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TR: La Trilogía Final


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No en el original no moría pero van a cambiar muchas cosas y el tercer libro posiblemente lo reestructure por completo

 

CAPÍTULO 5

 

Lara fue a Croft-Tech. La empresa de su tío. La única posesión de su padre que Lara no había conseguido heredar.

 

Llegó al vestíbulo y se fijó en todos los detalles. El exterior del edificio era totalmente de cristal. Dentro, también los muebles, sillas, objetos expuestos y demás eran, o bien de cristal, o bien de un material que no reconoció, pero que también era muy brillante y totalmente limpio.

 

Escuchó jaleo cerca de allí. Provenía de una puerta que había en un lateral. Miró al techo y se fijó en unos andamios que se colaban al cuarto. Con un par de saltos llegó a una plataforma superior y se adentró en el cuarto.

 

Era muy grande. En forma de círculo. Se dividía en dos secciones. El primer semicírculo se dividía en asientos. La fila pegada a la pared estaba casi tocando el techo. Las siguientes iban bajando, igual que un cine. La segunda parte era un escenario con un micrófono en el centro y una pantalla holográfica a un lado, en la que se mostraba el Sción, cosa que interesó aún más a Lara.

 

-…por lo tanto- prosiguió el hombre que estaba en el micrófono, dirigiéndose a los cientos de personas que había en los asientos- nuestros mejores arqueólogos ya están en la búsqueda del Scion. Un potente artefacto, proveniente de la Atlántida.

 

Eso causó un gran revuelo en la sala. Lara se fijó un poco más y se fijó que el hombre que hablaba era Errol.

 

-Y todo esto- dijo finalizando- se lo agradecemos a la casi desaparecida Natla Technologies.

 

Lara no aguantó más. Tenía que volver a la Gran Pirámide. Tenía que comprobar si su peor enemiga seguía atrapada.

 

………………………

 

 

 

Al día siguiente, Lara aterrizaba con un helicóptero delante de la entrada a la pirámide, ahora hecha un montón de piedras quemadas y cenizas.

 

Llegó a la cámara donde había dejado a Natla fijándose en que todas aquellas inscripciones de fuego ya no estaban, no siquiera grabadas en las paredes.

 

Se acercó a la columna que estaba en el suelo. No se veía a nadie, y era demasiado pequeña para esconder a nadie. Tenía que salir alguna extremidad para haber alguien.

 

Empezó a pasear por el resto de las salas, observando todo, pero no encontró a Natla o a cualquier otra cosa que le hubiera servido.

 

Entonces llegó a la sala donde estaban las plataformas. Ahí había destruido el Sción y al monstruo atlante gigante. ¿Seguirían allí las piezas rotas del artefacto?

 

Con su gancho se fue abriendo paso hasta llegar a la plataforma superior.

 

Como la última vez, allí se encontraba la roca donde debía estar el Sción. Registró un poco y al final, lo consiguió.

 

Cogió las tres partes rotas y las pegó. No pasó nada. De repente todo cambió. Todas las inscripciones de fuego volvieron. Las cenizas, las piedras quemadas y todos los rastros de explosión desaparecieron y, lo mejor de todo, fue que el increíble artefacto que tenía en sus manos se unió, y comenzó a brillar.

 

Lara se quedó mirándolo, asombrada, hasta que algo le atravesó el corazón. Se giró con las pocas fuerzas que le quedaban. Natla le había clavado una de sus alas, pero estaba acompañado de otros 2 hombres. Lara reconoció a uno: Errol pero el otro… ¿era Zip?

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  • 1 month later...

Siento haber estado inactivo pero aquí vuelvo con el capítulo 6:

 

-Recoged el cadáver- ordenó Natla a Errol y a su misterioso acompañante.

 

De repente, el Sción empezó a brillar con una luz cegadora que iluminó toda la estancia. Después, cuando cesó la luz, Lara ya volvía a estar en pie, sin rastro alguno del corte del ala de Natla.

 

-¿Qué ha pasado?- dijo el hombre extraño, aunque, por primera vez, Lara lo vio. Por primera vez entendió por qué siempre la seguían a través de objetos electrónicos. El hombre era Zip.

 

-¿Zip? ¿Qué estas haciendo?

 

-¡Aprovechando la oportunidad que tu no me diste! ¡Natla me ha ofrecido la oportunidad de reinar con ella en La Séptima Edad.

 

-Otra vez la séptima edad. Natla ya la mencionó cuando nos peleamos en el 96. ¿Se puede saber que es?

 

-No te concierne, Lara- dijo Errol.

 

-No te chulees, Errol. Seguro que ni tú lo sabes.

 

Su tío se abalanzó sobre ella para pegarle. Lara lo esquivó, con una patada en el aire tumbó a Natla y a Zip y, después, antes de que Errol volviera a atacarla, le disparó en la rodilla.

 

Pegó un enorme grito al contemplar su rodilla. Lara saltó y le dio una patada en la cara mientras lo sobrevolaba, después, se cayó detrás de él y le dio un golpe en el cráneo con la pistola, lo cual, lo dejó inconsciente en el suelo.

 

Lara le apuntó con la pistola pero una bola de fuego le sacó la pistola de la mano.

 

Zip se había convertido en un demonio atlante. Empezó a volar lanzándole más bolas de fuego. Las esquivaba como podía.

 

Al cabo de un rato, Natla también se echó a volar para ayudar a Zip, hasta que consiguió agarrarla con el cuello pero, Lara cogió la pistola y disparó, pero la reina de la Atlántida desvió la bala hacia Zip con una llamarada y él, que no era del todo atlante, cayó al suelo, gritando porque se le acababa la vida, hasta que volvió a su forma humana, muerto.

 

Lara contuvo las lágrimas y, aprovechó que Natla pensaba que estaba distraída para darle una patada, con lo que se soltó.

 

Salió corriendo hacia el Sción pensando en su única alternativa, que tenía un millón de posibilidades de error. Cogió el Sción y se lo lanzó a Natla, clavándoselo. Los dos se evaporaron en una intensa luz, pero la Gran Pirámide volvió a derrumbarse.

 

Empezó a correr y casi no se salva, pero al final consiguió volver al helicóptero.

 

 

 

Recordad que también podeis leer más de mis relatos en http://izaroncio.googlepages.com

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Pues aquí pongo el epílogo:

 

El entierro de Zip fue a la semana siguiente. Compraron un ataúd, pero no había ningún cuerpo dentro.

 

Lara, a través de los matones de Errol recuperó sus permisos del ejército, con lo que volvió a ser una persona respetada, pero ya no le importaba. Zip, su gran amigo la había abandonado. La había traicionado. No podía creérselo.

 

Entró en su habitación, se puso un camisón y se echó en la cama. No podía dormir. Tuvo muchísimas pesadillas. Se despertó a las 4 de la mañana. Fue a buscar sus zapatillas a su armario y casi no contiene un grito al ver la figura que la esperaba en el interior: Kurtis Trent.

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  • 3 months later...

PARTE 3: VIDA INEXISTENTE

 

PRÓLOGO

 

-¿K-Kurtis?

 

La imagen de su antiguo compañero quedó inmóvil, mirándola fijamente con una expresión entre sonriente y triste.

 

De repente, hubo una explosión en el jardín. Lara giró la vista para mirar por la ventana y cuando se giró de nuevo, Kurtis ya no estaba.

 

-¿Qué está pasando?

 

Sin previo aviso, desde el exterior, una granada explotó justo delante de la ventana, destrozándola y lanzando a Lara contra la pared contraria, llena de cristales clavados en su espalda.

 

-¡Lara!- Winston había entrado en la habitación, cuando vio como otra granada aparecía rebotando dentro del cuarto. Agarró a su vieja amiga y la arrastró fuera, pero, antes de que consiguiera bajar las escaleras, se acabó la cuenta atrás y mayordomo y señora quedaron inconscientes al borde de la muerte en el suelo.

 

……………………………………………………………………………….

 

 

 

-¿Está despierta, señorita?- Lara se despertó y pudo ver la cara de Winston con un collarín alrededor de su arrugado cuello.

 

-Mmmm- hizo algún ruido antes de levantar la parte superior de su cuerpo y sentarse en la camilla del hospital.- Sí. Al menos eso creo.

 

-Nunca perderá su sentido del humor, querida.

 

-Eso parece.

 

-¿Miss Croft?- entró un médico por la habitación.

 

-¿Si?

 

-Soy el Dr. Opps. Aunque no se ha dado cuenta, llevo 4 semanas atendiéndola.

 

-¡4 semanas! ¿4 semanas? ¡Llevo 4 semanas inconsciente!

 

-Tranquilícese. Tiene suerte de estar viva y no tener ninguna lesión permanente. Casi se rompe la espalda.

 

-Fue por esa granada. Me la lanzaron por detrás.

 

-¿Fue esa la causa de la primera explosión?- preguntó Winston, quien solo la había visto tirada en el suelo sangrando.

 

-Sí. Pero no se quien pudo ser el responsable. Por cierto, ¿cómo llegamos al hospital?

 

-Alister llegó pronto de Paris.

 

-¿De Paris? ¿Cómo que de Paris? ¡Si estaba en el funeral!

 

-Bueno, pero eso fue hace 2 meses, señorita.

 

-No, Winston, fue el día de la explosión.

 

-No, querida. Unos días después del funeral le pediste que fuera a Paris, donde el señorito Zip había trabajado de cocinero.

 

-Yo… no lo recuerdo.

 

-Doctor, ¿es posible que tenga algo de amnesia?

 

-Sí, pero… en caso de que la tuviera no debería recordar el momento de esa explosión. Debería haber cogido un punto concreto, más lejano o más cercano según la gravedad de la lesión y a partir de ahí no recordar nada.

 

-¿Y entonces?- preguntó Lara extrañada.

 

-No estoy totalmente seguro. A lo mejor el recuerdo de esa explosión no es real, sino que es un sueño y cree que fue la realidad.

 

-Lo que significaría que no recuerdo nada desde el funeral.

 

-Es posible.

 

Salió del hospital una semana después. Aunque le había dado la razón al doctor, sabía que no era un sueño y, por encima de todo, sabía que realmente había visto a Kurtis.

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