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TOMB RAIDER. El Cataclismo


Lara Legend

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Un aplausoooooooooooooooo !!!!!!!!!!!!! joe eres buenisima escribiendo felicidades nuevo :wink:

 

Me ha encantado la escena del ciclope y el Maestro pero... ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¿¿¿¿¿¿¿¿¿ QUE PASO CON LARA??????????!!!!!!!!!!!!!!!! cuenta lo que paso con Lara !!!!!!!!!!!!!

 

Espero el proximo capitulo :lol: sigue asi eres muy buena escribiendo :lol:

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Un aplausoooooooooooooooo !!!!!!!!!!!!! joe eres buenisima escribiendo felicidades nuevo :wink:

 

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Espero el proximo capitulo :lol: sigue asi eres muy buena escribiendo :lol:

 

Que qué pasó con Lara??

 

A ver, te explico... (no, no te lo voy a contar ahora XD)

Mi intención es alternar bien las escenas para que algo crucial ocurra en el momento justo con los sucesos justos. ¿Entiendes? Quiero decir, que cada cosa tiene que pasar exactamente en cierto momento previsto para que el hilo temporal funcione.

Pero tranquilo, el capítulo 6, que vendrá mañana a las 5 de la tarde, tratará sólo de Lara y un poquito de Amanda.

Hasta mañana entonces!

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Pues ya sigo XD

 

FIN DE LA 1º PARTE

 

CAPÍTULO 6

Traición

 

Cuando Lara saltó al exterior, cubriéndose la cabeza, creía que todo iba a terminar, que su hogar se haría pedazos con su gran amiga Anaya dentro. Pero lo único que sintió fue algo metálico en su cabeza. Alzó la mirada, y vio que una docena de mercenarios armados con metralletas estaban apostados en los jardines de su mansión, y uno de ellos le estaba clavando en la frente la punta de su arma.

- ¿Qué significa esto? –gritó.

- ¡No te alteres! –cortó el hombre, con un acento inconfundiblemente ruso. Lara apretó los dientes, y entonces Anaya salió de la casa. Tras ella iba un soldado que llevaba atado a Zip. Lara estaba asustada.

- Anaya, ¿qué significa esto? –susurró.

- Lo siento mucho, Lara, pero vas a tener que pasar a mejor vida.

- ¿De qué estás hablando? –a Lara le fallaba la respiración. No podía creer lo que estaba viendo y oyendo.

- Bueno, ya que voy a matarte, puedo hacer que descanses en paz sabiendo la verdad –suspiró-. Yo nunca he querido tratos contigo, Lara. Será mejor que empiece desde el principio. Hace tiempo, cuando te hablé de Bolivia, del zócalo de piedra, lo hice con el deseo de deshacerme de ti.

- No… -Lara temblaba de pies a cabeza. No de frío, tampoco de pánico, sino de la amarga sensación que produce descubrir que uno de tus mejores amigos siempre te ha traicionado, o quizá no te ha traicionado, sólo ha fingido, siempre.

- Sí, lo siento mucho pero sí. Mi madre era hermana de lord Vhrathem, conocido por todos como el Maestro, líder de un antiquísimo grupo de sacerdotes egipcios llamado Ghód-Ahi. Nada más nacer yo, me predestinaron a servir al Maestro y cumplir su voluntad. Siendo sólo una niña, ya cumplía objetivos importantes. Digamos que yo era el ojo derecho del Maestro. Cuando tenía diez años, mi madre murió sepultada bajo los escombros de una antigua pirámide, y desde entonces él me cuida como si fuera mi padre, pues al verdadero nunca llegué a conocerlo, tampoco nadie hablaba de él. Era como si nunca hubiera tenido padre verdadero. Bueno, como iba diciendo, pasó el tiempo y yo hacía los trabajos más importantes para el Maestro. Él tenía una lista negra, una serie de individuos de todo el planeta que él quería eliminar para cumplir los planes. En cierto momento apareciste tú en la lista, como siguiente objetivo, y me lo encargó a mí. Así que te hablé de un zócalo ornamentado de piedra que había encontrado en Bolivia tiempo atrás, durante unas excavaciones, y como estaba previsto, fuiste a explorar, a resolver el misterio. El Maestro envió a otros dos grandes siervos suyos, James y Amanda, para que te esperasen con sus hombres junto al zócalo, y te eliminaran. No obstante te subestimamos, y saliste bien parada. Por si fuera poco, descubriste que Excalibur, un arma que el Maestro ansiaba conseguir, existía, y tú también la querías. Había que eliminarte, pues el Maestro enfurecería si llegabas a estropear su plan de obtener la espada de Arturo. así que quedé contigo en Paraíso y dispuse a mis hombres para que te tendiesen una emboscada, pero escapaste. Cogí el coche y conduje a mis hombres hacia el lugar donde supuestamente murió Amanda, pensaba que allí entrarías en trance por lo que ocurrió y podría eliminarte. Pero no, mataste a mis hombres, bajaste al templo de Paraíso y un espía me atacó, pero por suerte tú le eliminaste. Entonces ocurrió lo que más temíamos: comenzaste a buscar los fragmentos de la espada y te reuniste con Takamoto en Japón. Así fuiste reuniendo fragmentos de la espada. El Maestro envió a James Rutland a conseguir el fragmento que había escondido en el templo de Ghana, y tú fuiste tras él. Mientras le vencías y le robabas el fragmento, Amanda entró en tu mansión y robó varias cosas. Entonces…

- Por favor, Anaya –cortó Lara, a la vez incrédula y cansada-. Lo que pasó en aquella aventura lo sé perfectamente, estás hablando de mí. ¿Puedes contarme algo que yo no sepa?

- Muchas cosas. Pero no te interesan, créeme.

- Yo no estaría tan segura –Lara escupió a los pies de Anaya, que soltó una carcajada.

- Bueno, hay una que sí te interesa, y te concierne. Pero es muy dura. No es el momento de contártela.

Anaya dio media vuelta y dijo:

- Matadlos a los tres.

- ¡Anaya! –gritó Lara. Su ex amiga se volvió- ¿No es el momento de contármelo? ¿Y cuándo me lo contarás? ¿Cuando subas a verme?

Anaya caminó hacia ella, dudosa.

- Créeme, Lara. No quieres oírlo. Este no es el momento para contártelo. Ese momento no existe, Lara. No te lo voy a decir nunca.

- Como quieras.

De insólito, Lara dio una serie de volteretas hacia atrás, esquivando los disparos de los mercenarios, trepó al mismo árbol que lo había hecho el asesino de Alister, y antes de saltar, dijo:

- ¿Seguro que no quieres decírmelo? ¿Te lo vas a guardar toda la vida?

Anaya desenfundó sus dos pistolas gemelas y apuntó a Lara.

- Te lo diré si vuelves aquí.

Esta vez fue Lara quien rió.

- ¿Cómo puedes creer que voy a aceptar semejante acuerdo? Si no me lo cuentas, tendré que sacártelo yo… por la fuerza.

Desenfundó rápidamente sus dos pistolas gemelas y, sin previo aviso, disparó, hiriendo a Anaya en la pierna derecha. Ésta se tambaleó y cayó al suelo.

- No te creía capaz de algo así, Lara. Pero no pienso contarte nada.

Lara disparó de nuevo, y Anaya sintió que la bala rozaba su oreja izquierda.

- Lo has hecho a propósito.

Lara sonrió.

- No, he fallado.

Anaya miró a Lara a los ojos, y se dio cuenta de lo que había hecho. En todo el tiempo que había pasado había llegado a apreciar a Lara, y ahora estaba tirando su amistad por los suelos.

- ¿Seguro que no lo has hecho a propósito?

- Te aseguro que, si vuelvo a apretar el gatillo… ¡eres tú la que descansa en paz!

Anaya miró alrededor. Todos los mercenarios apuntaban a Lara con sus armas.

- Lara –dijo, intentando levantarse sin éxito-, yo que tú no lo haría. Si me matas, mis hombres se encargarán de que me acompañes.

- No, Anaya. Yo subiré y tú bajarás.

Anaya se mordió el labio. Lara tenía razón, pero no quería admitirlo. Sin mirar a la que alguna vez fue su amiga, sabía que su dedo presionaba lentamente el gatillo. Lara iba en serio.

- Muy bien, como quieras –susurró, vencida-. Lara… yo maté a Alister.

En ese momento, el tiempo se congeló. Lara era una estatua encima de un árbol, el mundo corría a su alrededor y ella permanecía inmóvil. No podía creerlo. En cinco minutos, su mejor amiga había pasado a ser su peor enemiga.

- Anaya… -susurró, temblando- Te juro… sobre la tumba de Alister… poniéndote a ti misma como testigo… que vengaré a Alister. Y eso significa…

- Sé lo que significa, Lara. Esperaré el momento para eliminarte yo a ti.

Lara sonrió con sarcasmo, y se preparó para saltar a la calle.

- Espera –dijo Anaya-. Hay algo que debo decirte.

- ¿Más sorpresas? Estoy llena, gracias.

- No, es que…

Anaya se quedó sin palabras. Lo había olvidado por completo. El Maestro se encontraba en aquella pirámide, a punto de romper el sello y liberar al dios Seth, si es que no lo había hecho ya. Seguramente el Maestro necesitase su ayuda. Se volvió hacia sus mercenarios. Lara se encogió de hombros y saltó a la calle. Desde allí, escuchó la voz de Anaya:

- ¡Regresad a los camiones! ¡Tenemos que ayudar al Maestro! ¡Él sólo no puede romper el sello de Seth!

Lara sonrió. ¿El sello de Seth? ¿El malvado dios egipcio?

A su derecha había una reluciente moto. Acarició el manillar, montó y arrancó mientras susurraba para sí:

- Otra vez a salvar el mundo…

 

 

- ¿Estás loca?

Peter no podía creer lo que había dicho Amanda. ¡Romper el sello de Seth! ¡Era una locura!

- No, no es ninguna locura. El Maestro nos habló de ello, ¿no te acuerdas?

- Para nada –Peter se rascó la cabeza. Amanda sacó un montón de rollos de pergamino del Viddo Praminnio, una serie de documentos que se entregaban a los nuevos miembros del Ghód-Ahi. Buscó y abrió uno de ellos, y se lo ofreció a Peter para que leyera.

 

Artículo 17 de las divinidades egipcias

“El secreto de Seth”

Who-Fhe-Huv, auténtico fundador del Ghód-Ahi, descubrió algo muy importante sobre el dios Seth. Éste, tras ser vencido por Horus, fue encerrado en una tumba en los cimientos de la tierra, y ésta sellada con varias trampas. Los dioses colocaron la tumba en una sala continua a la Cámara Nirumath, un lugar colosal situado debajo de las mismas tierras de Egipto, y cuyo único acceso es el paso de la pirámide donde descansan los restos de Imothep I. El primer sello es la misma pirámide, a la cual los dioses llamaron Camino de los Muertos, y la prepararon para engañar a la misma magia y al ojo humano. El segundo sello es la Cámara Nirumath en su inmensidad, pues los dioses situaron la puerta a la tumba en un punto perdido, de forma que el muro y la puerta sólo fuesen visibles desde cierto ángulo. Para abrir esa puerta, además, se necesita la Llave del Equilibrio, oculta en algún lugar perdido de Inglaterra, y se requiere el uso de la magia para colocarla en la cerradura y hacerla girar. El cuarto sello, tras la pirámide, la cámara y la llave, es la bestia, el gran cíclope que defenderá la puerta hasta la muerte. Los demás sellos se desconoce, pero se sabe que son siete en total.

 

- Hm… -Peter se acarició la barbilla- Eso concuerda con lo que dijiste antes, eso de que no se ha revelado todo sobre el dios Seth. Amanda, me has convencido. Vamos a investigar.

- Bien –Amanda corrió a prepararse, lo mismo hizo Peter. cuando se marchaban, Amanda dijo:

- La pirámide de Imothep I, ¡allá vamos!

 

Mientras el Maestro caminaba por un interminable sendero oscuro, buscando el origen de la luz roja, Lara, Amanda y Peter avanzaban hacia ese mismo lugar, sin saber Lara de los otros dos ni viceversa. Y mientras tanto, un helicóptero aterrizaba frente a una gran pirámide, y de él bajaba una ingeniero llamada Anaya Imanu.

 

Continuará...

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¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡uuuuuuuuuaaaaaaaaaaaaaaauuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡¡¡k guay!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! eres mi ídolo!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! jajajajaja m encanta, ¡¡nunca hubiera imaginado que era Anaya!!! ¡¡¡ni cuando apareció en la mansión!!!!! ¡¡jaber con qué más nos impresionas!!!!

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Pues.... sigo!!!!

 

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CAPÍTULO 7

Reencarnación

 

El avión acababa de aterrizar. Lara se encontraba en Egipto, a unos treinta metros del Nilo. Ante ella se alzaba una de las más grandiosas pirámides, donde yacían los restos de Imothep I. Le dio las gracias a Jack por haberla traído desde Inglaterra. Caminó con decisión hacia la entrada del gran monumento. Ésta debería estar asegurada por una roca, pero alguien la había apartado. No sabía como, pero se lo agradecía. Entró en la pirámide y avanzó hasta llegar a una bifurcación, donde eligió el camino de la derecha, por mera intuición. En medio de la oscuridad, al fondo, aparecieron luces danzarinas, las luces que producen las llamas a la luz de la luna, bajo el manto de estrellas. Pero Lara conocía las historias de aquella pirámide, en la que todo puede engañar al ojo humano. ¿Debería tirarse? Claro, la vida no vale la pena si no se corren riesgos. Lara avanzó y cayó por un agujero que no había visto, hundiéndose en el agua. Asomó la cabeza para respirar y volvió a sumergirse. Tras nadar un trecho halló un camino que descendía bajo sus pies. Volvió a tomar aire y descendió, hasta caer en una sala seca y con aire suficiente para respirar.

La sala era circular, y en el centro de ésta había un zócalo de piedra con una espada incrustada. Era un arma muy peculiar, con joyas incrustadas en la empuñadura y una hoja muy hermosa que parecía poder partir en dos cualquier cosa. Haciendo caso a su intuición, Lara sacó la espada. Inmediatamente, el zócalo estalló en pedazos. Lara se tiró rodando al suelo, y unos segundos después se puso en pie. Donde antes había estado el zócalo, había una abertura muy profunda. Lara se enganchó la espada a la espalda, como había hecho en cierta ocasión con Excalibur, y se dejó caer. Mientras descendía, cada vez a más velocidad, pensó que aquello había sido una imprudencia, y que tal vez muriese en el acto.

 

 

A Zip le sudaba la frente, la nuca, las manos. Le sudaba todo. Estaba atado en el salón de la mansión Croft, junto con Winston, y ambos estaban rodeados de mercenarios de la traidora Amanda. No podía creer que ella fuese la culpable de la muerte de Alister.

Mientras estaba allí, muchas cosas le pasaron por la mente. ¿Estaría Lara a salvo? ¿Habría dado Anaya con ella? ¿Qué era eso tan importante que se cocía en Egipto? ¿Sabría algo Lara del asunto?

Zip suspiró. Cuando Lara huyó, Anaya dijo a sus hombres que debía irse cuanto antes a la pirámide de Imothep I.

Al pensar en aquello, se le ocurrió una idea.

- Perdón –le dijo a uno de los mercenarios.

- ¿Qué quieres?

- Verá, es que… No querría hacérmelo encima, ya sabe… Esta alfombra es muy cara…

El mercenario maldijo por lo bajo y le dijo a uno de sus compañeros:

- ¡Max, ve tú! Yo tengo que vigilar al viejo –dio un pequeño puntapié a la silla donde estaba Winston atado.

Max, el otro mercenario, asintió y cortó con una navaja la cuerda que ataba a Zip a la silla, pero no la de las manos ni las piernas.

- ¡Vamos, que es para hoy! –se quejó el mercenario.

- ¿Esperas que suba las escaleras a saltos?

- ¿Me estás diciendo que en esta pedazo mansión no hay baños en la planta baja?

- No –mintió Zip.

- ¡Me estás tocando las narices!

El mercenario le cortó las cuerdas de los tobillos y llevó a Zip arriba. Éste fue hasta la puerta del cuarto de baño con la punta de una metralleta clavada en la espalda. Allí se detuvo.

- ¿Qué demonios te pasa ahora?

- Bueno… -Zip contuvo la risa- ¿Me vas a bajar tú los pantalones, o qué?

El mercenario escupió en el suelo.

- ¡Cállate de una maldita vez! Muy bien, te liberaré las manos. ¡Pero si haces algo raro te vuelo los seso!

- Tranquilo –susurró Zip. En el mismo momento en que el mercenario cortó la cuerda de sus muñecas, Zip hizo una pirueta y golpeó al hombre en la cabeza, dejándole inconsciente.

- ¡Eh! ¿Qué está pasando ahí arriba?

Zip cogió la metralleta y la navaja de Max y corrió a la biblioteca mientras oía subir al otro mercenario. Una vez llegó a su destino, dejó la metralleta en la mesa y comenzó a buscar en las estanterías.

- Mitos griegos… La cultura romana… ¡Diablos! ¿Dónde están los libros de Egipto?

- ¡Max! –dijo una voz a lo lejos- ¡Max, despierta! ¡Me cago en todo! ¡Si te encuentro te mato, empollón!

Zip corrió a la planta superior de la biblioteca y encontró el libro que buscaba casi al instante. Se titulaba Leyendas del Antiguo Egipto. Bajó de nuevo, se sentó en la mesa de Alister y abrió el gran tomo por el índice.

- Mm… ¡Aquí, Imothep I! Página 1654…

- ¿Dónde estás, maldito? ¡Voy a matarte! –dijo el mercenario a lo lejos.

- ¡Aquí está!

Zip leyó con atención el tercer párrafo.

 

Imothep I fue un gran faraón que eliminó importantes plagas de su pueblo y sumó bajo su poder mil ochocientos cincuenta y tres esclavos aparte de los heredados. Según la leyenda, Horus se le apareció y le ordenó construir una gran pirámide donde él le había indicado, y allí fueron guardados los restos momificados de Imothep cuando murió. Según la leyenda, la pirámide sólo era una tapadera creada por Horus, conocida como el Último Sello, pues la pirámide se había erigido sobre la entrada a la Cámara Nirumath, donde se cuenta que descansa Seth en su tumba sellada. Los profetas egipcios dicen que el descendiente del clan de lo divino podría hallar el camino a la tumba y liberar a Seth, produciendo el definitivo Cataclismo entre los dioses y el fin de la Tierra.

 

Zip tragó saliva. No podía tratarse de aquello. No podía haber nadie con el suficiente poder como para liberar a Seth, el dios del mal según la mitología egipcia.

¡BUM!

El mercenario echó abajo la puerta y entró de un salto a la biblioteca. No veía a nadie, pero sentía algo.

- ¡Sal, rata de cloaca, sé que estás ahí!

Tras la mesa de Alister, Zip cargó la metralleta dio un salto y se colocó frente al mercenario, apuntándole a la cara. Éste quedó paralizado.

- ¿Qué decías? ¿Empollón? ¿O tal vez rata?

Dicho eso descargó la munición. El mercenario saltó por los aires y cayó en medio del pasillo, con la cara deformada por las balas, manchando la alfombra de sangre.

- Oh, Dios mío –dijo Zip mientras guardaba la metralleta-. Lara me va a matar.

 

 

Lara veía luz bajo sus pies. Era el fin, iba a morir. Cerró los ojos. Un poco antes de caer al suelo, algo la cogió al vuelo y la sostuvo en el aire. Abrió los ojos, y contuvo un grito. Le estaba mirando un enorme y único ojo, en una inmensa y ovalada cabeza.

- Oh, Dios… los cíclopes existen…

El titán se relamió y la miró con ternura. Lara puso cara de asco.

- Dios mío… ¿No habrá elegido la pareja equivocada?

Atrapada en el puño de la bestia, Lara miró alrededor. Estaba en la legendaria Cámara Nirumath, pero parecía estar en ruinas. No había una sola columna en pie, y había escombros por todas partes. El cíclope comenzó a caminar, tambaleándose. Estaba sangrando y tenía una gruesa brecha en la cabeza. Lara temió que perdiese el conocimiento, y en efecto, eso fue lo que ocurrió. La bestia tropezó con una columna caída, se tambaleó y cayó, golpeándose los dientes contra una roca. Lara dio un salto en cuanto la mano que la apresaba aflojó, y se encontró ante una inmensa puerta, que casualmente estaba abierta.

- Parece que se me han adelantado –susurró-, tendré que darme prisa.

Se adentró y cruzó un oscuro túnel, al final del cual se veía una distante luz roja, apenas un parpadeo. ¿Sería real, u otro engaño de los dioses?

Continuó caminando, haciendo caso omiso a los gruñidos y ásperos gritos que se oían a los lados, pero nunca llegaba hasta la luz. Parecía un camino eterno en la oscuridad, donde nunca se haya la luz.

- Hm… -se acarició la barbilla- Para hallar la luz en la oscuridad, he de tener esperanza.

Cerró los ojos y se concentró.

Voy a llegar…

Voy a llegar…

Sé que voy a conseguirlo…

¡Voy a llegar!

Abrió los ojos de nuevo, y la claridad le deslumbró, aunque haber revelado el lugar le dio un poco de asco. Los gritos y gruñidos provenían de cuerpos, cuerpos humanos mutilados y descuartizados, que de algún modo parecían estar vivos, o al menos, no muertos. Todos los ojos la miraban a ella, pero no hacía caso. Sabía que aquello sólo era una distracción, o tal vez una prueba de valor. Pero a medida que iba avanzando, el camino se iba estrechando, y los no muertos estaban cada vez más cerca, algunos incluso rozaban su ropa. Lara comenzó a correr, mientras decenas de manos despellejadas, podridas o ensangrentadas acariciaban sus cabellos y su ropa, y algunas, incluso su piel.

Pero al fin llegó a su destino, y la tumba de Seth era realmente impresionante.

La sala en la que se encontraba era triangular. En cada una de las tres esquinas, a poca distancia de la pared, había una columna en espirar adornada con diamantes negros. La estancia estaba iluminada por antorchas de llama siniestra, rojo oscuro, que formaban tétricas formas danzantes en el suelo lapidado. Las paredes estaban decoradas con runas pintadas con sangre, y las tres paredes se unían en el techo, haciendo de la sala una pirámide.

No obstante, lo más impresionante era lo que había en el centro de la sala: la Tumba de Seth. Parecía un altar, del color de la sangre, con runas satánicas y cuatro velas negras colocadas encima.

- Es impresionante… -susurró, acercándose.

- Sí, ciertamente lo es.

Lara se sobresaltó. De detrás de una columna surgió un hombre alto y calvo, algo moreno, vestido con una túnica negra con bordados rojos. De la otra salió Anaya con los brazos cruzados, y de la última, Amanda, y un hombre bastante parecido a James Rutland.

- ¿Qué significa esto? –dijo Lara, llevándose las manos a las pistolas.

- Señorita Croft –dijo en alto el hombre calvo-. Encantado de conocerla, puede llamarme Maestro. Por cierto, gracias por traerme la pieza que me faltaba para completar el puzle.

Alzó la mano, y Lara resbaló hacia atrás hasta chocar con una columna, y una gruesa cuerda se enroscó sola en torno a ella, amarrándola con fuerza a la columna. Por último, la espada que Lara había cogido en el zócalo de la pirámide se desprendió de su espalda y levitó hasta la mano del Maestro.

- Llegó la hora –dijo éste.

Se volvió hacia la tumba, alzó la espada y la clavó. Lara esperaba que la hoja se partiese, pero en lugar de eso penetró en la roca como si fuese en agua. Entonces la tumba estalló en pedazos, al igual que la espada, pero las cuatro velas negras quedaron suspendidas en el aire sin apagarse. Y una niebla, o una sombra, con el mayor poder que Lara había sentido jamás, con un poder para amar y odiar, para todo y para nada, se elevó sobre el Maestro. Éste sacó un puñal de su túnica, y sin dudarlo, se lo clavó en el corazón.

Antes de caer al suelo, la sombra penetró en su cuerpo, produciendo un desagradable sonido de succión.

Instantes después, el Maestro se volvió hacia Lara. No tenía herida alguna, y el puñal se había roto. Sus ojos eran oscuros y profundos, y parecía mucho más sabio, perverso y peligroso que nadie en la Tierra.

Y con una voz que no era la suya, una voz ancestral, poderosa e inquietante, dijo:

- He vuelto.

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¡¡¡¡¡uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡k way!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿dedónde sacas tantas ideas??? ;)  ¡¡Me encanta!!! (Aunque hay una parte en el principio, cuando Zip, que en vez de decir Anaya dices Amanda..., no tiene importancia en realidad) ¡¡Yo ya he terminado el capítulo 13 del mío... jijijijiji

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Oh, Dios mío –dijo Zip mientras guardaba la metralleta-. Lara me va a matar.

 

;) :lol: muy gracioso esta parte jajaj

 

Pero tengo una duda...

 

Si estas mezclando argumentos de otros tomb raider no entiendo si Seth fue encerrado en la piramide de Horus no creo que haya tenido una tumba asi... pero si no estas mezclando nada pues muy bien :D

 

Me encanta como lo describes todo parece que realmentes estes en donde descirbes :) sigue asi cada vez esta mucho mejor o_O

 

Felicidades y pon otro capitulo por fa :D

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¡¡¡¡¡uuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!!!!!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡k way!!!!!!!!!!!!!!!!! ¿dedónde sacas tantas ideas??? :P ¡¡Me encanta!!! (Aunque hay una parte en el principio, cuando Zip, que en vez de decir Anaya dices Amanda..., no tiene importancia en realidad) ¡¡Yo ya he terminado el capítulo 13 del mío... jijijijiji

 

cierto XD. Nadie es perfecto :lol:

 

:) :wink: muy gracioso esta parte jajaj

 

Pero tengo una duda...

 

Si estas mezclando argumentos de otros tomb raider no entiendo si Seth fue encerrado en la piramide de Horus no creo que haya tenido una tumba asi... pero si no estas mezclando nada pues muy bien :D

 

Me encanta como lo describes todo parece que realmentes estes en donde descirbes :eins: sigue asi cada vez esta mucho mejor :sad:

 

Felicidades y pon otro capitulo por fa :P

 

bueno, yo nunca he dicho que la pirámide sea de Horus XD.

Y... relacionado con otros TR? Bueno, es mi continuación personal de TR Legend, de momento no guarda ninguna relación con otro (de momento...).

Y bueno, si dices que parece que estés donde escribo, a ver qué te parece el que traigo hoy XD.

 

Espermos con ansia el siguiente capítulo!! jeje que está muy interesante!!! ( por cierto ya he actualizado mi relato :P )

 

Ahora lo leo y te cuento, pero de momento lee tu el mio jaja.

Ahí va, espero que ps guste...

 

CAPÍTULO 8

El Mausoleo

 

Anaya, Amanda y Peter contemplaban anonadados a su Maestro. Anaya intentó hablar, pero no podía, en parte porque no sabía si llamarle Maestro, Seth o Señor. Éste amplió aún más la sonrisa, pestañeó sus profundos ojos negros y miró directamente a Lara.

- Hace millones de años que no salgo de esa tumba. ¿Tanto han cambio las cosas en el Mundo Material? Esas vestimentas son muy extrañas.

Lara no respondió. Aunque sabía que los dioses eran inmortales, no pudo evitar llevarse las manos a las pistolas.

- ¡Horus! –Lara se sobresaltó. La ancestral y suave voz de Seth había cambiado por otra muy poderosa, que hizo retumbar las paredes y columnas- Un Dios nunca olvida nada. Ahora que he salido de mi prisión, ¡me cobraré mi venganza! Pero antes…

Sin dar más explicaciones, avanzó hasta estar muy cerca de una de las paredes, alzó las dos manos y cerró los ojos. Las palmas comenzaron a brillar, transmitiendo su luz mortecina a toda la pared, y la sala incluso. Entonces, ante él, se abrió un hueco en el muro, bordeado con runas que relucían con un tenue brillo rojizo.

- Maestro –tartamudeó Anaya-. O, bueno… Eh… ¿Cómo debo llamaros?

Él se volvió hacia ella y sonrió.

- Maestro está bien. Aunque la entidad haya cambiado por una más poderosa, la persona sigue siendo la que es desde que vio la luz en el Mundo Material.

- Ma-Maestro… ¿Qué hace, si puedo preguntar?

- Claro que puedes, hija mía. Voy a entrar en el Mausoleo de las Almas Perdidas –sonrió al ver el rostro desconcertado de Anaya-. ¿No sabes lo que es? No es una historia demasiado larga, así que puedo contarla. Cuando mi guerra contra Horus aún no había estallado, yo venía a este lugar a menudo. La Cámara Nirumath era nuestro lugar favorito por aquel entonces, para alejarnos de las mentes corruptas y estúpidas de los mortales. Este lugar lo creé yo en una tarde. Aquí traje a todos los mortales que me veneraban para que pudiesen reunirme culto eterno. esta sala, la Tumba Pirámida, la creé con un fin mucho mejor del Horus le dio. Estaba pensada como el lugar de descanso para el primer faraón que abriese los ojos a la verdad y apartase su mente de la estupidez de la momificación.

- ¿Estupidez, por qué? –replicó Lara, que aunque no se encontraba muy a gusto en aquella situación, se sentía interesada por el relato.

- Porque la momificación es una mentira, una burla de Horus, Isis y Osiris hacia los mortales que tanto les veneran. Les prometen gracia eterna si momifican su cuerpo y lo entierran en una pirámide junto con gran cantidad de bienes y riquezas, pero todo eso es una treta. A ningún dios de Egipto le importan los mortales por mucho culto que le den y sacrificios que le ofrezcan. Los dioses jugamos con los mortales, y hacemos sufrir a quienes más aman, y damos riquezas y poder a los más perversos entre ellos.

- Eso es mentira –dijo Lara con severidad-. La momificación no es ninguna estupidez, y no tienes pruebas de ello, Seth.

- ¿Que no tengo pruebas, dices? –Seth rió- Pero si te has encontrado con ellos, todos te miraban, Lara Croft. E incluso han llegado a tocarte con sus putrefactas extremidades.

- No –Lara parecía asustada- ¿No te referirás a… a…?

- Justo lo que estás pensando. El camino desde la Cámara Nirumath hasta esta tumba es conocido como el Sendero de la Desgracia, y en él están todos aquellos que fueran momificados. No están ni vivos ni muertos, pero están condenados a permanecer así eternamente, a no ser que Horus cambie de opinión y se tome más en serio a los pequeños mortales –se volvió hacia Anaya, puesto que Lara se había quedado rígida-. Como iba diciendo, levanté esta tumba para que aquí descansara el primer Faraón que usara la cabeza y no quisiese ser momificado. Lo tenía todo planeado: cuando ese faraón pereciese, su cuerpo desaparecería al instante porque yo me lo habría llevado aquí, y le habría dado el primer descanso digno en la historia de los faraones. Pero ese Faraón no llegó, porque Horus había engañado totalmente la cultura egipcia, haciéndoles creer que aquellos que fuesen momificados tendrían asegurada la gloria y el descanso eternos, y nadie quería aventurarse a apartarse de ese sendero de inmortalidad. Llegué a aburrirme, así que levanté tras la Tumba Pirámida un mausoleo oscuro y siniestro, y ofrecí un desafío a los Faraones: si ellos querían los llevaba a la entrada, y si conseguían llegar al final, obtendrían mi arma primordial, que no nombraré ahora. Algunos lo llamaban el Cayado de Seth, aunque no sé por qué, pues no se parece en nada a un cayado. Además les dije que, aquel que alzase en su mano el… llamémoslo Cayado, reuniría las mayores riquezas, seduciría a quien quisiera, nadie le desobedecería ni conspiraría contra él, no conocería la victoria y, lo más importante, nunca exhalaría un último aliento. Sería inmortal en la Tierra, consumiéndose solo al final de los tiempos y siendo el más grande de los hombres del Mundo Material. A diferencia de Horus, yo no les engañé. Escondí el Cayado al final del Mausoleo, en la Cámara Seth, y quien lo encontrase y tomase para sí obtendría todo lo prometido. Pero el reto no era fácil. No os diré lo que les aguardaba ahí dentro, pero por algo le pusieron el nombre de Mausoleo de las Almas Perdidas.

Cuando terminó su relato, reinó el silencio. Era muy difícil asimilar que los dioses habían engañado siempre a los egipcios, y que las momias estaban condenadas al destierro y la no muerte eterna. Al fin, Anaya rompió el silencio.

- Pero, Maestro… Aún no entiendo para qué entráis al Mausoleo.

- Es muy simple, mi deseo ahora es recuperar mi… ¿Cayado? Sí, eso es. Necesito que este cuerpo mortal no perezca, de lo contrario me vería obligado a regresar a la Dimensión Divina, y no me interesa de momento que Horus sepa que estoy libre de nuevo.

Dicho eso, atravesó la abertura. Lo siguieron Anaya, Peter y Amanda, y Lara decidió entrar, pero no fue por la derecha, como ellos, sino por la izquierda. No le apetecía estar cerca de sus enemigos, sino estar sola, y a poder ser, coger el Cayado antes de que cayese en manos de Seth.

Al dar los primeros pasos, Lara descubrió por qué lo habían llamado el Mausoleo de las Almas Perdidas. Por las distintas estancias y tétricos pasillos vagaban espectros, las almas de aquellos que rendían culto a Seth y éste los había llevado hasta ese lugar para que le venerasen eternamente. O, al menos, eso parecía, porque todas las almas con las que se cruzaba susurraban continuamente el nombre de Seth.

Lara pensó que, después de todo, Seth no aparentaba ser tan malvado y perverso como contaban los mitos egipcios. Ella sólo lo había visto como un dios al que habían encerrado injustamente por toda la eternidad por el hecho de haber perdido una batalla contra Horus.

- ¡ROOAAAAAAAAAR!

Lara desenfundó instintivamente sus pistolas y disparó a lo que tenía delante sin saber qué era. Cuando aquello cayó al suelo, sin vida, vio que se trataba de un grifo, híbrido entre caballo y águila. Muy pronto, una bandada de murciélagos se acercó y comenzó a chupar la sangre del animal.

Puaj, vampiros…, pensó Lara.

Rápidamente se alejó por la izquierda. Aquello le parecía, más que un mausoleo, un laberinto.

Mientras caminaba y elegía un camino en cada bifurcación, le daba vueltas a las cosas en su cabeza. Aquello no le cuadraba.

Esto es muy raro, pensaba. Un Mausoleo es, a fin de cuentas, una tumba grande, y que yo sepa aquí no hay nadie enterrado, simplemente almas vagando y llamando a Seth. Además, un mausoleo no se construye como un laberinto, y mucho menos se utiliza para esconder un arma. Me parece que Seth no nos ha contado toda la verdad.

 

Tardó bastante en llegar al centro del laberinto, pero lo hizo. No sabía realmente si era el centro, pero lo parecía. En el centro había un pequeño altar, y colocada sobre él, de pie y sin caerse (algo que a Lara le desconcertó) había un arma. Era muy hermosa, aunque también siniestra. La empuñadura era gris y negra, y decorada con una calavera. La hoja era ondulada, como si de una onda se tratase. Lara no podía mirarla durante más de unos segundos, pues si lo hacía, le daba la desagradable sensación de envejecer.

- ¡Muuuuuuuu!

Sonó tras ella. Lara giró mientras sacaba sus pistolas, y se encontró cara a cara con una de las más temibles bestias mitológicas, un minotauro. Medía al menos dos metros y medio de altura, sin contar los dos cuernos, de medio metro de longitud cada uno, más o menos. Lara descargó unas treinta balas contra su rostro peludo, pero no hicieron nada. El minotauro lanzó un golpe que la lanzó contra un muro, y la dejó atontada. El minotauro pataleó el suelo y bajó la cabeza, listo para envestir. Pero entonces, un rayo cayó del suelo e hizo estallar a la bestia, convirtiéndola en cenizas. Lara se levantó tambaleándose y sacudió la cabeza para despejar la mente y aclarar la vista y los pensamientos.

Había entrado en la sala el Maestro, con Anaya, Amanda y Peter. Lara intentó acercarse a la espada, pero sus piernas no respondían.

El Maestro sonrió, se acercó al altar y tomó la espada, que chilló como si estuviese viva. Lara alcanzó a decir:

- Definitivamente, no es un cayado.

- Hay muchas cosas que no sabes, Lara. ¿De verdad has tomado en serio todas y cada una de mis palabras? No has de tener nunca en cuenta la palabra de un dios, sobre todo cuando éste va a matarte para cumplir su voluntad.

- ¿De qué hablas?

- El Cayado de Seth –dijo, acariciando la hoja- es un nombre que le di yo para que nadie supiese lo que era en realidad. Dime, Lara, ¿has oído hablar de Meridian?

- He oído historias –respondió ella.

- Historias. Ya veo. Y… ¿qué me dices del legado de Kain?

- Los vampiros no existen.

Seth rió con ganas.

- ¡Ya, claro! Pero seguro que hace diez minutos tampoco creías en los minotauros.

Lara bajó la cabeza, admitiendo que tenía razón.

- Meridian, la ciudad de los vampiros. La dominó durante mucho tiempo el más poderoso de ellos, a quien llamaban Kain. Tenía muchos aliados, los más reconocidos eran tales como Vorador, Umah, Augustus… Los vampiros de Kain estaban en guerra contra los Saraphan, un clan de guerreros que hacían una cruzada exterminando vampiros. El legado de Kain estaba a salvo gracias a esto –alzó la espada-. La llaman Segadora de Almas. Tiene el poder de arrebatar la vida y beber la sangre a sus víctimas. Kain capturó a uno de los sacerdotes Saraphan, Raziel, que había arrancado el corazón a uno de los más antiguos vampiros cuando éste aún respiraba, e hizo de él un vampiro. Más tarde, en una gran batalla, Kain fue sorprendentemente vencido por lord Saraphan, el líder de éstos, que le arrebató la Segadora y el reinado. Doscientos años después Kain despertó de su letargo, acabó con los traidores vampiros que se habían unido a los Saraphan y destruyó a lord Saraphan, recuperando su espada, su reinado y su dignidad.

- Una historia apasionante –admitió Lara-. ¿Y cómo demonios ha llegado aquí la Segadora?

- Eso no es asunto tuyo –cortó Seth-. Anaya, ha llegado la hora de que demuestres tu lealtad.

Anaya bajó la cabeza, asintió, y una tímida lágrima recorrió su mejilla. Lara no entendía nada. Anaya se acercó a Seth.

- Pero antes –dijo él-, revela a Lara tu secreto.

- Me niego. Hazlo ya.

- Anaya –rió Seth-, la muerte no te salvará. Soy un dios. ¿O acaso lo has olvidado?

Anaya parpadeó, y miró a Lara entristecida.

- Lara…

Apartó la mirada y calló, incapaz. Seth tosió a propósito, y Anaya volvió a mirar a los ojos a la que alguna vez fue su amiga.

- Lara… yo… -meditó unos segundos- Yo provoqué el accidente que acabó con tu madre.

Lara empalideció, y se olvidó de todo. Se derrumbó, se dejó caer de rodillas, vencida por la desolación y la desconfianza, y alzó la mirada mientras sus ojos derramaban lágrimas sobre sus mejillas. En ese momento, el filo de la Segadora abrió el cuello de Anaya, y mientras ésta caía al suelo con los ojos perdidos, su sangre corría a la hoja de la espada, para saciar su sed infinita.

 

Bueno, volviendo al mundo real ( :P ) os digo una cosa...

Espero que no seáis de esos que les cansa leer cosas largas, porque TR El Cataclismo va a ser una ¡¡supersuperproducción!!

¿Por qué?

Bueno, no contaré mucho. Sólo que guardará relación con otras sagas y tal distintas a TR, y que habrá más de 10 partes!!

Vamos, que hay historia para rato.

A lo mejor lo mando a una editorial y todo XDD.

Dew!!

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¡Vaya, esto pormete! Jejejeje Yo me comprometo a leer tu historia hasta el final, sólo te pido una cosa, Terminala... es que hay veces que alguien se cansa y no la acaba, y luego te quedas con las ganas de terminarla... ¬¬' Pero bueno, estoy seguro de que tú no eres de esas personas, jejeje Weno, me ha encantado el capítulo, ¿es la sould reaver no??? (yo no la e conseguido en el legend... :) )

Sigue, sigue!!!

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Vayaaa muy buena mezcla esa jajajaja Soul Reaver y Lara Croft xD

 

 

Pero tengo una duda... ? como es que Anaya fue la causante del accidente de la madre ??? supongo que habra sido en el avion por que por lo demas...

 

Muchisimas felicidades cada vez esta mucho mejor escribes de 10 !!!!! :wink:

 

Salu2!! y pon el proximo capitulo que me has dejado con la intriga :)

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Perdonad chicos, me he retrasado, mañana os juro que os traigo el Capítulo 9.

Bueno, lo primero, he editado el título de la Segunda Parte, que en un principio se llamaba Seth, pero he decidido cambiar totalmente la trama (lo que tenía pensado irá más adelante, y al meter esto tendrá más sentido). Ahora la segunda parte se llama "El Legado"

 

Bueno, hoy no traigo capitulo (lo siento :blush: ), aun estoy maquinando XD, pero os digo unas cosas que espero os impacten XD.

 

1º) Esto ya lo dije, El Cataclismo será una superproducción en plan tocho XD

2º) Hay muchas cosas que saldrán en El Cataclismo que a los jugones y lectores de otras muchas cosas les encantará. Por ejemplo, en esta misma parte segunda, "El Legado", espero que les encante a aquellos que hayan jugado a la grandiosa saga de videojuegos The Legacy of Kain. Asi mismo veran cosas de muchas otras sagas, incluyendo Final Fantasy, Metroid e incluso Sonic, Mario... Pero de una manera mucho más adulta y realista, claro (el relato es serio XD).

 

En conclusión, quiero que sepáis realmente lo que es Tomb Raider El Cataclismo:

Es un argumento que gira en torno a la ira de los dioses de distintas mitologías de la historia de la humanidad, pero en su hilo argumental surgen personajes que nadie creería jamás reales, pero de una forma que nadie los imagina, y aunque nadie lo cree, con mucho que ver en la historia principal.

 

Así que espero que os guste y no me abandonéis, porque lo que más necesita un escritor (escritora XD) es a sus fieles lectores apoyándole cada día.

Gracias a todos, mañana continúa.

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uojojoxdxd esto pinta bien... Bueno, esperaré hasta mañana... :blush:

Mi relato no va a ser tan largo como el tuyo, sólo quedan como mucho 5 capítulos o cosa así...

xdxd así que cuando termine con el mío me centarré más en el tuyo y en otros muchos que empecé pero k no pude terminar.

Esperamos el capítulo... xd (el mío ta tardando tanto porque ahora ay un capítulo d explicaciones y me lo esty crrando u poko....)

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