicó Alana, agotada bajo el peso del muchacho.

El chico se apoyó sobre su madre y entre las dos lo llevaron a su habitación. Lainyn lo observó con detenimiento y susurró algo ininteligible.

Luego le lavó la cara con una esponja y le quitó la ropa.

-túmbate en la cama, así eso es, con cuidado-decía mientras le ayudaba-Alana hija vuelve a tu casa, será lo mejor.

-no, yo me quedaré a cuidarle.-sentenció Alana decidida.-llama al médico, le pegaron muy fuerte en las costillas.

 

Media hora más tarde, el doctor Ponfil examinó a Emlyn, que tenía las costillas muy amoratadas.

-por lo que veo le han dado muy fuerte-dijo despacio-pero no tiene nada roto. Póngale esta crema en el costado. La hinchazón del labio ya bajará.

 

-Alana, quédate aquí con él, voy a comprar las pomadas que me ha recetado, y de camino voy a pasarme a hablar con el director del instituto. No pienso permitir que esto continúe.

La chica asintió.

-menos mal que estabas tú…-dijo el joven con dificultad.

-se han pasado…te han pegado otras veces pero no como esta.

-lo peor es que no podré ir mañana al examen.

-bah, por eso no te preocupes. Seguro que tu madre consigue que te lo hagan otro día. Aprobarás.-la chica lo miró de arriba abajo-¿te duele mucho?

-sólo si me muevo-dijo Emlyn sonriendo.

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