ZipGeek Publicado 5 de Febrero del 2014 Publicado 5 de Febrero del 2014 Bueno, éste relato pertenece a una tarea para mi clase de Lenguaje (No se como se llamará en otros países pero trata del español, los géneros literarios etc.) Y quería compartirlo con ustedes. Antes que nada les quiero poner lo que me dijo mi profesora después de que lo leyera: "Es un cuento... como para Freud" Me gustaría saber si opinarán lo mismo xDDDD Pd: Lo voy a poner por partes. Parte 1 Luego de terminar con su último cliente, María comenzó a vestirse y a esperar por el siguiente sujeto que cruzara por la puerta de su habitación. Buscó su vestido color carmesí y cuando lo encontró se lo puso. La tela, algo rasgada subía por su delicada piel de porcelana que, a pesar de algunas heridas y moretones lucía como el primer día de trabajo. Cuando llegó por primera vez a las puertas de “Manllulandia” María se encontraba en los huesos, entonces salió Beatriz, su pelo rizado y morado contrastaba con su vestido verde y su parche en el ojo, Beatriz fue muy clara con María, “Cuerpos” o “Muerte” en ese entonces María no tenía otra opción, pero ahora, con el paso del tiempo, se sentía totalmente desdichada. Una tarde, mientras la empleada de turno limpiaba el salón central del prostíbulo, el timbre comenzó a sonar, Beatriz fue lo mas rápido que pudo, aunque los tacos de cocodrilo no la ayudaban –Hola, buenos días caballero, bienvenido a “Manllulandia” el mejor prostíbulo de Banglakistán, puede dirigirse al salón y contratar a quien quiera- El sujeto se dispuso a entrar, sus zapatos rojizos hacían un sonido graciosos al andar, su pelo verde hacía juego con su nariz de verde moco, y su traje morado con puntos amarillos resaltaba en el rojizo y oscuro salón. María miraba a la ventana mientras se observaba a sí misma y hacia fuera, hacia la libertad, de pronto algo la distrajo –Hola, me llamo Risitas Pañales ¿Tú cómo te llamas?-.-Me llamo María- Luego hubo un silencio total. Risitas trató de llamar la atención de María con chistes, muecas y piruetas, pero ella seguía pensativa mientras miraba la ventana, su castaño pelo ondulado hacía juego con sus verdes ojos, y su piel se veía trasparente -¿Sabes? Podríamos hacerlo- Risitas había logrado obtener la atención de María -¿Hacer que?- preguntó ella –Escapar, huir e ir hacia “Duménia”- María no sabía que decir, pero la sola idea de escapar de aquel sitio era suficiente. María escuchaba atentamente todo lo que Risitas le decía sobre Duménia, cuando terminó, Risitas preparó sus cosas, pero María seguía indecisa -¿Segura que no quieres ir?- Risitas le ofrecía la última oportunidad a María, pero ésta seguía pensativa, Risitas se dispuso a dejar el lugar, pero, cuando estaba por cerrar la puerta sintió que algo sujetaba su traje, María con los ojos llenos de lágrimas le suplicaba -¡Llévame! ¡Llévame contigo ahora!- Gracias, iré subiéndolo por día
ZipGeek Publicado 6 de Febrero del 2014 Autor Publicado 6 de Febrero del 2014 ¡Olvidé subirlo ayer! Disculpen, hoy pondré las partes 2 y 3 Parte 2 -¿María?¿María?¿Dónde estás?- Beatriz solía desesperarse rápidamente y cuando María no respondió no tardó ni un minuto en llegar a las cámaras, y, en efecto, María había desaparecido tras una tela morada con puntos amarillos -¡Ojulio!¡Ven aquí!- De pronto una cola negra y peluda se asomó en la puerta de la oficina de Beatriz –Miau, miau, que necesita señora- Ojulio contestaba con un leve acento francés, aún no lograba quitárselo, cuando su pandilla parisina lo abandonó en su asalto al Louvre su vida cayó en picada y la cárcel tampoco ayudó mucho, viajó de polizón en un avión comercial y al llegar a las puertas de “Manllulandia” se encontraba como María, pero, por su experiencia criminal fue reclutado como “buscador” por Beatriz –Necesito que localices a María, como sea- Ojulio dudó pero Beatriz solía ser clara y concisa así que tomó sus cosas y partió. -Nos dirigiremos a la biblioteca- María se sorprendió con la propuesta que Risitas le daba, pero ahora se encontraba fuera y eso era suficiente. Luego de unos minutos Risitas detuvo el cohete móvil delante de un gran edificio –Aquí es- Marías y Risitas atravesaron rápidamente el camino y entraron. Sentado detrás de un escritorio se encontraba él y su loro al hombro, medianamente calvo, alto y gordo, arrugado como ropa sucia y ojos naranjos, en su tarjeta se leía con letra “Comic Sans” el nombre, ViejoPirata. –Señor ViejoPirata, necesito que me ayude, es algo muy importante - Risitas hablaba en tono decidido mientras María observaba los distintos libros. María pasaba por todos géneros literarios mientras Risitas y ViejoPirata hablaban cosas inteligibles para ella, luego de unos minutos el bibliotecario le pasó a Risitas un papel y partió a buscar entre los estantes, de pronto María sintió que la llamaban -¿Qué hace alguien cómo tú en éste lugar?- María calló, al volver Risitas le pregunto a ViejoPirata -¿Tiene mas información acerca de Duménia?- El viejo negó con la cabeza –Lo siento, creo que es todo- Risitas y María dieron la gracias y partieron. Un turbo carruaje se estacionó detrás del cohete, unas gatunas patas bajaron y se dirigieron sigilosamente hacia la biblioteca, preparaba sus armas por si algún imprevisto se presentaba, al entra, el loro de ViejoPirata miró desconfiadamente a Ojulio -¿Qué desea joven gato?- ViejoPirata sintió un escalofrío -¿Ha visto usted a un payaso acompañado por una muñeca de porcelana pasar por aquí?- ViejoPirata es-taba nervioso –No, lo siento joven- Ojulio se percató de su reacción, pero antes de que el viejo pudiera darse cuenta el astuto gato ya había conectado el detector de mentiras a su cuerpo.
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