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HARRY POTTER Y EL SECRETO DE LA PROFECIA


Lara Legend

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Bueno, el capítulo 13 está listo...

¡Y el próximo, para el año que viene, que no habrá que esperar demasiado!

 

Capítulo 13

Juramento Inquebrantable

 

Todo pareció suceder a cámara lenta. Un rayo de luz verde recorrió la mitad del vestíbulo, rozando varias túnicas.

Luego, los ojos de Ronald Weasley se iluminaban del mismo color que la maldición, y antes de poder apartarse o lanzar un grito, el hechizo de lord Voldemort le alcanzó de lleno en el estómago.

Y luego, a gran velocidad, el cuerpo de Ron voló por los aires y llegó arriba de la escalera, a los pies de Harry y Hermione.

Hermione rompió a llorar y se dejó caer de rodillas. Cogió la mano de quien había sido uno de sus dos mejores amigos, y continuó llorando, con el rostro sobre el pecho de Ron, que había muerto.

Harry sintió como si algo muy pesado le golpeara el corazón. Sintió que su temperatura aumentaba, que su cuerpo se llenaba de rabia, una rabia y un odio que incluso superaban al sentimiento de tristeza. Clavó la mirada en los fríos ojos rojos de lord Voldemort, que sonrió.

Harry lanzó un grito que hizo temblar todas las paredes de la mansión.

 

Y sabiendo que lo que pretendía hacer era inútil, que aunque consiguiera hacerlo no acabaría con él, la cólera había cegado sus sentidos, y se sentía capaz de cualquier cosa. De cualquier cosa.

Alzó la varita, y sosteniendo la mirada de su temido enemigo, dijo firmemente:

- ¡Avada Kedavra!

Pero el hechizo nunca llegó a alcanzar su objetivo.

En el mismo momento en que él había pronunciado la maldición asesina, lord Voldemort, junto con todos sus mortífagos, se desaparecieron. El mortífero hechizo de Harry impactó contra la puerta de entrada de la mansión, haciéndola pedazos.

Harry lanzó otro grito desgarrador, ante la temerosa mirada de los miembros de la Orden del Fénix. Al igual que Hermione, se dejó caer, de rodillas, apretó con fuerza la varita, y contempló el pálido rostro de Ronald Weasley, que tenía los ojos abiertos, pero no miraba a ninguna parte.

Y ya no pudo contener las lágrimas. Se echó a llorar sobre el cuerpo de la primera persona en la que había depositado su confianza, de uno de los magos que habían sido más importantes para él, de su mejor amigo.

 

No supo si pasaron segundos, minutos u horas, pero para él fue toda una eternidad. No podía hacerse a la idea de que otro de sus seres más queridos había muerto a manos de Voldemort y sus mortífagos.

Pero esa sería la última, juró para sí.

Tras secarse las lágrimas, se puso de pie, aún pensativo.

Primero Sirius, después Dumbledore. Y ahora, Ron.

Pero no habría un cuarto.

A la tercera va la vencida, pensó Harry. Se juró a sí mismo que no pararía hasta acabar con lord Voldemort, hasta vengar a sus seres queridos.

Jurárselo a sí mismo no era suficiente, pero había una alternativa. Y estaba dispuesto a llevarla a cabo, en cuanto le fuese posible.

 

* * * * * * * *

 

No fue mucho mejor en La Madriguera. Los Weasley se sentían fatal, y la madre de Ron, desde que se enteró de su muerte, no había parado de llorar. El señor Weasley se había encerrado en su dormitorio, Ginny lloraba más que su madre, y los gemelos Weasley estaban muy deprimidos. En cuanto a Percy, al parecer, aquel suceso le había hecho reaccionar. Había regresado a casa con los brazos abiertos, había hecho todo lo posible por calmar a sus padres, e incluso a él le habían vencido las lágrimas.

En definitiva, el día posterior a aquella fatídica noche fue el peor que se había vivido nunca en La Madriguera.

 

* * * * * * * *

 

Al día siguiente se celebró el funeral. Había asistido mucha gente: los Weasley, los Delacour, los Thomas, los Finnigan... Y es que todos los compañeros de Gryffindor querían mostrar su más sentido pésame ante la muerte de un buen amigo.

Había asistido también la plantilla al completo de los profesores de Hogwarts, a excepción de Severus Snape, aunque Harry no le echó de menos.

 

El funeral fue lúgubre, y muchos de los asistentes no pudieron contener las lágrimas. También muchos dedicaron unas palabras a Ron Weasley, y Harry, que creía que su mejor amigo merecía unas palabras de despedida, dio el último discurso.

- Ron –comenzó- era mi mejor amigo. Nos conocimos en el Expreso de Hogwarts, antes del primer curso. Pasamos muchas aventuras juntos, nunca nos separamos el uno del otro. Y he de deciros que Ronald Weasley es uno de los mejores amigos que uno puedo encontrar, y os voy a decir por qué.

>> Durante el primer curso se guardaba en Hogwarts la piedra filosofal, un objeto que podía otorgar el regreso a lord Voldemort. Él, yo y Hermione pasamos una serie de pruebas para intentar encontrarla antes que él. Y Ron, en una partida de ajedrez mágico gigante, se sacrificó para abrirnos paso hacia la piedra.

>> El segundo año, la Cámara de los Secretos fue abierta, y se realizaron varios ataques. A pesar de que todos me acusaban a mí de ello, Ron siguió a mi lado, apoyándome hasta el final, hasta el punto de entrar conmigo a la Cámara para desvelar el misterio.

>> En el tercer curso, los dementores de Azkaban custodiaron Hogwarts, y un supuesto asesino acechaba la escuela. Y Ron me apoyó, me ayudó cuanto pudo, y creyó en la palabra de inocencia de Sirius Black, mi padrino.

>> El cuarto año se celebró en Hogwarts el Torneo de los Tres Magos. Cuando me eligieron como cuarto participante, Ron se distanció, pero no tardó en darse cuenta de que no había sido cosa mía, y me apoyó también hasta el final, ayudándome cuanto pudo para resolver las pruebas.

>> Pasamos al quinto curso. Lord Voldemort había vuelto, pero nadie me creía, salvo Ron, Hermione, la Orden del Fénix y el Ejército de Dumbledore. Ron siempre estuvo a mi lado, nunca creyó que estuviese mintiendo, y como algunos otros, me acompañó en mi intrusión al Departamento de Misterios.

>> Y el año pasado, aunque fue Dumbledore quien más estuvo a mi lado, mostrándome cosas importantes que no puedo rebelar, Ron estuvo a mi lado, aunque no tanto como antes por sus relaciones, pero... hizo algo que, aunque a muchos les parezca una tontería, para mí fue importante. Aunque a él no debería importarle, le agradezco lo que hizo. Me permitió estar con su hermana, Ginny Weasley –al decir eso, le pareció ver cómo las orejas de la hermana de Ron enrojecían más de lo que lo habían hecho sus ojos-. Lo que quiero que comprendáis con todo esto es que... Es que Ron Weasley no era simplemente un amigo, una persona en quien confiar. No, él era algo más. Era... Alguien que me quería como sólo pueden quererte los hermanos. Alguien que estaba dispuesto a arriesgar la vida... por mí. Por su mejor amigo.

Tras aquellas conmovedoras palabras, se hizo el silencio. Aunque sólo duró unos segundos, a Harry le pareció una eternidad. Y entonces, a la vez, la madre de Ron, Fleur Delacour y Hermione Greanger rompieron a llorar, y les acompañaron muchas otras personas, conmovidas por sus palabras.

Después del discurso, Harry quería alejarse. Deseaba estar solo, pensar. Pero también era importante lo que había decidido hacer.

Así que se acercó a Hermione y Ginny, y les pidió que le acompañasen al interior de la casa, donde no había nadie. Entre sollozos, ambas asintieron.

 

Una vez dentro, Ginny y Hermione se limpiaron las lágrimas, y atendieron a Harry.

- Lo que tengo que deciros es importante. No sé cómo os lo tomaréis, ni qué pensaréis, pero voy a hacerlo de todas formas –las miró, pero ellas no hablaron-. Quiero hacer un juramento inquebrantable.

Hermione gimió, y Ginny se llevó una mano a la boca, pero ninguna dijo nada, porque creían comprenderlo. Asintieron.

- Ginny, tú serás la Testigo –dijo con voz firme. No recordaba dónde había leído algo sobre el Juramento Inquebrantable, pero estaba decidido a hacerlo.

 

Hermione se puso firme, y Harry se arrodilló ante ella. Ella sabía lo que tenía que preguntar, porque sabía a qué se refería Harry, qué pretendía.

Harry y Hermione enlazaron sus manos, y Ginny puso su varita sobre ellas. Y Hermione comenzó.

- ¿Juras que irás en busca de los horrocruxes, que no descansarás hasta encontrarlos?

- Sí, juro.

Una lengua de fuego emergió de la varita de Ginny y se enroscó en torno a las manos enlazadas.

- ¿Juras que cuando los encuentres, los destruirás?

- Sí, juro.

Una segunda lengua de fuego surgió de la varita, se entrelazó con la primera y formó una fina y reluciente cadena.

- Y cuando los haya destruido... ¿Juras ir en busca de lord Voldemort y matarlo, para cumplir la profecía y vengar a Sirius Black, Albus Dumbledore y Ronald Weasley?

Harry suspiró, y después, con firmeza y decisión, concluyó:

- Sí, juro.

Una tercera lengua de fuego emergió de la varita, se enlazó con las otras dos y se cerró en torno a las manos de Harry y Hermione, cerrando el Juramento Inquebrantable.

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Capítulo 14

Alta traición

 

Los días siguientes en La Madriguera fueron muy duros. La señora Weasley se pasaba el día llorando, y el resto de la familia no sonreía jamás, e incluso Fred y George acababan soltando lágrimas. Y es que todos echaban de menos a Ron Weasley.

Harry, aunque también estaba entristecido -y mucho- por la pérdida de un gran amigo, estaba decidido. Encontraría a lord Voldemort y acabaría con él de una vez por todas. Sus padres, Cedric y Ron habían caído bajo aquella varita tenebrosa, y Sirius y Dumbledore, por sus compañeras.

Pero no habría más. No, Voldemort había puesto el dedo en la yaga.

Así pues, una semana después de los incidentes en la mansión de Rowena Ravenclaw, nada más despertar, extrañando los ronquidos que solían provenir de la cama que ahora estaba vacía, a su lado, se decidió.

Lo tenía todo planeado.

Bajaría a desayunar, se despediría de todos. No pensaba permitir a Hermione que le acompañase. No iba a poner en peligro a nadie más.

Se marcharía, buscaría donde fuese a R.A.B. y destruiría el guardapelo de Slytherin.

Y después iría a Hogwarts. Primero acabaría con Nagini, que según Dumbledore, era el último horrocrux. Y luego...

Mataría a Voldemort. Sabía que no iba a ser fácil, que podría ser él quien cayera, pero no le importaba. Nada le importaba ya, salvo rendir cuentas a Voldemort. Lo mataría para vengar a todos los que quería y habían muerto. Y si no, moriría sabiendo que había intentado acabar con el más perverso, sucio y malvado mago que jamás había pisado la Tierra.

 

Estaba decidido a hacer lo que tenía en mente, y a hacerlo solo. Así que se vistió, metió todas sus cosas en el baúl, lo dejó al pie de la cama junto con la jaula de Hedwig y bajó las escaleras.

Allí se encontraban Hermione, Fleur, Bill y la señora Weasley. Harry se sentó al lado de Hermione, que le saludó con la mano. Respondió con una débil sonrisa, y cuando la señora Weasley le sirvió el desayuno entre sollozos, se puso a comerlo, decidido a contarles lo que pensaba hacer en cuanto terminase.

Aún no había acabado la primera tostada cuando llegó una lechuza con un ejemplar del diario El Profeta. La señora Weasley lo cogió, dejó unas monedas en el saquito que llevaba atado a la pata, y cuando la lechuza emprendió el vuelo, la señora Weasley miró la portada del periódico.

Apenas unos segundos después, aún con la mirada clavada en el titular, dejó escapar un grito de felicidad y a la vez de pánico. Fleur rompió una taza del susto, y Hermione, que tenía la boca llena, se mordió la lengua. Temblorosa, y llorando aún más, la señora Weasley dejó El Profeta sobre la mesa, entre Harry y Hermione.

Y lo vieron. El por qué del grito de la señora Weasley.

en la portada del periódico, en primera plana, aparecía la foto del ministro de magia, Rufus Scrimgeour. Se había arremangado la túnica en el brazo izquierdo, mostrando una calavera negra con lengua de serpiente.

Harry se atragantó, y Hermione dejó escapar un gemido. Con la peor de las premoniciones, Harry cogió el periódico y leyó en voz alta.

 

Alta traición contra el mundo mágico

Rufus Scrimgeour ha sido acusado de alta traición contra el mundo mágico. Hace apenas unas

horas, una auror del Ministerio de Magia, Nymphadora Tonks le sorprendió conduciendo a dos mortífagos

sin identificar hacia el Departamento de Misterios.

El ministro intentó maldecir a la auror, pero ésta le capturó, y los mortífagos se desaparecieron en el

mismo momento en que parte del personal del Ministerio acudía al encuentro de la señorita Tonks, que

ha recibido la Orden de Merlín, primera clase, y un puesto en el Wizengamot.

 

Inmediatamente, se le ha retirado el cargo de Ministro de Magia a favor de Arthur Weasley. Asi mismo la

varita de Scrimgeour ha sido partida en dos, y se le ha enviado directamente a la prisión de Azkaban,

donde aguardará hasta el momento del juicio, que tendrá lugar el próximo jueves. Ese mismo día les

informaremos del veredicto dado.

 

Harry dejó caer el periódico sobre la mesa, atónito. El hecho de que Rufus Scrimgeour hubiese resultado ser un mortífago le llamaba la atención, pero no le había impresionado, porque nunca le había parecido especialmente simpático y benevolente con la sociedad mágica.

Pero lo que sí le impresionaba era el hecho de que el señor Weasley hubiese sido nombrado nuevo Ministro de Magia. La señora Weasley, sin embargo, no parecía muy contenta.

- ¿Ocurre algo? -le preguntó Harry.

- Si... si... -comenzó ella, conteniendo las lágrimas- si... si mi Ronald estuviese... para verlo...

No pudo contener más las lágrimas, y corrió escaleras arriba, a su dormitorio. Hermione suspiró, y terminó su tostada. Instantes después, rompió también a llorar. Se cubrió el rostro con las manos, y se encogió sobre sí misma, acurrucándose en la silla. Harry se acercó a ella, y la abrazó. Hermione clavó en él sus húmedos ojos.

- Mira... -comenzó Harry- Sé que va a ser duro superarlo. Para mí también lo es. Ron era una gran persona y un gran amigo, y hay pocas personas como él en el mundo, capaces de hacer cualquier cosa, incluso dar la vida, por los amigos, por los lazos de la amistad. Y comprendo tu estado. Lo único que te pido es que... Intentes superarlo, porque la vida continúa, y allá arriba, Ron estará agradecido de que sigamos nuestros caminos.

- Oh, Harry...

Hermione no pudo contenerse más y se echó a sus brazos, le abrazó con todas sus fuerzas. Harry acarició sus cabellos, dejó que ella apoyara la cabeza sobre su hombro, que se desahogara.

Cuando Hermione se tranquilizó, no se separó de él. Se secó las lágrimas y le miró a los ojos.

- Siempre estás cuando te necesito, Harry. Siempre estás a mi lado cuando necesito un hombro sobre el que apoyarme, un amigo que escucha mis problemas. Pero creo que... creo que tú podrías ser... algo más que un amigo.

En ese momento le besó. Harry se entregó a ella en aquel beso, le demostró su amistad, incluso su amor hacia ella. De pronto se borraron de su mente las imágenes de Ginny Weasley y Cho Chang. Hermione, la amiga con la que había compartido más de seis años, dejaba de ser su amiga y se convertía en... algo más.

Cuando se separaron, sonrieron tímidamente, en el momento en que la señora Weasley regresaba de su cuarto, algo más tranquila. Al parecer, había conseguido dejar de llorar, aunque sólo fuese un rato. Así que Harry se decidió.

- Tengo... algo que contaros -les dijo, a la señora Weasley y a Hermione-. Es hora de que me vaya. Tengo que hacerlo. He de cumplir con lo que Dumbledore quería que hiciese, con lo que quiero hacer, porque es una forma de vengar a los que han muerto a mi alrededor. Así que... me voy. Tengo que ajustar cuentas con alguien. Alguien a quien todos temen, alguien a quien odio. Tengo mucho que hacer.

Apenas hubo terminado de hablar, la señora Weasley le abrazó con fuerza.

- Lo entiendo, Harry. Además, esta no es tu casa. Vete, haz lo que tengas que hacer. Pero sabes que aquí siempre habrá un hueco para tí.

- Gracias...

Entonces Hermione le abrazó de nuevo, conteniendo las lágrimas.

- Harry... Yo...

- Tengo que hacerlo, Hermione. Tú, más que nadie, sabes por qué.

Hermione asintió, le besó, y subió corriendo las escaleras. Harry no iba a ir a su cuarto, no iba a llevarse nada más que su varita. Antes de bajar a desayunar había dejado todo guardado para que no molestase, y en un rincón, había dejado la Saeta de Fuego, cubierta por la capa invisible. Sabía por qué lo había hecho. Podía hacerle falta. Se despidió nuevamente de la señora Weasley, y abandonó La Madriguera, decidido a acabar con Voldemort de una vez por todas.

Pero apenas se hubo alejado un poco de la vivienda de los Weasley, la puerta se abrió de nuevo, y de ella salió Hermione, que alcanzó a Harry corriendo.

- ¿Qué...?

- ¡Voy contigo! -exlamó ella, decidida- Te acompaño, Harry. Voy contigo.

- ¡Eh, para el carro! -cortó Harry- ¡No quiero que vengas! No me mires así, Hermione. Muchos de mis seres queridos han muerto por culpa mía. Gente inocente, gente asesinada simplemente por ocupar un espacio en mi corazón. No voy a permitir que a tí te pase lo mismo.

- ¡No me vas a retener! -gritó Hermione- ¡Vi con mis propios ojos como Voldemort mataba a Ron! ¡No pienso quedarme de brazos cruzados! ¡Di lo que quieras, pero no pienso quedarme aquí!

Harry comprendió que no había quien la parase. Y en el fondo, se sentía agradecido por su compañía.

Así que, juntos, abandonaron La Madriguera, y se adentraron en las inmensidades del mundo mágico, en busca de R.A.B., de los horrocruxes y de lord Voldemort.

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  • 4 weeks later...

¡Perdon por la tardanza!

Os traigo al fin el cap15.

 

Capítulo 15

Hagrid y Grawp

 

 

Harry y Hermione, en la Saeta de Fuego, volaban a lo largo de la noche bajo el manto de estrellas. Iban cubiertos con la capa invisible, y se dirigían hacia Hogwarts. Antes de empezar una búsqueda que podía ser la última, Harry pensaba visitar a Hagrid y hacerle saber lo que iba a hacer. Porque Hagrid era su gran amigo, la primera persona de confianza con la que había vivido tras su vida infantil en el hogar de los Dursley.

La Madriguera se encontraba lejos del lugar, pues tendrían que sobrevolar la vía del Expreso de Hogwarts para conocer el camino, que no era corto. Tardaban bastante, y Harry notaba que sus manos estaban entumecidas y que cada vez le costaba más mantenerlas bien agarradas al mango de la escoba, que estaba helado. Además, a causa de la velocidad la capa no paraba de golpearle la cara a causa del viento, y tenía la sensación de que saldría volando de un momento a otro y quedarían descubiertos bajo la luz de la luna.

 

Pero llegaron a la estación sin ningún otro inconveniente. Harry tenía pensado continuar volando hasta la cabaña de Hagrid, pero un débil grito de Hermione le hizo mirar abajo. Y al ver lo que vio, descendió y los dos bajaron de la escoba.

Estaban en Hogsmeade. O, al menos, en lo que alguna vez había sido el pueblo mágico al que viajaban de excursión en Hogwarts algunos fines de semana. Pero aquello no se parecía nada. Todas las casas estaban hechas ruinas, y los árboles estaban grises y secos. El ambiente era pesado y oscuro, y desde allí se podía ver una reluciente Marca Tenebrosa que se alzaba sobre el irreconocible y oscuro castillo. Harry sacó la varita y la mantuvo en alto mientras avanzaba con cautela entre las ruinas del pueblo.

Cuando llegó a una de las ruinas más cercanas al camino que llevaba hacia el castillo, algo crujió bajo sus pies, y al mirar al suelo, Harry vio que había pisado y partido en dos un cartel de madera lleno de astillas desprendidas. Decía claramente:

 

"Las Tres Escobas"

 

Harry apretó los dientes, hizo una señal a Hermione, y cubriéndose de nuevo con la Capa Invisible, echaron a andar hacia los terrenos de Hogwarts, de un castillo que no volvería a ser el mismo.

 

A causa del frío y de lo apretados que tenían que estar para caber en la capa invisible, tardaron algo más de una hora en llegar a las vallas, que estaban firmemente cerradas. Harry alzó la varita y murmuró:

- Alohomora

Para su asombro, el candado cedió al hechizo, y con un alarmante chirrido, las puertas de entrada a los terrenos de Hogwarts se abrieron. Harry tomó aire, y con Hermione a su lado, entró en los terrenos.

 

A medida que avanzaban, Harry se sentía cada vez más inquieto. No se sentía nada bien. Los terrenos estaban oscuros, y la hierba y los árboles, muertos. Además, estar cerca de un lugar tan maldito como lo estaba Hogwarts le producía escalofríos, y dado que aquel era el escondite de lord Voldemort, le ardía la cicatriz. No recordaba haber tenido nunca tantas sensaciones negativas a la vez, y aligeró el paso, intentando liberarse de ellas.

Cuando cruzaron los terrenos, sintió una punzada en el estómago. La cabaña de Hagrid estaba a oscuras, la puerta estaba abierta, y todo estaba en silencio. Harry salió de la capa, e ignorando las súplicas de su amiga, echó a correr hacia la cabaña, y entró en ella.

Estaba muy oscura.

- Lumos.

Harry echó un vistazo alrededor, inquieto. No había señales de Hagrid, pero todo estaba patas arriba. El enorme sillón estaba tumbado sobre los restos de la mesa, y los platos y tazas donde Hagrid solía servirles el té estaban echos añicos. Además, en una esquina, yacía Fang, el perro de Hagrid, con los ojos en blanco.

Harry apretó más los dientes, y salió de la cabaña con prisas. Hermione le esperaba fuera, inquieta, mirando alrededor, con la capa invisible en la mano. Harry se encaminó hacia ella cuando, de pronto, sonó una explosión en el Bosque Prohibido, y los árboles lejanos comenzaron a arder. Harry y Hermione intercambiaron miradas inquietas, y echaron a correr hacia el bosque. Hermione había dejado caer la capa, y Harry había dejado la escoba en la cabaña de Hagrid. Pero no lo recordaban, ni les importaba. Se internaron en la oscuridad del bosque, en dirección hacia las llamas que se veían entre los árboles. Iban deprisa, esquivando como podían los gruesos troncos, hasta que chocaron contra algo enorme, y cayeron al suelo.

- ¡Hermy! ¡Hagy!

Harry se levantó de un salto y contempló el enorme ser que se alzaba ante él. Era Grawp, el hermano de Hagrid. Tenía la cara llena de cortes y quemaduras, y la ropa estaba rasgada.

- ¡Hagy! ¡Hagid escapa malos!

Harry asintió, creyendo comprenderle. Ayudó a Hermione a levantarse, dirigió una última mirada al gigante, y continuó corriendo.

No tardaron demasiado en llegar al lugar del incendio. Varios árboles ardían y caían quemando otros. Si seguían así, el bosque entero acabaría hecho cenizas.

- ¡Aqua Eructo!

Comenzaron a apagar llamas, pero había demasiado fuego, y se extendía a mayor velocidad de la que ellos podían apagarlo.

Entonces, algo golpeó a Harry en la espalda, haciéndolo caer a pocos centímetros de un tronco caído ardiente. Volvió a levantarse, pero Hermione se lanzó contra él, los dos cayeron y rodaron. Hermione se incorporó y apuntó a Harry con la varita. Harry la miró a los ojos, sin comprender, y al hacer eso, entendió. Su amiga tenía los ojos en blanco, como suele tenerlos quien actúa bajo la maldición Imperius.

Harry la cogió de los hombros y la agitó con fuerza, intentando hacerla reaccionar.

- ¡No me dejas más remedio! ¡Desmaius!

Hermione cayó al suelo, inconsciente. Entonces alguien rió, y Harry se volvió.

Allí estaba. Un hombre vestido con una larga túnica de color oscuro, de cabello largo y canoso. Lucius Malfoy.

- ¡Muy bien, Potter! ¡Ahora estás solo!

- No, no lo está.

Harry giró de nuevo. A su lado estaba un individuo encapuchado, por lo que no podía ver quien era. El extraño agitó la varita, y Lucius Malfoy saltó por los aires. Luego, se volvió hacia Harry.

- Tenemos poco tiempo, Potter. He logrado levantar la protección un rato, pero no es nada fácil, así que tenemos que irnos.

Harry asintió. No sabía quien era, pero era la única persona en la que parecía poder confiar en aquel momento. El individuo tocó a Harry y a Hermione a la vez con las manos protegidas por guantes de goma, y se desapareció de allí con ellos.

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Escritora me llamo Kevin y soy de Valencia, yo tambien me estoy inventando un libro de Harry Potter y el tuyo me ha encanatado, el mio se llama Harry Potter y los Sagrados Muertos(que luego por cierto, descubrí que la J.K.Rowling ha llamado a su libro los muertos sagrados. Si quieres cuando termine el 6 capitulo te lo envio. Espero que te guste, bueno, :D dew!.

¿Escritora? Sí, la verdad es que si.

y no lo digo de coña, porque estoy escribiendo el primer libro de una trilogía que pienso enviar a una editorial...

 

Es "La trilogía de la luna I: El palacio de la noche"

 

Pero bueno, no nos vayamos por otros temas. En un par de días como mucho os paso el capitulo siguiente.

¡Hasta pronto!

 

 

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  • 4 months later...

oal de nuevo, soy kevin croft, keria invitarte a leer mi libro de harry potter pero como es muy grande el arxivo te los enviaré por el msn, dame porfavor el correo electrónico tuyo y te lo envio. Dew y lee el mio de tomb raider colgado, el tema se llama mi relato de tomb raider. esta por arriba

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¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Lara!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! nom lo puedo creer!!!!!!!! tu escribiendo un relato de hharry potter y yo sin leerlo!!!!!!!!!!!!!!! eso es un delito!!!!!!! oyoyoyoyoyoyoyoy k fuerte!!!! weno, supongo k me lo tengo k empezar jajajajaja pero si not importa voy a esperar ak pasen estos dos ultimos dias de instituto jejejeje.

 

PD: no creo k aga falta volver a decir k escribes genial... ya eso sería hacerte la pelota:P:P:P

 

saludos!!!!

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