Jump to content

Todos los sentimiento provienen del miedo


PipeFontE

Publicaciones recomendadas

Prologo

 

 

 

"He estado haciendo muchas investigación al respecto del tema. He descubierto cosas impresionantes, cosas realmente maravillosas."

 

 

 

Mi padre sostenía una extraña teoría respecto a los sentimientos. Todos, absolutamente todos, eran derivaciones del Miedo. La felicidad, el amor, la tristeza, la desesperación, la frustración; todas, son una forma de expresar miedo. Era extraña e interesante. Quise encontrar una forma de probarlo, y escribi una historia; mi historia.

 

 

 

"Mi historia no es interesante, y si buscas una historia comica, o de accion esto no es para ti.

 

Todo partio cuando apenas era un joven de 17 años. Y me enamore…De otro hombre."

 

 

 

PD: Este cuento no refleja para nada mi persona (Para que no se malinterprete) Y si no es muy bueno, es por que se me hace bastante complicado meterme en el personaje.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

-¡Espera!-Le tome la mano y lo besé. Ha sido hasta ahora el beso más hermoso que he dado en mi vida. Fue tanto el amor, la furia, la pasión con que se lo di…

 

 

 

Capitulo 1: Miedo.

 

 

 

 

“Es el miedo quien detiene a la persona a expresar sus verdaderos sentimientos. En ocasiones, al conocer la respuesta que va a tener la otra persona al declararse uno, aumentan los nervios…Y el miedo”

 

Todo partió, si no me equivoco, hace un mes. Un día que prometía ser normal. Común y corriente. Estaba ahí parado frente al paradero como un imbecíl (o quizás sentado mirando el suelo) Esperando el bus que me llevaría por fin a...No lo se. No tenía idea donde me llevaría el bus. Lo único que quería era escapar.

 

Como por arte de magia, lo veo allí, caminando por la calle del frente. Radiante y hermoso. Pero a la vez hermosamente agrio. Sus ojos estaban mas azules, su pelo más rubio. Era maravilloso verlo caminar por ahí con su mirada de soledad, con su postura de sumisión, con ese silencio que te lo dice todo.

 

El miedo en ese momento llego a ser tan fuerte, que en un impulso, grite su nombre.

 

 

 

-Que quieres…-Comenzó a decirme -… ¿Tienes algo que decirme?-Se acerco a mi, mi corazón se acelero, sus ojos me miraban con ese destello que a mi me derretía. Su voz tenía algo que me encantaba. Se acerco a mi y el miedo se apodero de mi corazón, lo único que quería decirle en ese momento era…

 

-Te amo-Las palabras salieron de mi boca casi deslizadas por el impulso. Llevaba guardadas esas palabras hace tanto tiempo que era imposible seguir escondiéndolo más. Necesitaba sacarme de alguna forma esta presión que me seguía, me quebraba y me hacía caer.

 

 

 

Que busco, me dije una y otra vez al momento de la declaración. Que era lo que esperaba que el me dijera.

 

 

 

“El miedo es capaz de demostrarse en distintas formas” Decía mi padre. “Lo único que este busca es salir de alguna manera. En ocasiones se retiene por tanto tiempo que estalla de formas impensables. El miedo también es un sentimiento, y por tanto se retiene. Para no demostrar debilidad, o quizás, para aparentar la hombría”

-Ok-Dijo y siguió caminando. Como si no le hubiese importado lo que le acababa de decir.

 

-¿Te pasa algo?-Era evidente que si. Uno no ignora una declaración como esa. O por lo menos viniendo de alguien como yo.

 

 

“Debes tener mucho cuidado con lo que preguntas, siempre el miedo te lleva a decir palabras de desesperación”

 

-No te interesa-Contestó. Todo su brillo desapareció en un instante. Quizás era un brillo falso, superficial. Aunque quisiera parecer fuerte, la sensibilidad en su manera de mirar, de hablar, lo delataba.

 

-No te preocupes-Lo abracé-Siempre estaré donde y cuando me necesites, nunca estarás solo. Te prometo que siempre estaré para darte un abrazo, un consejo si lo necesitas. Todo lo que quieras….-Y al oído le susurre las dos palabras más hermosas del universo.

 

 

 

Se saco de encima mi abrazo y siguió su camino. Esta vez no intente volver a abrazarlo. Lo entendía. Aunque no dijera una palabra yo sabia que tenia miedo, sus ojos me lo decían. Y aunque el no lo quisiese demostrar, lloraba. Lloraba hacia dentro por miedo a hacerlo por fuera. Ese es el dolor mas grande que uno puede llegar a sentir, la soledad. No tener a nadie a quien abrazar, no tener a nadie con quien llorar.

 

 

 

“El llorar hacia adentro es solo producto de la soledad.” Recordé de nuevo las palabras de mi padre “Tener miedo a que alguien te pregunte por que no poder responderle, no saber responderle”

 

 

-Te amo…-Intente decirle otra vez, pero ya estaba demasiado lejos. Era demasiado tarde. Unos metros mas lejos de donde estaba, por donde el caminaba, había caído una lagrima. Una lagrima de miedo, de desesperación.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Muy bueno, sinceramente, genial, estaba pensando escribir algo por el estilo.

Espero más pronto, me has enganchado ya con este capítulo, de seguro que reflejarás la realidad a más no poder, involucrando problemas emocionales, fisicos y como no, familiares.

Espero leer más pronto, me ha gustado bastante lo que he leido, y eso que no soy de pasar por esta sección.

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Capitulo 2: desesperación

 

 

Al escribir esto recuerdo 12 años atrás. Cuando apenas iba en octavo básico. Cada vez que llegaba a casa encontraba libros por todas partes, llenos de palabras que en ese momento me parecían extrañas, palabras, que como ahora me doy cuenta, que juntas creaban una hermosa frase.

 

Cuando mi padre estaba vivo, escribía palabras hermosas. Era psicólogo y se dedicaba a entender al amor. Quería comprender, cual era la razón del dolor que este producía. De donde salía tanta pasión. Recuerdo que había cientos de cuadernos al lado de la chimenea, donde se sentaba en el sillón y ponía a escribir. Era capaz de pasar horas escribiendo apuntes. Escribiendo poemas, relatos, palabras y palabras que juntas contaban una hermosa historia de amor y desamor.

 

 

 

-Para que escribes-Recuerdo que un día le pregunte-¿No es inútil que escribas millones de cuadernos sin mostrárselos a nadie?

 

-¿Quieres leer?-Me respondió firme y frió.

 

 

 

Recuerdo ese día por que por primera vez reconocí el amor dentro de mi cuerpo. Mi padre puso todos los cuadernos en una mesa que quedaba al centro de mi habitación. Y yo curioso comencé a leerlos, uno tras otro. Fue hermoso y a la vez horrible. También recuerdo que ese día, mi padre escribió como nunca antes lo había echo, en un último cuaderno. Era de color negro, de tapa dura y tenia 300 hojas. Mi padre ese día las completo todas.

 

Como era de costumbre en mi casa, al irse a dormir se cerraban todas las puertas. Yo me fui a acostar y cerré la puerta del pasillo (Un pasillo que solo daba a mi habitación) Y luego claro, la puerta de mi habitación. Con esto quedaba completamente aislado del resto de la casa. Hasta incluso el oxigeno me entraba solo por una ventanilla que había en la pared del lado de mi cama. Al despertar y abrir las puertas me encontré con aquel cuaderno en la chimenea. El fuego ardiendo como nunca. Y mi padre tirado boca arriba sobre la alfombra.

 

 

 

“Mi alma conoce ahora el verdadero sentido del amor” Decía en la portada del cuaderno. Palabra que he recordado hasta el día de hoy. Aun sigo buscando aquel sentido.

 

 

 

Es desesperante ver al hombre que amas, no poder decirle lo que sientes de una vez. “No sabes que hacer, te das una vuelta y otra pensando en que decirle.” Pero no encuentras forma decirlo. Y entonces te acercas, quieres decirle todo pero te enredas y quedas como imbecíl.

 

 

 

-¿Estas bien?-Le pregunte tímido-Ayer…Yo…Estem…Bueno…-Estaba muy nervioso por lo que ayer había echo.

 

 

 

No respondió nada. Solo me miro con tristeza. Sus ojos me decían que me necesitaba. Que no sabia que hacer. Quería decirme todo lo que le pasaba pero se confundía en sus pensamientos. Estaba desesperado…No tenia a nadie.

 

 

 

-Por favor…-Me susurro-…No me busques, no me llames, no te me acerques. No te quiero.

 

Sus ojos sin embargo, me demostraban todo lo contrario. Necesitaba a alguien. Estaba completamente desesperado. Había llorado, pero no había podido demostrarlo, sus ojos estaban completamente rojos, solo por dentro.

 

“Si realmente ambos sienten amor, serán capaces de ver hasta dentro de sus ojos. Sus pensamientos, sus sentimientos”

 

No estaba dispuesto a rendirme, yo también lo necesitaba, yo realmente lo amaba. También había llorado sin saber por que. También estaba completamente solo.

 

 

 

-Te amo-Se lo dije con toda la ternura existente en mi alma. Con todo el sentimiento de lo más profundo de mi corazón.

 

-¡Imbecíl…-Me respondió frió-…Entiende que no te amo, ya ni como amigo te quiero!-Se paro para irse…

 

 

 

“Si se siente amor verdadero, no se dejara ir a la persona amada. Y si esta no siente lo mismo por ti…”

 

 

-¡Espera!-Le tome la mano y lo besé-…No te dejare-Lo abracé con toda mi fuerza. Y aunque el quería salirse yo no lo soltaba.

 

 

 

“quizás si solo supieras lo que va a pasar…”

 

 

-*******…-Me dijo en tono de burla y dejo de hacer fuerza alguna. Me abrazo suavemente y puso su cara en mi pecho-

 

 

 

“…Olvídalo. Seria todo mucho mas complejo.”

 

 

No entendía nada de lo que sucedía. Primero me dice que no me ama y luego me abraza. ¿Qué esta pasando por su mente? Es tan extraño. Nada de lo que tenía planeado había sucedido. Era desesperante no saber por que estaba pasando todo esto. Probablemente en una situación algo mas común lo hubiese separado de mi y le habría preguntado por que era tan bipolar. Pero era tan tierno…Que no pude hacer nada.

 

 

 

-¡Despierta…Por favor despierta!-A lo lejos escuche la voz de mi vecina-¡Vamos…!- Cerré los ojos y deje de ver aquella hermosa imagen del abrazo. Comencé a escuchar un sonido, primero fue un pitido lejano, luego un ruido fuerte, para cuando realmente lo pude reconocer vi a las llamas consumiendo el recuerdo de un maldito sueño. Vi como poco a poco desaparecían las huellas que había dejado al irse, por que no podía ser igual con mi corazón.

 

No me podía mover, no quería. Quería que al igual que aquella plaza del recuerdo, mi corazón fuera quemado por completo. Olvidar todo lo que sentía, todo lo que en algún momento sucedió. Empezar de nuevo.

 

 

 

-Te amo-comencé a hilar de nuevo la historia en mi cabeza-No puedo vivir sin ti, te necesito.- Me pude ver mirándolo a los ojos, sus brillantes ojos azules. El permanecía en silencio, inmóvil. El también me miraba, me decía que me amaba con su silencio. Podía oírlo cantar una hermosa canción a través de sus ojos.

 

La canción relataba un amor prohibido e imposible. Decía, que a pesar de las conexiones que entre ellos existían. Había una barrera que los separaba por completo. Una barrera que a momentos desaparecía y dejaba escuchar todo lo que querían decirse. “Dulces palabras que nunca antes habían sido escuchadas, dulces palabras que cada vez eran mas hermosas”, decía. Permitía también, al abrirse esta barrera. Verse y darse cuenta cuanto se amaban. Sin embargo cuando se iban a tocar, esta barrera volvía a cerrarse.

 

 

 

-Yo quisiera…-Lo escuche susurrarme-…Solo quisiera…-Lo decía una y otra vez. Sin embargo no seguía. Se quedaba callado y lo volvía a repetir, como un disco rallado.

 

-Quisieras tocarme…-Lo ayude un poco-…Quisieras besarme, hablarme, abrazarme…

 

-…Quisiera amarte…-respondió-…Yo quisiera…-Volvió a repetirlo una y otra vez, infinitamente-…Solo quisiera.

 

 

Enlace al comentario
Compartir en otros sitios web

Crear una cuenta o conéctate para comentar

Tienes que ser miembro para dejar un comentario

Crear una cuenta

Regístrese para obtener una cuenta nueva en nuestra comunidad. ¡Es fácil!

Registrar una nueva cuenta

Conectar

¿Ya tienes una cuenta? Conéctate aquí.

Conectar ahora
×
×
  • Crear nuevo...